Experiencias de mi vida TERCERA PARTE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ni adicción por Carlos se hacía cada vez más intensa, la necesidad de estar con él pasó de simples minutos u horas a querer amanecer a su lado.
Recuerdo aquella ocasión en la que le esperé por horas, hasta verle cruzar el estacionamiento después de estacionar su vehículo, para ese momento ya habíamos intercambiado números telefónicos, por lo que no dudé en escribirle, le dije que lo estaba viendo, y le pregunté si podía pasar por su apartamento, me dijo que sí, por tanto le esperé frente a la reja que comunicaba con el pasillo que debía cruzar para poder entrar a su hogar, como siempre mis latidos cardíacos llevaban un ritmo muy acelerado, mi mente era un mundo en el que podía imaginar lo qur haría esa noche con él, lo llevaría a su cama, lo desnudaria, le daría la vuelta y abusaría de él durante mucho tiempo, los segundos pasaban y no escuchaba el ascensor, sin embargo, segundos después se abría la puerta y Carlos hacía acto de presencia, estrechamos manos como de costumbre, lo vi agotado, un poco despeinado y bebido, pasamos de inmediato a su apartamento y tras nosotros se cerraba la puerta.
-¿cómo estás, de dónde vienes? (Pregunté)
-Hoy fue un día muy agotador, estoy muerto del agotamiento, quería llegar para poder descansar un poco.
(Respondió Carlos).
De inmediato entré a su habitación, saqué dos toallas de su closet, y las llevé al baño, preparé todo para que tomara una ducha, por supuesto yo deseaba ayudarle un poco, lo tomé de la mano y él se sorprendió un poco, nunca había hecho eso, pero luego de comentarle cuáles eran mis intenciones me siguió, lo desnude completo e hice lo mismo, ambos ingresamos a la ducha, el agua para ese momento ya estaba tibia, y ambos nos mojamos, mi excitación era buena, Carlos me vio y le gustó lo que hacíamos, tomé el jabón y le pasé mis manos por la espalda, le recostaba al mismo tiempo mi miembro erecto, me pidió que le enjabonara su miembro pero yo jo quería tocarlo, fue tanta su insistencia que lo hice, no fue algo agradable pero al menos se quedó tranquilo y dejó de hablar, recuerdo haberlo enjuagado y enjabonado varias veces, para ese punto ya él mostraba signo de excitación, tomé más jabón y le enjabone su ano, sus nalgas y piernas, mi cuerpo y el de Carlos se rosaban una y otra vez, lo resbalosodel jabón hacía que nos chocaramos, de verdad estaba disfrutando ese baño, quería penetrarlo y que me hiciera sexo oral URGENTEMENTE, sin embargo quise prolongar el tiempo, finalmente nos secamos y nos fuimos a la cama.
Una vez en su cama nos secábamos los pies mientras yo le pedía que me lo mamara.
-Yo siempre te he complacido (expresó), hoy quiero que tú me hagas sexo oral a mi (replicó)
-Hazme sexo oral, no seas malo, tú sabes que me gusta que me lo hagas a mí, yo nunca he hecho eso (le respondí).
Carlos me respondió con un firme y rotundo NO, de inmediato me levanté y le puse una película, eso siempre funcionaba, diez minutos después y luego de intentar varias estrategias, todas fallidas le dije que sí, pero que él primero, Carlos abrió su boca e introdujo mi pene en su boca, me acomodé boca arriba con las piernas abiertas, podía sentir como su boca envolvía mi glande y parte de mi pene, cerré los ojos y comencé a disfrutar la buena sesión que apenas comenzaba, a modo de reflejo mi cuerpo comenzaba a moverse y sacudirse, y justo en la parte más deliciosa Carlos puso fin al acto.
-Es tu turno (me dijo).
-¿Qué?, si apenas estabas comenzando (le dije)
-Yo cumplí, ahora te toca a tí, un rato tu y un rato yo (me respondió).
Eb realidad yo no quería cumplir, deseaba tomar mis cosas e irme, pero mi excitación era muy grande, no sabía qué decir, por una parte no quería hacerlo, por otra era el requisito para que me mamara, jugara y succionara mi duro pene, el cual palpitaba como el corazón de un corcel durante un galope, las venas de mi hermoso miembro se notaban hasta reventar, no era justo, yo no quería que Carlos me pusiera en esa situación.
-Yo nunca he hecho eso, no quisiera hacerlo hoy (le respondí)
-Está bien, dejemos todo para oteo día, si no querías hacerlo no debiste engañarme, yo cumplí y tú debes hacer igual, pero déjalo así, no te preocupes (respondió con tono molesto), luego se levantó de la cama y se retiró hacia la sala.
-Sin pensarlo salté detrás de Carlos, le pedí que regresara, le dije que lo haría, converse algunos minutos e intenté que olvidara lo sucedido y que comenzaramos de nuevo, finalmente accedió y tomados de la manos regresamos a aquella desarreglada cama, Carlos se acostó boca arriba y yo me metí entre sus piernas, era lo más asqueroso que vi en mi vida, su pequeño pene de 12 centímetros permanecía firme como el tronco de un roble, la cabeza de su pene con forma de papa no me agradaba, traté de imaginar que era cualquier cosa, saqué mi lengua y la pasé por su enorme glande, fue la sensación más asquerosa de mi vida, intenté escupir pero no pidia hacerlo sin que Carlos lo notara, con mucha sutileza tomé una de las toallas y dejé caer mi saliva, Carlos con los ojos cerrados me pidió que metiera su pebe en mi boca, respire profundo y pude introducir sus 12 centímetros en mi boca, sacaba y metía su miembro en mi boca y poco a poco fue desapareciendo la sensación de asco, trataba de entender esta nueva situación la cual hasta ese instante era desconocida para mí.
Recuerdo que así pasaron dos minutos, aproximadamente, luego de eso me detuve, es tu turno, le dije.
-Carlos sin hacerse rogar más se incorporó, me arrojó de espalda y comenzó a darme una rica mamadas de las que ya me tenía acostumbrado, sin embargo, mi mente estaba en otra parte, si bien podía disfrutar lo rico de esa experiencia mi mente se había quedado en lo que hice apenas tres minutos antes, ¿qué pasaba?, no se sintió mal, no fue tan desagradable después de todo, no entiendo, ¿me gustó, ahora si soy Gay?, no se si pasaron dos o tres minutos, para mi fueron como cinco segundos.
-Tu turno (exclamó Carlos)
Algo extraño pasó porque me levantéde inmediato, esta vez no cerré los ojos, quería ver lo que iba a hacer, metí su pene en mi boca, chupe una y otra vez, me gustaba lo que estaba haciendo, pasé mi lengua por su pequeño tronco, desde la base hasta la cabeza, desde la cabeza hasta la base, una y otra vez, continué lamiendo aquel pequeño tronco como quien lo hace con ganas, disfrutandolo como quien come un caramelo esperando y deseando que nunca se termine, si bien el trato eran dos minutos yo ne quedé al menos seis minutos, mi boca masturbaba una y otra vez a mi maduro amigo, sentí la mano de Carlos acariciar mi cabeza, mi cabello, me empujaba contra él y yo me tragaba entero aquel miembro viril, cuando reaccioné sabía que lo había disfrutado.
¿Cómo es que algo tan asqueroso y denigrante puede ser tan rico y encantador?, ¿cómo es que esta gente loca y enferma que llamamos gay pueden disfrutar tantas cosas tan lujuriosas y atractivas? ¿cómo es que nunca antes lo había hecho?, mi cabeza quería explotar, habían muchas preguntas y no se a quien hacerle todas ellas.
Carlos permanecía tendido en la cama, su miembro en mis manos, mis labios cerca de lo suyo, mi reacción fue sentir pena, no quería que Carlos pensara que yo era Gay, por lo que le dije, te hice más minutos para que ahora tú me trates bien a mí, son pausas, hazlo bien y no me cortes la nota.
Carlos me dio gracias, dijo lo mucho que le había gustado, y no recuerdo qué más haya dicho, tenía mi mente lejos, en realidad me gustó tener su pene en mi boca, era algo único, no sabía cómo describirlo pero me gustó.
Recuerdo que Carlos abrió mis piernas y comenzó a succionar con pasión, si bien lo disfrutaba también seguía pensando en que apenas perminara le pediríaque me dejara volver hacerlo, recuerdo que Carlos me pidió ponerme de lado, no se ni como ni cuando pero lo hice, él entró entre mis piernas y lamio mis testículos, esto si que ne sacudió y dejé de pensar, cerré mis ojos y comencé a recibir una buena mamada, sin embargo, al transcurrir dos o tres minutos su lengua pasó a mi ano, ¡¡¡GUAO QUÉ ES ESTO!!!
Instintivamente me abrí más y le dije que no parara, esta sensación ssuperaba cualquier cosa antes vivida, su lengua exploraba mi entrada, comencé a masturbarme y de inmediato me puse en cuatro, ¡¡¡¡¡mamamelo!!!!!, ufff que rico, le pedí una y otra vez que no parara, todas las experiencias que antes había vivido las cambiaba por ese instante, Carlos retiró mi mano de mi pene y lo tomó él, al tiempo que lamia mi ano, me sentí suyo, sus manos me masturbaban mi pene y su lengua mi trasero, pasé de ser su macho a su mujer, acto seguido mis piernas temblaban y mi cuerpo se sacudia, recuerdo haber soltado un enorme chorro de semen, ahhhhhh.
que cosa tan rica, ahhhh, que rico, me dejé caer sobre la cama.
Carlos se subió encima de mí y rosando su pene entre mis nalgas comenzó a moverse sin penetrarme, era una sensación rara, su pene baboso roso una y otra vez hasta acabar, un enorme gemido puso fin a sus movimientos, él quedó tendido enciama mío, yo aún en éxtasis sólo podía recordar lo vivido, si esto es así yo quiero más, en este punto ya quería probar el combo completo, lo necesito (dije dentro de mí)
Espero que dejes tus comentarios, si recibo mensajes estoy dispuesto a seguir contando.
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