Experiencias en Guadalajara
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por luis_diego.
Bien, me encanta leer las experiencias de otros así que en honor a la justicia les comparto una de las muchísimas que he vivido en Guadalajara (voy cada dos o tres semanas), y cada que puedo me lanzo a buscar aventuras en los lugares de encuentro gay.
En una de mis pesquisas, encontré unos baños (muy extraños, en el sótano de un edificio viejo del centro, con todo y bar adjunto) llamados Galeana, pero donde vi a la gente en plan relajado y la mecánica es la misma de los lugares de ese estilo: pagar, dejar la mochila en un casillero y cubrirse con una manta blanca (sugiero el uso de sandalias como equipo básico). Así que entré con toda la intención de relajarme y disfrutar lo que saliera. (Nota: tengo cero broncas en cuanto al sexo gay, así que cualquier combinación me viene de maravilla).
Recorrí todo el lugar (uno de los empleados dijo que está remodelado): un baño de vapor con luz, ni grande ni chico, con dos gorditos medio equis. Otro vapor sin luz con un chavito sentado en un rincón (aburrido) sobándose. También hay un sauna seco, de gran tamaño y muy iluminado con tres hombres de distintas edades, colores y complexiones acostados sin hacer nada. Finalmente encontré un jacuzzi con un tipo guapo-pelón, así que me metí allí para relajarme.
Apenas me quité la manta para entrar a la tina y el tipo (a quien en lo sucesivo denominaré Pelón, de aproximadamente 29 años, la misma edad que yo) dirigió su mirada a mi verga, que estaba en estado de reposo. Me senté a disfrutar el vaivén de las burbujitas, no sin ver de vez en cuando a Pelón. Después de unos cinco minutos, Pelón se levantó, mostrándome su cuerpo húmedo recién salido del agua y perfectamente hecho, que sin ser un dios tenía con todo en su lugar y un miembro medio erecto, circuncidado. Claro que en ese momento tuve una erección instantánea y, para participar en la competencia, me levanté también para mostrarme. ¡Qué rico ver su expresión! Estuve a punto de regresarle los ojos con la mano a su lugar, pero mejor le dije que nos metiéramos al sauna seco.
Entre tanto, los gorditos se bañaban en las regaderas, el chavito iba de salida hacia los vestidores y del sauna seco salía un tipo sudoroso. Entramos allí, estaban dos tipos haciendo 69 y cuando nos vieron llegar siguieron en su asunto, mamando con mucha hambre (hasta se escuchaba el clásico chapoteo de saliva, lenguas, vergas y testículos lamidos). Nosotros nos pusimos frente a ellos, nos quitamos las mantas y, señores, me pegué, también con mucha hambre, a la verga de Pelón: ya me la comía toda, ya le lamía el orificio que lubricaba con abundancia, ya me bajaba a las pelotas (primero una, luego la otra y de repente me metía las dos a la boca) para volver a pasarle la lengua por la verga y comérsela repetidas veces. A su vez, Pelón tomaba su miembro y me lo azotaba en la cara con frecuencia. Y de vez en cuanto volteábamos a ver a los Chicos 69, que a esas alturas ya andaban comiéndose el culo mutuamente.
Pelón pidió que me sentara, puso su manta sobre el piso, se arrodilló, me abrió las piernas y comenzó a lamerme el culo con mucha pericia. Vaya, el muchacho sabía hacer su trabajo muy bien, sabía dónde y cómo chupar: me lamía los huevos, de vez en cuando me mamaba la verga, pero estaba engolosinado con el culo. Así que el espectáculo era fantástico: la cabeza de pelón entre mis piernas (con las placenteras sensaciones) y frente a mi la parejita pegada seguía aferrada a lamerse (y los muy cabrones también volteaban a ver cómo íbamos nosotros).
Después de un rato, Pelón, que estaba jalándose la verga con gran gozo, me dijo: “Quiero venirme”, así que, ya encarrilado en calentura, le dije: “Échamelos en la cara”. En menos de un segundo se levantó y, casi de inmediato (yo cerré los ojos) salieron sus chorros calientes que me bañaron el rostro, el cuello y una oreja, mientras él gemía delicioso. Yo también gemí, pues la espesura caliente de su semen sobre la piel de mi rostro me tenía muy, pero muy excitado. Cuando acabó, Pelón se levantó y desapareció, mientras yo fui a lavarme la cara y a ducharme.
A esas alturas tenía la verga a reventar, así que regresé al sauna y, sin pedir permiso, me acerqué a los Chicos 69, quienes me recibieron como en casa: en cuestión de segundos, ya estábamos gozando como debe ser, al más puro estilo película porno casera: yo sentado y uno de ellos estaba de pie frente a mí dándome verga por la boca y el otro, en cuclillas, comiéndome los huevos. Después de un par de minutos, cambiamos posiciones: me acosté boca arriba para que los dos me comieran la verga, muy compartidos, porque uno, al lamerla una y otra vez, se la ofrecía al otro para que lamiera y viceversa. Un poquito de eso y, de nuevo, cambio de posición, pero ahora yo participé en la repartición del postre: uno de ellos estaba de pie para turnábamos una verga entre su compañero y yo hasta que no aguanté más, me la jalé con más velocidad y empecé a respirar agitado. Este fue el aviso para que uno de los Chicos 69 pusiera su pecho como valiente mártir al que van a disparar frente al pelotón de fusilamiento. Así que me puse listo, apunté y, fuego: me salieron cinco o seis chorros con fuerza que bañaron su pecho mientras él se untaba la leche como si fuera crema humectante. El otro muchacho estaba sentado y comenzó a venirse como fuente: uno, dos, tres (pausa, se detuvieron los chorros) y, de repente, otro, largo y caliente, seguido de varios chorritos hasta que terminó sólo goteando, chorreándose los testículos. Y el segundo amiguito del dúo 69 se sentó para maraquearse el pito con buen ritmo y salpicar su propio pecho, mezclando su leche con la mía.
En ese momento sentí mucho calor (pues sí, una vez satisfecho me percaté del sopor del sauna), salí del lugar, me duché otra vez y me metí a descansar al jacuzzi. Le pedí a unos de los muchachos que trabajan allí una botella con agua fría (¡agggh!, me hacía falta) y después de un rato decidí bañarme y volver al hotel.
Les dejo mi Messenger, para estar en contacto y ver qué sale en una visita a Guadalajara, ciudad amable: luis_diego_mex@hotmail.com
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