EXPRESO CALIENTE 2
Otra aventura….
Hola…
Seguiré contando lo que viví durante los viajes desde Maracaibo a Caracas, Valencia y Los Teques y de regreso…
Esto sucedió muchos años después de aquella primera experiencia, yo contaba con 33 años y a esta edad me volví más atrevido…
En una ocasión venía de Caracas y el autobús hizo la parada de rutina, para cargar combustible y que los pasajeros tomaran un café e ir al baño, esto último era lo que más me interesaba.
Baje del autobús y varias personas se dirigieron a los baños, incluyéndome, ya iba yo echando el ojo a ver quién era el más buenote y a cuál de ellos le encantaría tener sexo o dejar que le mamaran el pene.
Al entrar al baño, ese específicamente, se encuentra uno con los lavamanos una hilera de ellos junto a la pared que los sapara de los urinales. Al pasar a estos últimos ocupan todo el largo de la pared, no había divisiones o eran realmente pequeñas, así que se podía ver muy bien los penes. Llegue y ya habían 3 o 4 parados orinando, yo me puse en el medio del primero y segundo, y me dispuse a hacer mi necesidad.
Con el rabillo del ojo miraba esos suculentos penes semierectos, gruesos, una rica carne que deseaba llevarme a la boca.
Salieron todos pero me quedé un par de minutos más, entraban y salían, hasta que llegó uno y se paró a dos puestos de donde estaba yo. La forma en que me miró al entrar me dio la señal de que el chamo buscaba acción. Empecé a mirarlo, el voltio a verme y se agarró su pene sacudiendolo, invitándome, pase mi lengua por mis labios en señal de gusto y deseo…
Era un tipo como de 28 a 30 años, delgado, trigueño, pelo negro y un pene que a lo lejos se veia grande…
Le hice seña para mamarselo, me dijo que pasara a uno de los cubículos y así lo hice, el entro inmediatamente con su pene ya erecto, como de 18 cm, y grueso, parejo desde la cabeza hasta el tronco. Una cabeza rosa muy rica
De inmediato empecé a mamarle el pene, y me dijo: Me gusta mucho cómo lo haces…
Para eso estoy, le dije.
Me pidió que fuéramos detrás de los baños que íbamos a estar mejor, ya que al llegar un expreso eran muchos los que entraban.
Nos fuimos a la parte de atrás que era un estacionamiento para gandolas, estaba un poco oscuro pero podíamos vernos muy bien; me arrodille y empecé a hacerle la mejor mamada que podía, le chupaba las bolas y subía por todo el tronco hasta la cabeza, y le gustó tanto que al rato acabo, echándome toda ese leche caliente en toda mi boca, la que trague sin desperdiciar nada…
Me dijo que le había gustado, que mamaba muy rico, y se retiró.
El nombre del restaurante no lo recuerdo, pero creo que está cerca de Valencia.
Llego el momento de partir y el chófer hace sonar la corneta avisando que debemos abordar.
Yo iba feliz, aún con el sabor de la leche en mi boca. Cuando estoy sentado en mi puesto alzo la mirada y veo al tipo que viene caminando por el pasillo, era compañero de viaje, y no lo sabía. Estaba sentado más atrás de donde estaba yo.
Nos miramos y con la vista nos agradecimos por lo que uno había hecho al otro jajaja.
Cuando llegamos a Maracaibo, no sé que se hizo, probablemente llevaba un equipaje de mano y no necesitaba esperar la entrega de equipaje.
Todo lo cuento tal cual lo viví, agregarle detalles fantasioso puede servir, pero considero que está bien de esta forma…
Saludos a todos, gracias por leer mi relato. Si desean intercambiar experiencias, podemos comunicarnos a través de [email protected]
Que ricas esas experiencias en buses nocturnos, a mi hasta me han llegado a coger, y a ti? y una ves con un grupo de chamos en el ultimo asiento, muy rico
Hola amigo. Si, muy rico todo. Escríbeme al correo y me cuentas esa experiencia con el grupo de chamos. Se me paro de una solo imaginandome esa escena ufff rico