EXPRESO CALIENTE 3
Una vez más.
Saludos a todos desde Venezuela.
En esta tercera entrega de mis experiencia en los viajes les contaré lo siguiente.
Viajaba de Caracas para Maracaibo y el autobús hizo la parada en el restaurante que lleva por nombre Sabaneta, en el Estado Lara. Cómo a 5 minutos de Carora. Es un espacio muy grande, mucho más que el del anterior relato.
Quizá muchos lo saben, pero para quien no, les cuento que no todas las veces se puede ligar en los baños.
En esa ocasión, siempre en la misma tónica de ver quién o con quien podía tener algo de aventura sexual, desembarcamos del autobús y me dirijo de inmediato al baño. Estos están ubicados debajo del restaurante, se bajan las escaleras, se gira a la derecha y está uno en la entrada de los mismos. Igual que todos, los urinales ocupaban dos paredes, me ubique en uno de ellos y llegaban otros que se ponían a cierta distancia, ya saben cómo es eso.
No sucedió gran cosa. Termine, sacudí mi pene y salí a tomar un café.
El espacio para estacionar es muy muy amplio del lado izquierdo del local estaba vacío, así que me diriji a esa zona con la esperanza de encontrar algo, al final del pasillo, este gira a la izquierda y hay como 50 mts hasta topar con otra pared, dicho espacio queda oculto es oscuro y habían arbustos que lo hacían relativamente seguro.
Al llegar a la esquina, veo a un chico, probablemente de unos 25 años, o menos, que estaba parado en ese lugar oscuro y según orinaba. De inmediato pensé este anda en busca de algo, dicho y hecho jajaja.
Me encamine hacia donde estaba el y note que no se movió, seguía con su pene fuera, eso hizo que tomara más valor y ya me acerque con mayor determinación.
No les mentire, no pude ver bien su pene, pero de inmediato lo tome en mis manos y empecé a menearselo, era como de unos 17 o 18 cm, y de grueso bastante bien.
Sin perder tiempo empecé a mamar ese rico pene, chupaba la cabeza, el tronco y hasta las bolas, tratando de sacar su deliciosa leche. Con la emoción y la adrenalina corriendo por todo mi cuerpo le dedique la mejor mamada que pude.
Allí estaba yo, de rodillas mamando un pene o guevo como le decimos acá.
En cuestión de un momentos que lo saco de mi boca y giro mi cara a ver si alguien había llegado, el bota su primer chorro de leche, y sale disparado cayendo a unos 3 mts, que rico y que desperdicio, al instante me metí su pene de nuevo a la boca para que terminara de vaciarse y no perder ni una gota más.
Al terminar, me levanto y sin previo aviso me besa pasando parte de su leche de mi boca a la suya. Me dio las gracias y salí, dejándolo allí.
Después de eso, y en muchos viajes más cada que llegaba ahí, me dirigía a ese lugar, a la esquina pero no había nada. De hecho, más nunca paso nada allí. Con el tiempo colocaron luces, alumbrado todo el sitio, y de paso cortaron todos los arbustos. Estoy seguro que se percataron que ese espacio servía de «matadero» jajaja otra expresión de por acá que se refiere a tener sexo
En otra oportunidad, me tocó viajar para Caracas, llego el día, me diriji al terminal, compre mi boleto y espere la hora de la salida.
Llego el momento, entregué mi equipaje y aborde. Era un autobús que tenía la puerta de adelante, para los choferes, y había una en el centro por dónde embarcamos.
Al subir lo primero que veo es a un chico como de 17 años, blanco, pelo negro y delgado.
Nos miramos y tuve esa sensación de que podría pasar algo. Nunca nos equivocamos quienes vivimos esas experiencias.
Habían pocos pasajeros, así que el autobús iba con pocas personas.
Después de estar un tiempo rodando, noto que el chamo me observa y empecé apretarme mi pene, eso hizo que el chamo se entusiasmara a seguir mirando.
Yo soy gordo, de toda la vida, y mi pene es de unos 15 cm y un grueso normal, nada del otro mundo. Igual eso nunca me ha detenido para ofrecer mi pene a quien quiera mamarmelo, pues siempre hay alguien a quien le puede gustar, y este era uno de esos, se sentía atraído hacia mi.
Así que me quite la correa, abrí mi pantalón y me saque el pene, me masturbaba y el chamo no perdía pista de lo que hacía. Yo estaba sentado del lado contrario a el, lo que permitía me viera sin ningún problema. Luego me levanto y me siento en el puesto detrás de él. Lo bueno de todo es que detrás de nosotros no habían personas así que eso nos dio más libertad.
El reclinó su butaca y podía pasar su mano y empezó a masturbarme, por poco me hizo acabar, quitaba su mano para prolongar ese momento tan rico.
Le dije se para para mi puesto y así lo hizo. Recline mi butaca quedando casi acostado y empezó a mamar mi pene, que rico sentir esa boca caliente y húmeda que trataba de sacar toda la leche que había en mis bolas. Me chupaba la cabeza, bajaba por el tranco hasta las bolas las que chupaba, una y luego la otra. Que sensación tan rica.
Le propuse cogerlo, pero me dijo que no tenía condones, yo tampoco tenía, y aunque le insisti para coger sin protección, el se mantuvo, que bien por los dos.
Ahí estuvo mamando, de vez en cuando subía y nos besábamos. Hasta que ya no pude más y le di toda mi leche en su rica boca. Sentía que botaba litros de leche. Se estremecía todo mi cuerpo, fue una de las mejores acabadas de mi vida, y el no dejó escapar ni una sola gota de leche.
Lo limpio todo con su lengua, al final acerco su cara a la mía y nos besamos, saboreando parte de la leche que tenía en su boca…
Fue una rica experiencia que nunca pensé me pasaria.
Espero la hayan disfrutado.
Después de esta vivencia, nunca más se presentaron oportunidades, siempre me mantuve en la búsqueda pero igual no se dio nada.
Cómo siempre, les dejo mi correo por si desean hablar y compartir muchas experiencias, [email protected]
Saludos a todos. Se les quiere…
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