Familia con Dos Papas, 3@ parte.
De lo que pasó cuando regresamos a nuestro departamento luego de encontrar a Matias, mi hijito de 7 años con un vecinito adolescente en la bodega .
Salimos pues con mi hijo Matías rumbo al ascensor, (vivimos en un piso 22) y mientras subíamos, le pregunté si aquello lo habían hecho antes, y respondió que sí, desde el año anterior. ¡UPS!
Cuéntame, le pedí, y me relató que estaba en el colegio en los baños en una tarde con un amiguito de su misma edad, tocándose y explorándose cuando precisamente Gerardo los sorprendió, y ni corto ni perezoso les dijo que iba a llevarlos a la Dirección del colegio, a lo que los niños rogaron que no lo hiciera. El jovenzuelo, aprovechándose de la circunstancia, les dijo que fueran a un sector de bodegas del gimnasio del colegio y ahí mismo les hizo bajarse los pantalones follandose a ambos (o sea yo sin saber le hice pagar de la misma forma que él antes lo había hecho con los chicos).
¿Te entró todo? Pregunté y mi hijo dijo que no, que solo un poco ya que le dolía mucho el culito lo mismo ocurrió con su amiguito, pero las veces siguientes se fueron adaptando, ya que Gerardo los llevaba cuando podía a su rincón favorito de la bodega y les ponía una crema. Incluso el amiguito de mi hijo también se lo empezó a follar pero que a él solo le gustaba dejarse que ellos se lo hicieran.
También me contó que una tarde Gerardo se encontró con mi hijo en el ascensor y le invitó a su departamento ya que estaría solo toda la tarde, asi que fueron y se lo cogió desnudos en la cama del chico, y que le hizo chupar el pene por primera vez lo que al principio le desagradó, pero después ya le empezó a gustar.
Y así, cuando podían lo hacían en la cama y fue cuando se les ocurrió ir a la bodega, sitio en que yo los encontré.
Apenas entramos a nuestro departamento, llevé a mi hijo hasta el amplio sillón y nos sentamos yo abrazándole con mi brazo derecho mientras empecé a acariciarle y besarle en la boca. Su inexperiencia era notoria al meter mi lengua en su boca, pero aprendió rápidamente y también a darme la suya. Mi otra mano desabotonó su camisa y empecé a acariciar, besar y lamer su cuello chupar sus tetillas. Mi mano bajó a soltarle el pantalón y bajárselo junto con su boxer para asi poder acariciarle por completo, en especial sus nalgas grandes y duras para su edad, pasando mis dedos por su rajita y metiendo mi dedo medio, lubricado con saliva en su cuevita, la que permitió el paso sin mayor dificultad, dada la dilatación y lubricación por la anterior follada. El con su manita me tocaba la dura verga sobre el pantalón, que estaba a reventar. Me puse de pie y le dije que se desnudara mientras yo también lo hacía.
Ya desnudos, lo acomodé dándome la espalda y empecé a deslizar mi pene de arriba abajo por su rayita, metiendo un dedo y luego dos con más saliva, y notando que ya estaba suficientemente preparado (además de recién cogido por el vecinito) puse la punta de mi pene en su entrada y atraje su cuerpo hacia mí, entrándole más de la mitad sin mayor dificultad si bien dio un pequeño salto y gemido dado que mi verga de todas formas es más gruesa y larga que la que anteriormente le perforó. En ese momento alcancé mi celular y tomé algunas fotos y empecé a inmortalizar aquella primera follada a mi hijito querido con la grabación de un video que guardo como gran tesoro.
Dos o tres impulsos más y ya quedó completamente empalado. Me quedé quieto para que se adaptara al tamaño, que yo ya estaba en el quinto cielo pues sentía mi pene completamente incrustado en lo que podría comparase con un guante quirúrgico ya que sentía un gran calor abrasador que lo rodeaba, un palpitar que no se si sería mi pene o su culito pero que era una sensación innegablemente deliciosa. Con mi mano libre mientras tanto acariciaba su cuerpito entero, su pene estaba duro como un garrote demostrando su disfrute, sus huevos se sentían firmes y deliciosos, por supuesto exentos de pelo ya que es completamente peladito (casi 8 años).
Pasados unos segundos inicié mi movimiento mete saca, arrancando gemidos tenues de mi niño, los que fui aumentando en velocidad. Besaba su cuello su cara, le daba mordiscos en las orejas, hombros, cuello absolutamente preso de la lujuria, le acariciaba por todos lados e incluso llevaba mi mano a mi pene para sentirlo completamente clavado en aquel culito de ensueño.
En condiciones normales mi follada al ser la segunda debió ser más extensa en tiempo, pero el morbo adicional de saber que aquel culito es el de mi hijo me llevó a acabar en no mucho tiempo a lo que no me quise oponer dado que sabía ya tendría a mi hijo a disposición cada vez que quisiera, y asi fue que a poco andar ya sentí aquella sensación de placer que produce la pronta eyaculación descargándome con fuerza con varios chorros de mi leche mientras apretaba su cuerpo con el mío para llegar a lo más profundo de su interior.
Uno y otro y otro chorro de mi semen caliente, el mismo que le dio la vida, se depositó dentro de mi niño, quien sintiéndolo se estremecía de placer con pequeños gemidos, oh, oh, oh sintiendo el palpitar de mi pene.
Nos quedamos un rato en esa posición hasta que fui perdiendo erección y lo saqué, trayendo alguna muestra de materia fecal, por lo que nos fuimos a la ducha y ahí le explique de la importancia del aseo íntimo, y que le compraría algún producto para que aprenda a asearse, pero por ahora a usar la manguera de la ducha. Lo enjaboné bien, me bañé junto a él y salimos a tomar algún refrigerio y descansar un poco.
Nos sentamos juntos, lo acariciaba, pregunté si le había gustado y con una gran sonrisa asintió.
Así quedamos hasta la hora de ir a dormir, en que le dije que dormiríamos juntos ante lo cual dio un gran grito de alegría, “Yupiiii”, se puso su piyama y se acostó mientras yo me fui a hacer algunas cosas de la oficina, adelantando trabajo para el día siguiente.
Cerca de la medianoche me fui a la cama, me acosté a su lado y lo empecé a acariciar, dormía profundamente y yo no pude evitar una nueva erección, más aún al pasar mis manos por su culito, lo que me llevó a moverlo tratando de despertarlo lo que fue imposible, pero ya no había vuelta atrás y le saque el pantalón de superhéroes y me prepare a penetrarlo, lubricando mi pene y su hoyito con una crema, y asi de costado lo ensarté en dos movimientos dejándolo completamente empalado y él ni se dio por enterado.
En esta ocasión lo cogí por mucho rato, con calma, en la penumbra, manteniendo la misma posición, acariciando su cuerpito, hasta que ya de nuevo llené su culito con la poca leche que me quedaba, y asi, con mi pene dentro de él me fui durmiendo pleno de emoción de todo lo ocurrido y pensando en lo que vendría y en que recién iba a cumplir 8 años, wow, que futuro tendríamos.
Continuará….
Hermoso relato
wowo chale esta buenisimo esto
Buen Relato como los anteriores leeré el que sigue se está poniendo mejor cada vez mucho morbo
Saludos