Familia de Dos Papás, (5@ parte) continuamos disfrutando sin complejos ni distracciones
Y prosigo relatando el primer encuentro en mi dormitorio con mi hijito Matias y el vecinito de 14 años, Gerardito y ya pensando en el cumpleaños de mi hijo…….
Y así, queridos lectores como les conté en mi relato anterior, empecé a follar casi brutalmente al vecinito, Gerardo, adolescente que acababa de llenar de su joven semen a mi hijito Matías de 7 años, y ahora me tocaba mi parte, haciéndolo gemir con sus piernas en mis hombros resistiendo cada clavada que le daba hasta hacer que mis huevos retumben en sus blancas nalgas, arrancándole suspiros de placer y algo de dolor.
Mi hijo observaba a un costado de la cama, extasiado, y a veces me besa a mi y otras en la boca de nuestro jóven vecino, y ya aumentando su lujuria, le empezó a dar lamidas al pene de su clavado amiguito quien volvió a trepar al quinto cielo del placer.
Luego de un buen rato en que me deleité con el chico, ya decidí no aguantarme mas y sin aviso simplemente empecé a inundar sus entrañas con mi caliente leche, que en los últimos días había aumentado en la producción considerando que diariamente le daba un par de dosis a mi hijito.
Les invité a pasar al baño a asearnos y refrescarnos, tengo una tina tipo jacuzzi donde caben tres personas, así que deje a los chicos ahí mientras fui a la cocina y regrese con sendas porciones de helado y me metí entre ambos a saborear el postre.
Matías se acercó a mi y le abracé, Gerardo, el vecino se quedó mirando con un aire melancólico y le invité a que se pusiera a mi otro lado, lo que le alegró por su cara sonriente y me di cuenta que el chico necesitaba cariño, así que abrace a ambos y les di sendos besos para que sintieran mi amor ( a veces los padres olvidamos que los hijos adolescentes necesitan afecto tal cual es sus primeros años de vida).
Luego de tomar el helado y habiendo reposado, nos salimos del agua y nos fuimos así, desnudos hacia el comedor. Yo tomé una manta y la ubique sobre la mesa e hice que Matías se ubicara en modo “4” e invité a Gerardo, quien por primera vez se atrevió a meter su lengua en aquel culo quien dio un pequeño salto al sentirlo y empezó a darle una deliciosa comida de culo para lo cual abría sus grandes nalgas con las manos consiguiendo así introducir su lengua lo mas al fondo posible dándole un placer profundo a mi retoño, y yo me entusiasmé y también empecé a lamer lo que podía y besar con mucha lengua al jovencito consiguiendo así una gran excitación manifestada en una gran erección por lo que se acomodó para iniciar una nueva follada a lo cual yo le alcance el lubricante (creo deberé comprar por mayoreo) que fue aplicando tanto en el hoyito rosado de mi hijo como en su erecto pene y así ya preparado inició la primera embestida ante la cual el rosado orificio se fue abriendo permitiendo la entrada de aquel ya conocido y amigable miembro hasta llegar al fondo de él.
Esta vez, dado que ya estaba anteriormente dilatado y ahora bien lubricado, se inicio una follada a todo ritmo, la mesa hacía de tope ante cada embestida juvenil con lo que la penetración era lo mas profunda posible, a un ritmo parejo. Yo me deleitaba mirando y pasando mi mano por el culo del jovencito lo que me llevó a arrodillarme detrás y empezar a lamer su culo, metiendo mi lengua como antes lo hizo él con mi hijo, con lo que se multiplicaron los gemidos, suyos y de Mati. Pasado un corto tiempo me levanté y así sin más preparación ni lubricación que mi saliva depositada, procedí a ensartar al joven haciendo un perfecto sándwich erótico-morboso.
En pocos instantes logramos coordinar nuestros movimientos así que el mete y saca era al unísono consiguiendo penetraciones hasta el tope para ambos. Por cierto, Gerardo era quien disfrutaba por partida doble al hacerlo con su pene clavando a mi hijo y por mi parte invadiendo su agujero anal con mis 18 cms de pene.
Debo acá señalar a mis lectores, que desde que me había hecho cargo de Mati según relaté en mi primera entrega, una vez que mis padres ya no pudieron tenerlo, yo no había tenido tanto sexo. Me había pegado algunas escapadas, pero solo cosas rápidas sin mayores compromisos, y ahora en un par de días estaba haciendo lo que no pude en un par de años.
Y así, seguíamos disfrutando del sexo en la mesa del comedor hasta que Matías se quejó que estaba adolorido de su pelvis como consecuencia de los empellones dobles que le dábamos, así que se ubico de espaldas sobre la mesa y Gerardo nuevamente le penetró y por supuesto yo a este último manteniendo el sándwich lujurioso.
Y así paso aquella tarde a la que se sumaron varias más, en día sábados, pero un día Gerardo manifestó preocupación dado que su padre le había estado interrogando por las continuas visitas que nos hacía, ya que en algún momento habían hablado del tema por lo que pensé en alguna solución que nos dejara satisfechos y en especial a los vecinos para mantener nuestros encuentros y hasta quizás poder extenderlos.
Justamente ya se acerca la fecha del cumpleaños de mi hijo, numero 8 así que ideé un plan que les relatare en mi próxima entrega…..
Mis agradecimientos a los lectores que me comentan y por cierto a quienes marcan las estrellas indicando que les ha gustado, y así me animo a seguir subiendo relatos con nuestras historias de familia con dos papás…….
Siguiente parte
Muy bueno, buscaré el siguiente ya que mi mente está pensando lo que va a ocurrir en el cumpleaños de Matías
Saludos