FANTASÍA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Dentro de las cosas que más disfruto del sexo es mi lado femenino, si se que tal vez por mi descripción no parezca que tengo ese lado muy femenino, de hecho, no soy obvio y si me ves, no pensarías que soy gay, pero desde muy pequeño me encanta la ropa femenina, pantaletas, bra, medias, ligueros, faldas, blusas, etc., etc.
Me di cuenta de mis gustos un día que por un descuido tuve que usar una pantaleta de mi hermana, pues estábamos de vacaciones y olvidé empacar mi ropa interior; sentir la suavidad de la tela, el color rosa y los encajes en la cintura y las piernas me exitaron mucho, aún cuando creo que tenía escasos 6 o 7 años. Desde entonces, cada vez que podía las usaba, claro sin el consentimiento de mi hermana ni de mi madre.
Con el paso del tiempo comencé a robarme pantaletas de donde podía y esconderlas sucias entre mi ropa, bajo el colchón de mi cama y entre mi almohada, aunque muchas veces fui descubierto por mi madre quien las tiraba a la basura y claro después el clásico regaño y sentirme como mierda pensando que estaba enfermo o loco y que era el único en el mundo al que le pasaban esas cosas, la etapa más fuerte que viví con eso fue en la secundaria, me volvía loco por usar pantaletas y para disimular encima usaba mi ropa interior normal de niño, pero no podía dejar de masturbarme cada momento que podía viéndome al espejo como me quedaban mis pantys fantaseando que un hombre me vería y me daría verga por todos lados.
Recuerdo muy bien que estuve enamorado de un compañero de mi salón de clases,
Oscar se llama, era un chico delgado, sonriente y muy guapo y para colmo tenía una vergota gruesa y larga, no se cuanto le medía pero si era más grande que la de todos los del salón y eso lo se porque entre los compañeros siempre jugaban a medírsela y el siempre ganaba, yo nunca quise jugar porque mi pene era el más pequeño y me daba vergüenza que lo supieran, pero Oscar valla que si tenía un pitote que me hacía eyacular abundantemente cada vez que me masturbaba.
Soñé muchas veces que llegaba a mi casa y me sorprendía vestido de nena pues por aquél entonces solía quedarme solo por las tardes y aprovechaba para ponerme unas pantaletas blancas con la figura Mikey Mause con encaje en la cintura, una toalla sanitaria nocturna con alas que le robaba a mi mamá, un corpiño blanco de algodón decorado con mariposas, medias blancas que le robé a una prima una minifalda blanca de mi hermana, una blusita rosa con holanes y unas zapatillas blancas que no me quedaban muy bien pero que completaban mi atuendo perfectamente; así vestido pasaba las tardes y soñaba que Oscar me visitaba como si fuera su novia y aprovechaba que estaba sola para conquistarme.
Y aquí comienza mi fantasía con mi adorado Oscar, soñaba que un día por la tarde después de la escuela y ya ataviado como princesa, tocaban a mi puerta y sin recordar como estaba vestido abrí y era él, abrió los ojos tan grandes y me preguntó que porque estaba así vestido fue entonces que me di cuenta de mi atuendo, le cerré la puerta en la cara y corrí a cambiarme, pero el siguió tocando y me pedía que le abriera que no diría nada, eso me dio cierta confianza y abrí de nuevo, lo invité a pasar; él me veía sorprendido e intrigado, no daba crédito y sólo me pregunto que porque estaba así vestido.
No podía hablar, tenía miedo y solamente quería esconderme pero no pude más que ponerme a llorar y rogarle que no le contara a nadie; entonces me tomó de la mano, me acercó lentamente a él, me abrazó muy tierno y me dijo al oído, "no te preocupes, te ves muy bonita y no diré nada", abrí los ojos, no daba crédito a lo que estaba escuchando, Oscar mi amigo, compañero de escuela, me decía que me veía muy bonita, si solo teníamos 14 años, como puede alguien a esa edad pensar eso de un amigo y menos porque aun vestido de nena pues no veía muy femenina pues mis rasgos son muy varoniles, pero así fue, después de decirme eso, me tomó delicadamente de la nuca y me acercó a él para besarme, fue un beso tierno, apenas abrió sus labios, los posó sobre los míos, humedeció delicadamente con su lengua mi boca y me acarició tan tierno que fui al cielo y regresé, simplemente estaba soñando, no podía creerlo.
Me tomó de la mano y me llevó hasta un sillón donde me ayudó a sentarme como todo un caballero y después se sentó él, yo estaba tembloroso y pálido, me pidió que me tranquilizara me dijo: "no tengas miedo, no le diré a nadie que dentro de ti vive una niña muy bonita de la que me estoy enamorando profundamente", entonces lo abracé y le pedí que me prometiera que nunca diría nada, que por favor lo olvidara y que hiciéramos como si nunca hubiera pasado porque yo no podría verlo nuevamente a los ojos y el me dijo que no, que en la escuela y frente a los demás sería todo normal, pero si se lo permitía cada vez que estuviéramos solos yo sería su novia, a lo cual no pude resistirme y le dije que si.
Así fue, en la escuela todo era normal aunque en ocasiones discretamente me guiñaba un ojo, me mandaba besos o me sonreía tiernamente y desde entonces Oscar, comenzó a cortejarme iba todas las tardes a mi casa y cuando me sorprendía vestido de hombre me preguntaba: hola y ¿mi novia?, entonces de la mano me llevaba hasta mi recamara para ayudarme a convertirme en su nena, me quitaba la ropa mientras me besaba, desabotonaba mi camisa, mi pantalón y los deslizaba suavemente por mi piel acariciándome, eso si nunca me quiso bajar los calzones de hombre, pero si me acariciaba las nalgas muy tiernamente y me decía:
O: anda conviértete en mi novia, ya te ayudé, pero quiero verla a ella.
Entonces comenzaba a transformarme, esa tarde me quité los calzones muy despacio mostrándole mis nalgas que por aquél entonces eran muy suaves, no tenía mucho bello en el cuerpo y como practicaba natación los fines de semana pues tenía todo muy bien ubicado, así desnudo busqué entre mi ropa de niño mi atuendo de nena, saqué unas pantys rosas de algodón con estampado de estrellas y corazones, mi corpiño rosa que hacía un juego perfecto, calcetas escolares zapatitos de colegiala, una minifalda tableada color blanca y mi blusa rosa pegadita de lycra, al ver mi atuendo sobre la cama me exité de tal manera que mi pene tenía una gota de liquido transparente escurriendo y mi amado Oscar se frotaba sobre el pantalón del uniforme escolar su vergota, comencé a vestirme lentamente, me puse el corpiño, las calcetas, los zapatos, la blusa y la falda, con toda la intención dejé las pantys al último, me di una vuelta para ver la reacción de mi enamorado y su pantalón escolar se estaba humedeciendo mientras jadeaba como loco y eyaculaba dentro de su ropa sin siquiera tocarse, con la mirada puesta en mis piernas y mi culo, entonces tomé mi panty me agaché para ponérmelas dándole la espalda para mostrarle mi culito, las coloqué en mis tobillos y lentamente fui subiendo mis pantys y cuando estaba a punto de colocarlas en su lugar me detuvo y me dijo, mi amor estas en tus días no vallas a manchar tu ropita, sacó de su mochila una tolla sanitaria marca kotex nocturna con alas, delicadamente la sacó de su envoltura, me la dio y la coloqué en su lugar, subí mi panty, levante mi faldita para mostrarle como me había quedado y su verga brinco dentro de su ropa húmeda.
Me tomó de la mano me acercó a él y como nunca me besó y acarició cada centímetro de mi piel desde mi cara hasta mis piernas, mientras las acariciaba, subía y bajaba sus manos y me sobaba el culo diciendo que lo mejor de todo era sentir el kotex entre mis piernas, que me hacía mas femenina, mas nena, mas rica, y me apretaba deliciosamente todo el cuerpo, mientras yo gemía y también acariciaba su cuerpo fuerte de machito en brama, mojado por el sudor de la exitación y empapado su pantalón por la abundante eyaculación que había tenido mientras se masturbaba acariciando su pene sobre su ropa hasta que se vino.
Entonces no pude más, ya había sido suficiente de solo ser noviecitos de manita, besos y caricias, hacía una semana que me sorprendió vestido de nena y me estaba cortejando como un novio normal y no es que no me gustara, al contrario yo me sentía muy bien, porque me respetaba y me quería, era en serio, no se trataba de un juego, pero esa tarde de viernes era especial, tenía que aprovechar a mi machito adolescente y me decidí, me puse de rodillas le quité el cinturón, me acerque a su entrepierna para olerlo y saborear esa humedad que yo había provocado, me detuvo un instante sólo para preguntarme: ¿estas seguro?, le dije si y háblame como si de verdad fuera una nenita, asintió con la cabeza y me dejó terminar de bajarle el pantalón, descubrí una trusa blanca toda mojada y con olor a semen recién descargado, saboree un instante de la tela de su prenda chupé para probar sus líquidos y sentir por primera vez el sabor del néctar de machito, su verga seguía piradísima y con los dientes bajé su trusita para descubrir un pitote ancho, venoso, cubierto por su prepucio y pegado a su pubis que llegaba hasta su ombligo, su vello púbico delgado y muy escaso apenas se le notaba porque según me dijo después, a raíz de nuestro noviazgo se lo recortaba porque cuando tenía erecciones por pensar en mi se lo jalaba y le dolía.
Era una verga grande si, pero aún de niño con la punta roja y húmeda, recta y los testículos si bien no eran grandes le colgaba deliciosamente, contoneándose al ritmo de las palpitaciones de su vergota erecta que latía al ritmo de su corazón, y me la metí en la boca, sin saber que o como hacerle la chupe cual paleta, le daba lengüetazos y la besaba de arriba hacia abajo, estuve así unos cuantos minutos hasta que sentí como caían en mi cara chorros de semen caliente que me batieron la frente, las mejillas y los labios, mientras mi papito vergón se convulsionaba por el nuevo orgasmo que mi boquita golosa le provocó, se dejó caer en la cama respirando profundamente agitado y muy sonriente, cuando recuperó el aliento se levantó y me besó metiendo su lengua hasta mi garganta, parecía que me quería comer mientras sus manos acariciaban mis tetillas para luego despojarme de mi blusita y mi corpiño, entonces me chupo las tetas, me las succionaba muy tiernamente y me decía: "eres mi nena, mi putita, te voy a hacer el amor como nadie, te voy a quitar la virginidad y seré el primer hombre en tu vida ¿quieres mi amor? ¿quieres que yo sea tu primer hombre? ¿el que te quite lo virgencita preciosa?" y yo encantada le decía "hazme lo que quieras mi rey, soy tuya papito".
Suavemente me recostó en la cama, me miró tiernamente, me quitó los zapatitos, acarició mi pecho, abdomen, pasó el dorso de su mano por mi frente y mis mejillas y tiernamente comenzó a besarme, nuestros labios se unieron de forma perfecta, su lengua acarició la mía y su mano comenzó a acariciar mi verga sin quitarme la panty, acarició mis piernas, hizo a un lado la pantaleta para liberar mi verga erecta y húmeda y comenzó a jalármela, dejó por un momento de hacer eso para acariciar mis testículos y sobar tiernamente entre mis piernas, como si acariciara una vagina, chupo sus dedos y humedeció con su saliva entre mis piernas para acariciarme como si estuviera estimulando mis labios vaginales hasta llegar a mi culito, sacó nuevamente sus dedos, los llevó a su boca, los metió entre nuestros labios para mojarlos y así húmedos por nuestras salivas los puso nuevamente entre mis piernas y mojó mi ano, lo lubrico muy despacio y comenzó a meterme un dedo.
Luego abrió muy despacio mis piernas con mucha suavidad, dejó de besarme para chupar mis pezones y poco a poco bajó hasta llegar a mi pene erecto, colocó su lengua en la punta de mi glande y comenzó a lengüetearlo rápida pero suavemente y ya no pude más eyacule abundantemente, el se alejó y me dijo "¿sentiste rico princesita?", yo absorto en mi orgasmo solo gemía y pujaba y es que esa sensación de tener dos dedos ensartados en el culo y su lengua en mi glande me hicieron volar.
Esa tarde fue memorable y aún no termino de contar, espero sus comentarios, besitos a todos.
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