Fantasía cumplida segunda parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola
La siguiente historia sucedió a mediados del año 2016.
Soy casado y vivo en Pachuca, Hidalgo.
Un día mi esposa me comenta que a la salida tendría convivio con sus compañeros de trabajo en algún restaurant, y por lo tanto, no llegaría luego a casa.
Que me iba a marcar a mi celular para que fuera por ella.
Así que yo tendría unas horas también para hacer otras cosas.
Y la verdad, lo primero que se me ocurrió, fue hablarle a un conocido y excompañero de trabajo, con el que ya había yo tenido intimidad sexual: fue mi primera vez con él hace un año, que por cierto, me dolió bastante, pero fue muy placentero hacerlo con él.
Esa tarde él me dijo que disponía de tiempo y que me esperaba en su casa, que también él ya deseaba estar de nuevo conmigo, que le había gustado mucho penetrarme y que había estado esperando que le llamara.
Aunque debo confesar que habíamos tenido contacto vía Messenger y los dos estábamos esperando la mínima oportunidad para estar de nuevo juntos.
Ha sido excitante mensajearnos y podernos decir cosas “sucias”; de cómo me dolió la primera vez, sus besos en todo mi cuerpo, que la tiene bien gruesa, que eso me había gustado, que haber sentido su pene adentro de mi había sido una rica experiencia, que había sido el primer hombre en mi vida, que deseaba de nuevo sentir su pene en mi boca y en mi ano, etc.
Y con este tipo de plática, nos mojábamos ambos nuestra “tanga”, pero no habíamos podido concretar el siguiente encuentro.
Al llegar a su casa, nos saludamos, nos abrazamos, nos besamos con unos ricos besotes; era algo increíble, pero lleno de satisfacción, sin dejar de sentir algo de nervios.
Nos quitamos la ropa y me llevó a la regadera.
Nos dimos un baño rápido, y mientras se bañaba, me acariciaba y me besaba con frenesí; con ansias.
Y yo le correspondía porque también me gustaba y sentía el placer de ser tratado así; me sentía una mujer en sus brazos bajo el agua.
Su pene ya estaba bien erecto, y a mí se me estaba antojando probarlo.
Se lo chupé con toda la emoción; por fin podíamos estar juntos nuevamente, así lo habíamos deseado ambos.
Después de unas mamadas ricas que le di, me pidió que me volteara hacia la pared que iba a metérmela; me puso jabón en mi ano, y me metió un dedo, y luego dos, sin dejar de besarme y decirme que le gustaba yo, haciendo que se dilatara un poco más mi ano.
Y en seguida, sentí cómo su pene estaba a la puerta de mi ano ansioso.
Me lo empezó a meter suavemente, pero no lo aguanté.
El dolor que sentía era intenso, y eso a pesar de que era nuestro segundo encuentro, y además de lo caliente que estaba yo.
Le pedí que me la metiera un poco y que la sacara luego; y así, estuvimos hasta que poco a poco fui sintiendo que el dolor desaparecía y solo disfrutaba tener ese pedazo de carne entrando y saliendo de mí.
Estuvimos por un rato disfrutando así, entre la ducha y la cogida sin terminar ninguno de los dos.
Fueron como 30 minutos.
Después me pide que nos sequemos e irnos a la cama para seguir disfrutando del sexo.
En la cama, me acostó boca arriba, y empezó a besar mis tetas: qué rico se siente tener a un hombre besándome mi cuerpo; mi boca, mi cuello, mis tetas, mi estómago, y me chupó también mi pene y mis bolitas.
Yo estaba a mil de placer y estaba realmente gozando ese encuentro tan maravilloso.
Luego me levantó las piernas, se las puso al hombro y se bajó a besarme el hoyito, a meter su lengua.
Yo sentía que no podría más y que terminaría en cualquier momento, pero me contuve, yo quería seguir disfrutando esos besos.
Era el momento de llegar a lo tanto esperado.
Se acomodó de tal manera que su pene quedó listo para penetrarme, me pidió que le ayudara, tomé ese grueso pene palpitante y me lo puse en mi ano.
Cuando sintió que estaba listo, lo empujó suavemente y me preguntaba si me dolía, yo le dije que un poco pero que me gustaba así.
Empezó a bombearme poco a poco, hasta que me entró todo ese miembro tan rico, yo gritaba de placer; me movía de un lado a otro ligeramente, gozándolo, sintiendo esa experiencia anhelante, le pedí que se tardara, que no se viniera pronto, que lo quería disfrutar al máximo.
Nos dijimos cosas ricas, y nos besamos como amantes.
Después de unos minutos, me pidió que me sentara encima de él.
Me clavé su pene sin mayor problema, ya que mi ano estaba bien mojado, y bien dilatado.
Me di unos sentones sobre su pene, y él me seguía besando la boca y mis pezones, mientras yo me movía de arriba abajo, gimiendo de placer.
Después de un rato de estar tallando, se vino dentro de mí; sentí cómo se estrujaba su pene dentro de mí y cómo me echaba su lechita calientita.
Me apretó la cadera, y me besó nuevamente, en ese momento yo también me vine y le cayó mi lechita en su velludo pecho.
No saben lo rico que es coger con alguien así.
Realmente me sentí en otro mundo, es algo diferente, es tener sexo sin prejuicios, sin rechazos.
Me bajé de su pene, y todavía le quedaba lechita.
Me lo acerqué a mi boca y le chupé esa lechita y me supo bien rica.
Nos besamos de nuevo, diciéndole que me había gustado, y él dijo que también le fascinaba cogerme, que le gustaban mis nalguitas, que se sentía afortunado por ser el primer hombre que me había cogido.
Que hiciéramos nuestros encuentros más frecuentes.
Sin embargo, por los compromisos de trabajo de ambos, nos es posible vernos seguido, además, él sabe que soy casado y no tan fácil puedo inventar una escapada, mi esposa es muy celosa y anda al pendiente de mí.
Por eso, solo puedo escaparme cuando ella tiene algún compromiso de salida.
Espero que pronto pueda concretarse otro encuentro; lo deseo con toda el alma.
Y él también.
Nota: Mi siguiente deseo es estar con alguien que la tenga más larga y gruesa:
suryparrobastarmedia.
com
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