Fantasía: En un telo transvestido con un maduro – Parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por TheShambhaEveryday.
NOTA: La primera parte del relato por algún error fue publicada como "anónimo".
El enlace es el siguiente: http://www.
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Allí estabamos tirados en la cama.
Yo, con mi culito largando semen de mi amante, aún con las medias de encaje puestas.
El, con la verga sobre su estomago.
Habíamos tenido un placentero orgasmo así que de momento solo nos limitabamos a descansar, hasta que mi amante rompió el silencio.
Me preguntó sobre mi sexualidad y mis experiencias a lo que yo respondí sin miedo.
El me contó también de sus experiencias.
Los jóvenes como yo con los que había estado.
Me excitaba mucho pensar en que esa verga que estuvo en mi culito hace unos minutos había dado tanto placer.
Y ahora estaba toda a mi disposición.
Entre tanta charla, nuestras dos vergas estaban ya duritas las dos.
Le menciono que parece que está listo para recibir placer otra vez, pero me pide algo diferente esta vez.
Mi amante va a buscar la bolsa que anteriormente había sacado de su pequeña maleta y saca de allí un vibrador y un látigo.
Me ordena que me calze los zapatos de taco, y como buen sumisa obedezco.
Voy al baño donde habían quedado.
Luego de ponermelos, me pongo de pie.
No eran muy cómodos, pero me hacían sentir mas puta y eso me exitaba.
En ese momento, mi amante entró al baño y me empujó contra el rincón, donde quedé apretado.
"Escuchame, putita, mi verga tiene ganas de recibir placer oral de tu boca hermosa.
Ahora iremos a la cama y me la mamarás, chuparás y tragarás toda, mientras soportas la humillación.
Estas de acuerdo, puta?"
Llegué a contestar que si, cuando mi amante me dió una buena nalgada que me hizo gritar del dolor (y placer).
Seguido de esto comenzó a abrir mi culito, donde colocó el vibrador y seguido lo prendió.
Comenzé a sentir dentro de mi culo la vibración, era una sensación hermosa.
Mi amante me ordena que no se salga de mi culo mientras hago mi "trabajo oral".
Me tomó del brazo y me llevó hasta la cama, donde se sentó y abrió sus piernas.
Me ordenó ponerme en cuatro patas y comenzar.
Con una mano tomé su verga mientras que con la otra sostenía el vibrador que me estaba dando tanto placer en mi culo, puesto que poco a poco se deslizaba hacia afuera y mi amante me había ordenado que no salga por completo.
Miraba su pene por unos segundos, era hermoso.
Estaba apreciandolo y pensando "la verga que me voy a comer".
Antes de que comience a chupar, mi amante prendió la televisión de la habitación y lo puso en un canal porno.
Me permitió girar la cabeza para ver de que trataba la película.
Dos chicas gemían mientras se tocaban entre ellas al mismo tiempo que se comían una hermosa verga.
La situación de escuchar esos gemidos me excitaba mucho.
Ya no era como antes donde eramos un amante y su chica en una habitación de hotel.
Ahora mas bien eramos una prostituta y su cliente.
Comencé a pasar la lengua timidamente por su verga.
Miré a los ojos a mi amante con cara de sumisa, pero este tomó su látigo y me dio un latigazo en mis nalgas que me hizo gritar.
"No mires a los ojos a tu amante mientras chupas, puta!".
Este trato me excitaba mas y mas.
Empecé a metermela en la boca, era deliciosa.
Mi amante gemía, y yo, estimulado por el vibrador en mi culo, gemía también.
Mi amante controlaba mi ritmo agarrándome de la cabeza.
Me obligaba a sacarmela de la boca y pasar la lengua por toda su hermoso pene, desde la cabeza hasta los huevos.
Con mi mano lo masturbaba mientras lamía.
Finalmente mi amante quiso que le de mis dos manos, para que estimule su verga solo con mi boca y el vibrador lo mantenga solo con mi culo.
Sin embargo, después de unos segundos, el vibrador cae inevitablemente.
"Ponte sobre la cama en cuatro patas".
Obedecí, sabía que iba a castigarme por no cumplir, y así fue.
Con su látigo azotó mi culo unas veinte veces que me hizo contar entre gemidos cada vez que me daba uno.
Finalmente, se tiró en la cama y me ordenó seguir, ya que "faltaba poco".
Obedecí y seguí dandole placer.
"Que rico que lo haces, putita, así, tragatela toda hermosa, como se nota que te gusta" eran solo unas pocas de todas las cosas que decía para humillarme.
Y a mi me encantaba, por supuesto.
Seguí chupando hasta que mi amante me anunció su orgasmo, así que seguí masturbandolo mientras con mi boca cubría la cabeza de su verga, esperando todo su rico semen.
No tardó en llegar y en gran cantidad.
Era delicioso.
Cuando aún lo tenía en la boca, mi amante me ordenó "tragalo, puta".
Así hice.
Mi amante quedó satisfecho y yo estaba orgulloso de eso y muy excitado.
Sin embargo me ordenó que no tuviera un orgasmo ahora.
"Esperame unos minutos y cumpliremos una de tus fantasías que mencionaste".
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