Fantasías, mis tres Catires…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por riky1987.
César, David y Gianinno.
Esto NO ha sucedido, y creo nunca va a pasar, son solo fantasías con mis compañeros de trabajo, entre muchas otras.
¿Quién no ha tenido sexo o fantasías, con uno o varios compañeros de trabajo? Es tan ardiente, y más excitante si ves a esa persona a diario, y aún más si esta trabaja directamente contigo.
Cada uno tiene algo que me llama la atención, y me hace desear ser su amante al menos por un día
• César trabaja con Damián, un compañero con quien tuve sexo, lo nombré en el relato anterior… Es un hombre blanco y catire, estatura media.
Su punto fuerte en mi opinión, son sus ojos, parece tan morboso… Como si a través de ellos, me invitara a follar con él…
Su pecho muestra una considerable cantidad de sensuales vellos rubios, sin llegar a ser demasiados, es un tipo muy serio y a veces, hasta amargado…
Cosa que lejos de alejarme, me excita demasiado, porque lo hace lucir dominante y malvado.
Su güevo lo imagino blanquito y normal, pero con la cabeza grande y roja…
Suficientemente bueno como para darle una mamada que nos vuelva locos de placer a ambos, al chuparlo como si fuera una chupeta, mientras pone sus piernas alrededor de mi cuello, apretándolas para que no me lo saque de la boca, hasta hacerme tragar su delicioso néctar.
Si llegase a cogerme, me gustaría sentarme sobre su verga, mientras yo cabalgo y él me toma de la cintura empujándome hacia abajo, mordiendo mi cuello, dándome chupetones y diciéndome vulgaridades al oído.
• David trabaja cerca de mi oficina, quedando esta un piso arriba de la suya, él conoce mis preferencias, y eso nunca ha interferido en nuestra amistad… Es catire, blanco y de estatura media.
Lo que me atrae de él, siempre ha sido su cuerpo cuadrado, y cuando usa camisa blanca, me derrito y me imagino besando su viril pecho…
Una vez la empresa organizó un viaje a una piscina, lo que me dio la oportunidad verlo sin camisa, su pecho es espectacular, semi velludo entre los pectorales y el ombligo, formando una fina línea de pelos negros muy bien cuidados, que lo hacen lucir como un verdadero Dios Griego…
Su güevo lo veo de 16 o 17 cm, muy grueso y algo peludo
Al hacerle sexo oral, lo desearía casi totalmente vestido, con ropa formal: pantalones negros por debajo de las rodillas, y una camisa blanca abierta, que me permita acariciar su musculoso pecho. A él más bien lo veo siendo dulce, diciéndome… Sigue bebé, sigue, mientras yo estoy arrodillado con su enorme pene en mi complaciente boca, mientras él acaricia mi cabello.
Si me cogiera, me gustaría que ambos estuviéramos boca abajo, mientras él me complace con firmes pero delicadas envestidas, diciéndome que tengo un rico culo, quedando a su vez satisfecho con mis constantes movimientos hacia arriba y abajo.
• Gianinno: ¡Ay Gianinno! Es que a mí siempre me ha gustado dejar lo mejor para el final…
Como su nombre lo dice, es de origen Italiano, trabaja justo frente a mi oficina, es jefe de su departamento…
Como quisiera que fuera mi jefe, pero en la cama. ¡Un catire provocativo! Es alto, blanco y delgado, pero no demasiado, tiene buen cuerpo, pecho lampiño. Según él, algo de pansa, pero eso me encanta, ya que eso lo hace varonil.
¿Qué me gusta de él? ¡Uf! Muchas cosas, para empezar fuma, y me agrada sentir su olor a cigarrillo cuando pasa al lado mío. Su boca, es de labios finos, pero me encantaría que me mordiera todo el cuerpo brutalmente. Sus manos largas y perversas, lo suficiente fuertes para apretarme y obligarme a obedecer sus órdenes. A veces se deja la barba, con lo que logra parecer un salvaje hombre lobo. Grita, algo que me gusta muchísimo, porque me parece que así me enseñaría quien es el que manda.
Pienso que su verga es de grosor normal, pero de 22 a 26 de largo, sin exagerar.
Si pudiera hacerle sexo oral, o a lo criollo ¡MAMARLE EL GÜEVO! Ahí sí sería toda una perra, ataría una corbata a mi cuello, mientras él la jala ahorcándome y dándome la orden de que me lo lleve entero a la boca, y no me lo saque, hasta que no me dé toda su espesa y caliente leche.
Me pondría en 4 para que me cogiera, para ser una caliente perra en celo a su completa disposición. Dejaría que me tomara de la fuertemente cintura, que me lo metiera de una, sin siquiera lubricar ni dilatar, que jalara mi cabello, desearía que me cogiera sin importarle mi dolor ni mis lágrimas, que simplemente se ocupe de complacerse a sí mismo.
Les pido un consejo. ¿Les digo o no les digo lo que siento por ellos?
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