fiesta de sexo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por dani687898.
Me llamo Masc (apodo, por supuesto). Siempre me ha gustado mucho el sexo y no pierdo la oportunidad de tenerlo siempre que puedo. Además, como no me duran mucho las parejas estables, pues yo saco todo el partido que puedo a las oportunidades que se me presentan.
En Madrid, de vez en cuando y coincidiendo con los puentes festivos que solemos tener, se organizan fiestas muy sexuales en discotecas habilitadas para ello. Son fiestas de sexo, de sexo más bien duro, aunque no todo el que va se involucra como debería en el sarao. El acceso a la fiesta está restringido a un tipo de vestimenta determinada, lo que llamamos "El código". Ya sabéis, leather, rubber, skin, desnudo, etc. Esto que les cuento es lo que me ocurrió en una de estas fiestas a las que soy habitual, siempre que el trabajo me lo permite.
Llegó uno de los deseados puentes festivos. Se organizó la correspondiente fiesta y yo decidí asistir, pues para mí son una pasión. Me vuelve loco el ambiente que se vive en ellas. Se celebraba un domingo, ya que el lunes era festivo. Llegada la hora correspondiente, llamé a los amigos para saber si querían ir, pero como son un poco flojos, no quisieron, les van más los locales de gays. Yo me preparé para asistir, mí look es del tipo skin (me encanta esa estética), así pues me coloqué un suspensorio, pantalones vaqueros deteñidos, botas de cuero altas casi hasta las rodillas con las puntas de acero, polo "Fred Perry" negro con las rayas blancas, los correspondientes tirantes y la cabeza bien rapada. Solo de verme a mí mismo así, me empalmo. No solo me da morbo verme a mí, sino que me encantan los tíos que van así, son mí debilidad, aunque cada vez los skin lo disimulan más, para no tener problemas por las calles.
Salí de casa con esas pintas, en dirección a la discoteca de turno. La gente me miraba por la calle, había gente que se alejaba de mí al cruzarse conmigo por la acera. La verdad es que casi daba miedo. Si ellos supieran, ja, ja, ja. Llegué a la puerta del local. Tuve que esperar un poco, ya que había mucha gente para entrar y se formaba una fila de gente casi toda vestida para la ocasión. Algunos se cambiaban dentro del local, los más decididos íbamos vestidos desde casa.
El local era grande, decorado para la ocasión con todo lo que pudieses desear, para desatar la pasión del sexo duro. Como era pronto aún, decidí ir a una barra a tomarme algo. Allí estaba con el vaso en la mano, cuando se acercó un tipo de unos 35 años, vestido únicamente con un suspensorio. Empezó a tocarme por todos lados, yo me dejé ya que el tipo estaba bueno, normalmente me gusta la gente más joven que él, pero como estaba bueno y a esas fiestas no suelen ir muchos tipos de mi gusto, pues lo dejé.
Me manoseaba por todas partes y por supuesto terminó en mí pene. Empezó a abrirme los pantalones, yo me quité los tirantes de los hombros, ya que no se bajaban los pantalones, metió su cara lamiéndome el pene por encima del suspensorio que llevaba. Cuando lo tuve bien erecto, lo sacó por un lado y comenzó a hacerme una rica mamada. Como tengo un pene kilométrico, no alcanzaba a comérsela entera, y luego lo sacaba para lamerme los testículos.
La gente, que es muy curiosa, se empezó a arremolinar en torno a nosotros dos. Ninguno de los mirones participó en nada. Solo observaban como me hacia el sexo oral. Así estuvimos como diez minutos, hasta que una de las veces que se lo metió hasta el fondo en la boca, yo me corrí y le llené la boca de semen. Como no le dije nada y le pilló de sorpresa, la corrida lo atragantó y empezó a toser escupiendo la semen que tenía en la garganta. Al girarse a toser manchó de semen los pantalones de uno de los mirones, que salió corriendo de allí, supongo que a limpiarse, me produjo mucha risa la acción del mirón. El mamador me dio un pico y se marchó. Tengo que reconocer que me gustó mucho la mamada.
El local se iba llenando de gente poco a poco, cuesta, ya que el ropero de la entrada se colapsa de tanta gente y va despacio. Decidí irme a una de las zonas oscuras habilitadas para tener sexo. Allí había como ocho o diez personas. Una de ellas encendió un mechero para ver quien había. Con esa breve luz vi a un chico guapísimo, jovencito, era muy alto y extremadamente delgado. "Este es para mí", pensé en un segundo. Me acerqué y me coloqué delante de él. Lo toqué y dio un respingo, pero no se movió del lugar como si aceptara. Le toqué el pene, no parecía que tuviese un gran pene pero bueno, el resto de él si me gustaba, así que seguí. Aquello empezó a crecer y terminó siendo un pene bastante bueno de unos dieciocho centímetros. Me arrodille, le bajé el pantalón y los calzoncillos de un tirón. El pene del tipo me dio un golpe en la cara, mojándome los labios de lubricación natural.
Me metí ese rico pene en la boca, estaba muy limpio y sabía únicamente a pene, sin ese sabor del pene poco aseado con los que te encuentras de vez en cuando. Yo no soy capaz de meterme un pene así entero en la boca, pero le hago ciertas cosas con la lengua que le hace estremecerse, señal de lo bien que se lo estaba pasando. Le mame el pene y los testículos durante mucho tiempo. El me levantó del suelo y me beso con pasión.
Acto seguido desabrochó mis pantalones, me los bajó y tocó en la oscuridad el suspensorio que llevaba, que me cubría el pene y dejaba desnudo mí culo. Me tocaba la raja del culo, se chupó un dedo de su mano y la volvió de nuevo a mi trasero, metiendo ese dedo en mi agujero. En ese momento pensé: "Lo que más me gusta, un típo jovencito y activo".
Cuando él pensó que ya estaba bastante abierto, me colocó frente a la pared inclinándome hacia adelante, quedándose él en la zona por la que la gente pasaba, parecía como si no me quisiera compartir con nadie. Apuntó su pene a mí agujero, metió la cabeza y daba pequeños empujones, de pronto sacó un poco y me lo metió hasta el fondo. ¡Joder que dolor!. Pronto me acostumbre a sus embestidas, estaba disfrutando mucho con su pene en mi culo. De pronto se apartó un poco y dejó paso a otra persona que se colocó de espaldas a la pared delante de mí. Ese nuevo participante me dijo al oído:
– ¿Con que teniendo sexo con mí novio?. Yo también quiero jugar.
Se bajó los pantalones y sacó un pene que me pareció enorme. Me daba golpes con el en mí cara y se le iba poniendo durísim. Cuando lo consideró oportuno, me dijo:
– Ven zorra, chupa mí pene mientras te coje mí chico.
Desde luego no perdí la oportunidad. Me metí el glande en la boca, casi no me cabía de lo gordo que era. Empezó a dar golpes de cadera metiendo cada vez más de su pene en mi boca. Me daban arcadas, ya que no soy un mamador nato. Mientras tanto las envestidas de su novio en mí culo, hacían que me metiese más el pene del otro en la boca. Me caían grandes lágrimas de las arcadas que me producía.
De pronto el chico que tenía detrás, empezó a dar embestidas muy fuertes, su novio me sacó el pene de la boca y me levantó un poco para decirme en el oído:
– Ahora se correrá en tú culo, pero no te creas que ya hemos terminado, solo te está dejando su leche en tú agujerito como lubricante, pues ahora te voy a follar yo.
Cuando el de atrás se vació, se retiró un poco, cambiaron de lugar y el follador se colocó delante de mí. Me metió su peneen la boca, estaba un poco flácido, ya que acababa de correrse. Su novio colocó el glande en el culo y me lo clavó de golpe. Me dolió un poco, pero lo aguanté debido a la excesiva lubricación que el otro dejó en mí culo. Me bombeó aproximadamente unos cinco minutos nada más, ya que con la mamada previa estaba casi listo para vaciarse. Entre gritos me envistió con energía y me llenó de nuevo el culo de leche calentita. Yo no aguanté y también me corrí sin haberme tocado.
Se colocaron los dos detrás de mí, encendieron un mechero y me dijeron:
– Haz fuerza y tira la leche de tú culo.
Yo lo hice, salió una gran cantidad, eran dos corridas juntas. Ellos se descojonaron de risa. Nos vestimos y salimos los tres fuera de la zona oscura. Una vez en la luz nos vimos con claridad, eran guapísimos, como hechos el uno para el otro. Me invitaron a una copa y yo acepté. En la barra hablamos un poco.
– Yo soy Alberto. Dijo presentándose el primero que me folló. – Yo Paco. Dijo el del pene gigante. – Yo soy Masc. Les dije, dándoles un pico a cada uno.
Charlamos un buen rato, mientras bebíamos. Yo casi aún estaba anonadado de haber follado con semejantes típos, y menos siendo yo un tipo del montón. Si hubiese podido, me hubiese ido con ellos a otro sitio para seguir follando los tres solos, pero me dijeron:
– Tenemos que irnos a dormir un poco. Mañana temprano salimos de viaje.
Me despedí de ellos y se marcharon. Yo no sabía que hacer, ya estaba bien follado y no sabía si me apetecía mucho seguir. Miré el reloj y aún eran las dos de la mañana. Demasiado temprano para irme. Pedí otra copa y me apoyé en la barra mirando hacia la zona de los camareros.
En eso estaba, cuando me doy cuenta que unas manos me tocaban el culo, giro my cabeza y un semental negrote, con un slip blanco, en el que se le notaba tremendo pene,se acerco a mi oído y me propuso irme con el hacia su casa que quedaba a unas cuadras del sitio, yo con ya algo de morbo en la mente acepte, mientras caminábamos hacia su apartamento, no dejaba de verlo todo de el me producía morbo, cada centímetro de su cuerpo parecía hecho por dioses, y me excitaba nada mas la idea de saber que paquete se traia en su slip blanco, llegamos en menos de 10 min entramos a su apartamento, algo desordenado, claro como cualquier apartamento de un chico soltero, al cruzar la entrada del apartamento, de una nos dirijimos a su habitación, el con su fuerza de hercules me agarro por las caderas y me lanzo sobre la cama matrimonial en la que supongo duerme, yo estaba tan extaciado que no me di cuenta que ya estaba desnudo, me ordeno quitarle el slip con la boca, cosa que hago y cuando dejo porfin su pene descubierto era un pene gigante y gordo, estaba algo erecto por la su¿ituacion de hace unos segundos, debía de medir unos 22 cm ya con toda su erección al máximo, de nuevo me toda de las caderas, y me pone en posición de perrito en la cama para mostrarle mi culo, ya usado por dos chicos mas esa noche, me hizo el mejor beso negro que jamás me habían dado en lo que llevo de vida…
Luego el se acosto boca arriba e hicimos un 69 fenomenal, me gusto mucho deleitarme con ese pene gigante, tenia sabor a frutas, talvez se baña con un jabon olor a tutti fruty, me acomode su pene en mi culoo, y empeze una fenomenal cabalgada a ese pene gigante, hicimos muchas poses en la cama, creo que se sabia el kamasutra completo (jajaja) terminamos en la pose del misionero, yo ya sentía como su pene se inchaba mas y mas, supuse se iba a correr, cuando en eso sin avisar siento 7 chorros de leche en el culo, y yo acto seguido solo roze mi pene y este solo eyaculo lo suficiente, el con sus dedos agarro mi semen y se los metió en la boca
Y luego me dio un pasional beso, muy lujurioso ese beso, y se acomodo junto a mi diciéndome al oído, “que rico, lo he pasado esta noche” yo le plante un beso que no se como explicarlo, y los dos caimos rendidos hasta al dia siguiente que el me despertó con un estupendo desayunoo… allí fue cuando dijo su nombre Samuel y yo masc.. actualmente Samuel y yo mantenemos relaciones sexuales pero ya esas son otras historias
Espero les haya gustadoo, espero sus comentarios….
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!