Gemidos y posiciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ya había me había follado Nicolás, pero nunca solos los dos.
Él era rubio, de ojos azules y como 1.84 de alto, con la espalda y el abdomen muy marcado.
La verdad es que después de que me convertí en su desahogo personal empece a vivir una especie de sometimiento romántico.
Casi quería ser sólo para él, pero también abrazarlo y besarlo, no sólo ser penetrado por él.
Esta quizás fue una de las veces en que ambos sentimos ese fuego, pero eras solo nosotros dos, nadie más.
Sabíamos que al final pasaría lo que debería pasar.
Todo empezó en una fiesta, su casa era grande por lo que siempre ocupábamos su casa para hacer las fiestas y con todo lo que conlleva una fiesta de adolescentes a punto de graduarse: alcohol, drogas y sexo casual con tus compañerxs.
Y la verdad es que no era indiferente para Nicolás el tema de las mujeres.
Era guapo y un donjuan, podía estar con la que quisiera esa noche.
Nunca sentí celos, porque sabría que igual iba a terminar en la cama con él.
Por ese entonce eso me confundía mucho.
no entendía porque era una simple entretención para él, si podía tener a cualquier mujer como juguete personal ¿por qué ha un hombre? Pero al final poco era lo que me importaba.
Pasó la noche, todos se iban ebrios o volados, exceptos los que eran amigos de Nicolás, ellos podían usar las piezas para estar con la persona de turno.
Eran como las 5 de la mañana y al final quedaba Nicolás, sus amigos y yo, y lo único que quería era irme.
Todos estaban profundamente dormidos, menos yo y Nicolás, por alguna razón era el que tenía mejor resistencia al alcohol.
Cuando me voy a despedir de Nicolás, me dice:
-No te vayas, por favor.
Me podrías ayudar a ordenar.
– En eso me da un beso -Y después nos podemos entretener ¿Qué tal?
Baboso, simplemente acepte.
Empezamos a recoger las botellas, barrer el piso lleno de colillas de cigarros y restro de marihuana, vaciar los ceniceros y las pipas, lavar los platos.
Ya estaba terminando lavando los platos y me iba a ir a dormir, porque la verdad es que tenía mucho más sueño que libido.
Pero cuando llego a la habitación a parece él.
Me toma de la mano y me dice:
-¿Y no nos vamos a divertir?
-Estoy muy cansado, mañana en la mañana mejor.
-Mmmm, mejor no ahora.
Y es terminando la frase que me da un beso, un beso largo y húmedo.
Me sacó la polera y dirigió mi mano a su pene erecto.
M e miró por un instante y me dijo:
-Ahora si quieres.
-Si, ahora si.
Y nos volvimos a besar.
Meto mis manos bajo su polera para tocar su abdomen marcado y duro.
Su piel era cremosa y sus besos húmedos.
Lo único que deseaba era tenerlo adentro.
Y cada vez que íbamos a tener sexo volvían esas ganar de la primera vez.
Le saque la polera y me miró por unos segundo, era una mirada tierna y lujuriosa.
Esa mirada que me excita tanto.
Continuamos con los besos esporádicos, Su lengua entraba a mi boca.
Me encantaba sus besos.
Su abdomen tocaba mi delgado torso y se dedico a pasear sus manos por mi cuerpo hasta que empezó a manocear mi pene por encima de la ropa, mientras yo tocaba sus brazos gruesos y fuertes Pero en un momento él estaba tan excitado que no pudo aguantar el gemido.
-Cállate, nos van a escuchar- le susurre.
-Están todos ebrios, no nos va a escuchar nadie.
Y por favor empieza ya, ya no aguanto.
Le abrí el pantalón y empece a masturbalo.
Empecé besandole los pezones y de a poco fui bajando y bajando hasta llegar a su pene.
Esta grande y grueso, era algo exquisito que me lo metí de inmediato.
Al principio empecé a chuparselo de lentas tragadas, pero empece cada vez más rápido.
su pantalón llegaba a las rodillas y él me decía:
-Mmmmm, que boquita la tuya, hace magia.
Ah! eso siguen.
Empecé a mantenerlo varios segundo mientras me tragaba el líquido preseminal y a besarle el glande.
Continué así mientras que con una mano le manoseaba los testículos.
Empece también a besarle la parte inferior del abdomen y el seguía gimiendo.
Estuvimos harto tiempo así, entre que me empujaba con sus manos y le lamia los testículos.
Con mi mano le acariciaba los pezones y él me alentaba.
-Sigue, sigue!
En eso me toma la cabeza y me da un beso, termina de sacarse la ropa y me tira a la cama, me saca las zapatillas y los calcetines y me toma de las manos y nos volvimos a besar.
Y me vuelve a pedir que se chupe.
Nos acomodamos y empece a chuparsela mientra estaba en la cama.
-Ah, ah! Tú eres mi favorito, nadie besa como tu, nadie me la chupa como tú! Tu boca es la más rica que conozco.
Eso me excito demasiado y continué conociéndole el entrepiernas mientras le chupaba el pene.
En eso me pide que pare y me acerco a sus labios.
El me saca el cinturón, los pantalones y los calzoncillos.
Mi pene estaba hinchado, con ganas de marsturbarlo.
Me sostuvo el pene, lo masturbo y empezamos a tocarnos y nos dimos un profundo beso.
El se acuesta e hicimos un 69.
Al principio yo sólo le chupaba el pene mientras el tiraba su cabeza hacía atrás.
Pero después empezó ha hacer un beso negro.
Mientras yo me tragaba su verga, el lamía mi ano.
Que sensación más gloriosa.
Pero se volvió mejor cuando me metió toda su lengua en mi trasero, no puede evitar gemir, pero continuaba, deseaba que gimiera y que despertara a todos, pero con su pene en mi boca era poco lo que podía gemir.
Sólo lo metía y lo sacaba, pero era tan deliciosos ese sabor saladito.
En eso empieza a besarme y chuparme los testículos.
No creí que fuera capaz de hacer eso, nunca me lo había chupado.
Ni si quiera había besado mi pene, sólo ponía jabón o aceite en mi ano, pero ahora era una delicia lo que estaba haciéndome.
Me levanta el torso y se mete todo mi pene en su boca.
Ahora estaba besandole todo el pubis mientras él me chupaba el pene.
En un momento no soporte que me la chupando y saqué mi boca y empecé a masturbarlo, sólo porque necesitaba gemir.
Empezó a chuparme de nuevo los testículos y después el ano.
Por mi parte le besaba el glande y frenéticamente metía.
Cada vez era más excitante.
En un momento tuve que escupirle el el pene y seguir chupándoselo.
De a poco empece a besarle el glande y a subir por su pecho mediante besos, mientras él igual me besaba el pecho hasta que nuestras bocas se encontraron.
Nos dimos tres besos cortos, hasta que me levante y le busqué un condón.
Sacó la frazada de la cama y empezamos a besarnos, mientras él me masturbaba y yo lo masturbaba a él.
Cuando empecé a abrir el condón, me miraba con una cara de excitación y se masturbaba lentamente, se mordía el labio inferior y con su otra mano me tocaba la espalda.
Tome su pene y de apoco le coloque el condón.
Gemía lentamente, traba de controlar los ruidos.
En eso saca un embace de vaselina y me dice:
-Se que te gustan que estén aceitosos.
Abre el envase y se hecha en el pene y en mi ano, Me puso en cuatro, y empezó a masajear una y otra vez.
fue cuando a mi se me sale un gemido tan grande.
que ambos nos preocupamos.
Me dijo:
-Quédate aquí, voy a ver si alguien se despertó.
Salio desnudo y mientras yo me metía los dedos en el ano, esta vez me acosté y me tocaba a la vez.
Cuando llego me vio y se tiro encima mio.
-No me vuelvas asustar así.
Por como lo veo no se van a despertar.
– Me sonrío -Podremos gritar lo que queramos- Y me empezó a besar.
Me volvió a poner en cuatro y le hecho aceite a mi espalda.
De a poco empezó a embestirme.
De a poco empezó a quedar aceitoso con las embestidas.
Como vimos que todos dormían, de a poco empezamos a gemir más y más fuerte.
Empezó a acelerar el ritmo y me dice:
-Aunque te folle mil veces seguras teniendo tan rico el culo.
-Sólo es por ti.
Empezó cada vez más rápido gemía más y más.
-Ah, ah! Eso! Sí!.
Continua!- Le decía yo.
Continuaba gritando y ya empezó a sonar su pelvis con mi trasero.
No podía dejar de gemir.
-Sigue por favor! Sigue!
Era mucho, me pasaba la manos aceitosas por la cara y seguía con sus embestidas.
Finalmente tomo mí cara y me dio otro largo beso con todo su pene adentro.
Estaba aceitoso y sudado.
No podía ser mejor.
La verdad es que me impresionara que tuviera tanto aguante.
Después del beso continúo embistiendome.
cada vez más rápido.
Hace mucho tiempo que no había sudado tanto.
Es en eso que me cambio de posición.
Me acoto y levanto mi pierna.
empezó nuevamente a embestirme.
Seguíamos gimiendo mientras él cada vez levantaba más su pecho.
M e empezó a manosear y ha echarme aceite en mi pecho.
Yo hice lo mismo.
Con un mano manoseaba su pecho y con otra me masturbaba.
Continuamos así por un largo rato y finalmente cambiamos a la última posición.
Lo empecé a montar.
Saltaba y saltaba, mientras gemíamos.
Le tome del pecho y le echaba aceita mientras lo montaba.
Fue cuando tuve que empezar a masturbarme de tan excitado que estaba.
En un momento lo montaba muy rápido, pero de a poco fue cada vez más y más lento, para de nuevo empezar rápido.
Estuvimos así, hasta que finalmente me vive mientras me masturbaba.
Fueron como seis chorros que me estaba aguantando Pero después que reventé el seguíamos moviendo su pelvis.
Cuando termine el orgamos, me acerqué a su boca y lo empecé a besar.
Al principio eran besos suaves y luego le mordí el labio inferior.
Él sacó su pene y me puso a la altura de él.
Se sacó el condón y empezó a masturbarse.
Tenia un aguante impresionante.
Abrí mi boca para me cayese y me explotó en toda la cara.
Era la gloria.
Después de eso, nos tapamos desnudos, sudorosos y aceitosos y nos besábamos.
-Siempre serás mi favorito
Nos besamos y dormimos hasta tarde.
Cuando despertamos, seguíamos abrazados y aceitosos.
Ya todos se habían ido.
No sabrá si alguien nos vio, lo cierto es que no me importaba.
-¿Nos separaremos algún día?- ´Pregunte, casi pesimista.
-Aunque hayan otros hombres y mujeres, siempre estaré contigo.
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