GERMAN (13) ENCUENTRO CON UN LECTOR Y SU HIJITO DE 10 AÑOS (3a PARTE Y FINAL).
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por GGozador.
Como relaté en GERMAN 12, gracias a SST he entrado en contacto con otros lectores donde me comparten experiencias, y amenos intercambios de correos.
Éste que estoy relatando resultó especial, Cristian con su pequeño hijo Ignacio, mantienen una incestuosa relación, que es facilitada por el hecho de vivir solos, y me han invitado a conocerlos.
He aquí relato cuando por fin nos reunimos.
Y ya, conseguido el objetivo de poseer a plenitud al chico por parte de Cristian, lo que no estuvo exento de dificultad dada la contextura física de Nachito ( bastante menudo) pero que con su entusiasta apoyo que sólo queria complacer a su padre, se consiguió llegar a la meta profunda, literalmente.
De ahi en adelante fue una constante fiesta de sexo, a todas horas, en todo sitio, el chico pedía a su padre que lo follara, se ubicaba en posiciones tentadoras, lo despertaba a media noche con una suculenta mamada, se sentaba en su entrepierna vestido apenas con una pequeña tanguita, en fin, la cosa era tentar a su viril padre para llegar al objetivo perseguido que era ser inundado por la leche paterna hasta el fondo de su agujerito.
El morbo del niño estaba presente en el día a dia, y pronto le pidió a su padre que le mostrara mas videos de sexo, los cuales ya no solo involucraba a chicos menores, sino toda variedad que es simple conseguir en múltiples paginas pornogay, pasando por trios, orgias, bukake, glory hole, etc etc, los que eran observados con avidez por el chico, mientras jugueteaba con la verga de su padre, que a poco rato ya estaba incrustada en el culito del niño, mientras miraban distintas y calientes imágenes.
Cristian en algún momento se cuestionó la situación pensando que quizas se le fuera de las manos, que el despertar sexual estaba siendo muy acelerado y que pudiera tener malas consecuencias.
Fué asi, que se le ocurre escribirme a propósito de haber leido algun relato mio, y empieza a comentarme cosas triviales relativas al sexo con menores, y poco a poco, de forma inteligente me fue poniendo el tema en el tapete sin mencionar que los comentarios e inquietudes planteadas eran referidas a su propia vida familiar.
En resumen, lo que me hacía saber era que considerando la alta sexualidad que Ignacio estaba mostrando estaba pensando en invitar a alguien a disfrutar del tierno manjar que es su hijito y que le gustaría conocernos para que fuera yo el afortunado en dicha tarea.
Mi primera reacción fue de sorpresa y algo de duda.
Independiente del hecho que el chico disfrute del sexo de forma voluntaria, como cualquiera, no podemos desconocer que las sociedades no lo aceptan a pesar que sea voluntario y podía ser alguna trampa del tipo caza-bobos a la que obviamente no estaba dispuesto a caer.
Asi pues y luego de un prolifico intercambio de correos donde me seguia relatando sus vivencias (las que plasmé en los dos relatos anteriores) y el deseo de conocernos, compartimos wasap y acordamos reunirnos en un sitio publico, un centro comercial que como dije vivimos en zonas relativamente cercanas.
Nos reunimos pues en el lugar y horario acordado, en una gelatería.
Los conocí de inmediato dado que ya habíamos intercambiado fotos.
El chico verdaderamente precioso, si en las fotos ya se veía hermoso la vista en persona no solo lo confirmó sino lo remarcó.
Una amplia sonrisa y una colita apetitosa que resaltaba al estar con un pantalón de lycra que se ajustaba a su cuerpito, dándole la mas apetitosa forma que se pueda encontrar.
Se acercó alegremente con mucha personalidad, y me dió un sonoro beso al limite de la boca con un ¡Hola tio!, Cristian por su parte me dió un abrazo como si me conociera de toda la vida y me susurró “Gracias por venir”.
Entregué un obsequio al niño que convenientemente habia adquirido y nos sentamos a conversar amenamente.
Ignacio se sentó al lado mio y me tomó la mano izquierda empezando a entrelazar sus deditos con los mios, en una suerte de trenza, mientras me miraba y se sonreía.
Le comenté que me sorprendia sobremanera al conocerlos que me encantaba saber lo contento que estaban, y él cerrándome un ojo me preguntó si los acompañaría a su departamento que quería mostrarme algunos juegos de consola y algunos otros de lego.
Yo entre sorprendido y divertido por la pachorra del chico, miré a Cristian quien me hizo un gesto de conformidad y me dijo que “Bueno, si él ya te invitó no queda sino irnos” a lo que asentí inmediatamente.
El chico se ubicó entre ambos adultos en una suerte de abrazo, yo deslice disimuladamente mi mano hacia su culo y le di un apretón al que el respodió mirandome a la cara regalandome una hermosa sonrisa.
Ya ahí tuve una violente erección ya que lo que toqué era un manjar, un culito bien formado y firme que ya me hacía agua la boca.
Cristian se nos adelantó para no obstaculizar el paso y avanzando hacia su automovil, (yo habia llegado en metro), nos subimos raudos para partir rumbo a su apartamento que estaba cerca para mi tranquilidad.
Apenas llegamos al estacionamiento, Ignacio de nuevo me abrazó y asi hasta ingresar al hogar.
A esa altura yo ya iba metiendo mano sin restriccion, y con un bulto que amenazaba reventar mi pantalón.
Para fortuna nuestra ibamos solo los 3 en el ascensor por lo que sólo me cuidé de la cámara de vigilancia para acariciar a plenitud al chico, todo ello con el beneplácito de Cristian quien sonreía al mirar la felicidad de su retoño.
Tan pronto traspasamos el umbral, la pasión se desató.
Increible el grado de erotismo en un niño de su edad que habia despertado a plenitud a los placeres del sexo, lo que hablaba muy bien de la forma que su padre habia llevado la situación, enseñándole a disfrutar de su cuerpo y a dar placer como corresponde en toda relacion.
Me senté en el sofá y el inmediatamente se sentó a horcajadas sobre mi, pasando sus bracitos por mi cuello lo que me permitia recorrer toda su humanidad con ambas manos, prestando especial atención a aquel culito digno de un querubín, duro, bien formado y muy suave como noté cuando introduje mis manos dentro de la ropa, la que empecé a bajar para retirarla completamente.
Esto último ayudado por Cristian que se había arrodillado para colaborar en mi tarea.
Mientras mi cómplice le retiraba los pantalones y ropa interior, yo aproveche de sacarle la polera y yo mi camisa, además de soltar mi cinturón y liberar mi bestia que ya me dolía de la presion que soportaba.
En ese instante pude observar que Cristian ya estaba convenientemente desnudo y me preguntó si me ayudaba a sacar mis pantalones,sin abandonar la posicion del chiquillo, a lo cual por supuesto acepté.
Por supuesto que en esa instancia ya recorría con ambas manos aquel delicioso y estrecho culito, tan firme como ere de esperar y muy estrecho, que se resisitía a ser violado por mis dedos.
Por otra parte el chico me abria la boquita para recibir mi lengua que entraba hasta la campanilla de la garganta, como anuncio de la penetracion total que pronto vendría.
Que delicioso que eres chiquillo,le susurré al oído, mientras sentia que otras dos manos, las de Cristian, tambien recorrian su cuerpecito pero alcanzando a rozarme lo que aumentaba mi lívido.
Mi pene cual una estaca, se ubicaba entre sus nalgas y el se restregaba sobre ella, haciendole suspirar, preparandose para lo que vendría.
En ese momento, Cristian me señala que mejor vayamos al dormitorio para estar mas cómodos, por lo que me levanté llevando al chicoco en posicion de koala, besando y lamiendo su boca, cara cuello y orejas, lo que arrancaba suspiros de pasión, mis manos agarraban su culito a modo de silla lo que me permitia sentir su calor.
Lo acomodé en el centro de la cama, e inmediatamente fueron 4 manos y dos bocas que empezaron a devorar aquel cuerpo deseoso de dar placer y recibir de ambos acompañantes.
Lo empezamos a lamer y chupar por la parte delantera, uno por la boca y cara, el otro por los pies y ade ahi avanzando suavemente, lamida a lamida hacia el centro, chupando, mordiendo arrancandole pequeños quejidos.
Llegué a su blanco penecito que estaba completamente erecto y sin dudarlo me lo metí entero a la boca, huevitos incluídos iniciando un movimiento con mi lengua que por sus movimientos noté le agradaba y le producía una suerte de desesperación.
A esa altura, mi verga estaba que reventaba y le dije a Cristian que me urgía penetrarlo, miro mi pene y me alcanzó un lubricante íntimo y le dijo al pequeño que se preparara a cabalgar, lo que el aceptó con su gran sonrisa.
Mientras yo me embardunaba mi pene, su padre hacía lo mismo con el culito de Ignacio, y enseguida se fue acomodando sobre mi, mirandome con su carita iluminada por una sonrisa.
Tomó con sus manitas mi ardiente herramienta y la fue acomodando en la entrada de su grutita y de a poco se empezó a sentar sobre él.
Como todo un experto hacía algunos movimientos que fueran facilitando la penetración y si bien, a veces hacia algunos gestos de molestia o dolor, poco a poco se iba clavando mi estaca, lo que aumentaba mi deseo de llegar al fondo, pero sabia debia respetar su ritmo para no hacerle daño.
Sube, baja, mete, saca.
Asi era su ritmo pero a cada bajada o metida avanzaba un poco mas.
Sus manos se afirmaban en mi bajo vientre mientras su padre estaba sentado en sus piernas y las mias, a espaldas del chico y acariciandolo con ambas manos.
Su pene se rozaba con el mio, al pasar entre su pierna y mi pene asomando su glande a mi vista, en una follada casi virtual ya que sin penetrar, el roce pierna pene le producía un nuevo placer.
Empecé a apretar suavemente los pezoncitos del chico, que prontamente se endurecieron y le hicieron aumentar el ritmo de la sentada, lo que obligó a Cristian a sacar su verga ya que la penetración se estaba completando y se requeria ese espacio.
Tan pronto lo hizo, se sentó a fondo, con lo que, lamentablemente para mi, salió mi primer chorro de semen, que la situación ya me tenia a full y aquella clavada final terminó por doblegarme al placer y se fueron uno dos y tres chorros de mi leche en su interior.
Me quedé en esa posición algunos segundos y ahi Cristian me pidió sacara mi pene sin cambiar de posición.
Apenas lo desocupé lo hizo agacharse quedando en una posición de 4 y sin esperar mas lo clavó de una, lo que me di cuenta por una mueca que hizo el pequeño y el ruido que sentí al golpear sus huevos en las nalgas que aún chorreaban mi semen.
Desde mi posición privilegiada observaba la cara de ambos, el padre con ojos cerrados, se saboreaba mientras con ambas manos agarraba al niño por las caderas para penetrarlo a fondo.
Nachito por su parte, con los ojos muy abiertos me miraba con una sonrisa que denotaba el placer que sentia al ser clavado por su padre en esa nueva posicion con dos hombres para él.
De vez en cuando alguna mueca cuando la clavada era muy violenta.
Luego de algun tiempo no muy prolongado, Crisitian tambien empezó a gemir estruendosamente anunciando su acabada la que llegó y terminó rebalsando el culito y saltando en todas direcciones dejándome todo pegajoso.
Se estiró a un lado de la cama y Nachito al medio.
Le pregunté si estaba cansado o podía mas que yo estaba al palo de nuevo.
Para mi fortuna me dijo que si, por lo que lo acomodé de espaldas y puse sus piernas en mis hombros para acercar mi hirviente verga a la humeda cavidad ya 2 veces profanada y de una se lo mandé todo al fondo, arrancandole un pequeño quejido.
Su padre puso su mano a la entrada de su culo para sentir la clavada, mi mete saca, su mano agarraba mi verga en su movimiento transformandose en una masturba-follada que me llevaba al cielo mismo.
Por su parte Cristian, ademas de tener su mano en el sitio mismo de la acción, empezo a besar a Ignacio, y a lamer y chupar su pecho, dándole mordidas a sus pezones, ante lo cual el chico se empezó a retorcer de placer aumentando mi calentura y mi fuerza en la clavada, acercando mi boca a la suya para introducir mi lengua en ella en una seudo-doble penetracion que terminó por hacerme acabar nuevamente, ésta vez en medio de exclamaciones y gemidos,que acompañaban mi abundante sudoración producto de la emoción del acto realizado.
Esta vez si, que ya el chico pudo descansar, lo empecé a acariciar tiernamente por su carita, pelo, y el cuerpo, pero en esta ocasion sin el componente de la calentura sino con el agradecimiento del disfrute prodigado.
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