GERMAN 27 DE VUELTA EN TEMUCO (2) DEGUSTADOR DE CULITOS TIERNOS
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por GGozador.
Una vez vestidos, salieron hacia el comedor donde en una amplia mesa ya les esperaba el anfitrión, Lorenzo, junto a dos personas a quienes identificó como Miguel, el padre de Juan, un hombre de unos 40 años, maceteado, de pelo negro y a su lado un jovencito de no más de 14 o 15 años, hermano de Juan y de nombre José, quien era una copia de Juan, pero en miniatura, pero más amistoso ya que los recibió con una amplia sonrisa.
Nachito se acomodó junto al chico, en el sitio que Miguel le cedió, sentándose él junto a su hijo Juan y en ambos extremos el dueño de casa y Cristian.
Hechas las presentaciones, empezaron a degustar los platos que ya estaban a la mesa, donde había carnes, ensaladas acompañadas de vino y gaseosas además de cervezas.
Poco a poco fueron entrando en confianza y a los pocos minutos ya parecían viejos amigos.
Así pues, Cristian se enteró que Miguel y Lorenzo eran amigos desde pequeños, el padre de Miguel había trabajado con el padre de Lorenzo, y desde ahí se habían quedado trabajando juntos.
Dada la confianza y relación de tantos años habían llegado a vivir con mayor intimidad, más aún cuando Miguel enviudó y debió hacerse cargo de sus dos hijos que a la fecha de la muerte de su madre tenían alrededor de 10 y 5 años, con lo que la relación se acrecentó al ir creciendo (historia que podremos conocer más adelante).
Una pícara sonrisa se dibujó en los labios de Lorenzo que no dejaban sitio a especulaciones sobre a qué se refería, más aún con la recepción que Juan les había dado.
Terminada la opípara cena, se dirigen a la sala de estar, contigua al comedor donde hay varios sillones y una pantalla led grande.
Se acomodan en el amplio sofá Lorenzo y Cristian en los extremos y al medio Nachito y José.
En sendos sillones Juan y su padre Miguel.
Juan se apresura a conectar un disco duro en el tv de 60 pulgadas y empieza un video casero con imágenes de la preparación de una fiesta de cumpleaños.
Se puede ver entre otras cosas, una torta con velas con el número 12, junto a otras delicias para festejar.
La cámara se va a una mesa en donde se puede observar a varios adultos solo en bóxer y cada uno de ellos con una máscara que les oculta el rostro.
Sobre la mesa y solo vestido con una minúscula tanguita se puede ver a José acostado de espaldas y con una amplia sonrisa, quien está siendo acariciado por uno de los personajes.
Sus manos recorrían todo el cuerpo del chico el cual se retuerce del placer, se escucha una voz que da cuenta del tiempo para que siga otro y otro y otro, en tiempos de un minuto cada uno.
Luego que cada uno ha realizado las tocaciones correspondientes, se da una señal y al unísono las 12 manos empiezan a recorrer el cuerpecito del chico quien empieza a gemir a viva voz, a la vez que escapan de sus labios algunos epítetos que dan cuenta del placer y la desesperación placentera que le ocasionan aquellas caricias, que en breve terminaron por arrancar su pequeña tanguita ante lo cual las manos adultas se fueron a su intimidad, mientras algunas acariciaban su rostro introduciendo alternadamente los dedos de la mano que eran lamidos y chupados con avidez por la boca caliente del chico.
En aquel momento, pasa un vaso con unos papeles doblados que son sacados uno a uno por los participantes, los que al abrirlo llevan un número.
Quien sacó el número uno dio un grito de satisfacción y se ubicó en un extremo de la mesa, acercando el cuerpo del niño ubicándose entre sus piernas y ubicándolas sobre sus hombros, mientras los demás siguen en su labor de caricias por toda la humanidad del chicuelo.
El favorecido con el numero 1 procedió a bajarse los boxers dejando a la vista una verga de tamaño mediano, un tanto grueso y muy negro que nace de una mata de pelos negros y que sin perder tiempo fue untado con abundante crema lubricante para ubicarse a la entrada de la cuevita del festejado, el cual ansioso se saboreaba y esperaba a sentir la primera estocada.
Ya bien lubricado el negro estoque, y también la cueva del chico, se instaló a la entrada ante la expectación de los demás que solo observaban y se inició la penetración, que considerando la facilidad con que se iba produciendo ya daban cuenta de la experiencia previa del niño.
En dos y tres enviones la negra verga desapareció en el lampiño y blanco culo del chico lo que fue celebrado por ruidosos aplausos y silbidos de los demás participantes.
Mientras esto ocurría en la pantalla, Cristian y Lorenzo no perdían el tiempo y ya tenían a José y Nachito haciéndoles sendas mamadas.
Cristian ya había entendido que el agasajado en la fiesta de 12 años no era otro que el pequeño José.
Por su parte Juan y su padre Miguel, se acomodaron de rodillas sobre la alfombra y ubicaron a los pequeños de forma que siguieran mamando a sus padres y ellos le empezaron a lamer y saborear sus huequitos anales.
El video seguía mostrando como la violación grupal consentida seguía su curso, las manos y bocas devoraban al chico mientras su culiador disfrutaba en el mete y saca, lo que fue interrumpido nuevamente cuando se cumplieron 2 minutos, ante lo cual su sitio fue ocupado por el poseedor del ticket número 2 y así sucesivamente por lo que se pudo observar las penetraciones de cada uno de ellos, algunos más blancos y más gruesos pero cuál de todos de tamaño más que aceptable para llenar profundamente la blanca intimidad del chico que disfrutaba a cada clavada recibida y que las manos y lenguas que le recorrían lo hacían gemir y gritar de placer, lo que aumentaba el placer de los invitados.
A esta altura del video, los chicos ya se habían desnudado y cada padre miraba a su retoño como hacia disfrutar a su nuevo amigo y ambos sentían en sus rajitas las lenguas del otro padre e hijo.
Por supuesto ya casi nadie se fijaba mayormente en el video en la pantalla.
En éste punto y ya estando los paternales penes a plena erección y los culos casi infantiles suficientemente lubricados por la las lenguas de Juan y su padre Miguel, es que acomodaron a los chicos de espaldas sobre el sillón, uno al lado del otro preparándose para ser estacados, lo que ocurrió sin mayor espera pudiendo cada uno mirar como su retoño era empalado por el nuevo amigo los que teniendo penes de similares tamaños se desplazaron rápidamente hasta el fondo, escuchándose los gemidos de los chicos al sentir que su hoyito era ocupado por los calientes penes que les dieron la vida.
Por otro lado, Miguel y Juan ante aquella vista se ubicaron a un costado, en donde el joven en posición de 4 ubicado de forma de no perder detalles de lo que ocurría con su hermano y nuevo amiguito, sintió como su padre le empezaba a clavar su grueso pene del cual había heredado el suyo.
Estando ya dilatado con la follada que poco rato le había dado Cristian, le entró sin mayor problema, quedando así los 3 jóvenes empalados por las 3 vergas paternales que les dieron la vida.
Cada padre veía a su retoño gozar la verga de su amigo, Carlos y Juan por la posición miraban a los 4 mientras disfrutaban mutuamente.
El ambiente olía a sexo y se sentía el golpe de los huevos en las nalgas de los 3 hijos con cierta violencia, pero avalados por los gemidos de los chicos y sus retorcidas acomodándose para sentir la penetración a lo más profundo de sus intimidades.
El concierto de gemidos y olores fueron acrecentándose en el ritmo, Nachito y José se miraban y sonreían, mientras se acariciaban sus respectivos penes, erotizados por los sentidos de ser clavados, por la vista de mirar a su compañero siendo follado, por el aroma caliente a follada, por los ruidos producidos al ser penetrados.
Una fiesta de sentidos.
Lorenzo fue el primero en dar señales de llegar al clímax, acelerando la penetración y los gemidos acompañados de palabrotas.
Su frente brillaba con el sudor producto de la calentura, que también se deslizaba por su cuerpo, y así empezó a sentir su orgasmo, esa cosquilla que se siente al bombear los chorros de semen desde los testículos hasta la salida del pene para inundar profusamente la cuevita del chico quien se acomodó para sentir más a fondo la penetración y el deposito del caliente regalo que su anfitrión depositaba dentro suyo.
Lo anterior solo sirvió para acelerar las acabadas de Cristian y Miguel quienes en forma sucesiva empiezan a anegar los culitos que estaban disfrutando, Lorenzo y Miguel abundantemente eyaculan mientras Cristian en menor cantidad que ya antes se había vaciado en el culo de Juan, pero no por ello menos placentero.
Poco a poco los movimientos de pelvis fueron terminando, miguel alcanzo unos rollos de papel higiénico para ir retirando los fluidos y ya volviendo a la normalidad.
Se acomodan cada uno abrazando a su recién culiado chico, y entonces Cristian observó la pantalla donde el pequeño José estaba siendo empalado por otro de los participantes de la fiesta, ya sin saber cuál de los 6 era.
Preguntó por ellos y Lorenzo le comentó son unos amigos, la mayoría casados que compartían gustos por ciertas exquisiteces, inmediatamente agregó que, si quería, podíamos hacer algo con ellos.
Hummmm dijo Cristian observando a su hijito que atento escuchaba, Naxito se sonrió con lo que dio entender claramente que no le disgustaba la idea.
Bueno, responde Cristian, después lo comentamos que por ahora no tenemos apuro para regresar, jejejeje
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