GERMAN 3 DEGUSTADOR DE CULITOS JOVENES MI PROFESOR ME SIGUE ENSEÑANDO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por GGozador.
Durante la semana, lo único que pensaba era en desear fuera sábado para seguir recibiendo “clases privadas” de parte de Ricardo, pero no contaba con que Marco me hablara de nuevo, ocasión que aproveché para decirle que ya me estaba saliendo el mismo líquido que a él de mi pene, a lo que respondió ¡oh, que rico! ¿Cuando me lo das?.
Uffff, apenas dijo aquello sentí una erección que rápidamente oculté cruzando una pierna sobre la otra, acción que no pasó desapercibida para mi amiguito quien cerrándome un ojo me dijo ¿hagamos algo luego?.
Y fue luego, alguna situación extraescolar hizo que los profesores tuvieran una reunión de emergencia por lo que quedamos todos en un extenso recreo, ocasión que Marco y yo aprovechamos para escabullirnos a nuestro sitio de encuentro, el camerino que normalmente está desocupado ya que se utiliza para guardar equipos deportivos y otros trastes.
Nos fuimos a un lugar alejado de la puerta y que se mantenía en la penumbra, en donde mi amigo rápidamente bajó la cremallera de mi pantalón en búsqueda del anhelado caramelo, el que desde el momento que nos dirigimos a nuestro escondite, ya estaba a plena erección según lo sentía al caminar, tocando mi pierna.
Avidamente abrió su boca y engulló literalmente mi verguita haciéndome sentir aquel calorcillo que tanto me gustaba empezando con el rítmico movimiento similar a una follada bucal, mete saca, mete saca, mientras con sus manos acariciaba mis huevos, haciéndo una suerte de masaje en ellos que aumentaba mi calentura.
Su experiencia estaba a la vista ya que en ningún momento sentí alguna molestia con sus dientes, diferente a mi caso con Ricado cuando recién aprendía.
Se detuvo por un momento y mirándome me preguntó ¡me lo quieres meter?, asentí con la cabeza y Marco sin esperar ni un segundo se bajó los pantalones dejándo a la vista su blanco culo.
Con ambas manos abrió sus nalgas, no sin antes humedecer su oyito con saliva.
Me acerqué con mi arma en ristre y poniéndolo en la entrada apliqué presión introduciendolo de golpe hasta la mitad con lo que arranqué un quejido a Marco, ¡cuidado, despacio!.
Me detuve y empecé ritmicamente al mete saca ya aprendido, hasta llegar al fondo.
Como señalé en mi primer relato, desde pequeño fui objeto de atención por la longitud de mi pene.
En aquel momento y con recien 11 años me medía aprox 14 cms, 5,5 pulgadas (hoy son 21,5 cms 8,5 pulgadas) los que fueron bien recibidos por aquel culito de 14 años, el cual estaba claro que tenía alguna experiencia en esas lides.
Asi pues que ya estando en esa posición, lo tomé de las caderas y empecé a clavarlo mas rudamente al sentir que aquello me producía aquellas cosquillas que tanto me encantaban.
Mete saca, mete saca, oh, oh oh, algunas gotas de sudor aparecen en mi frente, mientras Marco se inclina hacia adelante buscando una clavada mas profunda la que se produce para placer de ambos, acelero mas y mas, el calorcillo en mi pene se acrecienta, lo siento que se hincha casi hasta explotar, y en un instante y junto con un fuerte suspiro que me sale del alma, siento salir algo desde mi interior que inunda el culo de Marco, y mientras mas me muevo, mas sale junto con un aroma especial que invadió el ambiente.
Sigo metiendo y sacando pero con un ritmo decreciente mientras oigo que Marco tambien suspira profundo y da unos temblores que posteriormente, me doy cuenta significó que habia tenido su acabada, conseguida solamente gracias al morbo de mi follada y sin haberse tocado.
Marco, saca de su bolsillo unos pañuelos de papel, me pasa uno para limpiar mi pene que estaba húmedo, lo mismo que su culo del que si bien mi eyaculación no fue torrentosa, al menos habia dejado abundantes muestras en él, mostrando que iba en aumento la cantidad (y calidad) de mis acabadas.
Salimos de nuestro escondite y sonrientes nos reincorporamos a nuestras respectivas clases.
Y asi, sin darme cuenta ya de nuevo era sábado, y tendría mi segunda “lección” con Ricardo.
Por supuesto que todos los dias de la semana seguí practicando mis “trabajos manuales” pudiendo comprobar que a cada dia mi lechada aumentaba en cantidad.
Aproveché por tanto de probarla, y la sentí muy agradable con un ligero sabor salado.
Al saltar mi primer chorro, lo rescataba con una mano mientras con la otra seguia sacandome el contenido y ello aumentaba mi morbo y placer, el deslizar mi lengua recogiendo hasta la última gota de mi leche de entre los dedos me llevaba al mismisimo cielo.
Y así llegó el ansiado dia sábado.
Apenas llegué a la piscina, Ricardo me saludó con una amplia sonrisa.
Sin pérdida de tiempo fui al camerino donde me desvestí y me dirigí a reunirme con los demás alumnos.
Eramos 4 chicos y 2 chicas todos entre los 10 y los 14 años.
Ricado nos llevó a la parte menos profunda y dijo nos enseñaría una modalidad de nado, para lo que necesitaba un voluntario que obviamente fui yo.
Me acerqué a él y se puso a mi espalda, extendiendo mis brazos para explicar la posicion a tomar.
En realidad no pasaba todo d euna excusa pra ponerse a mis espaldas y acercarse a mi culo, donde sentí el bulto de su pene erecto.
Ademas, en cada “explicación” aprovechaba de tocarme el culo y tambien mi parte delantera, con lo que consiguió que yo tambien tuviera una erección a full.
Asi transcurrió toda la clase que a final era un martirio de no poder desahogar mis instintos, y solo deseando terminar pronto y poder dirigirnos a su apartamento.
Luego de una hora y media interminable, al fin terminamos y nos dirigimos rapidamente a lo que sería mi segunda clase personal.
Apenas traspasamos el umbral de la puerta, sus manos me abrazaron desde la espalda y apretando su cuerpo con el mio me empezó a acariciar con ambas manos mientras su lengua recorría mi cuello y orejas, dejandome un halo de humedad y calor de su aliento.
Metía sus manos entre mis piernas, agarrándome el culo y mi pene y rápidamente me empezó a soltar el pantalon, y pude sentir como él hacia lo propio con su ropa.
Avanzamos hacia la sala en esa posición, mientras la ropa empezaba a quedar en el camino, zapatos, pantalones, polera.
Ya sus manos tocaban directamente mispartes intimas, metiéndolas entre mis boxer y yo sintiendo su pene erecto entre mis piernas y mis nalgas.
Una de sus manos tomó mi verga y empezó con una suave masturbación que terminó de encenderme.
¿Quieres seguir aprendiendo todo lo que te puedo enseñar?.
Si, todo, respondí.
¡Quiero saber todo!.
Indudablemente no sabía lo que estaba aceptando y después ya sería tarde para arrepentirse.
Ricardo no esperó a que se lo dijera de nuevo.
Me desnudó por completo y él hizo lo mismo y me acomodó boca abajo apoyado sobre el sillón.
Se fue a mi culo el cual suavemente abrió con ambas manos y aplicó su humeda lengua en él.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y un suspiro se me escapó.
Hábilmente empezó a chupar, besar y lamer mi virginal huequito arrancando a cada paso suspiros y gemidos de mi boca y ya adivinando lo que vendría, pero era tarde para arrepentirmey en todo caso no puedo negar que el deseo de aprender me consumía.
De pronto siento que ya no es sólo su lengua la que se desliza por mi rajita, es un dedo y luego dos los que primero tocan y luego se empiezan a introducir sueve y lentamente produciéndome un cosquilleo.
Poco a poco los siento introducirse a zonas mas profundas, con lo que nuevamente se me escapa algunos gemidos.
Ricardo toma algo desde la mesa de centro y siento me aplica algún ungüento suave aunque algo helado.
Se acomoda y siento nuevamente su dedo.
NO, NO es su dedo el que se ubica entre mis nalgas, la presión por entrar me hace entender que es su verga que lentamente se va clavando en mi virginal culo, el cual se va entregando ante la presión de aquel invasor, que arde en deseos de profanar por completo mi intimidad.
¡Así mi bebé, cómelo todo que veras que rico que es! Dime si te duele, me advirtió, y si bien me producía alguna molestia era soportable.
Además el pene de Ricardo no era tan grande pues bordeaba los 16 cms y mas bien delgado, por lo que lo seguí recibiendo sin nada decir.
Centimetro a centímetro sentía como iba horadandome y a la vez quitandome la virginidad anal, lo cual no me importaba en aquel momento ya que me gustaba lo que estaba viviendo.
En un momento, dió un fuerte impulso que si me produjo un dolos y mi protesta, pero él se quedó quieto y yo senti su pelvis contra mi culo.
Estiré mi mano hacia atras y pude sentir que su piel estaba junto a la mia, y al meter mano sólo senti sus pelos que yo sabía rojos y el tronco de su pene muy pegado a mi, con lo que entendí estaba completamente ensartado.
Me pasó un brazo por el pecho y otro por la cintura y me empezó a follar, primero lentamente y aumentando el ritmo.
Sentía la intensidad de la clavada, la invasión de aquella verga en mi culito, una cosquilla junto con un ardor.
Un aroma y una sensación de calentura indescriptible.
Mete saca, mete saca.
¿Te gusta mi bebe? SIIII, me gusta.
¿Yo te lo podré hacer luego?.
SI mi bebé, lo que usted quiera aprender.
Me regalaste tu tesoro, te daré lo que me pidas.
OHHHHH QUE RICOOOOOOOOO.
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