GERMAN 8, UN SALTO TEMPORAL.DESVIRGUE CHICO DE 12.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por GGozador.
Si bien estoy relatando mis vivencias sexuales desde los inicios, voy a hacer un salto temporal para relatar algo muy especial que viví en los últimos dias.
Me llama un jovencito, que actualmente tiene 17 años, a quien inicié hace algun tiempo y cada vez que estoy de vuelta en mi pais, Chile ( como antes señalé mi padre era funcionario diplomático, carrera que tambien me entusiasmé en seguir) nos reunimos para disfrutar de calientes encuentros.
Pues bién, me señala que tiene un primito de 12 años, que quiere debutar en el sexo, y él recordando lo agradable y deliciosa primea vez que tuvo conmigo, le sugirió que fuera yo quien lo iniciara sabiendo que tambien lo sería para el.
Por supuesto que acepté y le señalé que me sentía honrado de poder ser su maestro y mentor en ésta su primera experiencia, asi que acordamos llevarlo a cabo lo antes posible.
Así pues, llegó el dia indicado y se presenta Moisés con su primito de nombre Daniel.
Es un chico delgado, blanco, de aprox.
1,70 lo que lo hace ver aún mas delgado, de pelo castaño y unos preciosos ojos con pestañas largas que le dan un aire angelcal.
Le pregunto si está seguro de lo que quiere y asiente con su tierna sonrisa, ante lo cual lo invito a mi dormitorio mientras su primo se adueña del control remoto para ver televisión.
Nos ubicamos a un costado de mi cama, y me acerqué suavemente acariciando su mentón, y acerqué mi boca a la suya y le di un beso suave, tierno, el que fue respondido con cierta timidez.
Seguí besandole y metiendo suavemente mi lengua en su boca mientras mis manos empezaron a bajar suavemente por su espalda, acariciandole hasta llegar a su culo el cual amasé con ansias pero con ternura.
Un culo bien formado, duro y apetitoso.
Daniel observa mi bulto y veo en su mirada sorpresa y hasta un poco de temor al notar su tamaño.
Me acerco a su oído y le digo que no se preocupe, que lo haremos con mucho cuidado para que todo sea placer.
Al terminar de decirlo, introduje mi lengua en su oído provocandole un escalofrío, desde ahi bajé lamiendo su piel hasta el cuello el que seguí besando y lamiendo provocando sus primeros escalofríos y gemidos, mientras mis manos recorrían su espalda y su culito virgen sintiendo su exquisitez, y metiendo mi mano dentro del boxer para tocar su piel suave y deseosa.
Comencé a sacar su playera y a soltar su bermuda para despojarlo de toda su ropa dejándolo solo en ropa interior.
Por mi parte me saque la ropa rapidamente tambien quedando en boxer que mostraba mi ereccion con un bulto considerable de la prenda.
Me senté en el borde de la cama, mientras seguía acariciandolo le fui metiendo lengua a su vientre, su ombligo, subí a sus tetillas las que mordisquee suavemente y bajé a su verga, que completamente erecta trataba de escapar de su prision de tela.
Le di unos apretones con mis dientes los que nuevamente le arrancaron sendos suspiros, y lo hice girar sobre si mismo iniciando el mismo procedimiento en su baja espalda, y ahora sobre su culito que seguia amasando y mordiendo sus nalgas, para suavemente y con los dientes empezar a desnudarlo por completo.
Mordía la tela a la altura de las caderas y al medio, sobre su raya y los iba bajando un poco mas hasta que.
ya sueltos, se fueron al piso por la simple ley de gravedad.
En ese instante fue que introduje mi lengua en esa rajita virgen, ansiosa de probar, con un claro olor a limpio, que se estremeció al sentir la humedad de mi lengua lo que arrancó un gran OHHHHH! Y un nuevo escalofrío.
Lo guié con mis manos a la cama, y lo hice acostarse boca arriba al medio de ella.
Bajé la intensidad de la luz y le pedí que cerrara los ojos para empezar a lamer su cuerpo desde la frente a la punta de los pies, produciendo un placer que era notorio por los gemidos y escalofríos.
Hice que pusiera sus manos bajo su cuerpo para que no me limitara en mis actos y poco a poco me dirigí a su intimidad, empezando por unas chupadas a sus huevos, metiendolos uno y otro a mi boca.
Mis manos acariciaban su cuerpo y mi boca poco a poco llegó a su pene erecto, de tamaño intermedio, muy blanco y exento de pelos salvo algunas pelusas que recién se estaban manifestando, el que engullí arrastrando su prepucio hacia atrás, lo que terminó sacando otro grito de su boca, seguido lo cual lo empece a masturbar con mi boca deseosa de la carne tierna.
Seguí en aquella función algunos segundos y suavemente le dije que se volteara boca abajo, y al hacerlo retomé mi lamida corporal, partiendo desde su nuca hasta los pies, para al final dirigirme a la flor ofrecida en su primera vez, donde metí mi lengua bien al fondo, arrancando suspiros del joven Daniel.
Separé sus piernas para que su ano se abriera naturalmente mientras le pedía que se relajara, lo que poco a poco fue haciendo, entregandose definitivamente.
Al notarlo mas relajado, tomé un tubo de lubricante íntimo y le apliqué en la zona anal y en el dedo medio de mi mano derecha para empezar a hurgar suavemente en su hoyito y con calma y suavidad poder empezar a introducirlo, repitiendo a cada instante que se relajara, que disfrutara de lo que estaba viviendo y sintiendo.
Mi dedo empezó a entrar, y a cada centímetro que hacía un gemido que de su boca escapaba, haciendo un movimiento circular para ir dilatando adecuadamente en preparación a mi primera penetración.
Como ya había señalado en relatos anteriores, mi verga mide 21,5 cms, pero delgada, lo que siempre ha facilitado la penetración de culitos virgenes o muy estrechos, y en éste caso no fue excepción, ya que cuando mi dedo casi habia entrado en su totalidad, sentí que estaba preparado y me acomodé entre sus piernas para poner la punta de mi pene en la entrada del templo, pronto a ser profanado definitivamente.
Me acerqué a su oído y le repetí que se relajara y disfrutaba, y mientras decía esto, le dí una primera estocada entrando varios centímetros los que arrancaron un leve quejido.
¿Duele? Pregunté y me dijo que no, que estaba bien.
Cargué otro poco y otro mas entrando mas y mas hasta que sentí un freno natural, su esfinter, y le dije que se soltara, que quizas le duela un poco pero abriría la puerta al placer total.
“Esta bien” respondió y al hacerlo lo clavé con fuerza hasta llegar al fondo, “AYYYYYYY” gritó, pero yo ya lo habia penetrado por completo y me quedé quieto esperando que su culo se adaptara al invasor.
Me cargué con todo mi peso en su cuerpo y le susurré al oído “ ya eres mio, ahora vas a gozar” y le pedí no se moviera por unos instantes.
Poco a poco me empecé a mover en un mete saca suave, disfrutando de esa primera follada de aquel culito nuevo, que envolvía mi pene como una red que atrapa a su presa, pero abrasandolo con el calor del nuevo placer descubierto.
Entra y sale, entra y sale, cada vez sacándolo mas al extremo para retomar la senda hasta el fondo, hasta sentir que mis huevos golpean contra sus blancas nalgas, y asi hasta que ya la lujuria se apoderó de nuestros cuerpos y lo empece a follar con fuerza, de forma brutal mordiendo su espalda, y cuello arrancando mas gemidos a cada embestida.
Lo ubique de espalda, y separando sus piernas las puse sobre mis hombros, y le dije, “Vamos, abre tus ojos” y me miró sonriendo, mirando mi pene que se aprontaba a atacar de nuevo, y le pregunté “¿Que te parece? Ésto es lo que estás comiendo” y respondió con una sonrisa que acompañado de sus hermosos ojos fue suficiente para mi.
Puse mi verga a la entrada de su oyito y de un solo golpe lo llevé hasta el fondo para seguir con la penetración a un ritmo ascendente.
Mientras lo follaba mis manos recorrian su cuerpo y a la pasada le agarraba el pene y sus huevos masturbandolo suavemente para luego dejarlo y seguir follandole, a la vez que lamia sus piernas.
Quisiera poder relatar a mis lectores que todo ésto duró horas.
Lamentablemente no es asi, dado que la exquisites del chico, la hermosura corporal e íntima de Daniel, y la certeza de ser el primero en explorar aquel tesoro, me llevaron al climax antes de lo esperado y deseado, y si bien fueron varios minutos que lo folle en las posiciones descritas, a poco andar sentí que un volcán en mi interior estaba por explotar, y fue peor cuando dentro de la follada sentí que el chico se estremecía mas de lo normal y pude observar como de su pene erecto empezaron a saltar chorros de su semen, los que caían en su pecho y rostro, incluso en su boca, ademas de las almohadas y sábanas.
Todo ello hizo imposible para mi aguantarme de acabar y empece a inundar su culito con mi semen, el cual oleada tras oleada me hacía sentir un placer como solo un culo recien desvirgado te hará sentir.
Mi leche empezó a resbalar por su espalda y por todos lados acompañado de mis gemidos y mis besos a sus tobillos a la altura de mi cara.
Mi pene fue perdiendo erección y bajé sus piernas y me recosté a su lado, dandole un beso profundo con mi lengua al fondo de su garganta, donde sentí el caracteristico sabor del semen, de su propio semen que había alcanzado su boca y esa fue mi forma de decir GRACIAS sin hablar.
Su sonrisa fue la confirmación del delicioso momento vivido y ahi si le dije, “Gracias por tu regalo”.
“gracias a ti,me dijo” “¿Repetiremos? Pregunté.
POR SUPUESTO.
Respondió.
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