Gimiendo de placer a los 15 años (parte II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Dani y yo nos besamos apasionadamente. Yo saboreaba el semen que aún quedaba en su boca y me excitaba tan solo de ver su moreno cuerpo empapado con una mezcla de su semen y el mío.
Después de descansar durante un rato, con el vientre empapado con su semen y nuestras bocas mojadas con el mío, me besó el cuello y me pidió que se la chupase.
Yo acepté contento y no tardé nada en meterme en la boca aquella poya morena con la que tanto había soñado.
El se movía con fuerza y me metía la poya todo lo adentro que podía en la garganta. Yo pensaba que me iba a atragantar, pero estaba muy excitado y me daba igual.
De repente me dijo que parase, que ya era bastante. Cuando me la sacó de la boca y me la puso delante de la cara, empapada en semen, brillante por causa de mi saliva… Yo me excité mucho más y le pedí por favor que esta vez fuese el el que me diera por culo.
El se puso encima y empezó a darme por culo mientras me besaba en la boca y me acariciaba la poya.
A mi me dolía, pero al mismo tiempo me encantaba y gemía de placer mientras el me lamía el cuello y me susurraba cosas al oído.
Me pidió varias veces que me corriera y yo no tardé en obedecer, mi pubis quedó empapada con mi propio semen y el, satisfecho, siguió lamiéndome el cuello, la cara y la boca.
Cada vez me penetraba más fuerte y más rápido, era algo increíble…
Yo empecé a gritar de placer mientras el me miraba a los ojos y gemía dulcemente.
Tenía un aguante increíble, no sé como pudo aguantar tanto habiendo follado hacía tan poco. Después de un buen rato, se corrió.
Yo sentí como mi culo se inundaba de calor y como su semen se desbordaba. El me la sacó y me lamió el culo hasta dejarlo limpio. Después, me la metió de nuevo en la boca y yo tragué hasta la última gota de su semen.
Era lo mejor que había vivido en mi vida.
Terminamos y estuvimos un rato tumbados sobre la cama, abrazados, besándonos en la boca y lamiéndonos mutuamente el cuello y los pezones.
De pronto, se levantó y se acercó a un mueble que había al lado de la cama. Me puso sus atléticas nalgas justo al lado de la cara y yo me llevé la mano al pene y empecé a frotarlo mientras le acariciaba el culo y le besaba las nalgas suavemente.
-No sabía que eras bi, sino habríamos hecho esto hace mucho.- Me dijo mientras se reía.- Otro día podemos quedar con Julian. Nunca follé con el, pero también es bisexual y la tiene bastante grande. -Me miró a los ojos y acerco su cara a la mía, hasta casi besarme.- Pero que conste que a mi el único que me gusta eres tú.
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