Gonzalo, Mi Hijo El Huequito – Prólogo
Luis es un hombre de 37 años que acaba de tener a su tan deseado hijo con su hija de 13 años..
ADVERTENCIA: Esta nueva serie es ficticia nada de los eventos relatados son reales. La novela tiene contenido sexual de orientación gay, violación a un niño de cuna, menores a 9 años y otros, dominio total sobre la vida de una persona, alquiler de una adolescente de 13-15 años a hombres mayores y perversos, además de sadismo y masoquismo, se recomienda leer bajo su propia responsabilidad.
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PRÓLOGO
No sé cómo empezar todo esta historia, solo les diré que ahora tengo 15 años y no quiero seguir creciendo.
Mi papá es un hombre sádico, no tengo otra manera de describirlo, pero es mi papi y lo amo, aunque él ahora prefiera pasar más tiempo con nuestro hijo, sí, así es, no leyeron mal, mi papá es el papá de mi hijo de 2 años, Gonzalo.
Yo no sé quien es mi madre, solo sé que era una puta a la cual mi papá le pagó para tenerme, él jamás se ha interesado por las mujeres, solo se folló a mi mamá para tenerme, le gustan las niñas y los niños, en especial los niños, por eso es que desde que nuestro hijo llegó a nuestra casa estoy perdiendo el amor de mi papi, él prefiere darle su leche a nuestro hijo.
- Eso es huequito, saca la leche de tu macho -decía mi padre mientras Gonzalo de manera experta estaba a su lado con su cabeza agachada chupando golosamente la cabeza de la verga de papá, tratando de sacar su premio, la leche de papi.
- Papi yo también quiero. Todavía espero que me des lechita de amor.
- Cállate zorra, ya estás vieja y fea, toda usada, tremendas tetas que tienes, ya no me enciendes. Ahora vete y deja disfrutar de mi huequito.
Y justo así es mi vida ahora, es por eso que ya no quiero crecer, mi papi en casa solo se la pasa con Gonzalo, nuestro hijo, pero desde que el maldito niño de mierda nació, me presta poca atención y en estos 2 años ha ido empeorando, cada vez me usa menos. Antes me follaba en mis días fértiles esperando que tenga otro huequito para él y queriendo que sea niño, porque está cansado de follar niñas, aunque solo me ha follado a mí, sin embargo desde que huequito nació no he podido volver a quedar embarazada y eso ha hecho que solo me folle muy de vez en cuando y solo cuando estoy en mi día más fértil.
Antes no sabía que mi papi me usó desde casi los 6 meses de nacida, aunque me enteré de ello el día que llegué a casa, después de una semana de estar en el hospital con Gonzalo, yo pensé ingenuamente que ahora que papi y yo teníamos un hijo me querría más porque seríamos una verdadera familia, pero no fue así.
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Hace 2 años y 4 meses.
- Por fin llegamos a casa papi, ahora seremos una verdadera familia, ya eres papi y abuelo. Seguramente vas a querer mucho a nuestro hijo y hasta tendremos muchos más, hasta tener una gran familia feliz.
- ¿Acaso tienes mierda en esa cabeza tuya pedazo de puta? Ahora por fin tengo un verdadero huequito y ya no me serás muy útil, tendrás que ponerte a trabajar, ya te tengo 30 clientes reservados para la siguiente semana. Desde ahora sabrás lo que es trabajar, ya que no me servirás mucho como hembra.
- Pero papi, ¿debo seguir estando con tus amigos incluso ahora que ya soy la mami de tu hijo?
- ¿Qué tiene que ver una cosa con otra puta? Tu deber es trabajar y tenerme feliz, por eso soy tu padre y te he criado como mi puta.
- Pero pensé que ahora seríamos una familia feliz.
- Que te quede claro, de ahora en más solo te follaré cuando puedas quedar preñada esperando que puedas darme otro huequito, desde ahora tú solo eres mi máquina para hacer bebés y la puta que mantiene la casa
- Está bien papi, pero…
- Pero nada, tu deber es tener la casa limpia, mi barriga llena, a mis amigos felices, los cuales serán más que antes y tener a huequito limpio para poder usarlo a mi antojo.
- Pero es muy pequeño papi, debes esperar que crezca.
- Cierra la puta boca. A ti también te empecé a llenar de leche a los 6 meses. Solo que ahora podré disfrutar a mi huequito desde antes.
- Está bien papi.
Mi papá se fue a la nevera y salió con un biberón lleno de su leche, seguramente es toda la leche de la semana que estuve en el hospital, lo que no entendía es por qué estaba en un biberón.
- Papi ¿por qué mi lechita está en un biberón? -mi papá alzó la mano y me dio una cachetada que me mandó al suelo.
- He dicho que desde ahora mi leche es para huequito, no tienes derecho a pedir leche y espero que no le quites la suya. Ahora como la vaca que eres saca leche de esas tremendas tetas que se te hicieron y ponlas en el biberón para que huequito tome su mamila.
Hice lo que me dijo y aunque mis pechitos solo habían crecido un poquito para papá que no le gustan los pechos, ya estaban muy grandes. Gonzalo era muy pequeño así que cuando le di mi leche mezclada con la leche de papi, no le gustó el sabor, tuve que obligarlo a tomarla toda, por otro lado yo, fue la primera vez que sentí celos de mi hijo, ahora mi papi estaría dándole su amor y su leche a él, ya no me quería.
Pasaron las horas y se hizo de noche, cuando fui a acostarme con él me dio una patada y me dijo que me fuera de su cama y la de huequito que solo debería entrar cuando tenga que darle de comer al pequeño.
- Tu cuarto desde ahora será el que usamos cuando mis amigos vienen a follarte, desde ahora ese será tu lugar, porque mi cama es para compartirla con mis huequitos.
Papá ya tenía 37 años cuando nació Gonzalo y antes de salir vi como el amor de mi vida ponía a nuestro hijo en el medio de sus piernas y le decía:
- Ya debes ir conociendo el aroma de papi, de ahora en más tendré a un verdadero putito, a ti te criaré como siempre pensé en criar a mi hijo.
Llena de dolor me fui a la habitación la cual solo usaba cuando mi papi traía clientes para que me follen, aunque como papi les dice, “amigos”.
Ese día Gonzalo me robó la leche de papi, la cual nunca más pude saborear y también me quitó el lugar entre sus piernas. Tal como dijo papi, apenas Gonzalo empezó a llorar me llamó y me avisó que sería la última vez que tenga que llamarme que apenas huequito llore yo debo estar ahí para alimentar a su hijo y él poder dormir cómodamente.
La siguiente vez que lloró yo estuve ahí, cambié su pañal y le di de nuevo de comer pero papi se acercó cuando estaba poniéndole crema para que no se lacere con el pañal.
- Así debes tenerlo siempre, el culo limpio y oliendo rico, para que yo pueda comerme ese culito cuando se me pare la verga, como ahora.
Mi papá se agachó abrió esas pequeñas nalguitas y metió su cara entre las pequeñas nalgas de Gonzalo y empezó a lamer su diminuto y rosado ano, después se chupó el dedo y empezó a hacer círculos con la yema de su dedo intentando meterlo. Solo eso, hizo que Gonzalo llorara.
- Cállate huequito, que solo es la yema de mi dedo, lo que te meteré pronto es mucho más grande.
Y mi papá no mentía, he visto muchas pollas a lo largo o bueno, corto de mi vida y mi papá es de los que la tienen más grande y gruesa, solo he estado con unos 3 amigos de mi papá que la tienen más larga pero nunca más gruesa, a mi papá le mide 19 cm., pero es del grosor de una lata de cerveza, por eso sé que no debe meterle a nuestro hijo su polla. Debe usarme a mí, fue lo que pensé, yo he podido con la polla de papá desde que recuerdo y necesito la polla de papá para ser feliz.
Pero eso es algo que ya no es muy común hoy en día, incluso ahora está pensando en hacer que alguno de sus amigos me haga un hijo, para tener otro huequito, ya que él no ha podido volver a preñarme.
Bro me encantaron tus relatos también fantaseo co joder cuanto oyó tenga a la mano sigue así