–Haciendo tarea con Luisito–
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cieloverde.
El relato que hoy les narro sucedió hace algunos años, tenía entonces 16 años, cursaba el grado 11 de escuela superior. Era un joven muy apegado a los estudios, creativo y me fascinaban las matemáticas. Muchas madres de mi barrio, me pedían que ayudara a sus niños en alguna tarea, y yo con gusto lo hacía y sin ningún interés. En esos días yo era un joven atlético, (sigo siéndolo) deportista y según la gente, muy guapo, pero yo no le daba importancia a eso, solo me gustaba ser bueno y amable con los demás. Había cerca de mi casa un matrimonio, que tenía un chico, al que llamaré Luisito de unos diez u once años, pero bien desarrollado para su edad, de un trasero espectacular, piernas torneadas, bellas, muy blanco de piel, de una sonrisa encantadora. Era bastante afeminado, pero buen chico y simpático.
Un día su madre me pidió, si le podía ayudar a Luisito con una asignación de matemáticas a lo cual dije que sí. Acordamos iría por la tarde y así fue. Luisito tenía una habitación muy confortable, y en ella un escritorio con PC, área par escribir etc. Luisito me recibió muy alegre y nos fuimos a hacer la tarea. En eso estábamos cuando su madre entra y nos dice que va a salir con su esposo y padre de Luisito, pues tenía que llevarlo una cita médica y le tocó turno tarde. Yo le dije que todo iba bien, ella me dió las gracias.
Tan pronto se fueron me di cuenta que Luisito, tenía un short bien ajustado al cuerpo, que hacía que sus nalgas se vieran apetecibles y bien paradas, pero traté de eliminar esos pensamientos sexuales de mi mente. Luisito entendía todo lo que le explicaba y ya casi al fin de terminar la tarea, me adulaba diciéndome que conmigo sí entendía todo y ahora no temía, cuando llegara el exámen, fracasar. Pero inadvertidamente noté que se doblaba y paraba bien las nalgas, me rosaba y si yo me paraba, buscaba que yo le pegara mi entrepierna a su trasero. Disimulé, no me fuera a equivocar, por que aunque él era pues, como diré, como una niña, existe algo llamado respeto y no me pasaría de mis principios.
Yo por mi parte tenía un short y un polo cómodo y sandalias. Me dice de repente, que él sabía de muchas muchachas vecinas, que yo les gustaba y que su tía decía que yo era muy lindo. Me sonrojé y le dije, favor que me hacen, ja, ja, ja… También me dijo que a él le habían dicho, que mis hermanos y yo, teníamos las verga grandes! Ahí si me sorprendí y le dije que si eso decían y nos reímos. Al fin me di cuenta, que él estaba buscando hacer algo y me propuse jugar yo también!
Le dije mira Luisito a ti se te notan una nalgas bien grandes y paradas, mejores que las de muchas hembras que conozco y puede ser que por lo ceñido de tus pantalones, no necesariamente sean así…Se rió y me dijo cuanto te apuestas a que son así, yo me reí y le dije, tengo que verlas para creerte y él me contestó que él también me quería ver la verga y salíamos de dudas. A todo esto yo tenía una erección tremenda! Ok. pero que esto quede entre los dos le dijo a la vez me apretaba mi verga sobre mi short, su ojos se abrieron bien grandes y le ordené, sácala tú mismo. No esperó nada y ansioso me bajó el zipper (cremallera) y por la abertura de mis boxer, salió mi pene bien parado, y con su cabeza grande y desafiante.Esta es mi verga, tócala y juzga tú le dije. Wao que grande y gruesa es, por eso dicen eso de ti y tus hermanos! Yo no se ellos, pero esta es mi verga, mientras Luisito no paraba a apretarla y bajarla como pajeandome.
Ahora te toca a ti, dale enseñame esas nalgas. Luisito se bajó el short y un calzoncillo bien apretado tipo bikini que tenía y dándome la espalda, quedó aquel culazo en todo su esplendor, blanquito, nalgas firmes gordas y redondas! Que delicia de culo!!! La calentura me ganó y le pedí se quitara toda la ropa y se pusiera de rodillas sobre la cama, dizque para ver mejor su culo, este me obedeció y era un sueño lo que me ofrecía. Le abrí las nalgas y vi aquel botoncito rosado, me mojé un dedo y lo comenzé a frotar en círculos sobre aquel hoyo, que me invitaba a penetrarlo, a todo esto Luisito gemía quedamente y me preguntaba, si me gustaba su culo.
Le dije que era precioso, que me encantaba y me lo iba a comer. Noté que a él ya se lo habían cogido, por que mi dedo se fue rápido dentro de él y dilató pronto, y Luisito no se quejaba de dolor fuerte. Según lo deaba, le pregunté y me dijo que el hijo de una señora que lo cuidaba de pequeño, se lo había metido dos veces y lo había enseñado a mamar. Pues mamela un poco para que se moje y clavarte, no sea y vayan a llegar tus papás.
Hicimos un 69 de manera que su culo quedó en mi cara y mi verga en su boca. Que rico mamaba ese cabrón y yo tan imbécil al principio. Le di lengua a ese culo, como quise, y Luisito me apretaba del placer, por poco me le vengo en la boca. Luego lo volvi a poner en cuatro, yo parado detrás de él. fuera de la cama y y se la fui metiendo, Luisito gemía y me aguantaba la mano, por que le dolía y me decía que es muy gorda, y grande, no me entra, ahhhhhhhhh. Le masajeaba las nalgas y le pedí que se las abriera más él mismo y solo vi cuando se le fue hasta mi vello púbico toda mi verga, me quedé quieto, ahhhhh sacámela, sacámela que me duele ahhhhh, pero yo lo sujeté más y cuando se acostumbró a mi tolete, empezé con el mete y saca y Luisito también comenzó a gozar, a echar el culo para atrás y a moverlo rítmicamente. Aun sin ser virgen, era bien apretado aquel culo, tal que me extrángulaba la verga, que rico! Le di verga mucho rato, cada vez más fuerte, me encaramé casi todo encima de él, que para entonces gemía y sollozaba de placer como una hembra y le eché como cuatro lechazos bien adentro de aquel culo, que me volvía loco de lujuria!
Nos fuimos al baño a limpiarnos y él estaba loco de contento, me dijo que nunca había gozado tanto. Que quería hacerlo conmigo más a menudo. Le dije que veríamos a ver, que no dijera nada. No pudo contenerse y se volvió a meter mi verga a la boca. Se me volvió a parar y nos dejamos llevar, que peligro, si sus papás hubieran llegado, pero Luisito quería más y más. Volví y lo ensarte de pié en el baño y lo llené de leche nuevamente! Juventud divino tesoro.
Desde esa vez fueron muchísimas veces las que cogimos y la de aventuras y trucos, para metersela dos y tres veces seguidas, eso si con descansos, por que ese culazo me volvía bellaquísimo. Luego les contaré si desean, como me abría la puerta de noche y me llevaba a su habitación, hasta la madrugada.
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