Haciéndome cargo de mi ahijado Juan Carlos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por capicapicapicapi.
Sonó el teléfono a altas oras de la noche, no tenía ganas de contestar pero no dejaba de timbrar.
—¡Compadre soy yo! Karla ¿Se acuerda de mí? ¿Lo desperté—
A esas horas no podía recordar nada ¿Karla? ¿Cuál de todas las Karlas que conocía?
—Mire compadre creo que lo desperté pero soy la esposa de Juan, Juan su mejor amigo y la mamá de Juan Carlos—
—¿Pasó algo grave?—
—No compadre ¡nadita de eso! Callese la boca, al contrario son buenas noticias.
Me acaban de dar unos días libres y Juan quiere que vaya a verlo, por eso le llamo compadre.
Necesito que me cuide unos días a Carlitos, voy a salir en la mañana para el norte y no me lo puedo llevar, sólo son 3 días compadrito ya sabe que el niño no da lata mientras esté en su computadora— me decía Karla toda entusiasmada, no le paraba la boca.
Necesitaba inventarme una excusa para irme a Ciudad Juárez por el chamaco y definitivamente sería después del medio día.
Así fue que al siguiente día manejé durante 7 horas para llegar a la frontera, eran casi las 9 cuando llegué a la casa, aún recordaba como llegar a pesar de tener mas de 5 años sin visitarlos.
No había ninguna luz encendida, parecía que nadie me esperaba o quizá me equivoqué de domicilio, de cualquier manera toqué??—¡Padrino! Al fin llegó ¿cómo le fue en el camino? ¡Pásese!—
—¿Se fue temprano tu mamá?—?—¡Sí! Madrugó— me decía Juan Carlos, ese pequeño de 13 años que la última vez que me miró estaba yo cogiéndome a su mamá y desde una esquina de la puerta disfrutaba el show, bueno al menos eso creo porque en esos días varias veces me observó mientras me cogía a mi comadre.
Juan tenía 31 años cuando embarazó a Karla, su novia que en aquel entonces tenía apenas 14 años.
Ella se había entregado a mi mejor amigo, le creía que era la única y obviamente Juan sabía manipularla puesto que él siempre fue un mujeriego.
Definitivamente Juan no se podía quedar en Chihuahua.
Una nena de 14 años embrazada por uno de 31 ¿qué dirían los papás? ¿llamarían a la policía? Juan tenía que huir antes de meterse en serios problemas pero tampoco desea dejar a esa chavita en total abandono fue por eso que me hizo prometerle que la cuidaría
—Prométeme, compadre, que te harás cargo de mi mujer y de mi hijo o hija, lo que nazca— me decía mi mejor amigo Juan cuando estaba a punto de irse a los Estados Unidos de mojado.
—No quiero meterme en problemas Juan, aparte ni la conozco y estoy ocupado con la universidad— le dije tranquilamente a Juan
—Ella y yo ya hablamos, no me puedo quedar y guardará silencio, yo te voy a mandar dinero.
No en cuanto me vaya porque primero necesito cruzar y después conseguir un buen jale.
Capi sé que tienes dinero ahorrado y con eso puedes ayudarme un poco te lo pagaré todo, y luego tu tío nos puede echar la mano—?—¿Mi tío? ¿Cuál tío?—?—El Doctor, mira Juan si me quedo valdré verga—
Supe que Juan no regresaría, nada bueno se podía esperar de él.
Apenas habían pasado dos días cuando me llaman
—¿Hola? Soy Karla, sé que no me conoces pero Juan me dijo que te llamara ¿Sabes si ya pasó la frontera? Estoy muy preocupada por él, no he tenido noticias—
—No, la verdad ni me ha llamado pero no te preocupes.
Todo va a estar bien, ya verás que ese cabrón pronto se comunica— le decía yo mientras trataba de calmarla
Así pasaron casi 3 meses, hasta que recibí una llamada de Juan donde me decía que estaba bien, que me iba a enviar un dinero para que se lo diera a Karla y que estaba viviendo en El Paso, TX.
Estaba trabajando y todo marchaba bien, yo iba a tener un viaje a El Paso con mis padres para ir a una fiesta y de paso lo vería.
Me pidió que no le dijera nada a Karla de que iría a verlo.
Karla y yo quedamos de vernos en una plaza.
Cuando la miré me sorprendió, era muy guapa, de buen cuerpo y su panzita apenas se notaba, ese Juan tenía buenos gustos.
Poco después hablé con mi tío.
Él creía que era yo quien embaracé a Karla y quería contarle a mis papás hasta que Karla o convenció de que no mentía.
Durante esos meses la estuve mirando y llevándole el dinero que Juan le mandaba, también miré a Juan 3 veces en Texas y ya tenía novia, ese cabrón no se iba a quedar sin coger y yo tampoco.
Cierto día cuando Karla tenía 6 meses me confesó que se ponía muy caliente y no aguantaba más, a mi verla con esa panzita me excitaba demasiado y sus tetas tan grandes.
Cogimos hasta poco antes de que naciera el niño y fue del mejor sexo que he tenido, buscábamos siempre un pretexto para vernos, a veces me salía de clases y otras ella iba a mi departamento.
Juan nunca se enteró.
A los 3 años fui Padrino de Juan Carlos, ya casi no lo veía y lo miré hasta que cumplió 8 años que fue cuando regresé de Estados Unidos.
Y al ver a Karla en esa época no pude evitar cogérmela varias veces, no nos importaba que nos viera el niño.
Bueno volvamos al presente.
—Ahijado ¿estás listo para irte?—
—No, aún no.
Necesito imprimir muchas hojas para hacer mis tareas de estos días que no iré a clases—
—¿Vas a tardar mucho? No quiero que se nos haga de noche—
—No lo sé Padrino, esto es importante.
Si no estudio lo que me dejan podría sacar una mala nota—
Juan Carlos se parecía a su papá, no podíamos dudar que es su hijo, a diferencia de que este niño usa anteojos y es estudioso.
Es de estatura media y muy delgado, el cabello rizado como el de Juan y castaño como el de su mamá, parece un chico demasiado estudioso y tranquilo y de cierta manera se ve un poco femenino en sus gestos, me imagino que por la falta de Juan sólo ha aprendido a comportarse como su madre.
Acordamos quedarnos esa noche ahí aunque yo no tenía más ropa, Carlitos me dijo que me acostara en una de sus camas.
Su habitación es muy amplia, tiene dos camas individuales, un sofá, un escritorio, un inmenso librero y una pantalla grande con videojuegos, parece la habitación de un chico universitario, no hay juguetes y todo está ordenado.
—¿Cada cuándo ves a tu papá?— le pregunté inocentemente
—Jamás lo he visto padrino…bueno sí.
En videollamadas pero no en persona, cara a cara—
—Pero sabes que tu papá te quiere ¿verdad?— le dije sin saber que más decirle —él se fue a Estados Unidos para poder darle una vida mejor a ti y a tu mamá, mira todo lo que tienes, todos esos libros ¿no te gustan los juguetes?—
—Todo lo que tengo me lo ha comprado mi mamá, sé que con dinero de mi papá, los libros son mis favoritos.
Cada fin de mes mi mamá me compra un libro con el dinero de su trabajo, los videojuegos me los mandó mi papá.
Sólo juego cuando vienen mis amigos y no necesitas mentirme Padrino, yo sé bien como es mi papá—
Ante eso era mejor quedarme callado y no meter la pata, ese niño tiene la mente de un adulto en la manera en que analiza las cosas y en la que habla, quizá todos esos libros le han ayudado o quizá desde pequeño ha sido muy inteligente, jamás me di cuenta.
El silencio se nos ha hecho incómodo, tenía yo hambre pero quizá era mejor ya no hablar tanto y dormirme
—¿Ésta será la cama en la que dormiré?— le pregunté a pesar de ya estar sobre ella
—Sí, la que tiene el edredón con cuadros será la tuya, la mía es la que tiene círculos, me gustan más—
Apenas me recosté y caí rendido, esas largas oras de conducir ye le hambre me habían acabado, no pude evitar roncar, sentí que me tocaban y desperté.
Era Carlitos, estaba a un lado de la cama conmigo
—Te quité las botas Padrino, no puedes dormir con ellas sobre la cama porque la ensuciarás, también desabroché tu pantalón, es mejor que duermas sin nada ajustado y tu cuerpo se relajará más ¡roncas demasiado!—
—Lo siento— le dije a Carlitos —pensé que sólo me recostaría un poco y te he despertado con mis ronquidos—
Voltee a ver mis pies, no tenía las botas ni los calcetines, mi camisa estaba desabrochada al igual que el pantalón y mis trusa un poco abajo que permitía se me salieran los vellos, estaba un poco confundido pero no le di demasiada importancia, me dio una sábana para que me tapara y una almohada extra, dormimos cada uno en una cama.
Al despertar por la mañana ahí estaba Carlitos de nuevo a mi lado, ésta vez desperté porque sentí que me tocaban la verga, desperté un poco asustado y a la vez demasiado excitado
—Te hice dos sándwiches para que desayunes padrino— se agachó y los levantó el plato del piso
—Gracias, eres muy amable y al parecer un buen chef— los tomé y los puse en el buró de la cama, metí mi verga en la trusa, con lo excitado se me había salido del lugar y estaba muy babeante, me puse de pie y abroché mi ropa, me puse las botas y me lavé las manos, desayunamos tranquilamente y nos fuimos rumbo a Parral, unas 7 horas más y unas cuantas paradas para comer y descansar
—Padrino ¿Puedo decirte algo?—
—Sí… claro—
—Ayer me gustó verte dormir, quitarte tus botas—
—¿Estuviste observándome mientras dormía?—
—Bueno, estuviste roncando y yo no podía dormir con eso.
Tus pies son muy bonitos—
—Jaja me salen de la cama ¿verdad? Estoy muy alto—
—Tus vellos también son bonitos de tus brazos, de tu pecho, la barba—
—¿Y cómo te va en la escuela? Apuesto que ya tienes una novia como tu papá en su época—
—No tengo novia, soy algo tímido con ellas y por lo general me la paso leyendo, a las niñas no les gusta eso y me llaman aburrido—
—Bueno no les hagas caso, ese aburrido algún día será el jefe de esas niñas locas—
—¿Puedo preguntarte unas cosas?—
—Sí, por qué no ¿quieres saber como hacerte una novia?—
—No, sólo quiero saber más de ti ¿Tienes novia?—
—Bueno por ahora no—
—Eres muy guapo ¿por qué no tienes?—
—Bueno a veces ser guapo no lo es todo, y me la paso muy ocupado en el trabajo—
—¿Sabes si mi papá tenía vellos en el pecho como tú?
—No, nada.
Tu papá es muy lampiño, siempre que salíamos a nadar se quitaba la camisa y no tenía ningún vello ero sí muchos músculos—
—Me gusta tu pecho lleno de vellos, son muy claros pero se pueden notar—
—Tal vez cuando crezcas tú también los tengas, todo podría pasar—
—Siempre soñé que mi papá llegaba a la casa de su trabajo y me pedía que le quitara los zapatos, que le diera una cerveza y cosas así—
—Pronto regresará, ya lo verás—
—Siempre fantasee con eso Padrino, de ayudar a mi papá al llegar a casa, lamento haber sido atrevido ayer y quitarte las botas mientras dormías, pero es algo que siempre quise hacer—
—No hay problema, fue como si fuera tu papá ayer ¿no lo crees?—
—Sí, fue bonito ¿crees que pueda seguir haciéndolo mientras estamos juntos?—
—Veo que extrañas mucho a tu papá, a veces es difícil pero con el tiempo lo entenderás todo, ahora no te preocupes por eso y disfruta mientras creces, que ya de grande tendrás que trabajar mucho y no podrás divertirte tanto.
Tengo unos sobrinos que a veces me llaman y me dicen que me extrañan, quisiera verlos más pero también necesito trabajar—
—Yo también te extrañaría mucho si fueras mi tío y dejo de verte—
—Mira, que te parece si en estos días yo juego a que soy tu tío ¿te hará sentir mejor y extrañaras menos a tu mamá?—
—No extraño a mi mamá, no seas tonto Padrino, lo que extraño es eso, un papá.
Todos mis amigos hablan de sus papás y cosas que hacen con ellos y yo no puedo, me cuentan que van a jugar futbol, que a veces les dan un poco de cerveza y cosas de hombres…—
—¿Prefieres que sea tu papá?—
—Eso me encantaría—
—Entonces puedes llamarme papá en estos días mientras tu mamá no está y haremos esas cosas que los papás hacen con sus hijos pero ni creas que te dejaré ganar en el futbol—
—Está bien “papi”— me dijo totalmente entusiasmado.
Al llegar a casa le indiqué donde sería su cama y cosas que pudiera necesitar o disfrutar de la casa, también tengo videojuegos aunque no muchos libros.
Y luego lo dejé un momento solo en lo que fui a mi trabajo para checar algunos pendientes y de paso comprar os alimentos para que pudiéramos comer en los siguientes días.
—Carlitos, hijo, ya regresé ¿quieres ayudarme a bajar las cosas de la camioneta?—
—Sí papi, con gusto— me respondía muy entusiasmado
Estábamos en ese juego en que yo era su papá y de verdad parecíamos familia, pusimos las cosas en el refri y la alacena y raje comida china, que no es mi favorita pero sabía que a él le gusta bastante, cenamos y conversamos un poco más
—Bueno estoy algo cansado y necesito echarme un baño ¿necesitas alguna otra cosa?—
—No papi, estaré bien.
Me bañaré después de que termines de bañarte—
—No tienes que esperar a que yo termine… hay un baño también en tu habitación—
Me fui a bañar y de verdad que me hacía falta, luego escuché a Carlitos cuando ya casi me salía de bañar
—Papi te he ganado a bañarme ¿ya casi terminas?— lo escuché muy cerca decirme
—Ya casi hijo, sólo me seco y listo—
—Entonces te espero—
Salí envuelto en la toalla y con otra más chica secándome el cabello y la espalda
—¿Papi puedo ayudarte?—
—¿A qué Carlitos? Ya es tarde y debes terminar tu tarea antes de dormir—
—De hecho la terminé en lo que saliste y ahora quiero ayudarte a secarte, anda sí—
—Bueno se supone que soy yo el papá y debería secarte a ti no tu a mí—
—Pero yo he tomado una ducha rápido y ya hasta me puse la pijama—
—No creo necesitar ayuda, puedo hacerlo yo solo—
Entonces Carlitos se puso triste y se salió de mi recamara
—Espera…hijo.
Ven acá, puedes ayudarme a secarme, no hay problema—
rápidamente volvió a entrar a mi habitación y le di la pequeña toalla para que secara mi espalda
—Tienes una espalda muy ancha papi ¿haces ejercicio?—
—No para nada, lo que pasa es que estás tú muy flaco por eso me ves así, y eso que comes mucho —
—Que rico huele tu piel papi, levanta los brazos para que pueda yo secar tu axila—
Lo hice sin pensar en nada más, se sentó sobre mis piernas y comenzó a secarme, de repente me miraba fijo a los ojos y seguía secándome ahora el pecho y el estómago
—Hasta ahí hijo, estoy bien—
Se bajó de mi regazo y se sentó en el piso
—Ahora me falta secarte los pies papi, anda pon tu pie sobre mi pierna para que pueda secarlo bien—
le hice caso y lo dejé que siguiera, el levantaba un poco mi pie y luego subió el otro para secarlo bien
—Papi, tienes muchos vellos en los testículos ¿también te pones shampoo ahí?—
Me puse de inmediato de pie
—¿Cómo sabes que tengo los huevos peludos?—
—Te los miré cuando levantaste el pie, son grandes—
—Pues ahí sólo me pongo jabón—
—Se ven bonitos, muy grandes y bonitos—
Me quitó la toalla que tenía cubriéndome y me tocó los huevos
—Están frescos y son grandes, que vellos tan bonitos—
—Creo que aquí debemos parar hijo—
—¿Por qué papi? ¿No te estás divirtiendo como yo?—
—Es que hacer esto no es correcto—
—¿Lo has hecho antes papi?—
—No, como crees—
—Entonces no puedes decir que es incorrecto, déjame secarlos—
Y entonces Carlitos secaba mis huevos mientras mi verga se iba poniendo dura
—Mira papi tu pene ahora crece y se pone más bonito—
—¿Seguro que no quieres parar?—
Me miró fijamente a los ojos y sin despagar la mirada buscó mi verga dura con sus manos, la agarró y sin decir palabra alguna metió la cabeza de mi enorme verga en su pequeña boca, vaya que se sentía muy rico así que mi verga seguía creciendo más.
Lo dejé disfrutar y él de vez en cuando volteaba verme a los ojos, hacía un intento por meterse lo más que pudiera la verga pero no podía
—Abre más la boca hijo porque estás usando los dientes y eso lastima—
—Perdón papi, hago lo mejor que puedo, nunca me había tocado un pene tan grande—
—¿Ya has probado otras vergas hijo?—
—Poquitas papi pero de menor tamaño, las he chupado y también los huevos ¿puedo chupar los tuyos?—
—Pero que pregunta hijo, eso no se debe preguntar.
Es algo que se debe de hacer siempre, una buena mamada debe ir acompañada de unas mamadotas de huevos, pero sin jalarlos ¿ok?—
Pude ver que su verga se le puso dura, se le notaba en la pijama, le pedí que se quitara la camisa.
El quería quitarse todo pero le pedí que solo se quitara la camisa de la pijama
—Estoy muy flaco papi—
—Me encanta que estés así de flaco—
—¿Te gusto papi?—
—Comienzas a gustarme demasiado hijo, mucho—
—A mi me has gustado desde que estaba chiquito, todo este tiempo desee tenerme, me masturbaba pensando en ti, recordando cuando te cogías a mi mamá y no me decías nada sabiendo que yo los observaba—
—Espera ¿aún recuerdas eso?—
—Si papi, como olvidarlo si era tan rico ver como se lo hacías a mi mamá, me hubiera gustado que me invitaras pero de seguro mi madre se pondría como loca—
—¿Sabes? Ahora que lo mencionas no creo que a tu madre le guste esto—
—No te preocupes papi, este secreto será sólo para nosotros dos, a nadie le contaré—
—¿Seguro que será un secreto?—
—Te lo prometo papi—
Después de esa charla le di rienda suelta a mi morbo, a mis ganas de coger, a todo.
Era bastante obvio que él me deseaba tanto como yo a él o quizá me deseaba aún más.
Ahora me tocaba experimentar algunas cosas, lo levanté de su cabello y lo puse frente a mí, es chaparro a comparación de mi altura, le di un pequeño beso, luego él siguió besándome pero ahora más profundo, lo tomé del cuello y lo apreté un poco
—¿te gusta esto puta?—
—Sí papi, me encanta.
Dime cosas sucias, hazme lo que quieras pero por favor dame tu verga, siempre quise que un adulto me coja y me use como su puta, me de duro aunque me duela como en las películas pornos, haré lo que me pidas—
Lo puse a mamarme la verga y ahora lo hacía que se la metiera lo más que pudiera, su cara se ponía roja, su verga más dura y sus deseos de verga aumentaban demasiado
—Mámame un buen rato los huevos putia, como lo has visto en las pornos—
No necesité decirle más, era obvo que había visto bastantes y que había mamado vergas y huevos también pues lo hacía de maravilla, era como un vagabundo ante la comida que no ha tenido en bastante tiempo, desesperado mamaba mi verga y me pedía que por favor no me viniera, lo levanté del cabello y lo eché a la cama, boca arriba, lo jale de los pies hacia la orilla de la cama, levanté un poco sus pies
—¡Métemela ya papi!—
—Tranquilo pequeño que apenas vamos empezando ¿o llevas prisa?—
—Ya quiero sentirla papi, tantos años soñando eso que ahora no quisiera esperar más—
—Deberás esperar hijo, no será tan rápido, tenemos bastante tiempo para disfrutarnos—
Jalé el pantalón de su pijama y lo dejé hasta sus tobillos, le doblé sus pies hacia su cara de tal manera que me quedara su culito libre, su verga seguía dura y babeaba, sus huevos tenían unos cuantos pelos pero su pubis tenía bastante, su verguita de 13 años era de buen tamaño y me puse a mamar su culito lampiño, lavadito y tan rico que tenía.
Yo no quería que se quitara su pantalón de los tobillos pero él estaba desesperado y quería ya todo, se lo quitó y abrió sus piernas
—¡Ya cógeme papi! No me hagas sufrir así sin tu verga—
—Tranquilo bebé, te voy a dilatar el culito porque cuando te la meta te va a doler tanto que pedirás que te la saque—
—Prometo que me aguantaré papi, lo prometo, pero ya cógeme—
No le di importancia y seguí mamando su rico y sabroso culito, sus pelos del pubis eran muy risados, me tomaba del cabello y me pedía que le metiera más la lengua en su culito, yo llegaba hasta donde podía, comenzamos a sudar de placer, metí un dedo y pegó tremendo grito al sentir como lo deslizaba en su culito, mi verga estaba derramando demasiado precum, así que lo unté en su culo y usándolo de lubricante le abría más su culito, luego me puse lubricante en la verga y un poquito en su culito
—Ahora sí putita te voy a meter toda mi verga a ver si sigues pidiendo más—
—¡Ya dámela papi! Es lo que más deseo—
Me puse entre sus piernas.
Las abrí y luego lo acerqué a mi verga, lo levanté un poco y lo fui haciendo sentarse en mi verga, era difícil de entrar en su culito, su cara ahora estaba más roja, cerraba los ojos y apretaba los dientes
—Papi me está doliendo mucho, despacito por favor—
—¿quieres que paremos bebé?—
—No papi, solo acuéstate y déjame montarme en tu pene como buena putita por favor déjame sentarme en tu pene papi—
Me acosté boca rrba, le puse más lubricante a mi verga y lo dejé que él solito se sentara en mi verga que ya estaba muy dura, hacía pequeños intentos en bajar, muy lento, poco a poco, apenas le entraba la cabeza y no dejaba de gemir, seguía rojo de su cara, su cabello rizado estaba empapado de sudor, su verga seguía tan dura y lubricada, sus huevos muy elevados, y después de varios intentos lo agarré de la cintura y lo hice sentarse hasta el fondo sobre mi verga de tal manera que mi verga entró completamente en su culito y mis huevos pegaron en sus nalguitas, esas nalguitas de niño flaco pero muy regordetas, redonditas y lampiñas
—Ay papi, me duele, me duele mucho ¡sácamela!—
—Si te la saco te va a doler más bebé, quédate quieto y disfruta, deja que tu culito se abra y se adapte y ya luego te mueves como quieras—
—Papi en verdad me duele, soy virgen—
—¿Virgen tú?—
—He mamado muchas vergas pero nunca me dejé coger, me daba miedo pero a la ves quería, papi me duele mucho—
Entonces al comprobar que era virgen me saqué la verga de su culo, salió un poco sucia, cuando estaba sacándola él me decía ahora que no pero la verdad no supe como reaccionar, me fui al baño y lavé mi verga, luego vino él y le dije que lavara bien su culito y que se fijara si no estaba sangrando, afortunadamente todo estaba bien, sin sangre, solo rojo y abierto su culo después de que mi verga lo penetró a fondo.
Nos enjuagamos en la regadera, se lavó bien su culito y nos fuimos a la cama
—Vamos a dormir ya bebé—
—No papi, tu verga y mi verga siguen duras y yo quiero que me la metas a fondo otra vez, te prometo que esta vez me aguantaré—
—Que bueno que al fin dices verga y no pene, me gusta más ¿seguro que aguantarás?—
—Lo prometo papi—
Le unté demasiado lubricante y lo puse a mamarme los huevos para que se me pusiera aún más dura, unté lubricante en mi verga y lo puse de perrito, se la dejé ir completa, pujaba, pujaba mucho, pero a la vez disfruta sentir mi verga dentro de su culito
—No me la saques papi, soy tu puta—
—La mejor de todas mi amor—
Y asó comencé a bombearlo, le di tremendas embestiduras, pasamos de perrito a estar él completamente acostado boca abajo y yo sobre él, con todo mi cuerpo arriba de él dejándosela caer a fondo, luego lo puse de lado y ahí se la metí toda y se la saqué toda muchas veces.
Su culo seguía rojo pero ya totalmente dilatado, la mejor de las putitas que había tenido hasta el momento.
Ahora entiendo todo el tiempo que perdí sin visitarlos, lo giré de tal manera que quedó arriba de mí, y le dije que me cabalgara como la buena puta que és, no lo dudó, cabalgaba mi verga como si no hubiera mañana o como si fuera él ultimo día que lo vería, se movió tan rico que se le salieron sus mecos sin tocarse
—¡Papi, papi! No te vayas a enojar pero me vine—
—Ya lo sé bebé, me han caído tus mecos en los pies pero ahora dale más duro yo también me quiero venir—
No necesité repetirle, le dio tan duro a la cabalgada de mi verga que en menos del minuto me hizo venirme
—Oh por Dios papi, cuanta leche, siento que te salen chorros y chorros y chocan en mi colita—
–Ahhhhh, ahhhhhh, que rico bebé no pares, dale más duro—
Se quedó cabalgándome frenéticamente mi verga hasta que le pedí que parara, mi verga seguía dura pero a la vez muy sensible, le pedí que ya se la sacará y justo en eso se le vino toda la leche que le había echado en su colita, esa putita es buena para sacar leche, era demasiada la que le salía, como si nos lo hubiéramos cogido entre varios
—Mi amor estuviste genial—
—Papi siempre haré lo que me pidas con tal de verte feliz, pero esa leche siempre será mía—
Ahora estoy totalmente agradecido con mi mejor amigo Juan, por todo lo que me ha dado sin darse cuenta
Cuenta cuántas más cogidas le has dado y en qué lugares