Harry y Ron: Una mamada nocturna en Hogwarts
Ron Weasley despierta a su amigo Harry Potter en medio de la madrugada para que le ayudara a conciliar el sueño..
Todo Hogwarts se encontraba durmiendo en ese momento, todos menos Ron. El pelirrojo no podía conciliar el sueño, los nervios por los exámenes lo mantenían despierto e inquieto. Eso sin nombrar lo cachondo que estaba, ya se habían cumplido dos semanas de aquella morbosa escena con su amigo Harry. Ron quería sexo, necesitaba sexo.
Ron se levantó despacio y caminó de puntillas hacia la cama de Harry. El resto de alumnos seguían durmiendo y tenía que tener mucho cuidado de no despertarlos. Ron lo movía con cierto cuidado para llamar su atención y que despertara. Harry abrió sus ojos entre quejidos, estaba muy agusto durmiendo.
— Uhm… ¿Ron? ¿Qué quieres? — Preguntó Harry adormilado.
— Es que… tengo un problemilla aquí abajo. — Dijo Ron agarrándose la erección que tenía bajo el pantalón de pijama.
Los ojos de Harry se abrieron en grande debido a la sorpresa que traía Ron en su entrepierna.
— Necesito que me la chupes Harry.
— Shhh, habla más bajo, ¿Estás loco o qué? Vete a dormir, que al final nos pillan.
— Joder Harry, hazme el favor anda, te lo compensaré, lo juro. Por favor… — Ron podía ser muy persuasivo cuando deseaba algo.
Harry se lo pensó un momento y finalmente aceptó.
— Está bien, vamos a tu cama.
Ron sonrió victorioso y volvió a su cama sigilosamente seguido de Harry. Ambos se metieron entre las sábanas con sus latiendo aceleradamente por la adrenalina de ser pillados. Ron tomó el angelical rostro de Harry entre sus manos y juntó sus labios con los del pelinegro; harry le siguió el beso, sentía como Ron mordía suavemente su labio inferior, seguido de esto, Potter abrió más su boca, dándole el consentimiento a Ron de entrelazar sus juguetonas lenguas. La polla de Harry se había empalmado solo con unos besos, su amigo besaba tan bien que no podía evitar empalmarse.
Harry decidió sentarse encima del regazo de Ron, coloreando las mejillas del Weasley del mismo color que su cabello. El pelinegro enredó sus dedos en el pelo de Ron mientras éste posaba sus manos en el culo de su amigo. Harry y Ron estaban cada vez más cerca, sus erecciones se rozaban debido al íntimo contacto y esto provocaba unas agradables reacciones en sus hormonales cuerpos.
Harry, desesperado, despojó a su amigo de la camiseta de tirantes que llevaba puesta y la lanzó a una esquina del cuarto, Potter estaba descontrolado. Guau, la verdad es que este último año Ron había ganado mucha musculatura, incluso ya tenía unos pequeños abdominales. Harry acariciaba seductoramente el duro abdomen de su amigo. Mientras, Ron intentó meter sus manos dentro del pantalón que llevaba su amigo para poder tocar su culo, recibiendo un pequeño manotazo como respuesta.
— No te emociones, vaquero. — Susurró Harry en su oído, aún no era el momento de aquello.
— P-perdón, no pude evitarlo…
Harry ignoró aquello y se lanzó al lechoso cuello de Ron, repartiendo húmedos besos por ahí.
— ¡A-aah- — Harry tapó con su mano la boca de su mejor amigo para evitar que sus grititos se escucharan.
Potter siguió repartiendo húmedos besos por su cuello, callando los gemidos de Ron con su mano. Mientras besaba su cuello, Harry manoseaba el duro miembro del pelirrojo por encima del pantalón, vaya si estaba duro. Harry fue recorriendo el esbelto cuerpo de Ron lentamente, besando cada esquina de su cuerpo. Hizo una pequeña parada en sus tetillas, las cuáles mordió suavemente, dándole un gustillo a Ron, el cual tenía prohibido gemir en voz alta, resignandose solo a dar silenciosos suspiros. Harry continuó su camino por el torso de Ron, hasta que finalmente llegó al gran bulto que tenía su amigo. Con una sensual lentitud, fue bajandole seductoramente el pantalón junto con sus boxers, liberando el inmenso trozo de carne que poseía Ron.
Harry lanzó la ropa al mismo lugar donde tiró la camiseta, dejando a Ron desnudo e indefenso, si alguien llegara a despertarse, ambos estarían en una situación muy comprometedora, sobretodo Ron.
Sin perder el tiempo, Harry le dió un lengüetazo al capullo del pelirrojo sin apartar la mirada, luego, se entretuvo un rato lamiéndole todo el tronco de la polla, dándole lengüetazos y besos. Ron, como impaciente que era, agarró la cabeza de Harry para obligarle a mamar de una vez, pero igual que cuando quiso tocar su culo, recibió un manotazo como respuesta, al parecer Harry quería hacerle sufrir un poco más. Luego, Potter bajó un poco más hasta sus huevos, los cuales lamió sutilmente hasta que quedaron completamente empapados.
Finalmente, se metió la polla a la boca y comenzó a mamar. Primero, solo un poquito, como haciéndose de rogar. Luego, se la metió entera hasta el fondo, sacándole un pequeño gemido a Ron. Como el lugar estaba en completo silencio, cualquiera que estuviera despierto podría escuchar el fuerte sonido de la saliva. Harry repitió esa misma acción unas cuantas veces más, el tragarse entero aquél pollón ya no le resultaba tan complicado, con paciencia y saliva todo es más fácil.
Ron estaba en el cielo, su cuerpo ardía de la excitación, miraba cachondo como su mejor amigo se tragaba su polla hasta el fondo repetidas veces, Harry estaba fuera de sí, y Ron, también. Harto de no poder llevar el ritmo, el pelirrojo agarró la cabeza de su mejor amigo y, antes de que Harry pudiera quejarse, se la metió de golpe hasta las pelotas. Su capullo chocó contra su campanilla, provocándole arcadas a Harry, pero él no tenía la más mínima intención de parar; no quería que se la chupe, quería follarle la boca como una zorra, como su zorra.
La saliva caía por las comisuras de sus labios mientras que el enorme miembro del pelirrojo violaba su boca. Ron jadeaba, se iba a correr pronto, pero Harry quería que durase más. Potter logró zafarse de su agarre y ahora se encontraba mamando sus huevos.
Ron, desesperado por más placer, ejerció más presión en su cabeza y la bajó un poco más, haciendo que Potter terminase con la lengua por debajo de sus huevos, en esta zona que hay entre los huevos y el culo. Harry ahora se encontraba lamiendo esa piel que suele ser más suave, y la reacción fue la que se esperaba, bufidos y gemidos de parte Ron.
Harry siguió lamiendo con ganas; pegó sus labios, chupó un poco y oyó un jadeo, ¡el cabrón de Ron lo estaba disfrutando!
— Aahh, aahh, joderrr. — Dijo Ron lo más bajo que pudo, si les pillaban iban a estar en apuros.
Harry siguió lamiendo con ganas sin apartar sus labios de aquella sensible zona. Potter se deleitaba con los suspiros de su amigo, lo estaba disfrutando en grande, y, para ser sinceros, él también, y mucho.
Harry continuó chupando en aquella mágica zona por unos minutos más. Pese a estar a escasos milímetros de su culo, Harry no se lo comió, no quería que se enfadara luego. Levantó la mano para cogerle la polla, sin mirarle ya que tenía su cara hundida por debajo de sus huevos y llegó a ella siguiendo el reguero de líquidos que caían en su mano. Se la agarró, pero no le dió tiempo casi ni a tocarle.
— No, no me toques Harry, que me corro. — Dijo Ron entrecortadamente.
Pero Harry no le hizo caso, agarró su polla y comenzó a pajearle mientras le succionaba sus huevos. Harry metió la mano en su pantalón y sacó su polla a la luz para poder pajearse a sí mismo, madre mía, chorreaba precum por el prepucio. Harry notaba como el mástil de Ron se hinchaba en su mano, aquello y sus profundos suspiros avisaron de la corrida que estaba por llegar.
Harry cerró los ojos y la boca, y agarró su polla para hacerse su paja, siendo lo último que vió su mano subiendo y bajando velozmente por el pollón de Ron, y entonces sintió cómo le caía un primer chorro en la mejilla, caliente y fuerte, y a ese le siguieron un montón más; Harry sentía la hombría del Weasley caer en su cara por todas partes, notó varios impactos en la nariz, frente, pelo, labios… no los contó, solo se dedicó a disfrutarlos mientras aceleraba su mano para correrse también.
Nada, solo tardó unos segundos en correrse también. Se juntaron los gemidos disimulados de Ron con los suyos, ahogados con la boca cerrada para que nadie les oyera. Notó como su leche le caía en la mano y en las sábanas de Ron. Se corrió como una bestia, soltando lefazos a chorros en la cama. Harry limpió con su lengua los restos que habían caído en el duro abdomen de su amigo. Ron le prestó un pañuelo para que se secara su cara de semen, mientras él lamía la corrida de Harry que había caido en su cama, no tenía otra forma de limpiar aquel desastre que habían hecho. Harry y Ron se despidieron con una última mirada.
— Recuerda, me debes este favor. — Susurró Harry en el oído de Ron.
Ahora, tanto Harry como Ron podrían dormir bien.
muy muy buen relato, gracias por publicar
Saludos
No me canso de decirlo, me encanta la forma que tienes de escribir