HASTA QUE ME ORDENE SACERDOTE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenia 7 años cuando por imposibilidad económica me madre me puso en una escuela católica como becario, para que estuviera todo el día vigilado, ya que ella tenía que trabajar para mantener la casa.
Así que pasaba del estudio a los juegos como en cualquier escuela.
El padre Pedro era muy bueno y compasivo, tenía, quizás 40 años, se ocupaba de mi con devoción, el vestía en aquel tiempo una sotana negra que casi llegaba al piso, donde, cuando jugaba a las escondidas con mis compañeros, me metía, nunca me encontraba, el se reía y me dejaba, yo lo abrazaba de las piernas y me quedaba quietito, mi cara pegada a su cuerpo, sentía un calorcito agradable, sobre todo en invierno, el con sus manos juntas apretaba mi cabecita contra su cuerpo, tenia un aroma mezclado entre agua de colonia y algo que no definía bien, pero me agradaba ese aroma, y al calorcito de ese cuerpo que me escondía y me abrigaba.
Mis manos recorrían y acariciaban sus caderas sobre su pantalón y sentía como donde apoyaba mi cara estaba más caliente, me agradaba. Luego tocaba la campanilla para volver al salón, el caminaba hacia uno de los árboles del patio y recostándose a el me decía,
-Sal de ahí pícaro y ve a tu salón.
Yo corría y entraba pidiendo perdón a la maestra.
Esto era casi a diario, a veces el me decía
-Hoy no hay escondidas, busca otro lugar
Después de tanto esconderme debajo de la sotana del padre Pedro, un día el estaba cuidando como siempre de nuestros juegos y rápido vine y me metí debajo de su sotana, el puso sus manos como para impedirlo pero fui más rápido y le gané, lo abrace fuerte y apoye mi cabeza entre sus piernas, como siempre, mi cara quedo sobre su pitito y mi respiración agitada por la boca soplaba sobre el, comencé a sentir que crecía, al abrazar sus caderas y nalgas me di cuenta que no tenía pantalón estaba solo en interiores.
No dije nada, solo seguí abrazado aquello que golpeaba mi carita, latiendo, él apretó con sus manos juntas mi cabeza contra su cuerpo como siempre y mi nariz y mi boca estaban sobre su pitito, solo lo separaba la tela de su interior, mi boca abierta por la agitación humedecía la tela y aquello crecía y se ponía bien duro con la cabeza hacia arriba, el tomaba mi cabeza desde afuera de la sotana, y la movía suavemente hasta que se mojaba todo, largaba una sustancia que mojaba mis labios y mi nariz, de un aroma y sabor agradable.
Así pasaron muchos días en ese juego, donde para mi ya era normal que el estuviera en interiores. El me recordaba siempre, no descubras a los demás donde te escondes, si no, nunca más vas a poder jugar y ganar que no se te encuentra.
Un día me anime y le pregunté, padre, por qué late y aumenta de tamaño su pito cuando estoy con mi cara pegado a él? Y que es ese liquido que larga, con ese olor y sabor tan raro?
-Eso es normal, cuando seas grande en la misma situación te va a pasar lo mismo, pero son cosas que no se deben comentar a los demás, digamos que es nuestro secreto. Estás de acuerdo,
-Si, padre, a usted no le molesta que yo haga que pase eso?
-No me molesta, quédate tranquilo, pero no lo comentes a nadie
-Si usted no quiere que lo comente, no lo haré.
Era lunes, mamá me llevó a la iglesia donde funcionaba el colegio como todos los días y se fue a trabajar. Eran las 10 de la mañana y estábamos en pleno recreo, jugábamos escondidas, yo corrí a los baños porque no vi al padre Pedro, al asomarme para ver como iba el juego lo veo que estaba a la salida de los baños, me metí debajo de su sotana, por detrás, el se dio cuenta y abrió las piernas, yo pasé para adelante, estaba nervioso y agitado, rápidamente pegué mi cabeza a su cuerpo y lo abracé, respiraba por la boca y comencé a sentir que su pito crecía, y que tenía pelos que tocaba con mi frente, con mi mano toqué todo aquello y me di cuenta que el padre no tenía interiores.
Me asuste y traté de salir, pero el como siempre apretó mi cabeza contra su cuerpo, me quedé quietito y sentí la voz de una mujer, era mi mamá, me quedé bien quietito, los nervios me agitaron más, el pito del padre crecía junto a mi boca, el
Se movía cadenciosamente y movía mi cabeza suavemente hacia los lados, hasta que consiguió que la cabeza entrara en mi boca, cerré los labios y traté de controlar mi respiración, para que mamá no se diera cuenta que alguien estaba entre piernas del padre Pedro.
Sentí ese sabor salado nuevamente, apoyé mi lengua sobre su pito y el seguía con su cadencia hacia atrás y hacia adelante, muy suavemente.
-Padre Pedro, quiero pedirle un favor, y perdone, no piense que es un abuso, pero me cambiaron el horario de trabajo y tengo que entrar a la noche, no se que hacer con mi hijo, no quiero dejarlo solo en casa toda la noche.
-Hija mía, está bien, veré ya de preparar una cama y se quedará conmigo, solo le pido que no comente pues usted sabe que solo hay espacio para la escuela, y no quiero que otras madres pidan, porque no podría complacerlas.
-El es un niño muy bueno y me gustaría que tomara en su tiempo nuestros hábitos. Si a usted no le molesta, tráigame ropa para cambiarlo después de bañarse.
-Por el contrario padre. Para mi seria una bendición. Gracias padre y que Dios lo bendiga.
Se fue mi mamá y el padre me dijo.
-Sal por detrás y ven a mi nuevamente.
La campana ya había sonado, salí hacia el baño y volví a él, me tomó de la mano y me llevó a clase, le dijo a la maestra que tenía que confesarme, la maestra asintió con la cabeza y nos fuimos de la mano hacia la iglesia.
-Te gustaría quedarte conmigo a vivir?
-Si padre
-Hoy te portaste muy bien cuando hablaba con tu madre. Dime, que sentiste de lo que paso cuando estabas escondido, por qué te metiste mi pene en tu boca, te agrado lo que pasó
-Padre yo tenia la boca abierta porque estaba agitado, su pito entró solo. No se, me gustaría que Ud. me enseñara, el sabor de su pito era agradable, y el olor también, se pone perfume ahí?
-Si, claro y tu también tu te vas a poner. Ven vamos a mi pieza. Alguna vez jugando con tus amigos haz hecho algo así?
-Nunca padre
-Y lo harías solo conmigo?, y luego de hacerlo, guardarías en secreto?
-Creo que si, que lo haría y si ud dice que es bueno hacerlo, guardo el secreto.
-Bueno lo harías conmigo que soy sacerdote y con nadie más, así que es bueno.
Charlando llegamos a su pieza donde había una cama grande, una chica, una meza de luz y muchos libros.
-Acá estamos solos y protegido de las miradas indiscretas, puedes desnudarte al igual que yo para conocer nuestros cuerpos, ya haz visto a un hombre desnudo,
-Nunca, se va a desnudar acá?
-Si, hazlo tu también, tenemos que higienizarnos, la higiene es la base de la salud.
Tenía vergüenza de sacarme la ropa y quedar desnudo frente a él,
-Vamos, no tengas miedo, nada que no quieras te voy hacer, ven ayúdame a sacarme la sotana y yo te ayudaré a sacarte tu ropa.
Uno a uno desprendí los botones hasta donde alcanzaban mis manitos, el desprendió los siguientes y se la sacó, su pito era grandote y estaba duro
-Por qué está así su pito?
-Así cómo?
-Bueno, tan duro y largo, además tiene mucho pelo
-Está de esa forma porque te quiere, desea ser tuyo y que tu seas de él
Comenzó a sacarme la ropa, acariciaba mi pitito, y mi colita, cuando terminó de sacarme toda la ropa, me llevo de la mano al baño y me baño todo yo le enjabone su pito y su culito lleno de pelos, nos secamos y se tiró en su cama y me pidió que me subiera sobre el a caballo, me pareció cómico, yo montado en su panzona, atrás, su pito duro tocaba mi espalda, hizo que me acostara sobre el y me dio un beso en la boca diciéndome que era un beso de amor, ahora serás mi noviecita y noviecito y yo seré igual para ti, te gusta la idea?
-Me encanta respondí.
-Bueno a vestirnos que tu mamá vendrá a traerte la ropa.
Nos dimos otro beso, nos vestimos y esperamos a mamá
-Padre Pedro, cuanto le agradezco, dejó la ropa me dio un beso, y se fue a trabajar.
De vuelta, pasamos por la cocina y tomó pan y unas frutas para cenar, volvimos a la pieza y sin que me dijera, comencé a desabotonar la sotana y el enseguida me desnudó.
Nos tiramos en la cama y nos besamos, el siguió besando mi cuerpo, hasta que llegó a mi pitito, echó hacia atrás el cuerito y me chupó la cabecita.
Yo sentía toda una electricidad por mi espalda y me retorcía sobre su cama, lo único que tenté fue tomar su pito y metérmelo en la boca, lo chupaba como loco, me sentía desesperado, hasta que llegó a mi colita, ahí ya perdí totalmente el control y suspiraba era algo que no puedo aun hoy explicar, lo que sentía. Su lengua jugaba con mi culito y yo sentía que una corriente de energía pasaba por todo mi cuerpo y mis labios se hinchaban, me puse boca abajo con su pito en mi boca, chupaba y chupaba como si fuera un caramelo, a la vez eche mis manos hacia atrás y tomé su cabeza apretándola contra mi colita,
En cierto momento el se soltó y me dejó así sobre la cama, yo aun solo me revolcaba y me metía un dedo en mi cola, el trajo entonces un aparatito que después de grande supe que se llamaba especulo y que se usaba en ginecología, también trajo un poco de una grasa blanca traslucida.
Me dijo que me colocara en cuatro. Tomó un poco de esa grasa y unto por el aparato que tenía un dedo de grosor más o menos, me puso también en mi colita y comenzó a meterlo suavemente, solo sentí el frio del metal, ningún dolor. Luego de meterlo todo, empezó a abrirlo dentro mio usando un tornillo que hacia que las dos partes se separaran,
Abrió hasta que le dije que me dolía. El paró, cuando cesó el dolor, volvió a abrir un poco más, y así hasta que ya no se abría más.
Así logro abrirme bien el culito, me lo mostró por un espejo, parecía que toda mi mano entraba ahí de lo grande que veía mi culito y sentía como que tuviera un tronco dentro mio
Ahí estuvo el aparato mientras comimos, nos higienizamos y nos acostamos el dio vuelta el tornillo del aparato hasta que quedó, tal como había entrado, lo sacó y yo seguía sintiendo que tenia algo grande metido.
Enseguida el metió su pitito en mi culito, apenas sentí una molestia, dejó su pito ahí por un buen rato, ya me estaba durmiendo con su pito adentro cuando el comenzó con movimientos cadenciosos hacia atrás y hacia adelante, que agradable era, mi pitito se paró y quedó durísimo al instante, sentía un placer enorme, suspiraba de placer, sentía un cosquilleo en mis huevitos, y la electricidad corría desde mi culito a los labios y bajaba por mis brazos hasta los dedos, las piernas igual sentía que se tensaban y se aflojaban a la vez. Y comencé a decir.
-Más, más padre, más quiero más.
El se derramó dentro de mi y ahí la dejó toda la noche, al otro día nos levantamos nos higienizamos, nos perfumamos y de vuelta a la escuela,
Ahora cuando me escondía dentro de su sotana, de entrada la tomaba y se la chupaba hasta tomarme toda su lechita, de noche me la metía y ahí quedaba toda la noche, yo apretaba mi culito y el me decía que le encantaba que hiciera eso.
Otras veces el se ponía para que yo lo penetrara, eso no era tan agradable, recién lo fue cuanto tuve 14 años en que si se la metía bien adentro y gozaba mucho derramándome dentro de él
Así paso el tiempo, yo seguí estudiando y fui ordenado sacerdote, aunque no se usa ya sotana, yo insisto en que me gusta y que lo hago en recuerdo de quien mi inició en esta religión tan especial. Pero no uso ni pantalón ni interiores, así que quien me use como escondite le queda aceptar o no.
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