Hermandad
Al bajarnos la ropa ambos teníamos el pito parado, nos miramos, lo miré, a pesar de ser mi hermano reconozco que su desnudez me causó cierta vergüenza que me hacía mirarlo más.
Un tío mío tenía una quinta de fin de semana a pocos kilómetros de nuestra ciudad y era normal que con mis hermanos vayamos. Un día realmente de mucho calor fuimos solos con mi hermano menor, el compañero de colegio del Colo, si bien éramos chicos nos arreglábamos bien solos. Mi madre nos había preparados unos sándwiches y casi toda la mañana se nos fue en viaje. Aunque llegamos cerca del mediodía después de un largo viaje en micro y caminar varias cuadras bajo el sol, no comimos enseguida, nos cambiamos por separado poniéndonos las mallas y enseguida nos metimos en un tanque australiano que había lleno de agua limpia. Estábamos solos, ya que mis padres llegarían por la tarde a buscarnos, aunque seguramente se quedarán un rato tomando mates,
Creo que habremos estado unos 20 minutos jugando en el tanque con el agua hasta la cintura, corriéndonos o haciendo que peleábamos, tengo la idea que mi hermano me manoseaba un poco, pero no creía en aquel momento que así fuera, hasta que resolvimos salir para comer algo. La casa era una antigua construcción que por sus gruesas paredes mantenía fresca las habitaciones, por lo que resolvimos comer debajo de los árboles mientras nuestras mallas se secaban un poco. La verdad que mucho no recuerdo de qué hablaríamos, pero sí tengo en mi memoria que me había preguntado por su compañero de colegio y mi amistad con él, en realidad mi hermano no quería ser su amigo, pero le daba curiosidad saber qué hacíamos, al menos eso me hizo creer.
Terminamos de comer algo y nos fuimos a caminar por el campo un poco, no mucho ya que estábamos algo cansados, entonces decidimos volver y nos fuimos a la habitación más iluminada, pegada al baño y con una gran cama antigua de dos plazas; la idea era descansar un poco, no dormir, pero aún nuestras mallas estaban húmedas y por no humedecer la cama decidimos cambiarnos, esta vez uno frente al otro. Al bajarnos la ropa ambos teníamos el pito parado, nos miramos, lo miré, a pesar de ser mi hermano reconozco que su desnudez me causó cierta vergüenza que me hacía mirarlo más, aunque hice que miraba para otro lado, igualmente él ya tenía otra idea que no me dijo, sin nada de ropa se acostó y tapó con la sábana, invitándome a hacer lo mismo; y lo hice. Mi hermano se empezó a tocar y me dijo:
– ¿Es verdad lo que me contó el Colo?
-No sé qué te dijo
-Qué vos te dejás.
Reconozco que me sorprendí, casi no sabía que hacer y él me mostraba su pito duro como esperando que hiciera algo, y lo hice….
Primero lo toqué y luego me encontré chupándolo, pero no recuerdo si lo hacía por que me lo había pedido, ordenado, o porque yo lo quería hacer, vi el pene duro y a mi disposición y lo hice. A mi hermano le gustaba y me decía cosas que ni recuerdo, pero una sí me quedó muy grabada:
– ¿Sos puto vos?
Ni supe que responder, creo que no sabíamos bien lo que eso significaba a nuestra edad realmente no me sentía trolo, pero reconozco que cuando estaba con el Colo me gustaba, no me atraía, algo que sí pasaba con una chica, pero saber que podía tener sexo con un él me generaba cierta adrenalina que lo deseaba.
Mi hermano semi sentado en la cama, contra el respaldo, miraba como le hacía sexo oral y se reía hasta que me largó todo el semen en la boca y yo lo tragaba, creo que fue la primera vez que lo hacía al menos siendo consciente de esto. No estoy muy seguro de lo que pasó después, me parece ver que mi hermano se levantó y siguió como si nada hubiera pasado, pero yo no pude seguir tan así, la pregunta que me hizo quedó en mi cabeza dando vueltas. Cuando llegaron mis padres, la vida continuó, y volví a mis encuentros con el Colo quién una vez me preguntó si era verdad que se le había chupado a mi hermano y le dije que sí y que había tragado el semen, a pesar de mi edad yo no era consciente de lo que pasaba a mi alrededor, se había empezado a correr la voz de que me podían coger y que me gustaba chupar la verga (como decíamos en aquél tiempo) pero aún así esto sucedía en cierto círculo y no en todo mi entorno.
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