Hermanos traviesos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por judoba18.
Ya a las 8h de la mañana Jorge estaba empalmado.
Prácticamente cada día se levantaba de esa guisa.
Las hormonas es lo que tienen y con 14 años uno no puede resistirse a la naturaleza.
Todavía en la cama se fue dando cuenta de que la alarma del móvil había sonado pero la pereza no le dejaba levantarse.
Aún notaba las caricias de Silvia, ayer se dieron el lote, pero no pasó nada.
Solo se tocaban torpemente, con más lujuria que pericia.
Silvia no sabía que había estado practicando con su hermano Jacinto que yacía en la litera de arriba.
Con Jorge sólo se llevaba un año y medio, y cuando eres el pequeño haces lo que te dice tu hermano mayor.
A Jorge le aprisionaba entre sus piernas el pijama y la manta por efecto de su polla que le daba los buenos días.
A Jacinto siempre le daba curiosidad ver desnudo a su hermano, por estar más desarrollado.
Le fascinaba ver los vellos de las axilas y la mata entre la polla mucho más grande que la suya aunque todo apuntaba que Jacinto le superaría en poco tiempo.
Y lo que más le gustaba era ver los abdominales de su hermano.
Jorge los había desarrollado sin darse cuenta en la piscina.
Su equipo de waterpolo era una de las cosas más importantes para él.
Sobre todo su especial amistad con Carlos, pero eso ya sería otra historia.
Jacinto siempre fue muy deportista también.
Siempre en forma.
A él lo que le gustaba era el culturismo y la bike.
Miraba todo youtuber que explicaba cómo llegar a tener esos bíceps que anhelaba.
Ese vientre plano, marcando todos los abdominales, la “tableta de chocolate” le decía.
– Yo quiero tener esa tableta como Nico…-.
Jorge se fue desperezando y notando su erección le dio una patada a la litera de arriba llamando a Jacinto… – ¡Cintooo! – Baja que tienes trabajo mañanero-.
Jacinto ya sabía qué necesitaba su hermano.
Muchas mañanas debía chuparle la verga para que este le dejara su Tablet.
No se hizo esperar.
Jacinto estaba despierto llevaba solo unos shorts rojos de deporte.
Bajó de un salto.
Siempre pensaba en las olimpiadas y cómo saltaban los gimnastas.
Muchas veces pensaba en sus apretados paquetes dentro de las mallas.
Jorge ya había separado sus cobijas.
A Jorge le gustaba dormir con pijama y sin calzoncillos.
Como esos días hacía calor solo tenía una camiseta y el pantalón del pijama sin nada debajo.
Jacinto se arrodilló al lado de la litera, a la altura de su manjar.
Jorge se puso los brazos en la cabeza para dejarlo hacer.
Jacinto se había convertido en todo un experto.
Cuando se fue acercando el olor a adolescencia y sudor le fue excitando más y más.
Fue en unos campamentos cuando se estrenó con las pollas de sus compañeros de tienda.
Entre ellos estaba su propio hermano.
Pero eso lo explicaremos otro día.
Ya tenía una mano sobando el mástil y la otra bajando el pantalón del pijama.
Enseguida saltó la polla de su hermano y comenzó la travesura.
A Jacinto le impresionaban las bolas de su hermano.
Él todavía las tenía pequeñas.
Su polla empezó a erectarse por la emoción.
Debajo del short rojo y sin calzoncillos nada dejaba margen a la imaginación.
En su tarea empezó a dar lengüetazos de abajo a arriba.
Cuando llegaba al glande sin circuncidar se quedaba mojándolo con los labios.
Con las manos bajó más el pijama y le sobaba los huevos y lo iba pajeando.
Jorge soltaba algún gemido.
Jacinto se puso encima de la cama.
Cambió de posición y se puso en cuatro.
Su cara estaba a disposición de la polla de Jorge y su culo con una enorme erección estaba a merced de la boca y manos de su hermano.
Entonces, Jorge, bajó una mano que tenía en la almohada para acercarla al short de Jacinto y se lo bajo.
El culito respingón de su hermano blanco y virgen estaba a su disposición, así como su polla.
Empezó a lamerle el ano y a ordeñar a su hermano que lo chupaba con fruición.
Nunca lo había penetrado.
Pero últimamente le rondaba por la cabeza.
Tantas veces que se excitaba con Silvia y no llegaban a más lo estaba volviendo loco.
Quería meter como fuera y como su hermano estaba cerca, hacía teimpo que lo pensaba.
Pero no sería en esta ocasión.
La polla de Jacinto era grande para su edad, de 14cm.
Jorge la tenía mayor y con 14 años tener una polla de 17cm no está nada mal.
Jorge siguió masturbando a su hermano cuando de repente sintió que se venía.
No avisó a Jacinto y este recibió la primera sacudida.
Sin darse cuenta se fue para atrás porque no se la esperaba.
Jorge aprovechó y le metió un dedo, era la primera vez y como no estaba lubricado le dolió un poco.
Pero con la excitación se dejó hacer.
Jorge siguió eyaculando en la boca de su hermano, dos, tres, cinco veces.
Cada vez la tenía más espesa.
Jacinto sintió el dedo dentro de su culo y sin saberlo su hermano presionó en su próstata, en el famoso punto G.
Esto hizo que Jacinto eyaculara por primera vez como nunca lo había hecho.
A Jorge le impresionó y se llenó del semen de su hermano por todo el pecho.
Exhaustos pero felices se abrazaron llenos de lefa.
Jacinto, siempre cariñoso, dio un beso a su hermano.
Este aprovechó para practicar y le abrió la boca.
Sus lenguas se fundieron un buen rato.
A lo que el mayor dijo: – vega, vamos, perrita que si no perdemos el autobús -.
Entonces se levantaron y se fueron a asear al baño.
Pero allá empezó de nuevo.
Las hormonas no conocen de tiempos ni de llegar tarde, sólo siguen su instinto.
Otro día les cuento…
Si les gustó comenten.
Es mi primer relato.
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