HERMOSA SORPRESA.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cojefer61.
Sucedió cuando tenía 17 años, un amigo me presento a Cristian, un tipo de 50 años, grandote de 1,80 m., buen físico, muy bien dotado con una verga tipo caballo, vivía con su padre don Atilio, un hombre mayor de la misma contextura física que su hijo aunque con las huellas que dejan los años, una noche estábamos en su casa cogiendo desaforadamente como lo hacíamos en forma habitual, pues cada vez que nos trenzábamos era bestial, después de dejarme el culo a la miseria Cristian decido ir al baño para mear y pegarse una ducha, yo me quede tendido en la cama boca abajo pues estaba exhausto, luego me dormí en esa posición sin darme cuenta, al rato me desperté pues sentí que Cristian había regresado y me estaba penetrando de nuevo, entro sin problema por que mi cola estaba totalmente lubricada de la cantidad de leche que me había echado rato antes, rápidamente comenzó a meterla y sacarla con una calentura terrible, eso me ponía mil, entonces le digo – ¡Cristian que bien te hizo el baño, recobraste fuerzas, que rico me coges papi, estas tan caliente que hasta tu pija parece más gruesa!.
Entonces siento que apoyándose sobre mi se acerca a mi oído y me contesta – ¡ no soy Cristian putita, soy Atilio el papá y te voy hacer gozar como loca mi amor!.
yo me quede helado, pero no podía hacer nada pues el viejo me tenía ensartado hasta las pelotas y la verdad realmente me tenía muy caliente, estaba tanto o más dotado que el hijo, entonces decidí continuar con su cometido así que comencé a mover el culo al igual que lo hacia con su hijo, estuvimos cogiendo largo rato hasta que la pija se le puso re dura y comenzó a acabar dentro mío, en cada espasmo derramaba tremendos chorros de semen, era como si tuviera una acumulación de años, luego la saco y me dijo – ¡esto queda entre nosotros dos, se que lo vamos a repetir por que se que vas a venir por más putita!.
Salió de la habitación y al rato volvió Cristian envuelto por la cintura con una toalla, el viejo me había dejado tan caliente, que sin vacilar me abalance sobre el y se la quite, con desesperación agarre su pija y comencé a chuparla, no tardo mucho que estábamos cogiendo nuevamente.
Les cuento que el viejo tenía razón a partir de ese día cada vez que podíamos y en secreto cogíamos como bestias, con el tiempo supe que Cristian sabia todo desde el primer día, pues aquella noche ambos se habían puesto de acuerdo para que el viejo empezara a cogerme porque hacía rato que no la ponía y andaba como loco de la calentura, entonces habían inventado toda esta trampa por miedo a que yo no aceptara ser el amante de ambos, que tonto yo hubiera agarrado viaje enseguida con lo que me gusta coger y más si están bien dotados.
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