hetero cogido por amigo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un amigo y yo planeamos un fin de semana en otra isla a la que acudiríamos a la boda de un tercer amigo. Mi novia lo entendió, era cosa de chicos, además ella tendría que trabajar.
Fernando y yo fuimos entusiasmados a lo que se presuponía que iba a ser un fin de semana de fiesta, sin novia y a nuestro libre albedrío.
Nos hospedamos en un hotel de 4 estrellas al que no le faltaba de nada. Decidimos compartir habitación para ahorrar gastos. Teníamos mucha confianza, nos conocíamos desde pequeños y entre nosotros había buen feeling.
La boda era el viernes por lo que nada más aterrizar, fuimos al hotel a alojarnos y prepararnos para el enlace. Me sorprendió un poco la naturalidad con que Fernando se desvistió y se cambió de ropa delante de mí. Llegué a verlo en pelotas. Me dijo: "hay confianza". Le sonreí y acepté de buen grado la situación, por lo que yo actué igual.
Tras la boda y bien entonados por el alcohol, regresamos al hotel, si bien habíamos entrado en un supermercado a comprar algo de alcohol.
En la habitación nos pusimos cómodos y comenzamos a beber y hablar. Fernando me preguntó si tenía reparo por él hacerse una raya y me invitó. Ya puestos me atreví. La sensación era de excitación.
Enseguida Fernando sacó el tema de la desnudez. Que quizás me había parecido que se había pasado, pero que conmigo tenía confianza. Yo le comenté que me chocó un poco pero que no pasaba nada. Me dijo: "Mejor" y me preguntó si antes había visto a algún chico desnudo. Le comenté que en el gimnasio, que en las duchas es normal. Me dijo que él no, que yo era el primer desnudo de un hombre adulto que veía. Y le pregunté, ¿qué te pareció? Me dijo: "lo tienes musculado y eso da morbo"
No dije nada. Él me preguntó, ¿oíste lo que dije? Le dije que sí, que me sentía halagado.
Al rato me preguntó: ¿Te parece que nos veamos desnudos de nuevo? No sé por qué, accedí. Nos desnudamos y nos quedamos mirándonos de pie. Nos acercamos, me pidió que me diese la vuelta y alabó mi trasero. Nos quedamos de frente de nuevo y comenzamos a frotar suavemente nuestras respectivas poyas. La excitación conllevó a que estuvieran enseguida duras, y mientras nos tocábamos las cabezas de las poyas comenzaron a rozarse. Él cogió mi poya y comenzó a masturbarme y yo hice lo propio con la suya. Jadeábamos con los ojos entreabiertos. Se agachó y comenzó a chupármela. Sentí un placer indescriptible, me sentía erizado, se metía mi poya en su boca mientras con sus manos apretaba mis nalgas. Fueron varios minutos hasta que se levantó y me agaché yo para chupársela.
Me encantó meterme esa tranca venosa con una gruesa cabeza. La tenía durísima y caliente. Me excité tanto que chupé como una actriz porno. Sus jadeos me excitaban aún más.
Me pidió hacer un 69, nos tumbamos en la cama y comenzamos a chuparnos nuestras vergas. Sentí un escalofrío cuando lamió mi culo. Joder, qué placer. Cuando llevábamos rato me dijo que si me atrevía a seguir. Asentí.
Me puso a 4 patas y acercó su poya a mi culo. Le pedí que cogiera de mi neceser una loción corporal para lubricar. Una vez hecho volvió a acercar su poya a mi culo y comenzó a meterla. Me retorcí de dolor. Fernando siguió insistiendo, aunque con precaución y más despacio. Una vez dentro le pedí que la sacara que me dolía. Él me dijo: "espera un poco" y comenzó a moverse. El dolor no me dejaba pensar en nada. Al rato comencé a sentir un gran placer y le pedí que me follara.
En adelante, el diálogo fue cada vez más fuerte, llamándome puta, zorra…y embistiéndome cada vez con más fuerza. El placer era indescriptible. Terminó eyaculando sobre mi espalda. Sentir su semen caliente sobre mi espalda fue de lo mejor que me ha pasado en la vida. Me sentí como una puta que le ha dado el mayor placer a su macho.
Una vez recuperados, volvimos a repetirlo durante todo el fin de semana. Claro que también él quiso ser mi puta!
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