Hijastro II
las cosas que sigo haciendo con el hijo de mi novia.
Me puse a preparar el desayuno, y esperaba poder encontrar las palabras para hablar con el y parar todo lo que estaba sucediendo, aunque una parte estaba totalmente excitado con la perspectiva de estar íntimamente con Abelito. Realmente estaba muy confundido.
Abelito tomo una ducha y bajo al comedor solo con un bóxer color rojo que se le veía muy bien, ya que marcaba su colita redondita y levantada y enfrente sus bolitas y su pene sobresalían, estaba deseándolo, pero a la vez no quería seguir. El me miro con una sonrisa y se sentó junto a mí, me dijo que anoche había dormido delicioso, y pregunto cuando regresaba su mama, le dije que en un par de días más, el sonrió y me dijo que le parecía perfecto, yo le pregunte que tenia en mente para estos días, y el solo me dijo que quería experimentar muchas cosas y sin más se me colgó del cuello y me dio un beso en los labios, yo al principio rechace pero al sentir la suavidad de sus labios, no pude resistirme mucho y le devolví el beso que poco a poco se fue haciendo mas húmedo, ya que abrí mi boca y asome un poco mi lengua, al contacto con sus labio el también abrió la boca y nuestras lenguas chocaron, sentí como se erizo su piel, ahí supe que no había marcha atrás, ya tendría tiempo de arreglar las cosas por ahora solo importaba lo que sentíamos en ese momento, sentí su pene contra mi cuerpo, y lo cargue, y besándolo lo regrese a la habitación, donde aun estaba deshecha la cama, rápidamente me desnude y le retire su bóxer, fue de las cosas más eróticas que he hecho en mi vida, vi su pene de unos 10 cm con el prepucio cubriendo su glande, y su huevos apretaditos a su piel, supongo que le dio un poco de frio, todo eso coronado por una pequeña mata de vellos púbicos, los justos para teñir de negro su pubis, era hermoso ese niño, lo voltee y baje la mirada por su espalda y ahí estaban nuevamente su par de nalgas que me volvían loco, paraditas, esponjosas, con una casi imperceptible capa de vellos transparentes y una línea que las separaba y las hacía ver mas antojables, lo toque por todos lado, mientras lo besaba, y el también aprovecho para manosearme a su antojo, aunque su atención estaba en mi pene, trataba de cubrirlo con su manita, y se sorprendía cuando lo bajaba quedaba descubierto el glande, el bajo, se metió la punta a la boca, no saben lo excitante que fue verlo como su boquita succionaba mi pene, no le cabía mas que la punta pero con eso era suficiente para hacerme sentir delicioso, su ojos de momento me miraban y sonreía, se veía tan sexy con sus mejillas teñidas de rojo y con la boca llena de mi pene, no quería que me hiciera acabar, yo quería probarlo también así que lo levante, y lo pude en cuatro, le dije que si quería avanzar y me dijo que si, que lo deseaba, que deseaba que lo tomara como a su madre, y le dije que tal vez le dolería, y el me dijo que sabía que podría doler, que no de valde su mama gritaba y gemía cuando la cogía, tener esa conversación con él, era demasiado para mí, estaba que explotaba, así que me dedique a dilatarlo para que no le doliera tanto, como la noche anterior le pase mi lengua y notaba como su piel se erizaba y suspiraba, a la vez que paraba mas las nalgas, eso me incitaba a hacer lo mejor posible por hacerlo disfrutar, alternaba entre mi lengua y mis dedos mojados de saliva, su anito, fue cediendo y el iba relajándose a la vez que su pene soltaba gran cantidad de precum, yo lo tomaba con mis manos y se lo untaba en la colita, el me grito que no aguantaba más, que quería mi verga, ya, yo me puse un poco de saliva y acerque la cabeza de mi glande a su colita, el contacto con su ano, casi hace que termine encima, fue electrizante, de un pequeño empujón entro la mitad de mi glande, el solo pujo y le pregunte si seguía, el me grito, métemela yaaa, yo seguí empujando poco a poco, y sentía que su ano me iba recibiendo, mientras el pujaba, cuando tuve la cabeza dentro el grito, le sobe la espalda y le daba besitos en sus hombros, el volteo la cara y vi pequeñas gotitas en sus ojos, le pregunta si paraba y el dijo que no, que solo le ardía pero que sentía rico, yo lo bese, metí me lengua en su boca y el me respondía el beso, poco a poco le fui enterrando todo mi pene, solo sentía en el beso que de repente apretaba y cuando lo tuvo todo dentro, espere unos minutos a que se acostumbrara, fue una tortura para mí, tener mi pene dentro de ese culito tan apretado sentía sus espasmos, toque su pene y estaba m8uy mojado pero flácido, intente masturbarlo un poco, y el solito empezó a moverse hacia atrás y hacia delante, esa fue mi señal de que estaba listo, inicie un bombeo suave pero firme, cada que se lo metía el soplaba y lo sacaba y gemía, realmente fue como un concierto de gemidos para mí, fue delicioso. Lo cogí por poco tiempo, que el se vino, y sus espasmos me hicieron terminar a mí también, era hermoso verlo ahí acostado boca abajo con la colita abierta, recién desvirgado escurriendo mi semen, con su carita sonrojada y su cabello mojado de sudor intentando recuperar el aliento, me acosté junto a él y me abrazo, nos besamos y nos quedamos dormidos.
Abríamos dormido todo el día, si no fuera por la llamada de su mama, preguntando por él, me dio mucho morbo, verlo hablar con ella estando desnudo, en mi cama, aun con mi semen fresco en su colita, y diciéndole que lo estaba pasando bien y que la extrañaba.
Cuando colgó nos metimos a bañar nuevamente, ahora juntos, en el baño conversamos un poco de cómo se sintió con primer cogida, me dijo que le había dolido mucho al inicio, pero que después fue como sentir pequeños toques eléctricos en su pancita, le pregunte que si le gustaban los hombres, y el me contesto que de momento solo le gustaba yo, y ahí le pedí que guardáramos el secreto, el me dijo que era obvio que no le diría a nadie, aunque me confeso que se sentiría celoso cuando regresara su mama y fuera ella que tuviera mi pene dentro, le dije que haría lo posible por estar con el bastante tiempo y nos besamos.
Salimos a comer, y al regresar, ambos nos desnudamos, disfrutábamos mucho estar desnudos en casa, el me dijo que seguía adolorido, que creía que no aguantaría otra cogida, yo le dije que no había problema, que no era necesario hacerlo a cada rato, el me dijo que realmente le gustaría aprovechar la ausencia de su madre.
Muchas gracias por leer, lo que paso en los siguientes días se los cuento en el siguiente relato
Saludos
gran realto con gnas de leer la sigueinte parte