Historia de cómo perdí mi inocencia siendo un niño
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Hola comunidad, este es un relato 100% real de cómo inicié en el sexo, o más bien, cómo me iniciaron siendo un niño de unos 8 años aproximadamente.
Encontré esta página por accidente y hace unos meses he venido leyendo relatos parecidos a lo que me pasó pero más que todo relatados por la persona que lo hizo, más no por la que lo recibió, por así decirlo, y por eso me atrevo a relatar lo sucedido.
Lo que me pasó solo lo sabe una persona, y es mi psicóloga que hace un tiempo se lo conté en una sesión de terapia, y bueno, obviamente la otra persona implicada que es un primo mayor.
Siempre he mantenido esto en secreto no sé si por pena, o quién sabe porque puede ser, pero hoy puedo decir que al comenzar a escribir y recordar lo que me pasó, siento mucha excitación y una sensación extraña.
Quizás me extienda un poco pero es que quiero detallar todo bastante, ya que como dije anteriormente, nadie sabe salvo mi psicóloga y mi primo, y hace un tiempo siento que quiero contar, no sé, como desahogarme.
Bueno, aquí vamos… Todo comenzó cuando tenía unos 8 o 9 años aproximadamente, no estoy seguro pero si rondaba esa edad, pero recuerdo casi todo como si fuera ayer. En realidad fue algo que no sé si me marcó para bien o para mal, quizás los que han pasado por algo así entiendan a que me refiero.
Mis papás un domingo nos llevaron donde una tía la cual tenía dos hijos, una prima mayor por bastantes años y un primo que rondaba los 12 o 13 años.
Llegamos a la casa de mi tía, que por cierto muy poco íbamos a allá, y pues lo normal, saludamos, nos sentamos todos, mi papá, mi mamá, mi tía y demás personas que estaban en la casa, empezaron a tomar alcohol porque si mal no recuerdo era algún cumpleaños. Yo, me dispuse a jugar con otros primos que rondaban mi edad, con carritos y juguetes, cosas normales de la edad pero mi primo(Alberto, nombre ficticio) estaba viendo televisión en la sala donde estábamos jugando. Ya con la edad que tenía no le llamaba la atención jugar con nosotros
Antes de seguir, quiero describir como era físicamente en ese entonces. Soy alto, mido 185, así que siempre fui más alto que mis otros amigos de la misma edad, también era gordito y desde los 7 años practicaba béisbol, así que además de ser gordito, tenía mis piernas y nalgas bastante grandes y redonditas. Con los años fue que entendí porqué le llamaba tanto la atención a hombres mayores que yo, adultos en su gran mayoría. Estoy seguro que era por mis nalgas y mi cara inocente. tanto así que cuando jugaba en la calle con mis amiguitos, muchas veces hombres mayores me invitaban a sus casas ofreciéndome cosas pero se me hacía raro y nunca entraba. Con mi primo fue diferente, y aquí continuo con el relato.
Nosotros jugábamos en la sala y mi primo veía televisión pero por momentos me quedaba mirado a los ojos de una forma medio extraña, yo no prestaba mucha atención a eso y varias veces le dije: “ ven y juegas”, pero no me hizo caso, hasta que por décima vez o quién sabe cuántas le dije y se levantó y se puso al lado mío.
Jugamos y no pasaron unos diez minutos cuando se empezó a pegar a mi, y cada vez se acercaba más hasta quedar prácticamente con los brazos juntos uno al lado del otro, yo en realidad a esa edad era muy inocente como cualquiera, pero ese día todo cambió.
También teníamos unos avioncitos, los agarramos y pues estábamos de pie jugando como si voláramos. En eso, él se hace detrás mío y se arrecuesta. Yo recuerdo que me reía y ya, más nada, así lo hizo varias veces y en una de esas me abrazó duro y dijo: se estrelló el avión y me zarandeó, supongo que era para rosar su pene con mis nalgas o espalda, ya que no teníamos la misma estatura. Llegó el momento donde todos nos cansamos y le dijimos a él que nos diera agua ya que teníamos bastante sed, él nos llevó a la cocina y nos dio y todos mis primos se fueron hacia afuera de la casa para sentarse con sus papás y adultos pero, él me agarró y me dijo, espera, muéstrame tu avión que me gustó bastante.
Me fui a la sala, traje el avión y se lo mostré y me dijo: “si, me gusta bastante, vamos a mi cuarto que tengo también uno y varios carritos”, si, vamos, le respondí.
Cuando entramos al cuarto, él cerró la puerta, yo inocente sólo estaba pendiente y algo emocionado como cualquier niño de ver el avión y los carros. El me los mostró y empezamos a jugar con ellos, yo boca abajo encima de la cama. Todo iba normal hasta que él se pone de pie mientras que yo estaba concentrado jugando y sin decir una sola palabra me empieza a bajar la pantaloneta. A mí se me hizo algo extraño y yo solamente agarré y me la volví a subir, él siguió haciéndolo unas 3 veces y yo seguía subiéndola. En esas, si volteé a mirarlo y sólo me quedó viendo y se quedó quieto, pensó que le iba a decir algo, pero como yo en mi inocencia no sabía que estaba pasando, no le dije nada. En una de esas, el bajo mi pantaloneta y algo hizo que yo sentí unas cosquillas demasiado ricas, y en ese momento paré de subir mi pantaloneta pues era algo nuevo, extraño y rico a la vez para mi. Supongo que metió el dedo rápido entre mis nalgas como para aprovechar antes de que me subiera la pantaloneta, ya que practicante yo no quería y la subía pues no sabía que pasaba. Como dije, yo dejé de subir mi pantaloneta, y ahí el si empieza a hacerme cosas.
Tengo que aceptar que para ese momento todo era algo medio confuso pero a la vez me gustaba. Después que el pasa el dedo por segunda vez entre mis nalgas, yo volteé a ver y me le quedé viendo a los ojos, su cara era muy muy seria tanto que recuerdo que me dio algo de miedo, pues parecía que tenía rabia, pero supongo que simplemente era la lujuria que tenía en su cuerpo y ni decir las hormonas que seguro las tenía a mil, pues tenía 12 o 13 años. El aparentaba una edad mayor y siempre andaba con amigos mayores que él, así que tenía mucho mundo y sabía muchas cosas para su edad, incluso, actúa como un adulto, por eso nosotros los niños sentíamos algo de respeto con él. También cuando lo miré a los ojos y él a mí, sentí que con mi mirada le di permiso y sólo con mis ojos le dije que me había gustado y que siguiera. Yo volteé, cerré los ojos y puse mi cara en la cama de nuevo. El pasó el dedo unas dos veces más y me dijo: ponte en cuatro, yo no tenía la más mínima idea de que era eso, y le dije: “ah, cómo así”, entonces dijo: “de perrito, como un perrito”, en ese momento pues si me puse como un perrito pero todo encorvado jajaja, el me movió y pues yo quedé con mis manos y rodillas en cuatro y mis nalguitas paradas. Yo dentro de todo seguía sintiendo que no sabía qué pasaba y sentía mi corazón acelerado, pues algo me decía que estábamos haciendo algo malo o no sé si era por excitación o miedo. El abrió mis nalgas por completo y sentí un fresquito rico que recorría mis nalgas. Como dije, él hablaba y actuaba como un adulto, así que acercó su cara, sentí un sonido como si oliera y dijo: “qué rico te huelen las nalguitas y que ricas las tienes”, sentí que metió algo que ahora puedo decir que fue su lengua y Dios… las cosquillas que sentí y el placer era algo de otro mundo, pues no había vivido nunca algo así. Después de eso, ya sentí algo diferente, y era que estaba metiendo su dedo, era también muy rico pero era como un placer diferente. Creo que todo me gustó tanto porque el fue muy delicado conmigo.
el empieza a meter su dedo y me pregunto si me dolía, yo ni le respondí, jajaja, es que lo que estaba sintiendo era rico, extraño, incluso sentí escalofríos varias veces. Como no le respondí, recuerdo que hizo un sonido como de echar saliva y sentí una presión medio fuerte, y pues bueno, era que me estaba intentado meter su pene. Ya me había medio dilatado con el dedo y creería que él no había terminado de desarrollarse, ya que pensándolo bien, me entró “fácil”, o quizás no la tenía tan grande o gruesa. El preguntó si me dolía y bueno, si sentí un pequeño dolor y le dije que sí, pero ese dolor se fue al minuto y después vino sólo placer. Lo que sentía era algo muy intenso, en ese momento yo no pensaba en nada, ni en mis papás que estaban afuera, ni en la gente que estaba afuera, ni mis primos, ni juguetes ni nada, era un placer de otro mundo, yo comparo esto como cuando tomas alcohol o alguna sustancia por primera vez, la primera vez siempre es diferente o quizá la más intensa.
En ese momento recuerdo que yo solo soltaba diminutos sonidos por mi boca que después entendí que eran gemidos, y no sabía por qué, salían de forma automática. Solo de recordarlo me produce una erección bien fuerte, se me pone muy dura y me dan bastante ganas de masturbarme. Ensimismado, el metía y sacaba muy suave pero con muchas ganas, nunca lo hizo duro ni rápido, yo con mis ojos cerrados en algunos momentos decía “ay”y soltaba los pequeños gemidos. El se tendió sobre mi espalda y me abrazó y casi me tumba, pues era más grande que yo, pero yo también para mi edad, así que me mantuve en cuatro. cuando me abrazó se sintió muy rico, ya que al fin y al cabo yo seguía siendo un niño inocente.
Sentía una mezcla de placer y miedo, pero como dije anteriormente, al el abrazarme, solo fue placer, ya que al ser un niño y recibir un abrazo pues me sentí cómo protegido. Siento que todo pasó muy rápido y lento a la vez, yo no pensaba en nada, solo sentía como algo entraba y salía de mis nalguitas y era demasiado rico, soltaba los pequeños gemidos y escuchaba que él decía:“ahhh, ahhh, que rico”, pero muy suave, supongo para que no nos escucharan. Todo siguió así por unos segundo hasta que el sobre mi espalda dijo: qué ricas tus nalguitas gorditas, me voy a vernir y ahí si soltó un: Ahhhhhhh Ahhhhhhhh y yo sentí como que algo se movía por dentro de mí como que palpitaba y algo caliente. En ese momento me vi mi pipilito y sólo vi algo transparente en la punta y lo sentía algo duro pero no lo toqué. El saco un suéter sucio de un canasto y empezó a limpiarme y me decía puja como si fueras al baño para que salga, yo la verdad no sabía a qué se refería pero pujaba y supongo que salía su semen de mí y él seguía limpiando. Lo veía algo preocupado pero seguro era porque no quería que su semen quedara dentro de mí y se me saliera y mojara mi pantaloneta, ya que mis papás se darían cuanta y al tocar eso y olerlo iba a ser un problema muy grande. Él me limpió bien y los dos guardamos silencio nos vestimos y yo salí del cuarto, él se quedó en el y no salió en todo el día. Pasaron las horas y nos fuimos a casa.
Ese día no deje de pensar en eso, recordaba lo que pasaba y sentía corrientazos por mi cuerpo y tengo que confesar que a los días empecé a meter mi dedo en mis nalguitas. Siento que mi personalidad y forma de ser cambiaron desde ese momento, ahora sentía mucha curiosidad por ver un pene y porque me hicieran lo que me hicieron ese día. También tengo que decir que me gustan las mujeres, que me considero bisexual y que curiosamente cuando estoy con un hombre, lo que más me excita es ponerme en cuatro, que me abran las nalgas y me la metan lentamente, prácticamente igual a ese día de mi niñez donde todo cambió.
Tuve varias erecciones escribiendo esto, y espero que se lo disfruten como yo al relatarlo y como yo al vivirlo.
Me encantó tu relato espero y sigas escribiendo más relatos de tu infancia 🤤
Hola! Me alegra mucho que te haya gustado. Entré a escribir mi segunda experiencia, espero que te guste.
Qué relato tan más rico, yo tmb viví cosas de niño y las tengo relatadas aquí.
De solo imaginarme como eras así gordito y nalgón en forma, se me puso mega dura.
Gracias por escribir.
Hola! Me alegra mucho que te haya gustado mi relato. Justo entré a escribir la segunda experiencia que tuve. Espero que también te guste y la disfrutes como yo.
Particularmente, me pasa lo mismo, tan solo de pensar en mis nalgas gorditas en cuatro y en cómo se veían en la vista de mi primo, me prende full y se me pone muy dura.