Historia de un chico desubicado: 4 Mi amigo Sergio
Relato de algunas experiencia en secundaria y el comienzo de los mejores momento con mi primo Miguel.
Como mencioné en el relato anterior, en mi segunda vez con mi primo Miguel tuve mi primera eyeculación y al poco tiempo descubrí la masturbación. Al principio era muy inexperto, sobaba la cabecita de mi pene usando ambas manos (utilizando sólo 2 dedos de cada mano) fue hasta tiempo después que un compañero de la secundaria me enseñó como hacerlo correctamente.
Para tener el contexto, yo empezaba el segundo grado de secundaria, a nuestro grupo se unió un chico que no consideraba de mis amigos cercanos pero me llevaba bien con él, se llamaba Sergio, era un chico de mi estatura (ambos eramos de los más bajitos del salon) de piel blanca un poco bronceado, tenía el cabello negro lacio y un corte de pelo tipo hongo común en esos tiempos, Sergio era muy bromista y aveces un tanto burlon con quien se dejara, por lo mismo no solía tomarlo muy enserio.
Me dí cuenta que Sergio aveces tenía unas actitudes raras conmigo, en ese tiempo yo pensé eran en broma, pero ahora que lo pienso casi estoy seguro que él trato de tener algo conmigo, por ejemplo si yo me encontraba sentado con las piernas abiertas, Sergio aveces llegaba y se sentaba en una de mis rodillas sobando sus nalgas contra mi pierna (algo que me encantaba pero yo trataba de disimularlo quitandomeló de encima), otras veces en clases de taller (donde solo estabamos hombres) a Sergio le daba por llegar y bajarse el cierre del pantalón mostrándome su penecillo erecto, como si fuera exhibicionista (aveces lo hacía a la vista de todos y yo lo tomaba como en broma) también recuerdo una ocasión mientras yo estaba en el baño orinando, Sergio llegó y me preguntó -¿a ti ya te salieron pelos? a mi me están saliendo pelos en el culo, ¿quieres verlos?- y me tomó de la mano para llevarme a un cubículo del baño (me hubiera encantado verle el culito pero pensé que podría ser un trampa y solo quería burlarse de mi) le dije -no manches los pelos del culo no se presumen- y me salí del baño.
Algo que me hace pensar que Sergio era bi o gay, fue la interacción que tuvimos con otro chico en clases de taller. Había un chico de otro grupo al que Sergio solía molestar muy seguido, le apodabamos «Largo», era un chico alto, de cuerpo ni flaco ni gordo, su piel era pálida y tenía el rostro con mucho acné, solía tener el cabello desalineado, además tenía una forma curiosa de hablar de la que Sergio se burlaba imitandolo para molestarlo, ese chico parecía siempre estar enfadado y por lo mismo no me llevaba con él (después cuando lo conocí mejor no era tan malo como creía), el caso es que «Largo» cuando Sergio lo molestaba, solía tomarlo por la espalda, cargarlo y presionarlo contra su pecho para luego aventarlo, como Sergio lo molestaba muy seguido, era común verlos «peleando» de esa manera en clase de taller. En una de esas ocasiones mientras «Largo» tenía cargado a Sergio, este me pidió que lo ayudara a soltarse, entonces se me ocurrió imitar la voz de «Largo» lo cual lo hizo enfadar y se fue contra mi, cuando «Largo» me tomo por la espalda y me levantó, al presionarme contra él sentí algo duro entre mis nalgas, note que «Largo» estaba super exitado, comprendí que en reliadad aprovechaba ese juego para dar arrimones (ahora entiendo porque a Sergio le gustaba tanto molestarlo, además solo hacía eso con nosotros dos) con el tiempo yo también empecé a «molestarlo» para que me diera unos arrimones (aunque no quería reconocerlo me exitaba sentir su pene duro entre las nalgas, no hablamos de eso pero había una cierta complicidad de placer y lo mejor es que nadie lo notaba) para entonces nos hicimos buenos amigos Sergio, «Largo» y yo.
Supongo que lo más «intenso» que pase con Sergio, fue a mediados de segundo grado, en una ocasión salimos temprano de la secundaria, yo tenía una gameboy y desde hace tiempo le había pedido prestado un juego, como no teníamos nada que hacer aprovechamos para ir a su casa y ver que juego me podría prestar, estando en su casa, aún no había nadie, pasamos un par de horas jugando videojuegos, hasta que después de un rato Sergio me dijo -si quieres vemos una porno, pero no le digas a nadie va- no me dio tiempo de responderle cuando salio de su cuarto y regresó con la película, (yo para entonces ya tenía idea de como era una porno, mis dos primos mayores me llegaron a mostrar una, aunque en esa ocasión lo único que hicimos fue verla, ellos no se tocaron ni nada) puso la película en su videocasetera, se mostraban escenas de una mujer brasileña siendo penetrada por un moreno super dotado (a mi no me llamaban la atención ni las tetas ni los penes grandes) lo que en realidad me excitó fue ver que Sergio se recostó en su cama y como si nada se bajó el pantalón y comenzó a masturbarse frente a mi, se frotaba su pene rápidamente con una sola mano (hasta ese momento nunca había visto a nadie masturbarse, fue cuando entendí que yo lo estaba haciendo mal), mientras el se masturbaba me hablaba entusiasmado sobre la película y de como le gustaría hacer lo mismo con tal y cual compañera de la secu, yo estaba de pie, aún sorprendido asimilando el momento, la película cambió a una escena de sexo oral, Sergio se levantó y adelantó esa escena (me dijo que no le gustaba ver partes dedicadas a penes) yo en ese momento supongo quedé con la boca abierta, porque Sergio al ponerse de pie con los pantalones abajo por primera vez me mostró lo nalgoncito que estaba (tenía el trasero como a mi más me gustaba), volteó a verme y me dijo -no te quedes parado, si quieres ven y jalatela conmigo… es más si quieres yo te la jalo y tu me la jalas- (si eso hubiera pasado ahora, con mucho gusto aceptaría, pero en ese momento tenía muchas dudas, no quería aceptar que era gay, pero creo que mi mayor temor era que luego alguien más se enterará y se burlaran de mi como me pasó con mi primer amigo de la infancia)
Me sentí incomodo, pensé que podría ser una broma o que Sergio se quería burlar de mi, le dije que ya me tenía que ir (al decirle eso puso una cara de descepción), no me insistió mucho, se subió su ropa y me acompañó a la salida. En el camino a casa me la pase pensando que habría pasado si hubiera aceptado, tal vez me perdí de algo muy bueno, al menos a partir de esa «experiencia» aprendí como masturbarme. Tiempo después me enteré que Sergio y «Largo» solían reunirse para masturbarse juntos (ahora que lo pienso quien sabe si hacían algo mas), pero para ese entonces no me importó mucho, en ese tiempo ya tenía sexo frecuente con mi primo Miguel y es que en el transcurso de los 13 a los 14 años paso algo que me cambió la vida.
Como ya había mencionado antes, mi familia es grande, tengo varios tíos y tías, mi tío el mayor de todos en ese tiempo tenía varios negocios y era el apoyo de gran parte de la familia, varios tíos y tías trabajaban con el, entonces mi madre comenzó a trabajar también para él, ella iba 3 días a la semana a hacer el aseo de su casa, la casa de mi tío quedaba cerca de la secundaria donde yo estudiaba, así que los días que mi madre trabajaba yo llegaba con ellos.
Yo había escuchado que la mamá de mi primo Miguel también trabajaba para mi tío, aunque ella estaba en un local donde tenían las oficinas (ese local estaba un tanto retirado de la casa de mi tío), pero lo que no me imaginaba es que mi primo Miguel al salir de la escuela esperaba a su mamá en la casa de mi tío, así que saliendo de la escuela empezamos a coincidir en esa casa.
Algo que me gustaba de la casa de mi tío es que tenían una computadora, en ese tiempo todavía no era tan común tener una pc en casa, por lo regular solo había en escuelas y negocios, como yo desde muy chico me llevaba bien con ese tío no tuve problema para que me diera permiso de usarla, así fue que comencé a llevarme muy bien con él, entonces mi tío le propuso a mi madre que yo podría quedarme a vivir en su casa, ya que la secundaria quedaba cerca y además mi madre iba seguido, fue así que a partir de los 13 deje de vivir con mis padres y comencé a vivir con mi tío.
Mi tío estaba en una relación con una señora muy seria, esa señora ya tenía hijos grandes, con ellos aún vivía el más chico que para ese entonces debería tener unos 19, yo nunca me lleve muy bien ni con la señora ni con su hijo, pero como la casa era grande y por lo regular los evitaba (por el contrario Miguel al ser muy sociable se llevaba muy bien con ellos), yo me la pasaba en mi habitación o en la sala donde tenían la computadora, mi habitación en ese entonces era un cuarto que estaba hasta el fondo de la casa y daba acceso al patio trasero, ya con cuarto propio podía masturbarme las veces que quisiera, de hecho siempre que entraba a mi cuarto ponía el seguro (a veces mi tío bromeaba preguntándome porqué siempre ponía el seguro), tenía muchas comodidades en esa casa pero lo mejor de lo todo es que podía pasar al menos 4 horas diarias con mi primo Miguel todos los días.
Cuando ya empecé a vivir con mi tío, los días que mi madre no iba a trabajar, mi primo Miguel y yo comenzamos a hacer cosas en mi cuarto, a veces eran solo manoseos, pero también empezamos a hacer algo nuevo, como no sabíamos si alguien llegaría a tocar la puerta, comenzamos a tener sexo rápido, consistía en bajarnos el pantalón y calzón a las rodillas y pasar directamente a yo intentar penetrarlo, aveces lo hacíamos acostados, con él boca abajo y yo encima, otras veces él empinadito a la orilla de la cama y otras veces lo hacíamos de pie, de esa manera yo solía levantarlo (como cuando «Largo» me levantaba para restregarme su pene) pero con mi primo realmente tenía mi pene entre sus nalguitas y yo lo movía de arriba a abajo (aunque era muy cansado era riquísimo tenerlo en esa posición) algo extra también fue que mi primo para entonces comenzó a mover sólito la colita, cuando yo empujaba mi pene el apoyaba más su culito contra mi, verlo moverse sólito y escuchar el sonido de mi pubis chocando con sus nalguitas me exitaba de sobre manera, cuando él empezaba a moverse yo no tardaba mucho en venirme, al terminar me encantaba ver su culito todo embarrado de mi semen (en ese tiempo aún era más transparente que blanco) recuerdo que debía tener mucho cuidado de no manchar con mi semen su ropa, pero había veces que yo eyaculaba con tantas ganas que no podía evitarlo, en especial cuando lo hacíamos de pie.
Aunque él empujaba su colita contra mi, yo aún no lo penetraba, su culito seguía muy apretado, solo un par de ocasiones mi pene llegó a entrar más de la mitad, ese par de ocasiones mi primo gritó de dolor y tuvimos que detenernos (yo seguía muy inexperto, no sabía que tenía que dilatarlo), en ese tiempo mi primo tenía entre 10 y 11 años, la mayoría de veces era yo el que intentaba penetrarlo, solo unas pocas veces él tomaba la iniciativa, pero no recuerdo haber visto su penecito completamente erecto. De esas experiencias cuando culiabamos «rapido» por lo regular aún teníamos puesto nuestro uniforme escolar, supongo que desde ahí comenzó a darme morbo ver a otros chicos en uniforme.
Hubo algunas ocasiones (especialmente cuando al día siguiente no teníamos clases) que dejaban a mi primo quedarse a dormir, en esas noches era cuando dedicabamos más tiempo al sexo, en el siguiente relato les contaré un par de ocasiones que fueron memorables o curiosas para mi y como fue nuestra última vez cuando yo ya tenía 15 y él 12.
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