Historia de un chico desubicado: 6 La última experiencia con mi primo Miguel y el fin de mi historia.
Relato como fue mi última experiencia con mi primo Miguel y el momento en el que toqué fondo..
Mi vida era muy buena a mis 14 años, cursaba el tercer grado de secundaria donde hice buenos amigos, además vivía con un tío en una casa con comodidades como habitación propia. Pero lo mejor era que todos los días regresando de estudiar, mi primo Miguel me esperaba y aprovechábamos cualquier oportunidad para tener algún encuentro sexual, a veces de manera rápida y otras dedicándole tiempo a los detalles.
Pero como mencioné en el relato anterior, de un día para otro la mamá de mi primo se enemistó con mi tío por problemas laborales, a partir de ahí deje de tener contacto con mi primo Miguel, sus padres y él se apartaron de la familia y no supe nada de mi primo como por un año y medio, obviamente eso me afectó pero llevé su ausencia concentrándome en otra actividad, comencé a trabajar con mi tío realizando actividades sencillas en su oficina, todos los días saliendo de la escuela iba a esa oficina y pasaba más tiempo ahí que en casa, el trabajo era lo de menos, en realidad yo pasaba todo el día aprendiendo sobre computadoras, se volvió mi principal hobby y fui conociendo a otros chicos en aquel lugar.
Pasaron los meses, ya con 15 años terminé la secundaria, el cambio de secundaria a preparatoria fue difícil, no me fue nada bien, los maestros era demasiado estrictos, ninguno de mis amigos de secundaria estuvieron conmigo y no hice amistad con nadie en esa nueva escuela, de pronto me sentí muy agobiado. Pero había algo mas que comenzaba a preocuparme, fui dándome cuenta de algo, yo iba creciendo pero mis gustos sexuales no, los chicos de mi edad no me atraían, me di cuenta que me excitaban mucho los chicos menores que yo, eso comenzó provocarme culpa y depresión.
Cuando comencé mis estudios en esa preparatoria, me quedaba cerca de la casa de mis abuelos, así que me permitieron entre semana quedarme a dormir en su casa, mi rutina en ese tiempo era ir por las mañanas a la prepa, saliendo me la pasaba en la oficina de mi tío y por las noches regresaba a casa de mis abuelos. Una de esas noches al llegar a casa de mis abuelos tuve la grata sorpresa de encontrarme con mi primo Miguel y su mamá, no pude contener mi emoción, no suelo mostrar afecto en público pero en esa ocasión en cuanto vi a mi primo lo abracé (pensé que al fin estaba por pasar algo bueno en mi vida), resulta que su mamá fue a pedir apoyo económico a mis abuelos porque estaba por tener a su segundo hijo, además me enteré que pretendía rentar una casa en el mismo barrio donde vivían mis abuelos.
En ese momento noté a mi primo Miguel muy serio conmigo, pensé que se comportaba así porque nos acompañaba su mamá, pero en días siguientes cuando coincidíamos él seguía serio, yo trataba de sacarle plática pero sus respuestas eran cortantes, incluso si nos acompañaban otros primos él prefería pasar tiempo con ellos en ves de conmigo, ese rechazo me impidió preguntarle si aún tenía ganas de que siguiéramos haciendo cosas sexuales, fui dándome cuenta que nuestra relación ya no sería como antes.
Algunas semanas después, un día no tuve clases, decidí pasar la mañana en casa de mis abuelos, después del medio día mis abuelos salieron a realizar algunas compras, me quedé solo en su casa, al poco tiempo llegó mi primo Miguel, al parecer acababa de salir de clases (recuerdo que me excitó mucho verlo con su uniforme escolar), cuando se enteró que no había nadie más me dijo que mejor regresaba más tarde, para que se quedara le dije que había conseguido un nuevo videojuego para mi gameboy, le pregunté si quería probarlo, él sin mucho animo me dijo que sí, fuimos al cuarto de huéspedes donde en ese tiempo yo me quedaba a dormir, puse seguro a la puerta y noté que él me miro con enfado, le presté el videojuego y se puso a jugar poniendo más atención al juego que a mi, yo trataba de sacarle platica pero él seguía cortante o de plano ni me prestaba atención.
Entonces me atreví a preguntarle si aún tenía ganas de repetir las cosas sexuales que solíamos hacer antes, él me dijo en tono molesto -esas cosas son de jotos y ya no quiero volver a hacerlas-, me decepcionó mucho su respuesta pero ya esperaba que me contestara algo así, de hecho ya había pensado muchas veces que decirle si me rechazaba, recuerdo que le dije -te extrañé mucho todo este tiempo, ¿podemos hacerlo al menos una última vez? para recordar esos tiempos, pídeme lo que quieras-, él se quedo pensando un momento, igual en tono molesto me dijo, -bueno solo si me das dinero, y si lo hacemos rápido, pero será la última vez-
La tristeza se me pasó rápido, la emoción de tener algo sexual después de año y medio pudo más, muy excitado acepté y le entregué el dinero, para entonces mi primo Miguel ya tenía 12 años y comenzaba a desarrollarse, como había mencionado él es rubio de ojos azules, en ese momento tenía el cabello un poco largo, comenzaba a crecer y casi tenía mi estatura, ya no era el chico flaquito de antes, se notaba que sus músculos comenzaban a crecer. Nos pusimos de pie uno frente al otro, se desabrochó el cinturón y bajó el pantalón a las rodillas, al bajarse su ropa interior pude ver su pene, aunque estaba flácido se notaba que ya le había crecido, además tenía una muy ligera capa de bellos púbicos. Yo igual me bajé el pantalón junto con la ropa interior, para entonces mi pene ya se había desarrollado, tenía una gran mata de bellos púbicos y mi pene aunque no era largo era mucho mas ancho que antes, además la cabeza de mi pene sobresalía mucho mas, noté que mi primo se sorprendió por el cambio, antes solía tomar mi pene mas por curiosidad, esta vez lo tomó con una mano y comenzó a masturbarme.
Después de un momento de estar masturbándome se dio la vuelta y se subió a la cama poniéndose en 4, me dijo -bueno dale, pero termina rápido y no me vallas a manchar-, sus nalguitas no habían cambiado mucho, aunque ya no eran planas tampoco eran muy rellenitas, me llamó la atención que tenía algunos granitos de acné en sus pompas, estando yo de pie a la orilla de la cama, tome la base de mi pene con una mano y comencé a restregar la cabeza de mi miembro entre sus nalgas, con un movimiento de abajo hacia arriba, pasándolo por toda su raya de su trasero, desde sus huevitos pasando por su anito hasta llegar a su espalda, recuerdo que en su espalda ya se notaba mas una fina capa de bellos rubios.
Después de pasarle un rato la cabeza de mi pene, lo tome con ambas manos por la cintura y centrando mi pene en su colita comencé a empujárselo en el culito, para entonces me salía mucho liquido preseminal y no tarde en dejarle el ano lubricado, mi pene era muy cabezón y sería difícil metérselo a la primera, además él apretaba el culito para evitar que mi miembro le fuera a entrar (igual yo no pretendía eso). Recuerdo mucho la imagen de ese momento, mi primo en 4 con su uniforme escolar y mi miembro entre sus nalgas, él se inclinaba un poco en cada embestida, recuerdo la emoción de por fin sentir el culito de mi primo luego de esperar mas de un año, no quería que ese momento terminara pero entre tanto mete y saca comencé a sentir que estaba por acabar, fui acelerando el ritmo, cuando estaba apunto de venirme mi primo se dio cuenta, se dejó caer en la cama para separarse de mí, estaba en ese momento en el que no podía parar así que comencé a masturbarme, mi primo se dio la vuelta y los 2 nos quedamos sorprendidos, apunté mi pene hacia arriba y de pronto salieron unos 3 chorros de semen con mucha fuerza, para luego salir varios mas disminuyendo la intensidad, mi pene estaba muy enrojecido y palpitaba con fuerza, poco a poco se fue cubriendo con mucho semen espeso y blanco, pocas veces he acabado de manera tan abundante ni siquiera yo sabía que podía venirme de esa manera, como era costumbre después de un gran orgasmo mis piernas comenzaron a temblar y fui quedándome sin fuerzas, me dejé caer en la cama junto a mi primo, estuvimos en silencio sin hacer nada, él se quedó mirando mi pene aún palpitando y con mi semen escurriendo lentamente.
Mi primo después comenzó a subirse la ropa, se dio cuenta que uno de los chorros de semen había caído en su pantalón, se molestó bastante, me insultó y se fue azotando la puerta. Así terminó nuestra última experiencia, no fue la mejor pero aún así sentí uno de los orgasmos mas ricos que he llegado a tener. Pasaron los días, aún tenia esperanza de tener alguna otra experiencia con mi primo, pero cada vez se apartaba más de mi, otro primo me contó que Miguel hablaba mal de mi, pero lo que terminó de convencerme de su rechazo fue una vez al encontrarlo en la calle me evitó sacándome la vuelta, al final me dolió mucho su rechazo.
No haber hecho amigos en preparatoria y estar deprimido por el rechazo de Miguel comenzó a afectarme en los estudios, llegó la temporada de exámenes y de 8 materias solo pase 2, mi depresión fue mayor me sentí un fracasado, además pensaba en mi sexualidad, descubrir que solo me gustaban chicos jóvenes hizo que comenzara a tener pensamientos autodestructivos, sentí que había caído tan bajo que comencé a hacer planes para acabar con mi existencia, pero antes de partir quise disfrutar mis últimos días, sin contarle a mi familia decidí dejar los estudios y también me decidí a tener una última experiencia sexual con algún otro chico.
Como ya no pensaba ir a clases y para no ver mas a mi primo dejé de quedarme en casa de mis abuelos, regresé a casa de mi tío, por las mañanas simulaba que iba a clases pero en realidad me la pasa en la calle, ya por las tardes iba a la oficina, en ese barrio de la oficina llevaba tiempo haciendo amistad con unos chicos y fui planeando que mi último acto sexual fuera con uno de ellos.
En ese lugar, por las tardes se llenaba de chicos que jugaban en la calle, entre ellos había un grupo de 4 amigos con los que ya tenía tiempo de irlos conociendo. El chico líder de ese grupo en ese entonces tendría unos 11 años, físicamente me gustaba mucho porque me recordaba a mi mejor amigo de la infancia (era un chico morenito claro, ligeramente rellenito con un buen trasero), también había 2 hermanos que siempre estaban juntos, el mayor era un chico alto flaquito de 12, de piel clara, con unas piernas que me gustaban mucho, por el contrario su hermano menor era un chico de 10 gordito bajito también de piel clara, el último era el más pequeño de los 4, tendría unos 5 años, era un chico morenito muy flaquito, de pelo rizado, siempre estaba desarreglado, parecía un niño de la calle, a ese niño pequeño le apodaban «chino».
Por las tardes cuando ya no había nadie en la oficina, en ocasiones invitaba a esos 4 chicos a acompañarme, solíamos jugar algún videojuego, con ellos en un inicio no pretendía nada sexual, solo disfrutaba de su compañía (por ellos y mi primo descubrí que me gustaban mas los chicos de su edad que los mayores).
En el mimo local de la oficina había una bodega donde guardaban materiales, en esa bodega había un pequeño cuarto que en ese momento se usaba para archivar papeles, en mis planes decidí que mi último acto sexual fuera en ese cuarto.
Pasaron los días y una tarde llegando a la oficina, vi a «chino» solo sentado en la calle, le pregunté que hacía y me dijo que esperaba a los otros chicos para jugar, le dije que si quería podríamos esperarlos juntos, entramos a la oficina que en ese momento estaba sola y pasamos un rato jugando normal, «chino» era mi última opción para hacer algo sexual, me hubiera gustado hacerlo con cualquiera de los otros chicos, pero como no sabía cuantos días me quedaban antes de que mi familia se enterara de mis faltas a la escuela, y como no se presentaban oportunidades de estar a solas con alguno de los otros chicos, decidí que en ese momento sería con «chino» con quien intentaría algo sexual.
Le dije que se me había perdido algo en la bodega y si podía ayudarme a buscarlo, fuimos al pequeño cuarto y le pedí buscar debajo de un archivero, él se arrodillo en el suelo y asomó su cabeza debajo del mueble quedando con sus nalguitas hacia arriba (hasta ese momento mi pene solo había sentido las nalguitas de mi primo, pero en ese momento estaba decidido a intentarlo con otro chico), mientras él estaba empinadito mire su traserito, él llevaba puesto un pequeño short que le quedaba flojo, me arrodille detrás de él y de un jalón se lo bajé con todo y calzoncito, él reaccionó molestó e intentó ponerse de pie, yo para tranquilizarlo lo tomé por la cintura y comencé a hacerle cosquillas, aún desconcertado pero ya más tranquilo él seguía con su ropa abajo, le dije -espera no te muevas, tienes algo atrás, te lo voy a quitar- lo volví a agachar y comencé a admirar con calma su tracerito, «chino» era flaquito pero tenia unas nalguitas un poco rellenitas, cuando abrí su par de nalguitas me llevé una sorpresa, su ano era bonito y un poco sucio, pero lo que me llamó la atención es que era demasiado pequeño, nunca había visto un ano tan chiquito, me decepcione un poco, a lo mucho solo podría meterle mi dedo meñique y para entonces mi pene estaba muy cabezón.
Aprovechando que su colita estaba sucia le dije -no te muevas, voy a limpiarte la colita-, me bajé el cierre y saqué mi pene, con mis manos en su cintura lo atraje hacia mi para quedar pegado a su traserito, entonces con mi pene ya erecto comencé a restregárselo por toda la colita, el intentaba voltear pero yo lo seguía sujetado por la cintura, «chino» me preguntaba que era lo que yo estaba haciendo, mientras yo le empujaba mi miembro en su pequeño trasero le dije -tu tranquilo, te tengo que limpiar hasta el fondo-, en algún momento creí que «chino» lo estaba disfrutando porque me pareció sentir que él empezó a moverse solito, para mi no era la mejor experiencia pero era el segundo trasero que mi pene sentía en mi vida, después de un momento «chino» me dijo -siento mojado ¿Qué haces?- yo le dije que le había puesto salivita para que quedara mas limpio (en realidad su culito se estaba llenando de mi liquido preseminal).
Yo seguía tratando de disfrutar el momento cuando de pronto escuché que tocaron el portón de la bodega, le dije a «chino» -aquí espérame, ahorita regreso y seguimos jugando-, esperaba que «chino» no viera mi pene, pero al soltarlo de la cintura para guardármelo «chino» alcanzó a voltear y me lo vio mientras yo estaba distraído limpiándolo, no recuerdo su expresión pero supongo que él se molestó cuando se dio cuanta con que le «limpiaba» su colita.
Fui rápido a atender la puerta, para mi mala suerte eran repartidores que llevaban material a la bodega, mientras los atendía vi que «chino» paso junto a mi y se fue sin decirme nada, cuando me desocupé salí a buscar a «chino» pero ya no estaba.
Pase el día normal, horas mas tarde comenzaba a oscurecer, escuche el ruido de los chicos jugando afuera, iba rumbo a la puerta para buscar a «chino», pero justo antes de abrir escuché a los chicos platicando, puse atención y era «chino» estaba contándole a los demás lo que habíamos hecho horas antes, incluso mencionó detalles como que mi pene era gordo y cabezón, me quedé en shock, no me esperaba que «chino» contaría lo que hicimos, empecé a entrar en pánico, rápido regresé a apagar todo para retirarme, sabía que no faltaría mucho tiempo para que todos en el barrio se enteraran, justo saliendo me encontré a los 4 chicos esperándome en la puerta, entonces el chico líder me preguntó -¿oye es cierto que violaste a «chino»?-, supongo que yo estaba muy asustado porque el chico inmediatamente les dijo a los demás -¿vieron su cara? entonces es cierto lo que dijo «chino»- y comenzaron a reír y burlarse, yo no dije nada y me fui, no supe manejar la situación. Camino a casa no lo podía creer, no esperaba que la experiencia menos satisfactoria sería la que más problemas podría causarme.
Llegué a casa de mi tío y me encerré en mi cuarto, sabía que no había marcha atrás, estaba metido en un gran problema y lo mejor era seguir con mi plan y acabar con todo, muchas veces he pensado que lo mejor que me hubiera pasado seria no haber sobrevivido a esa noche, que ese hubiera sido el fin de mi historia, vivir solo hasta los 15 años me hubiera evitado muchos problemas, desafortunadamente no fue así.
Recuerdo esa noche fue un viernes, desde días antes tenia ya preparadas un montón de pastillas que saque de una bolsa llena de medicamentos (no sabía que en esa bolsa guardaban medicamentos caducos) esa noche con el miedo de saber que ya todo estaba perdido comencé a tomarlas, no recuerdo cuantas tome pero comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza, llego un momento que me sentí muy atontado, me envolví en varias cobijas e intenté dormir, en algún momento ya no sabía si estaba dormido o despierto, solo sentía una jaqueca muy fuerte. Al día siguiente cuando recuperé la conciencia, intente levantarme pero me sentía muy desorientado, me di cuenta que había vomitado gran parte de las pastillas, mi tío ni siquiera se enteró que yo estaba en casa, los sábados me la pasaba todo el día en la oficina o a veces con mis abuelos.
Con lo desorientado que seguía y el fuerte dolor de cabeza me volví a acostar, recuperé la conciencia al medio día del domingo, seguí aún muy mareado pero ya estaba mas consiente, en el transcurso del día creo que me la pase sentado en la sala sin hacer nada, con mi mente ofuscada en ratos, mi tío me preguntó porque me veía tan raro, le dije que algo me había hecho daño y la conversación no paso de ahí, poco a poco la jaqueca fue disminuyendo, afortunada o desafortunadamente nadie se enteró de mi intento fallido.
Recuerdo que en los siguientes días me pasaba algo raro, escuchaba el sonido como en otro tono, como cuando se baja un poco la velocidad del audio, era muy raro, al principio pensé que mi radio se había descompuesto, pero luego empecé a notar que las voces de los demás también las escuchaba mas lentas, además había momentos en los que me quedaba atontado sin poder reaccionar, como atrapado en mis pensamientos pero sin pensar nada, eso me duro algunos años. Pero algo que siento fue permanente es que tengo la idea de que mi mente era mas ágil antes de haber hecho lo que hice esa noche.
En los siguientes días después de mi intento fallido, fue curioso, parecía que mis problemas comenzaron a solucionarse solos, a los pocos días llamaron a mis padres para que se presentaran a la preparatoria, se enteraron que ya tenía mas de un mes sin presentarme a clases, mis padres se enfadaron mucho conmigo, pero después de lo que acababa de experimentar y como no vivía con ellos no lo di mucha importancia (de hecho todos me regañaron, del único que recibí apoyo fue de mi tío). Mi castigo fue que ya no podría ir a la oficina por un mes, eso fue un alivio porque así no vería a los chicos y no tendría que justificar porque no quería volver a ese barrio, luego casi terminando el mes, mi tío se lastimó una pierna y tuvo que usar silla de ruedas por un tiempo, como se le dificultaba trasladarse a la oficina, decidió establecerla en su casa y así ya no volví a ver a esos chicos por muchos años.
Nunca supe si «chino» y los otros chicos le contaron a alguien mas lo que paso, muy pocas veces regresé a ese barrio, y cuando tenía que hacerlo yo me quedaba en el auto, varios años después en una ocasión vi a «chino» sentado en la calle donde solía hacerlo, para entonces él debería tener unos 12 años, recuerdo que se puso muy apuesto, tanto que hasta pensé en acercarme y saludarlo, pero supuse no sería buena idea, también llegue a ver de lejos al chico que mas me gustaba, el líder del grupo, al parecer creció mucho, supongo por practicar deporte. «Chino» fue el primer y último chico con el que me atreví a hacer algo sexual sin antes buscar señales de que le podría gustar.
Regresando al momento cuando todo comenzó a mejorar, le comenté a mi tío que en vez de continuar en la misma preparatoria prefería esperar al siguiente ciclo escolar e intentar en otra, además de servirme de descanso tuve suerte de encontrar lugar en una escuela mucho mejor, ahí si logré hacer amigos e incluso llegué a ser un alumno sobresaliente.
Después de tocar fondo mi vida fue mejorando, ese nuevo comienzo me hizo volver a sentirme feliz, de los 16 a los 22 años no tuve nada sexual (lo único triste fue a los 18 cuando descubrí lo que es estar enamorado, fue de un chico de 10, por suerte fue mas un amor platónico y no hubo nada sexual)
De mi primo Miguel lo seguí viendo en algunos eventos familiares, pero ya no nos hablábamos, después su familia se volvió a apartar y no supe de él por muchos años, volvimos a encontrarnos cuando yo tenía 23 y el 20, de hecho vivimos juntos un tiempo, compartiendo habitación pero ahora con la compañía de su hermanito que en ese entonces tenía 8 (se parecía demasiado a Miguel cuando era chico, afortunadamente no me metí con él)
En esa nueva convivencia fue curioso porque desde ese momento ya adultos hicimos como si lo que pasamos en nuestra infancia nunca hubiera ocurrido, de hecho nunca hemos vuelto a hablar de eso.
En general todo hubiera estado bien, pero a los 22 me metí con otros 2 primos (de 10 y 8), y a los 24 con otro más con el que duré muchos años (empezamos desde que él tenia 6) para luego seguir con varios de sus amigos, pero esas son otras historias y supongo es mejor aquí terminar.
Gracias por su paciencia, se que es probable que no este muy bien relatado, fue interesante recordar mi infancia.
Me encantó tu relato
Gracias, en estos días comenzaré a escribir algunas experiencias de mi juventud