Historia de un joven desubicado y parafílico 10: Primeras experiencias con mi primito David:
A mis 24 sucedieron dos cosas que cambiarían mi vida, una de ellas fue conocer a David el mejor primo que llegué a tener.
Ya había pasado mas de un año desde mi experiencia con mi primo Fernando, yo tenía 24, aún seguían los rumores de lo que hice con mi primo y tenía cierto rechazo de algunos familiares hacia mi, volví a ser alguien solitario, había algunos primos pero ya no me interesaba relacionarme. En ese tiempo el tío con el que vivía comenzó a presentar problemas de salud y requería que alguien le ayudara a transportarlo para sus actividades, mi primo Miguel que ya tenía 21 se ofreció a ser su chófer, entonces mi tío le ofreció quedarse a vivir con nosotros. Miguel tenía otra actitud conmigo, parecía como si lo de nuestra infancia no hubiera ocurrido, me trataba como si fuéramos buenos amigos, incluso me sugirió que compartiéramos habitación, pidió a mi tío adquiriera una litera y entre los 2 remodelamos el que ahora sería nuestro cuarto.
Miguel y yo nos llevamos muy bien esa temporada compartiendo habitación, para entonces él era un mujeriego, incluso a veces me mostraba fotos que tomaba mientras lo hacía con algunas chicas (por las fotos se notaba que su pene creció bastante), nunca hablamos de nuestras experiencias de la infancia (muchas las habíamos tenido en esa misma habitación) y yo no tenía intención de tener algo con él. Algunas veces la mamá de Miguel mandaba a su hijo pequeño para que Miguel lo cuidara, su hermanito ya tenía 9 años, era casi idéntico a Miguel cuando era niño, Miguel todos los fines de semana se iba de fiesta y era común que regresara hasta el día siguiente, había ocasiones que yo pasaba la noche solo con su hermanito, esas veces me vi tentado a manosearlo, pero no quise meterme en más problemas, supuse que Miguel se daría cuenta, además no me gustaba la forma de ser de su hermanito, era algo engreído y siempre se la pasaba criticando. Lo más que llegue a tener con el hermanito de Miguel fue una noche que nos quedamos solos, estábamos viendo la tv acostados en la misma cama, me acerqué muy pegado a él y pasé mi brazo bajo su cuello para que recostara su cabeza en el, su reacción fue buena, él a manera de afecto me tomó de la mano y se pegó más a mi, estado pegaditos no pude evitar tener una erección y comencé a darle arrimones estando ambos con ropa, él solo apretaba mi mano mientras yo le restregaba mi pene, dudé si llegar a más, pero las últimas malas experticias me hicieron desistir, al final solo le arrimé mi pene hasta que nos quedamos dormidos. Con su hermanito ni siquiera me animé a manosearlo dormido, no llegué a ver su trasero ni su penecito, pero no fue necesario, al poco tiempo mi atención se centró en otro primo.
Una tardé estaba yo solo en la habitación, entonces tocaron a la puerta, era la mamá de Miguel, traía de la mano a un primo pequeño llorando, enfadada me dijo -cuídalo- y lo arrojó al cuarto cerrando la puerta.
A ese primo pequeño yo solía evitarlo, en ese tiempo él tenía casi 6 años, su nombre era David, era hijo de un tío que no era bien visto en la familia (tenía algunas adicciones y solía trabajar con prostitutas, de hecho la mamá de David era una), también se rumoreaba que la mamá de David solía vestirlo y maquillarlo de niña, a mi no me importaban esas cosas, yo solía evitar a ese primo porque era extremadamente travieso.
David físicamente era un chico ligeramente gordito, de pelo lacio negro, piel blanca y unos ojos muy bonitos de tono verde, tenía una estatura alta para su edad, aparentaba más edad de la que tenía, a mi me parecía casi tan apuesto como mi primo lejano Luis (también tenía buen trasero pero no tan grande), pero su hiperactividad me alejaba de él.
Anteriormente ya había convivido un vez con David, en una ocasión me pidieron que pasara por él al kínder, cuando llegué a su salón me sorprendió que David me reconociera y supiera mi nombre ya que era mínima mi convivencia con él, salió del salón corriendo y me abrazó, nos quedamos viendo un momento, recuerdo que esa ocasión fue cuando me di cuenta de lo llamativo de sus ojos (su mirada me dejó hipnotizado un momento), era un chico muy bonito… pero lo bonito se le quitó cuando batallé mucho para mantenerlo tranquilo en el auto.
Ya me esperaba que cuidar a David iba a ser un fastidio, pero él estaba llorando y mi mayor debilidad es ver a un niño llorar. Le pregunté qué pasaba, me dijo que a él y otros primos estaban por llevarlos al parque, pero el hermano de mi primo Miguel empezó a molestarlo y terminaron peleando, en castigo lo dejaron conmigo.
Traté de consolarlo pero no sabía muy bien como hacerlo, empecé a jugar a cargarlo y arrojarlo en la cama, después él se levantaba corría hacia mi y se aventaba para abrazarme, así estuvimos jugando un rato hasta que se le pasó la tristeza. A veces al levantarlo David abría las piernas y mi pene rosaba justo en su trasero, incluso mientras lo cargaba hacia la cama David se colgaba de mí y abría las piernas para sujetarlas en mi cintura, su traserito quedaba pegado a la altura de mi pene, al principio pensé eran roces accidentales pero luego me pareció que David intencionalmente pegaba su trasero en mi pene, después me llamó la atención que cuando David se arrojaba hacía mi, a veces «accidentalmente» pegaba su cara a la altura de mi pene, que para entonces ya estaba erecto de tanto frotamiento. Lo que me terminó de convencer de que David estaba excitado fue que en uno de sus brincos hacia mi, se subió a mi espalda, enseguida note algo, sentí algo durito pegado a mi espalda, era su pequeño bulto que ya lo tenía erecto (no podía creer que David a su edad ya tuviera una erección y me estuviera dando arrimones), eso me excitó mucho, entonces ahora cada que yo lo cargaba intencionalmente ponía sus nalgas pegadas a mi pene y lo empujaba simulando culearlo.
El juego paso de arrojarlo en la cama, a ahora cargarlo quedando frente a frente, él sujetándose de mi cintura con sus piernas y de mi cuello con sus manos, yo tomándolo por la cintura y luego moviéndolo de atrás hacia delante, para que sus nalgas pegaran en mi pene. Luego de un momento de «culear» en esa posición lo llevé a la cama, en vez de arrojarlo lo dejé caer de espaldas en la cama, David quedó boca arriba con las piernas hacia arriba, mientras caía sujeté su short y su calzoncito y los levanté entre sus piernas, quedando desnudo de la cintura para abajo, pude comprobar que el penecito de David estaba super erecto, no me aguanté las ganas, bajé mi cierre y saque mi pene para ahora empujárselo en sus nalguitas desnudas, fue muy rico tener a David con las piernitas levantadas, yo seguía sujetándolo por la cintura moviéndolo de atrás hacia delante, pero ahora sobando mi pene directamente en sus nalguitas, David se veía muy excitado, mientras le empujaba mi pene él mordía con sus labios uno de sus deditos, obviamente no lo estaba penetrando, solo frotaba mi pene en sus gordas nalguitas. Estaba apunto de venirme pero no quise embarrar al chico con mi semen, salí corriendo al baño y terminé ahí.
Cuando regrese David me esperaba sentado a la orilla de la cama aún con su shorts abajo, sentí mucha culpa, lo vestí y luego lo abracé, le dije que me perdonara que no debí hacer lo que hice, David me miraba extrañado solo me dijo -no te preocupes, yo también te quiero-
Me quedé un rato acostado junto a él abrazándolo mientras veíamos la tv, no duró mucho tiempo tranquilo, un momento después ya estaba brincando, subiendo y bajando de la litera, arrojándome almohadas, era nuevamente el chico travieso de siempre, pero esta vez eso no me molestó. De rato llegó mi primo Miguel y David comenzó a molestarlo a él, horas mas tarde llegó la mamá de David y nos despedimos.
Así fue la primera experiencia que tuve con mi primo David, fue algo inesperado, me llamó la atención que David no se mostró sorprendió cuando puse mi pene en sus nalgas, me dio la impresión de que ya sabía lo que estábamos haciendo o que incluso él también quería que pasara, días después pude platicar con él y confirmé lo que sospechaba.
David y sus padres vivían en casa de mis abuelos, su papá trabajaba de «taxista», pero en realidad se dedicaba a manejar prostitutas con sus clientes. El tío con el que yo vivía tenía un taxi y a veces el papá de David trabajaba con él, es por eso que veía regularmente a David y sus padres en casa de mi tío. Pocos días después de nuestra primera experiencia David estaba con nosotros, su mamá llamó para avisar que no podrían pasar por él, pidió de favor si yo o mi primo Miguel lo podíamos llevar a casa de mis abuelos, yo me ofrecí y mientras íbamos en el auto pude platicar con él.
Le pregunté si le había gustado lo que habíamos hecho días anteriores, él se quedó callado, al parecer la pregunta le incomodó, me dijo que no sabía, después le pregunté si ya lo había hecho con alguien más, igual se quedó callado, le dije que me podía decir en confianza, que igual nosotros ya lo habíamos hecho y sería nuestro secreto, dudó un momento pero luego me dijo, -no le digas a nadie pero tengo un amigo que también me mete su pito por atrás- escucharlo me excitó mucho, sabía que alguien mas hacia cosas con él, le pregunté sobre que mas cosas hacían, me contó que su amigo también le pedía que le chupara el pene y que se daban besos, le pregunté de que edad era su amigo y me dijo que era unos pocos años mas grande que él, que ya tenían como un año haciéndolo, pero que en una ocasión la abuela del chico los descubrió y ya no podían hacerlo en su casa, que ahora a veces lo hacían en el cuarto de David. Al parecer David ya tenía algo de experiencia, yo no fui el primero que disfrutó de su colita, cuando me describió al chico me pareció que ya lo había visto antes, era un vecino del barrio con mis abuelos. Le pregunté a David si podríamos hacer lo mismo que hacía con su amigo y me dijo que si yo quería estaba bien. Me interesó mucho conocer a ese chico, fue hasta meses después cuando David me lo presentó, era también un chico muy inquieto, físicamente más grande que David, tenía entre 11 o 12 años, fui planeando hacer algo con él pero eso sucedió más adelante.
Algunas semanas después, estando en casa de mi tío, mi primo Miguel y yo estábamos en nuestra habitación, salí un momento, vi a mi primo Oscar y el hermano de Miguel jugando fútbol en la cochera, fui a la sala y estaba David solo, viendo la tv. Llegué y me senté a su lado, lo abracé por el hombro y me quedé un rato con él, como estábamos muy juntos, en algún momento David puso una de sus manitas en mi pierna, me pregunté si querría tocarme, tome su manita y la puse arriba de mi pene, David con una sonrisa comenzó a sobarlo por encima de mi pantalón, no podía creerlo, con David no tenía que insistir para hacer cosas sexuales, se notaba que también le gustaba hacerlas, me bajé el cierre y saqué mi pene, entonces David se puso a acariciarlo con sus 2 manitas, le dije -quieres chuparla?- no se lo tuve que repetir, David se inclinó y comenzó a chuparme el pene, aún era algo inexperto, a veces me lastimaba con sus dientes.
Sentir su boquita y verlo chupando mi pene fue muy excitante pero era una situación muy riesgosa, si mi primo Miguel salía del cuarto o mis otros primos entraban a la casa nos descubrirían, le dije a David que mejor nos colocáramos detrás de un sillón. Fuimos detrás del mueble, yo me quedé de pie, me bajé el pantalón y David se agachó para continuar chupando, estando de pie yo me puse a vigilar que nadie se acercara, en ocasiones volteaba a mirar a David, recuerdo su carita, David mirándome con sus lindos ojos verdes mientras tenía mi pene en su boca, en un momento David se detuvo, tenía un hilo de mi presemen en su boquita, me preguntó -te estás haciendo pipí?- Yo le dije -no es pipí, levántate ahora te toca vigilar a ti- David se puso de pie y yo me agaché, le baje el short y al bajar su calzoncito su penecito saltó de lo paradito que estaba, se notaba que David estaba muy excitado, comencé a chupárselo y pasarle mi lengua, baje un poco su prepucio, me quedé admirando su frenillo, estuve un rato chupando y lamiendo desde sus bolitas pasando por todo su penecito, entonces David me dijo -ahora te toca vigilar a ti- y se agacho nuevamente a seguir chupando. Estuvimos intercambiando posiciones un par de veces más, aunque la mamada que me estaba dando David era muy rica, yo quería sentir su colita, estaba tan excitado que me arriesgué, levanté a David y lo puse boca abajo en el respaldo del sillón, por fin pude ver su culito, era tan rico como me imaginaba, pero por la situación apresurada no dediqué mucho tiempo a contemplar su anito, así empinadito apunté la cabeza de mi pene en su culito y comencé a empujar. La excitación y el miedo a ser descubierto eran una sensación nueva, David estaba algo nalgoncito y no tardé mucho en sentir que me venía. Todavía no quise llenarle la colita de semen, me detuve, le subí la ropa y me fui al baño a masturbar.
Por suerte dejamos de hacer cosas a tiempo, cuando regresé ya estaban Oscar y el hermano de Miguel en la sala con David, fue una situación emocionante tener sexo y estar al pendiente que nadie nos viera, fue algo que hice pocas veces.
Con el paso de los días fui encariñándome con David, al fin tenía un primito gay con el que compartía gustos, también David empezaba a pasar mas tiempo conmigo, yo solía defenderlo de sus primos mayores, él seguía siendo algo travieso, pero también muy cariñoso conmigo, en ratos que estábamos a solas me abrasaba o me decía que me quería, a veces también me daba besitos en el rostro, yo le respondía su afecto de la misma manera.
Sabía que con David no tendría problema para tener sexo, pero las oportunidades eran pocas, como yo compartía el cuarto con mi primo Miguel, rara vez estábamos solos, una ocasión estuve a punto de tener mi tercera vez con David, estábamos solos en la habitación, pero nuevamente hicimos las cosas de manera apresurada, ya tenía mi pene en sus nalgas, en eso intentaron abrir la puerta pero por suerte había puesto el seguro, rápido nos vestimos y al abrir la puerta era mi primo Miguel, cuando entró nos miro extrañado, luego nos dijo -no huelen algo raro?- no me había dado cuenta, había un ligero olor a la colita de David y a mi pene, por suerte mi primo no preguntó más y siguió como si nada. Mi tercera vez con David tuvo que posponerse unos meses ya que sucedió otra situación importante en mi vida, pero valió la pena la espera, la tercera vez fue de las que más disfruté.
Mi tío con el que vivía seguía mal de salud, ya era común que por alguna razón se tenía que quedar internado en el hospital, por lo regular recaía pero a los pocos días lo daban de alta, hasta que una tarde mientras mi primo Miguel lo cuidaba, a mi tío le dio un infarto y falleció, su muerte fue algo inesperada, supongo que fue algo sorpresivo para todos, me dolió mucho su partida, además de que sentí incertidumbre sobre mi futuro. Después del sepelio comenzaron los problemas con los negocios y asuntos de herencia, seguimos trabajando un par de meses pero la pareja de mi tío al estar en duelo decidió cerrar todo y retirarse un tiempo con su familia, yo tenía que decidir si regresar con mis padres o había la opción de vivir temporalmente con mis abuelos, decidí irme con mis abuelos porque así podría seguir viendo a David.
Algunos meses después de la muerte de mi tío, la casa quedó sola, mi primo Miguel se fue a vivir con sus padres y también fue cuando perdí contacto con mi primo Oscar, la ahora viuda de mi tío me prestó el auto para que pudiera llevar mis cosas a casa de mis abuelos, después de llevar una parte me encontré a David, le dije que si me acompañaba para que me ayudara con la mudanza. Llegamos a casa de mi tío, estaba completamente sola, entramos al que era mi cuarto, aún estaba la litera, me di cuenta que al fin podría tener sexo con David sin ninguna interrupción. Nos sentamos en la cama y comencé a besarlo apasionadamente (no recuerdo si antes ya lo había besado, pero lo dudo ya que nuestras experiencias anteriores fueron apresuradas), lo fui desnudando, fue la primera vez que lo vi completamente desnudo, era muy lindo, aunque tenía 6 se veía como un chico de 10, recuerdo admirar a David esperándome desnudito en la cama, mientras yo me quitaba la ropa. Me acosté junto a él y seguimos besándonos pero ahora disfrutando del contacto de nuestros cuerpos desnudos, después de un momento de besos, noté que David ya tenía un poco de experiencia, comenzó a chupar mis pezones para luego sin yo pedírselo bajar y chupar mi pene, se notaba que le entusiasmaba hacerlo (tiempo después me contó que a él lo que mas le excitaba eran los penes), algo que siempre me encantó era verlo con mi pene en su boquita, recuerdo sus mejillas sonrojadas de excitación y sus llamativos ojos, comencé a sentir ganas de venirme pero aún me faltaba disfrutar de su colita.
Lo puse boca abajo y por fin pude admirar a detallé su trasero, estaba nalgoncito, no tanto como mi primo Luis pero si más que el promedio, abrí su par de nalgas y su ano también era muy bonito, no recuerdo que David tuviera olor a culito de niño, era mas un olor al suavizante de su ropa, aunque David no se había bañado su anito no se veía sucio, me excitó tanto su culito que no aguanté las ganas de lamerlo, David fue el primer chico al que le lamí el culito, fue mejor de lo que imaginaba, sentir los pliegues de su pequeño ano en mi lengua, además se notaba que David lo disfrutaba, a veces sentía como David empujaba más su trasero contra mi cara para que mi lengua llegara mas a fondo, incluso en momentos el sujetaba sus nalgas para abrirlas mas.
Después de un rato de lamer su culito ya no aguantaba las ganas de sentir mi pene en esa colita, puse a David en 4 a la orilla de la cama, estando yo de pie apunté mi pene contra su anito, se sentía un poco lubricado con mi saliva. (después de mi mala experiencia con mi primo Fernando no quise arriesgarme y en ese momento no intenté penetrarlo completamente), igual aún sin penetrarlo disfrutaba mucho del contacto de mi pene con sus nalgas, su culito ensalivado también se sentía muy bien y aprovechando que teníamos tiempo me propuse disfrutar lo mas posible, comencé con movimientos lentos, quería sentir lo mas posible el contacto de sus nalgas en todo mi pene, después fui subiendo intensidad, mi saliva y líquido preseminal hacían un pequeño ruido cada que mi pene chocaba con su ano, quería evitar venirme aguantando lo más posible, David se inclinó un poco y tomó una almohada para abrazarla mientras le pasaba mi pene por la colita, llegó el momento en el que ya no podía parar, comencé a sentir el cosquilleo en mi cuerpo de un gran orgasmo que estaba por tener, me recosté sobre David y el también se dejó caer sobre la cama, esta vez no me importó dejar mi leche en su trasero, estando sobre él seguía desesperado empujando mi pene contra su ano mientras comenzaba a expulsar chorros de semen, fue mi primer gran orgasmo en el culito de David.
Después de recobrarme del inmenso placer que había sentido, me coloqué a un lado de David, lo abrace y le dije que lo quería mucho, el tocó su trasero quedando con algo de semen en su mano, me preguntó que era esa babita, yo le dije que era «agüita» que le salía a los hombres cuando querían mucho a alguien (ese término de «agüita» se quedó para hacer referencia a mi semen, a veces cuando David quería saber si ya estaba por venirme me preguntaba -ya te va a salir la agüita?-)
Después de un rato de estar abrazados y desnudos, recordé a lo que habíamos ido, le limpie mi semen y nos vestimos, pasamos un rato mientras David me ayudó a guardar mis cosas. Camino de regreso a casa de mis abuelos, le pregunté a David si le había gustado lo que hicimos, dudó en contestarte, se notaba que todavía le incomodaba hablar sobre el tema, solo me dijo -tu pito me gusta más que el de mi amigo-, eso fue suficiente para mi.
Ese año perdí a mi tío pero encontré al que considero el mejor primo que he tenido, como en todo hubo tiempos difíciles y tiempos buenos, el principio fue complicado pero no me rendí para seguir al lado de mi primo David.
Esperaba que viviendo con mis abuelos tendría muchas más experiencias con David, pero no fue nada sencillo, en los 6 meses que viví ahí fueron muy pocos nuestros encuentros ya que había poca privacidad, además de algunos problemas que surgieron, aun así llegamos a pasar una noche solos y fue muy memorable, también alguna que otra ocasión tuvimos algún encuentro apresurado como alguna chupada o alguna culeada rápida, en ese tiempo conocí a varios de sus amigos, incluido a su amigo con el que tenía sexo, llegué a hacer amistad con él, esas experiencias si les interesan las contaré en el siguiente relato.
Me encantó tu relato quiero más
Excelente relato.