Historia de un joven desubicado y parafílico 12: Mi mejor periodo con David
Relato sobre cómo fue uno de los mejor periodos que viví con mi primo David, además de algunas anécdotas pasé con algunos de sus amigos.
Resumiendo lo último que conté en mi relato anterior, después de llevarme bien con los padres de mi primo David, por fin había logrado que le permitieran quedarse a dormir en mi casa, a cambio de llevarse mi camioneta todas las noches, sin embargo un par de meses antes por un incidente que David tuvo con su padre (su padre lo golpeó al encontrarlo en la cama con otro niño) acordamos no volver a hacer nada sexual para evitar que su padre sospechara y nos descubriera.
Luego de varias semanas en las que pasamos la noche juntos, David se entretenía mucho en mi departamento, convivíamos normalmente viendo películas, jugando videojuegos, hasta que una noche David entró por sorpresa a mi cuarto y me encontró masturbándome mientras yo veía porno gay, eso provocó que termináramos haciendo sexo oral, sentí que lo había traicionado al incitarlo a tener algo sexual pero mi deseo por él era mayor, y aún peor convencí a David de no preocuparse por su padre y que era mejor que le mintiera si lo cuestionaba, para que siguiéramos haciendo cosas sexuales, David aceptó, al parecer él también estaba conteniendo sus ganas (en ese momento lo vi como un triunfo, no pensé a futuro lo que podría pasar)
Escuchar a David decirme que quería seguir teniendo sexo me alegró mucho (ya me había hecho a la idea de que no volveríamos a hacer nada sexual) en ese momento después de haber tenido sexo oral, aunque fue muy especial yo tenía bastante tiempo deseando sentir su culito. Luego de que David se tomó mi semen, yo lo coloqué sobre mí, seguíamos desnudos y así estuvimos platicando. Al estar algo cansados y un poco manchados entre semen, sudor y saliva, le propuse que nos bañáramos juntos, David aceptó contento, fue como aquella vez ya hace más de un año en casa de mis abuelos.
Para entonces David comenzaba a estar algo gordito (culpa mía, ya que tenía tiempo consintiéndolo dándole de cenar lo que él quisiera), ya tenía un par de lonjitas en su panza, pero lo que más me gustaba era que ahora se notaba más nalgoncito, había pasado tiempo desde la última vez que lo vi desnudo, aún así gordito su cuerpo me fascinaba, de hecho me parecía que tenía un aspecto más tierno.
La bañera de ese departamento no tenía tina, pero la temperatura era muy agradable. Al estar ya desnudos entramos directo a la regadera, recuerdo que comenzamos a besarnos bajo el agua, lo hacíamos un tanto emocionados, de manera apasionada nos besamos juntando nuestras lenguas, se notaba que ambos teníamos muchas ganas. Después de un rato de besos y caricias, yo me senté en el piso con las piernas cruzadas, puse algo de jabón en mi pene y David sin yo pedírselo se puso de espaldas y se fue sentando lentamente apuntando sus nalgas a mi pene.
Fue muy rico sentir el calor de su trasero, David lentamente apoyaba su culito en la cabeza de mi miembro, al principio mi pene no avanzaba mucho dentro de su pequeño orificio, al parecer lo tenía nuevamente muy cerrado, pero después de varios intentos y luego de seguir lubricando su culito con jabón, sentí como la cabeza de mi falo se iba abriendo paso, comencé a sentir lo apretado de su esfínter, al ir introduciéndolo lentamente apenas le entró la cabecita y David dio un quejido de dolor, rápido se levantó y se dio la vuelta, algo adolorido me preguntó -¿y si mejor te la chupo?- yo con tal de que la pasara bien acepté, David se agachó e intentó chupar mi pene, pero como yo estaba sentado en el suelo la posición era incomoda para él ya que tenía que agacharse mucho, entonces se me ocurrió ponerme de pie, estando los 2 de frente, tomé a David por la cintura y lo cargué, al tenerlo levantado lo fui girando hasta dejarlo de cabeza para que su rostro quedara frente a mi verga, David inmediatamente comenzó a chuparla, yo al tenerlo cargado y de cabeza, su penecito y parte de sus nalgas quedaban a la altura de mi rostro, comencé a pasar mi lengua desde sus huevitos hasta su culito, recuerdo que su pequeño ano tenía sabor al jabón que utilice como lubricante. Tenerlo cargado y de cabeza era una posición extenuante pero a la vez muy excitante, además sentir el agua de la regadera hacía el momento aún más apasionante. David seguía muy entusiasmado chupando mi pene, en ocasiones se detenía para escupir el agua que se acumulaba en su boca por tenerlo de cabeza, sentir su lengua y sus labios en la cabeza de mi falo estaba por provocarme venirme en su boquita, pero aún tenía muchas ganas de seguir sintiendo sus nalguitas. Comencé a girarlo para ponerlo nuevamente de pie, le dije a David que se agachara recargándose en la pared, él se agacho apoyándose en la pared con sus brazos, ya empinadito nuevamente le enterré mi pene entre sus nalgas, lo metía y sacaba con movimientos rápidos, sentir la suavidad de su trasero era lo máximo para mí, la fricción de sus nalgas era suficiente para venirme, pero en ocasiones sentía como la cabeza de mi pene quedaba aprisionada por su pequeño esfínter (en esos momentos David soltaba pequeños quejidos), entre sus quejidos y además escuchar como mi pelvis chocaba con sus nalgas mojadas fue suficiente para venirme a chorros en su colita.
Después de tanto tiempo (casi 2 años), al fin logré disfrutar del culito y el cuerpo desnudo de David, luego de venirme y recuperarme del gran orgasmo que tuve, nos quedamos un momento abrazados, yo seguí besándolo, recuerdo que me sentí muy feliz , después comencé a limpiarle el semen de su colita, un poco de mi esperma quedó dentro de su ano, recuerdo como David comenzó a pujar y mi semen al estar combinado con el jabón salía con espuma, fue algo curioso.
Las noches anteriores cada quien dormía en su cama, pero a partir de esa noche comenzamos a dormir juntos (y desnudos si era posible), esa noche acompañé a David en el sofá cama, tanto David como yo estábamos algo cansados de las 2 sesiones anteriores de sexo, a partir de esa noche acostumbramos a dormir de lado, yo detrás de él en posición de cucharita con mi pene apoyado en sus trasero, por lo regular veíamos la tv o alguna película hasta quedarnos dormidos.
Por la madrugada antes de que sus padres llegaran yo me retiraba a mi habitación, dejaba a David acostado solo para que sus padres no sospecharan nada.
Esa noche fue muy especial, fue el comienzo de mi mejor etapa con David, las siguientes noches también fueron memorables, desquitamos todo el tiempo que estuvimos sin sexo, en cada noche tratábamos de hacer algo nuevo, experimentábamos hasta encontrar algo nuevo que nos gustara.
En una ocasión de esas en que probábamos cosas nuevas, mientras yo le hacía sexo oral, David me preguntó -¿quieres tomar mi pipí?- (él tenía 9 y aún no le salía semen) nunca había probado orines, supuse que debería tener un sabor similar a mi semen (que era lo único que había probado), le dije que estaba bien y acepté tomarme su pipí, entonces David comenzó a masturbarse con su penecito apuntando a mi boca, imitando como yo lo hacía cuando me venía en su boquita, después de un rato de estarse masturbando entusiastamente me dijo -abre bien la boca, ya me va a salir- (algo similar a lo que yo le decía al venirme) por suerte solo soltó un pequeño chorrito de orina, apenas lo probé y su sabor me pareció muy desagradable, intenté soportarlo pero me causó nauseas, fue muy penoso para mi tener que ir al baño a escupir su pipí, David se rió, me dijo que él aguantaba más que yo, David para entonces solía tomarse todo mi semen sin problema.
Tener un momento de sexo todas las noches se puede decir que me cambió la vida, me sentía feliz, incluso recuerdo ir con gusto al trabajo. Entre semana los papás de David lo llevaban casi en la noche, solo pasábamos algunas horas antes de dormir, pero los fines de semana por lo regular lo dejaban quedarse, cuando me entregaban la camioneta lo dejaban dormido en mi casa, esos días aprovechábamos para salir a algún lugar y si no salíamos por lo regular pasábamos un rato en una alberca compartida por el conjunto de edificios donde vivía.
En esos fines de semana en los que pasábamos todo el día juntos, muy de vez en cuando David invitaba a alguno de sus amigos a pasar un rato con nosotros, eran pocos los amigos que podían acompañarnos, de hecho en ese tiempo casi siempre eran solo 2 de sus amigos (yo deseaba que Brandon, el mejor amigo de David nos acompañara, pero en ese tiempo no le daban permiso) los que si podían acompañarnos eran otros de los mejores amigos de David y su hermano menor. El otro mejor amigo de David era un chico güerito bastante gordito, tenía una estatura un poco más baja que David, su edad era entre unos 11 o 12 años, con él por lo regular lo acompañaba su hermano menor, un chico también güerito y también algo gordito pero no tanto como su hermano, debería tener entre 7 u 8 años. Los 2 eran chicos muy educados conmigo (ya los conocía desde el tiempo que vivía con mis abuelos, aunque no me tenían tanta confianza), cuando ellos nos acompañaban yo no solía tratar mucho con ellos, se entretenían más con David.
Era costumbre de los fines de semana que nos acompañaran a la alberca, sus 2 amigos ya iban preparados con ropa para cambiarse, yo me metía a la alberca con ellos pero permanecía un poco retirado, me gustaba admirarlos de lejos mientras jugaban. Aunque en ese tiempo toda mi atención era para David eso no me impedía admirar a sus amigos (no me atraían mucho pero verlos solo en short me provocaba algo de excitación), la mejor parte era al salir de la alberca, con el pretexto de limpiarse el cloro de la piscina los mandaba a bañarse, ellos siempre andaban juntos incluso entraban los 3 a la regadera, me hubiera encantado que se bañaran desnudos pero solo se quitaban el short quedando en ropa interior, al terminar de bañarse yo les llevaba toallas y disimuladamente los miraba, por lo regular usaban calzoncitos de tela delgada y quedar mojados se les trasparentaba, podía notar la forma de sus penecitos o la raya de sus nalgas, me excitaba estar junto a ellos viéndolos semi desnudos (lo mejor era cuando a veces el chico de 12 tenía su penecito erecto al salir de la regadera) , uno por uno iban a mi habitación a secarse y vestirse, primero salía David y en ese momento me quedaba a solas con sus amigos, mientras esperábamos que David se vistiera les hacía plática (en realidad me quedaba con ellos para admirarlos lo más posible, ambos al estar gorditos se les notaba el pene muy pequeñito). Después de la alberca era común que los llevara a comer y luego pasaran horas jugando videojuegos con David, ya por la tarde antes de anochecer los llevaba a su casa.
Esa era la rutina con los invitados de David, yo no solía meterme mucho con ellos, hasta que tiempo después me pasó algo distinto con uno de sus amigos que no conocía. Un fin de semana David me pidió si podíamos invitar a uno de sus amigos de la escuela, al ser un amigo de su salón yo no lo conocía, ese día teníamos planeado ir a un parque grande que solíamos recorrer en bicicleta, me pareció bien que nos acompañara un nuevo chico. Pasamos al barrio donde vivía y en una esquina el chico ya nos esperaba. Aunque tenía la misma edad de David (9 años) físicamente se veía como un chico más pequeño, era un chico muy delgado de piel morena clara, su cabello era negro y corto, tenía un corte de pelo algo peculiar con la parte superior completamente pareja como cepillo, sus ojos eran grandes y muy expresivos, me llamó la atención que tenía una mirada de niño triste, no recuerdo bien su nombre pero me parece que era Iván.
Camino al parque David e Iván platicaban sobre todo lo que teníamos planeado hacer, noté a Iván algo sorprendido y entusiasmado. Al llegar al parque fuimos a rentar las bicicletas, pero Iván apenado me dijo que no sabía andar en una, le dije que no se preocupara, David andaría en una bicicleta normal y él y yo en una bicicleta de 4 ruedas, le comenté a Iván que yo me encargaría de pedalear mientas el manejaría, entonces Iván se quedó fascinado, muy entusiasmado me dijo -¿en serio me dejaras manejar a mi?- se notaba que era un niño al que probablemente no le prestaban mucha atención o que consentían muy poco, después mientras recorríamos el parque, David me pidió si podíamos detenernos a comprar un helado, cuando le pregunté a Iván que tipo de helado le gustaría, nuevamente se entusiasmó mucho, muy admirado me dijo -¿puedo elegir lo que yo quiera?- ahí confirmé que era un chico al que pocas veces consentían. Pensé que había ganado su confianza muy pronto porque a pesar de que teníamos muy poco de conocernos, Iván comenzó a llamarme por mi nombre como lo hacía David, pero luego entendí que lo hacía por otro motivo un tanto raro.
Llegamos a una área donde había juegos, David comenzó a subirse a una estructura de tubos y me dijo -mira puedo subir todo esto- entonces Iván comenzó a hacer lo mismo, pero me hablaba para que lo viera intentando llamar mi atención, Iván me dijo -mira yo puedo subir más alto- , después parecía que Iván imitaba todo lo que David hacía (incluso la manera de llamarme), no era tanto en burla, parecía que Iván quería que lo tratara igual que a David, e intentaba lo más posible llamar mi atención, incluso David se quedó extrañado por el comportamiento de su amigo, en algún momento David me llamó primo, entonces Iván también comenzó a decirme primo, pero en ese momento David un poco molesto le dijo -oye él es mi primo no el tuyo- entonces Iván algo triste me dijo -ojala y fueras mi primo ¿te puedo decir primo por hoy?- fue extraño, nunca antes me había sentido tan admirado por un chico desconocido, yo lo atribuí a que Iván era un niño muy necesitado de atención.
Después del parque fuimos a mi departamento, como aún era temprano decidimos pasar un rato en la alberca, Iván no llevaba ropa para la alberca, así que David le prestó uno de sus shorts, como tampoco llevaba cambio de ropa interior le sugerí que mejor se quitará su calzoncito para que no mojarlo, entonces Iván se quedó solo con el short de David sin nada debajo, como era muy flaquito el short le quedaba algo grande, en ocasiones al salir del agua el short se le bajaba dejando al descubierto sus nalguitas (en realidad no tenía mucho que mostrar, al estar muy flaquito tenía las nalguitas muy planas).
Durante el rato en la alberca Iván seguía queriendo ganar mi simpatía, para entonces David e Iván parecían estar compitiendo por quién hacía mejor las cosas para llamar mi atención. Llegó el momento de retirarnos de la alberca y como era costumbre era tiempo de una ducha antes de vestirnos, al llegar al departamento Iván se quedó un poco desconcertado, no sabía si debía entrar a la regadera junto con David, para no dejarlo solo en esa ocasión los acompañe en la regadera, David y yo nos quitamos el short quedando sólo en ropa interior, pero Iván como solo llevaba el short dudó un momento, pero de igual manera se bajó el short quedando desnudito, a David le dio gracia, para mí fue muy sorpresivo, no esperaba ver completamente desnudo a un chico que acababa de conocer, yo trataba de ocultar mi excitación, Iván parecía no estar apenado por quedar desnudo frente a nosotros.
Mientras nos bañábamos, David me pidió si le podía tallar la espalda, por supuesto Iván no desaprovechó la oportunidad y también me pidió si le podía tallar la espalda (lo cual hice con mucho gusto), por un momento pensé, si en este momento le metiera la verga a David seguramente Iván también se empinaría y me pediría que se le metiera también. Terminamos de ducharnos y como era costumbre David salió primero a secarse y vestirse en mi habitación, entonces me quedé un momento a solas con Iván que aún seguía completamente desnudo.
En ese momento me vi muy tentado a hacer algo con Iván, comencé a secarlo con una toalla, aproveché para tocar su cuerpo e incluso sequé su penecito pero no lo toqué directamente, Iván se dejaba hacer como si nada, entonces le dije -creo que no te talle bien ahí (señalando su trasero) déjame revisarte-, luego le dije a Iván que se inclinara y se apoyara en la pared, ya teniéndolo empinado separé un poco sus piernas (solía colocar en esa posición a David cuando lo culeaba en la regadera) nunca imaginé que ese día tendría al chico nuevo desnudo y empinadito en mi baño, recuerdo que Iván estaba tan flaquito que se le marcaba la columna en la espalda, separé bien sus nalguitas y pude ver a detalle su diminuto ano, yo me sentía súper excitado, estaba a nada de sacar mi pene del bóxer y restregárselo en su colita, era demasiado tentador, por suerte recapacité, aún no conocía bien a Iván y aunque era muy sumiso no sabía cómo reaccionaría, además seguramente también metería en un problema a David (aparte ya notaba algo molesto y celoso a David por prestarle atención a su amigo), lo único que se me ocurrió fue poner mi dedo pulgar sobre su esfínter y con la yema de mi dedo acariciarlo delicadamente en círculos, para luego pasar mi dedo entre sus piernas, desde su ano hasta sus huevitos, Iván al sentir mi dedo entre risas me dijo que le hacía cosquillas, después de acariciarlo con mi dedo en su colita, me olí mi dedo y quedé extasiado, quedó impregnado de ese peculiar olor a culito de niño que tanto me excitaba.
Iván empinadito volteo hacia mí, me preguntó si ya estaba limpio, pensé que estaría asustado por haber acariciado su ano pero se veía muy normal, me pareció que ni siquiera se dio cuenta que yo le estaba haciendo algo sexual, se veía más interesado en que yo le estaba prestando atención solo a él, le dije que había quedado muy limpio, le volví a colocar la toalla y lo levanté colocando sus nalguitas desnudas sobre mi brazo, al ser pequeño y ligero no tuve problema en cargarlo, Iván al parecer le gustó mucho que lo cargará, lo llevé hasta mi habitación para que se vistiera, cuando David me vio cargando a su amigo noté que hiso una mirada de disgusto, puse a Iván en mi cama y entonces me preguntó -¿me ayudas a vestirme?- en eso David algo molesto le dijo -ni que fueras un bebé, ya puedes cambiarte tu solo- al parecer David ya empezaba a sentirse celoso.
Después de vestirnos les pregunté que les gustaría comer, David me dijo que tenía ganas de hamburguesa, entonces fuimos a un negocio grande, Iván seguía fascinado, parecía que era la primera vez que lo llevaban a un negocio de hamburguesas, le dije a David que le mostrara el área de juegos mientras yo esperaba el pedido, cuando regresaron y mientras comíamos Iván me contaba muy contento todo lo que hicieron, me di cuenta que Iván ya no tenía esa mirada de niño triste que le vi cuando lo conocí por la mañana.
Después de comer regresamos a mi departamento, David le mostró a Iván los videojuegos que más le gustaban, yo por lo regular cuando David jugaba con sus amigos me mantenía alejado, pero en esa ocasión me quedé junto a ellos, estábamos los 3 en la sala, yo recostado en el sillón, David a un lado mío y con Iván en el otro, los 2 estaban de pie jugando un videojuego con control de movimiento, en un momento cuando no era el turno de David, él se recostó junto a mi recargando su cabeza en mi hombro y se puso a acariciar mi brazo, Iván al ver a David recargado en mi hizo algo diferente, se sentó sobre una de mis piernas y se recostó de espaldas sobre mi pecho, también se puso con una de sus manitas a acariciar mi pelo o mi oreja, no podía creer que tenía a 2 chicos encima de mí demostrándome su afecto, pero lo que más me llamó la atención fue la mirada de Iván, era una mirada que había notado en algunos chicos, la primera vez la note con mi primo Miguel cuando era pequeño y también la había notado en David, era una mirada… no sé como describirla, como una mirada entre afecto y despreocupación. Iván cada vez me sorprendía más, era un chico que apenas había conocido y ya le había tocado su anito, ahora lo tenía sobre mí, despreocupado acariciándome el cabello.
Comenzaban a atardecer y le pregunté a Iván cuánto tiempo le habían dado permiso de acompañarnos, él me dijo que no le avisó a sus padres porque seguramente no le darían permiso, yo me preocupé ,ya casi había pasado todo el día con nosotros y seguramente lo estarían buscando, rápido fuimos a llevarlo a su casa, en el camino Iván me pidió que el próximo fin de semana también pasáramos por él, David burlándose le dijo -eso si es que te dan permiso-, llegamos al barrio donde vivía y lo dejamos en la misma esquina donde lo habíamos recogido, Iván algo triste se despidió diciéndome –primo no se te olvide pasar la próxima semana por mí-.
Ese fue el primer y último día que vi a Iván, no supe si David no quiso volver a invitarlo o si sus padres realmente ya no lo dejaron, cuando le preguntaba a David por él solo me decía cosas como -ah… sí, Iván te manda saludos-, como Iván vivía en un barrio distinto y no supe cual era su casa ya no tuve oportunidad de buscarlo.
Supongo que hubiera sido muy fácil tener algo sexual con Iván, por suerte ya no pude aprovecharme más de su necesidad de afecto. Como aún estaba en mis mejores momentos con David, no extrañé mucho la ausencia de Iván, fue el primer amigo de David con el que casi tuve algo sexual, pocos años después Brandon fue el primero de sus amigos que probó mi miembro y tiempo después me involucré con nuevos amigos de David.
Los meses pasaron, para entonces David y yo habíamos tenido mucho sexo, ya podía meter todo mi pene en el anito de David, incluso su ano se notaba un poco abierto después de penetrarlo (aunque lo hacía muy pocas veces porque aún se quejaba mucho de dolor). Nuestra rutina seguía siendo hacerlo de pie en la regadera, o en la cama lo hacíamos en varias posiciones casi siempre justo antes de dormir, yo solía lubricar su culito con aceite para bebé o a veces usaba preservativo cuando su recto estaba algo sucio, la parte preferida de David seguía siendo chupar mi pene, si había tiempo lo dejaba hacerlo por un buen rato.
Todo iba muy bien pero desafortunadamente lo bueno no es para siempre, después de unos 6 o 7 meses en los que los padres de David se llevaban la camioneta, una noche ya por la madrugada la mamá de David me llamó, habían tenido un accidente, al parecer un conductor ebrio se pasó un alto y los choco, por suerte solo sufrieron golpes y fracturas que no fueron demasiado graves, supongo que fueron afortunados ya que la camioneta quedó destrozada, para colmo casi al mismo tiempo el dueño del departamento donde vivía me avisó que ya no podría seguir rentando porque tenía algunos problemas legales. De un momento a otro me quedé sin auto y sin casa, fue como una temporada de mala racha. Tuve que buscar rápido un nuevo lugar dónde vivir y sin camioneta la situación fue más complicada.
En el siguiente relato espero contar como David me acompañó en esa mala racha y como después llegué a un nuevo barrio donde David hiso nuevos amigos, nunca me imaginé que en ese barrio tendría muchas más experiencias sexuales con diferentes chicos.
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