Historia de un joven desubicado y parafílico 9: Mi rara experiencia con mi primito Fernando
Después de Luis y Oscar, comencé a fijarme en mi primo Fer, con él el sexo fue algo curioso pero muy excitante..
Justo después de que mi primo Oscar intentó chantajearme, me molesté mucho con él y decidí ya no dedicarle más atención. Como Oscar y mi primo Fernando siempre andaban juntos, el tiempo que le dediqué a Oscar en parte también lo dedique a Fernando, así que ya lo conocía un poco mejor. Aunque Fer no me atraía mucho, Oscar me dejó con muchas ganas de seguir teniendo experiencia sexuales, entonces Fernando no me pareció mala opción y centré mi atención en él.
Como mencioné en mi anterior relato, Fernando ya tenía un par de años viviendo en casa de mi tío con nosotros, en ese tiempo tenía 8 años pero aparentaba menos, parecía un chico de 6, ya lo había visto un par de veces desnudo y físicamente no me atraía mucho, era un chico bajito morenito y delgado, con cabello muy corto casi rapado, tenía unas cejas y labios grandes, era un chico muy mimado, mi tío y su pareja lo dejaban hacer lo que quisiera, también era algo ingenuo ya que Oscar lo manipulaba para conseguir cosas.
Aunque ya teníamos tiempo viviendo juntos no me había fijado en Fernando ni en otros primos porque antes pretendía llevar una vida «normal» o mejor dicho una vida tranquila, sin fijarme en niños, rompí esa racha unos meses antes con mi primo Luis, después con Oscar y ahora quise probar con Fernando, pero esta vez no quise solo tener algo sexual, Fernando no era un mal chico como mi primo Oscar, quise llevar una buena amistad con él y darle toda mi atención.
En ese tiempo yo estudiaba en la universidad por la mañana y Fernando iba a la escuela en la tarde, a veces me tocaba pasar por él a la salida, antes solo lo llevaba a casa sin conversar demasiado, pero ahora comencé a platicar más con él, a veces en vez de llegar directo a casa pasábamos al parque, o a comprar helado, de vez en cuando íbamos a comprarle tarjetas de Pokémon, algo de lo que era muy fanático.
Como ya había mencionado, Fernando solía pasar toda la noche viendo caricaturas en la sala, entonces algunas noches cuando no estaba Oscar, también me quedaba dormir en la sala con Fernando para acompañarlo, (aunque yo no aguantaba estar despierto mucho tiempo porque tenía que levantarme temprano), ya con más confianza le dije a Fer que podía quedarse conmigo en mi cuarto y ver la tv ahí, él algunas noches aceptaba, en la privacidad de mi cuarto fue cuando tuve oportunidad para manosearlo como lo hice con mis otros primos.
Cuando Fernando se acostaba conmigo, no me prestaba mucha atención, él se enfocaba en las caricaturas, tampoco podía esperar a que se quedara dormido, Fer se dormía tan tarde que ni siquiera sabía a que hora lo hacía, pero me di cuenta que cuando yo despertaba él ya se encontraba dormido, fue en esos momentos por la mañana cuando comencé a manosearlo.
Fernando solía utilizar ropa ligera, al ser flaquito no tenía mucha dificultad para quitarle la ropa y dejar su trasero desnudo, sus nalguitas eran pequeñas pero redonditas, su culito me recordaba mucho al de mi primo Miguel, estaba como un poco hundido, tenía que separarle mucho las nalgas para ver los pliegues de su ano, su pene era muy pequeñito estando flacido. Al principio solo me masturbaba manoseando sus nalgas y metiendo un dedo en su culito, su ano me parecía pequeño incluso para solo rosar mi pene en él.
Así pasaron varias semanas, mi relación con Fer iba mejorando, ya nos teníamos buena confianza, él entraba a mi cuarto y usaba mis cosas sin necesidad de pedirme permiso, solía preguntarme mucho sobre como usar la pc, yo le enseñaba en lo que podía, aunque él era algo distraído para la escuela, en cosas de computadoras se veía que aprendía rápido, incluso me sorprendió que a su edad ya entendía cosas complejas, fueron buenos tiempos con él porque para mi era un gusto enseñarle.
Fer cumplía años unas semanas antes que yo, como en casa de mi tío no solían hacer ese tipo de festejos, le dije a mis primas si le organizábamos una fiesta, recuerdo que la pasábamos muy bien en su cumple de 9 años conviviendo entre primos. Fer comenzó a mostrarme un poco de afecto, pero aunque mi amistad con él iba mejorando, en lo sexual no había avanzado mucho, solo lo manoseaba una o dos veces a la semana mientras dormía, hasta que pasó algo que no esperaba, me di cuenta que Fernando no siempre estaba dormido cuando lo manoseaba, y lo mejor fue que en vez de rechazarme él haciéndose el dormido cooperaba, entonces eso me dio la confianza para intentar algo más.
Recuerdo que yo ya tenía 22 años, una mañana al despertar, de esas veces que Fer se quedaba a dormir conmigo, quise masturbarme acariciando sus nalgas, pero esa vez se me dificultó bajarle el pantalón, entonces me sorprendió que Fer estando «dormido» levantó las caderas para que yo le pudiera bajar el pantalón, al parecer Fer ya estaba consciente de lo que yo le hacia cuando estaba dormido, me dio curiosidad comprobar que tanto más cooperaría, me acerqué a su penecito y se lo comencé a chupar (creo que Fernando fue el primer chico con el que comencé a hacerlo), lo tenía muy pequeñito, en mi boca cabían fácilmente su pene y sus huevitos, se le paró un poco pero no completamente, volteé a ver su rostro y Fernando tenía una sonrisita, no supe si de placer o de cosquillas. Al no mostrar rechazo entonces decidí probar más, me acerqué a su boca y comencé a besarlo, esperaba que continuara haciéndose el dormido y no hiciera nada, pero al contrario, comenzó a mover su lengüita buscando la mía (Fer no besaba tan rico como mi primo Oscar pero hacía el intento).
Después quise comprobar como reaccionaría si colocaba mi pene entre sus nalgas. Lo terminé de desnudar completamente y como Fernando tenía un cuerpo pequeño decidí intentar algo nuevo, en vez de yo colocarme encima de él, me acosté boca arriba y lo coloque encima de mi, quedando también boca arriba y ubicando sus nalguitas a la altura de mi pene, a pesar de que sus nalguitas eran pequeñas aún así al contacto con mi pene se sentían muy rico, empecé a restregar mi pene en la raya de sus nalgas, al parecer Fer lo estaba disfrutando, ya tenía su penecito completamente erecto, me llamó la atención que paradito se le veía mas grande, incluso lo tenía un poco curvado.
Mientras restregaba mi pene en su colita, le acariciaba su penecito y le daba besos en el cuello, Fer aún con los ojos «cerrados» volteo hacia mi y abrió un poco su boquita en señal de que nos siguiéramos besando. Como el anito de Fer era algo pequeño, no me animaba a empujar la la cabeza de mi pene contra su ano, preferí solo sobar mi pene entre sus nalgas, en ese frotamiento en ocasiones hacia contacto con su anito pero prácticamente solo me estaba masturbando, sus nalguitas hacían la función de mi mano.
La situación era muy excitante, estaba por venirme y dudé si apartarlo para no embarrarlo de semen, pero no aguanté y preferí venirme sobre él, cuando empecé a expulsar mi semen parte quedó en sus nalgas y otra en su espalda, cubriendo también un poco mi abdomen, dejé un desastre de semen entre nuestros cuerpos, pero fue muy rico (creo que no había manchado tanto a un chico con mi semen desde mi primo Miguel), después lo recosté a un lado mío y con mi playera le limpié el semen esparcido en su cuerpecito, me pareció lindo verlo todo desnudito, luego lo vestí, el seguía haciéndose el «dormido», estuvo unos ratito acostado para luego «despertar» me dio los buenos días y se puso a jugar en la computadora como si nada.
A partir de ese día, esa se volvió mi rutina matutina con Fernando, excepto los fines de semana cuando se encontraba Oscar. Era curioso porque en todas las ocasiones él siempre estaba «dormido» y lo hacíamos en las mañanas porque era el único momento cuando él dormía, pero luego Fer me sorprendió, encontró la manera de pedirme «sexo» sin tener que esperar hasta las mañanas, una tarde mientras estábamos usando las computadoras, Fer se levantó y me dijo -tengo un poquito de sueño, voy a dormirme un ratito- y se fue a mi cama a hacerse el dormido, incluso simuló roncar para que le hiciera caso, yo me acerqué a él y comencé a desnudarlo, recuerdo que él estando «dormido» con los pies se fue quitando los zapatos, mi rutina con Fer era la misma, primero lo besaba un ratito en la boca, luego le chupaba el penecito y al final lo subía encima de mí para pasarle mi pene en sus nalgas y seguir besándonos, después de venirme le limpiaba mi semen con una toalla (una toalla que con el tiempo se puso dura de tanto semen) y luego lo vestía nuevamente, apenas terminaba de vestirlo y él «despertaba» para seguir con sus actividades como si nada.
El problema con esa manera de tener «sexo» era que yo tenía que hacer casi todo, él solo se dejaba hacer, era como su manera de no tener nada que ver con lo que hacíamos, como él «no se daba cuenta» no pasaba nada, aunque a veces si llegaban a llamarnos mientras lo hacíamos él se «despertaba» para vestirse inmediatamente, cometí el error de no platicar con él sobre lo que hacíamos, se me hizo costumbre simular que no pasaba nada.
Al paso de los días sus «siestas» fueron incrementando, había ocasiones en las que lo hacíamos unas 3 veces al día, a veces apenas llegábamos después de la escuela y ya me estaba avisado que iría a «dormir» un ratito en mi cama, también por las noches cuando yo me acostaba y Fer miraba caricaturas, se comenzó a pegar a mi y simulaba roncar, era la señal para desnudarlo, recuerdo esas noches, Fernando desnudito sobre mi, y yo restregándole mi pene en sus nalgas con el sonido de las caricaturas de fondo.
Pero la cosa no paró ahí, una noche recuerdo que ya habíamos tenido «sexo» y yo me quedé dormido, por la madrugada entre sueños recuerdo haber sentido la sensación de besos, después una sensación de movimiento me despertó, Fer estaba desnudo sobre mi, restregando sus nalgas en mi pene como solíamos hacerlo, pero noté que mientras lo hacía se estaba masturbando, me di cuenta que Fer me había quitado el bóxer, lo dejé seguir sin distraerlo, cuando terminó, se bajo de mí, me besó en la boca y luego me puso mi bóxer. Fue la primera vez que lo vi tener «sexo» por su cuenta. No supe si ya tenía tiempo haciéndolo o fue la primera vez, al parecer me aplicó lo mismo que yo le hacía.
Esa temporada de sexo fueron mis mejores momentos con Fernando, nuevamente me sentí feliz, creo que hasta en la universidad me iba mejor, recuerdo a mis compañeros de universidad platicándome de sus problemas de pareja, y yo pensando «que afortunado soy de tener un chico en mi casa que me pide sexo al menos una vez al día».
Habrían pasado ya casi 2 meses desde que empezamos a tener «sexo» constante, al saber que Fernando también lo disfrutaba, me propuse llegar al siguiente nivel y fui pensando como penetrarlo, yo aún era inexperto en el sexo anal, no sabía que primero debía dilatarlo, sólo se me ocurrió que debía usar lubricante para lograr penetrar su pequeño ano. Una tarde tomé de la cocina una pequeña botella de aceite de oliva y la guardé bajo mi cama para tenerla disponible cuando Fernando quisiera tomar su «siesta».
Esa tarde Fer y yo estábamos usando las computadoras en mi cuarto, entonces llegó el momento, Fer se levantó y fue a acostarse en mi cama simulando roncar (algo que ya era costumbre). Yo me levanté y acudí para comenzar a desnudarlo, esta vez cambié la rutina, coloqué un par de almohadas apiladas, y puse a Fer boca abajo sobre ellas quedando empinadito, saqué el aceite de oliva y le aplique un poco en su ano y luego en todo mi pene, me puse detrás y comencé a empujar la cabeza de mi pene contra su anito, se sentía muy cerrado, estuve unos 10 minutos intentando pero parecía que el lubricante no ayudó de mucho, por mas que empujaba con fuerza la cabeza de mi pene no lograba entrar, Fer se dejaba hacer, él seguía en su papel de niño dormido, ya estaba apunto de rendirme y regresar a la rutina, cuando de pronto de un solo empujón sentí como le entró más de la mitad de mi pene, Fer dio un grito de dolor, me asuste mucho y se la saqué de inmediato, le revisé el anito para ver qué tanto lo había lastimado, por suerte no había sangre, Fer se puso en posición fetal y comenzó a llorar, yo me acerque a él y le pedía que me perdonara, que había sido un accidente, Fer no me hacia caso, seguía llorando con los ojos cerrados y una expresión de dolor en su rostro. Lo sobé, lo cargué, lo abrace, le preguntaba si aún le dolía, pero no me respondía, le dije que fuéramos por un helado, que le regalaría todas las cartas que quisiera pero siguió ignorándome, como pude lo vestí, le seguí insistiendo que me perdonara pero nada, habían pasado como 15 minutos de ruegos, cuando me cansé, le dije que si no me hablaba no podría ayudarlo, lo deje en la cama, me vestí y seguí con mis actividades, el siguió en posición fetal como otros 10 minutos mas, cuando de pronto se levantó y salió corriendo de mi cuarto, fui detrás de él y vi que fue directo al cuarto de mi tío.
Como dicen «en ese momento sentí el verdadero terror», esperaba que en cualquier momento mi tío me reclamara a gritos como nunca, en mi mente ya estaba planeando por dónde saldría corriendo de la casa, volví a sentir ese miedo que pasé a los 15 cuando el chico de 5 le contaba a sus amigos lo que habíamos hecho. Pero pasaron los minutos, después las horas y no paso nada, hasta el día siguiente la pareja de mi tío me preguntó si le había pegado a Fernando, porque había llegado llorando y muy enojado conmigo, me dijo -de seguro Fer te fastidió verdad?- yo le dije que me moleste con él y accidentalmente le había pegado, Ella al parecer aceptó la explicación, en eso salió Fernando, me miró con una cara de enojo, enfrente de la señora le dije -perdóname por haberte pagado- Fernando no me respondió, siguió su camino a la sala y se puso a ver la tv.
A los días siguientes Fernando seguía enojado conmigo, le dijo a mi tío que ya no quería que yo pasara por él a la escuela, obviamente mi tío no le hizo caso, yo seguía intentando reconciliarme pero él no me perdonaba (con mi primo Miguel, algunas veces también accidentalmente le llegué a meter todo mi pene y no me hizo tanto drama, supongo que con Fernando el daño no fue solo físico), pasaron los días y me di por vencido, incluso la pareja de mi tío a veces comentaba -antes eran los mejores amigos y ahora ya ni se hablan, qué les pasó?- Pasaron los meses y Fernando solo me hablaba por alguna necesidad, seguía comportándose distante conmigo.
Siguieron pasando los meses y la mamá de Fer se comunicó con la familia, ya se había establecido en la ciudad distante donde se encontraba, incluso había tenido un hijo y estaba por tener otro, Fernando tendría 2 medios hermanos y una hermanastra. Su mamá nos invitó a mis abuelos y a mi a la localidad donde hora vivía para de paso llevar a Fernando y se quedara a vivir con ellos. Estuvimos un mes en esa localidad y Fer me empezó a hablar un poco mas, pero todavía me rechazaba, su mamá en un principio sugirió que Fer y yo durmiéramos en la misma habitación pero Fer se negó.
Llegó el momento de despedirnos, Fer abrazó a mis abuelos y a mi solo me despidió de mano, creí que en ese momento había terminado mi historia con Fer, pero lo peor aún no ocurría.
Estando de regreso en casa de mi tío, después del susto y ya sin Fer, me calmé en la búsqueda de experiencias sexuales, todavía había algunos primos, aún estaba Oscar pero ya lo había descartado, también de vez en cuando iba el hermano menor de mi primo Miguel (ya tendría unos 8 años pero era muy engreído y no me llamaba la atención), y también había otro primo pequeño que en ese tiempo tenía 4 años, pero aparte de pequeño era extremadamente travieso (él sería alguien muy importante en mi vida un par de años después)
Cuando ya tenía 23 años, ya casi había pasado un año desde que Fernando se había ido con su mamá, un día fui de visita a casa de mis padres, cuando llegué mi madre me recibió muy seria, me dijo -hay un rumor, están diciendo que violaste a tu primo Fernando, verdad que no es cierto? yo por supuesto me negué, pero la noticia me calló como balde de agua fría, supongo que Fernando le contó a su madre y ella le aviso a mis demás tías, lo extraño es que nadie en la familia me reclamó, ni siquiera la mamá de Fer, solo mi madre fue la que me comentó del rumor, aún así al poco tiempo noté el cambio de actitud de mi familia hacía mi, pase a ser parte de los rechazados, algunos familiares me veían con desprecio o se volvieron muy serios conmigo, otros me siguieron tratando igual, incluso hasta vecinos que siempre me saludaban me dejaron de hablar, al parecer el chisme llegó lejos.
Por suerte mi tío y su pareja me siguieron tratando igual, me extrañó mucho que la pareja de mi tío no me reclamara o comentara algo, ella era la primera que podría confirmar que lo que se rumoreaba fue verdad, siempre he creído que ella lo supo desde el principio, pero por alguna razón hasta la fecha nunca me a reclamado por ese rumor.
Mi historia sexual con Fernando terminó ese día que lo penetré, pero en años posteriores nos seguimos encontrando, 4 años después de que se fuera, regreso por un tiempo ahora con sus nuevos hermanos, Fernando aún no quería hablarme, pero logré reconciliarme con él. Después volvieron a irse, hasta varios años después regresó el solo, llegó a vivir conmigo un tiempo (en ese tiempo yo ya vivía solo y tenía una relación con un vecinito, una mañana creo que Fer me descubrió mientras lo penetraba al niño, pero no me dijo nada). Actualmente Fernando aún vive en una ciudad que me queda muy lejos, es el único primo de esos tiempos con el que mantengo contacto, igual en nuestras platicas nunca sale el tema de esa rara experiencia que tuvimos.
Regresando a aquellos tiempos, a mis 24 me acostumbré al desprecio de algunos familiares, en ese año pasaron varias cosas que cambiaron mi vida, espero poder contarlas en el siguiente relato.
Me encantan tus relatos espero con ansias los demás