Historia que se repite… ¿o no?, parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lo primero, si les interesa leer la primera parte usen el buscador con las palabras de este titulo.
En el 2008, ya en cuarto año de mi carrera mi actividad extracurricular era participar en deportes, y jugabamos baloncesto como diversión ya que así llegaban mas chicos y las dinámicas eran mas divertidas y en horas libres, recuerdo que tenia un novio muy competitivo y nos enfrentábamos en estos partidos, la estrategia era cobrar "pene"tencias al perdedor… jajajajaja… sexualmente ambos versátiles y calentones… tuvimos sexo yo creo que por toda la universidad, algunas veces nos pillaron pero nunca pasó nada que nos perjudicara.
Respecto de como se desarrolla esta segunda parte, en la misma universidad conocí a quién sería mi alumno, a quién me tocaría enseñar a estudiar, a Leandro. Leandro, 16 años, alto muy alto para su edad y extremadamente flaco (1,80 metros y 65 kilos calculo yo) hijo de mi profesor-guía de mi carrera que lo llevaba regularmente a la universidad.
Sucedió que tuve que desarrollar una investigación y en una de esas reuniones con mi profesor estaba el chico, cuando lo ví me dí cuenta que algo no andaba bien… el ambiente estaba raro… y mezclando la conversación entre lo académico y lo personal descubrí porque pasaba tan seguido Leandro en la facultad… era un chico problema en su colegio…
La verdad, él era muy inteligente iba adelantado en dos años académicos… y se aburría en clases, pero odiaba a firme estudiar historia, aquí donde cruzan nuestros caminos ya que mi guía me pide que le de reforzamiento en esta materia, acepto, pero con la codición que el método de estudio lo elegía yo.
Como Leandro era muy alto, me acerqué a él invitándolo a jugar con mis amigos baloncesto, aceptó, participó y logré romper esa barrera que el proyectaba…
Ahora les cuento algo sexual… lo conocí desnudo en las duchas después de un partido… y wow!!! si que era flaco pero no era huesudo… era bien formado, una piel exquisita color chocolate y suave, recordé a los cuerpos mojados de mis compañeros de liceo en los camerinos, y su pene también era largo y delgado como todo él. Mis amigos y yo lo molestamo diciendo que la paja era de frotarse de arriba a abajo y no como formando un lulo (espero me entiendan).
Lograda la confianza de Leandro comenzamos a estudiar y a aprender Historia, resultó, mejoró el comportamiento escolar y mi profesor_guía me lo agradecía siempre.
Leandro se acercó bastante a mi y yo le empecé a tomar cariño hasta que un día el me preguntó si Juan y yo "teníamos algo". le conté que sí, que él y yo éramos novios, se puso triste y me lo hizo saber pues se había enamorado de mí. No lo podía creer, la historia se re´pite, yo también me había enamorado de mi tutor años atrás. En un acto espontáneo lo abracé y así quedamos unidos un buen rato, el busco mi cara y me besó, sentí tanto amor en ese acto que correspondí a ese beso y nuestros labios se fundieron y luego separaron para explorar el resto de nuestra piel y buscar ese punto donde uno encuentra placer sexual en el juego del amor.
Me pasó exactamente igual que años atrás, pero ahora era yo el que tuvo que detener esta fiebre y pedirle que se fuera. El con su inteligencia comprendió y se fué.
Esa noche dormí solo, mi novio notó algo raro en mí y me dejó, terminamos una relación de casi ocho meses… más tarde descubriría que el creyó que lo había descubierto en una infidelidad y optó por marchar sin escándalos.
Usted lector entenderá que el infiel en ese momento era yo, esa semana fue un tormento para mí, me quería negar a lo experimentado con Leandro, pero él fué lindo, y calló y supo esperar.
Simplemente sucedió, estábamos trabajando en sus deberes escolares cuando con su voz abaritonada me pregunta si olvidé a mi novio, le contesté que sí… su cara cambió, era hermosa y esta vez yo busqué sus labios, nos fundimos en un beso lleno de pasión, yo sabía que iba a pasar, nuestras manos recorrieron cada parte de nuestros cuerpos como explorando lugares prohibidos, empecé a desnudarlo y el hizo lo mismo en mí, ahora nos se conociamos de una forma distinta,eramos apasionados, acalorados, cargados de deseo, su piel era suave como lo imaginé y sentía como respondía a mis besos en cada centímetro que acariciaba, él por su parte intentaba devolver esa misma pasión… era inexperto pero sus dedos hacían que mi piel respondiera con calor.
Me dijo que era virgen, eso ya lo sabía, no era necesaria esa declaración.
Su cuerpo se entregó a mi juego amatorio, lo llené de caricias, masajes y besos eróticos, descubrimos juntos sus zonas de placer y el premio lo obtuve cuando subí por sus piernas encontrando un pene erecto, fuerte, y al igual que mi primera vez, me dediqué a saborearlo desde su base, tronco, corona y glande mientras mi dedos estimulaban su perineo y zona anal, no pude evitar sonreir pues su pene era largo y delgado como él (yo creo fácil unos 20 cms pero no mas grueso que dos dedos). El solo se dejó llevar y cambió de posición ofreciéndome su hermoso trasero, el que masajeé circularmente y abriéndolo lentamente hasta descubrir su botón anal, lo besé, mordí suavemente y mi lengua hizo el resto del trabajo. Leandro respondía con lujuria, su cuerpo se movía en contorsiones de placer y sentí que estaba listo, acerqué mi miembro duro como roca y me coloqué encima haciendo contacto… no presione y jugué frotando mi cuerpo con el suyo… HAZLO!!! me ordenó y yo en conocimiento que Juan me había sido infiel, me alejé para cojer un condom y continuar a la siguiente etapa de nuestro acoplamiento final.
Les juro que esa penetración ha sido lo mas increible que he sentido, su ano se mostró perceptivo a mi invasión, no hubo apuros y sus plieges masajearon cada centímetro de mi pene, el bombeo (o mete-saca) estimularon nuevas zonas en MI Leandro que eyaculó en increible cantidad y fuerza ensuciando una pared a considerable distancia, ese fué mi mejor regalo, mi pene lo sintió y mi cuerpo cuerpo respondió de igual forma, ambos caimos rendidos y sin separarmos, mi erección no bajaba y quedamos así acoplados unos minutos mas.
Una vez relajados saqué mi pene y pude ver que el forro tenía pequeños rastros de sangre, pero no importó ambos sentimos placer y no dolor.
Ese amor prohibido duró tres meses, pero lo siento como el mas puro.
Un saludo desde Chile, y quizás vuelva a escribir una historia mas llena se sexo y desenfreno. CRISTOBAL.
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