Historias de Calle (Fotos y Chocolates)
El segundo de algunos breves relatos de experiencias reales que otras personas me contaron y yo, por voluntad propia he decidido escribir como ejercicio literario, en esta, la inducción sexual de adultos hacia niños y sus consecuencias para todos.
Estudio hoy dia en la Universidad de Amsterdan, ciudad en la que vivo a mis 23 años de edad, en una póspera ciudad, la que además de tener sus lujos, comercio, turismo, libre sexualidad y flujo de gente contrasta mucho con el pequeño pero apacible pueblito en donde viví, este tradicionalista y supersticioso, hecho a base de mestizaje no solo de razas y colores sino tambien de culturas, algo tan propio de nuestro continente.
De empezar, diría que mis depertar sexual comenzó a los seis años, era un niño de piel cobriza, como cuando naces catire y el sol perpetuo te tuesta la piel pero no el cabello o los ojos (entre marrón claro y motas verdes), asi pues era como un trigueñito de cabello amarillo pollito, pasaba casi las 24 horas del día desnudo, y no por ser de bajos recursos, en realidad eran tiempos mas simples, menos suceptibles a lo «politicamente correcto» despertaba, comia, pasaba todo el día jugando en el mar junto a un grupo de niños (algunos mayores, otros menores aunque no por mucha diferencia)quienes a lo mucho habrán llegado a usar una trusita y tal vez un short aunque la mayoria nos la pasabamos encueraditos, llegaba mi casa solo para almorzar y para cenar entre las 6:00 y 6:30 pm, por las madrugadas veía a mis hermanos mayores aventurarse al mar con mi papá y mis tíos a tomar del mar sus frutos. Y mi mamá y hermanas no se preocupaban mucho ya que el pueblo era seguro y la policía solo un adorno.
temprano por la mañana, el sol no calentaba mucho debido al manto de nubes que lo cubría, yo yacía acostado de espaldas en la arena humeda percibiendo en mis nalguitas la delicada marea, entonces vi a un señor, se veía que no era de por allí, el me hizo señas para tomarme una foto y yo (inocentemente) accedí, él miraba de reojo a sus alrededores y satisfecho con algunas fotos se fué, dandome una barra de chocolate extranjera que no dudé en comerme solito, bueno casi solito, en eso llegaron dos de mis amiguitos y no me quedó de otra que darles un poco, me preguntaron de donde la había sacado y les conté lo del señor y sus fotos, en el transcurso del día vimos al señor y así desnudos como estabamos nos apresuramos a correr por la playa que se extendía tanto como el malecón y las casa tradicionales frente a él, lo saludé y me reconoció de inmediato, el no hablaba tanto español pero me hice entender que queríamos mas chocolate a cambio de fotos, él sonrió para si mismo y nos mostró tres barras de buen tamaño, posamos pero aparentemente no era lo que necesitaba, mirando a su alrededor nos hizo señas de ir hacia el faro junto a la pequeña plaza que casi nadie visitaba, de la zona mas antigua del pueblo que frecuentemente se llevaba la peor parte de las tormentas y huracanes, con casas a medio derrumbar, malezas crecidas y una población casi nula de gente y nos fuimos allá, llegamos primero, luego él, entonces separando las palabras lentamente y con mucho acento nos mostró algunas fotos de un bolso tejido que llevaba consigo, en ellas vimos, en realidad nada particular (mas crecido hubiera notado lo que había de raro en ellas), niños desnudos en posiciones que hoy podría llamar sin lugar a dudas «sugerentes» un poco de nalgas, pipis, niños abrazados, rostros muy cercanos como a punto de besarse, etc.
Aquellas imagenes desbolquearon dentro mío como si se tratase de piezas que se encajan al resolver un puzzle marcando un antes y un despues, y tambien a mis amigos, los tres teníamos el pipí paradito, el señor nos indicaba las poses, manoceandonos descaradamente haciendonos rozar los penes, o abrazar al compañero desde atrás, tocarle el pipi al compañero y asi, para nosotros fué un deleite y francamente disfruté tocar el potito de mis amigos con mi pipi, nos sentíamos diferentes; pero por lo que nos indicaba el señor debiamos mantenerlo en secreto, aquello podía ser muy serio, nos ganamos nuestros chocolates, prometiendo volver al siguiente día a la misma hora y seguimos con nuestro día; pero era muy dificil no pensar en todo aquello, no podíamos evitar llevar la verguita dura todo el tiempo.
Al día siguiente en mi casa entré al baño medio dormido y ví por unos segundos (antes de que se percatara) a mi hermano de 12 masturbandose frentéticamente, me ordenó irme sin decir nada y comprendí que todo lo que se hace con el pipí debe ser ultrasecreto, a la mañana siguiente me reuní con mis dos amiguitos pero con ellos había una niña (amiga nuestra), les mostré mi desconformidad pero no pudimos deshacernos de ella (que iba solo con una panti), llegamos los cuatro y con el señor había otro señor, nos mostraron la bolsa de golosinas que traían con ellos y luego de explicarle a nuestra amiga lo que ibamos a hacer (la cual se convenció solo con ver el premio) se desnudó y de nuevo posamos, al igual que antes solo que esta vez podíamos frotarsela en la conchita a la niña, se sentía exquisito, solo sensaciones primitivas procesadas abstractamente por nuestras mentes incorruptas hasta ahora, con la diferencia de que ahora debíamos besarnos en serio (según ellos), lamer su conchita y los culitos de nosotros, meterse el pipí del compañero a la boca hasta no dejar ni una parte al aire, incluso un montaje en donde uno de mis amigos acostado en la arena era «cabalgado» por nuestra amiga, luego yo se la frotaba con mi pipi y mi otro amigo me la frotaba en la colita, los señores sacaron muchas fotos de esta pose mientras nosotros permanecíamos quietos, entonces uno de ellos se sacó el pene por debajo del short y nos hizo como para mamarsela pero no nos atrevimos, nos quedamos pensando en que hacer, entonces sin ninguna razón (morbo tal vez) yo me adelanté y tomadosela con las manos procedí a masturbarlo como habia visto a mi hermano hacer, él se contentó mientras su colega tomaba mas fotos de esto, el señor pidiendome abrir la boca me la metió un poco mas de la cabeza (no me cabía mas) y su amigo nos fotografiaba desde diferentes angulos (supongo que llegarían a sus grupos childlover a contar el «turismo sexual» que habían tenido), luego apartandome las manos me la dejó tan adentro como pudo y pajeandose a gran velocidad me echóó un facial de espermas tan abundante que me asusté, su sabor era salado y dulce a la vez, la verdad muy rico y nuevamente los clicks de la camara capturandome lleno de leche y lamiendome los restos habría sido un broche de oro vacacional.
Ademas de la bolsa de golosinas me regalaron un helado familiar de esos que tienen tres sabores, nuestro día transcurrió normal, esa tarde, eran las 5:00 pm mas o menos y entre las casas para turistas vi a uno de nuestros señores, lo saludé y convidandome toda clase de bocadillos me hicieron pasar, aquellas eran casas caras, muy bonitas y bien cuidadas, tenían piscina y Cable (cosas que yo no tenia), ellos se bañaron conmigo en la piscina y vi sus penes adultos con curiosidad mal disimulada, tambien me manoseaban maldisimuladamente y me hicieron pajearlos con cariño como un precoito, nos bañamos en la piscina, nos secamos y se sentaron en un sofá a ver TV. y mientras yo me atontaba con las comiquitas que jamás veria en los canales nacionales ellos me acariciaban todas las partes de mi cuerpo lamiendome y haciendome sentir muy querido, uno de ellos se paró frente a mi embarrandose el miembro de syrup adiviné lo que quería y engullí tanto como pude su verga, el señor solo retiraba su verga para remojarla en syrup, tiempo transcurrió y me llenó nuevamente de su semen, el otro señor (que habia conocido al principio) optó por un juego distinto, sacó del conjelador un paquete de bombones esfericos del refri y me dio a entender que me los comeria, lo que me alegró pero lamiendo mi hoyito con las piernitas separadas estimuló y abrió lo suficiente mi anito para meter un bombón dentro mío, fue una sensación muy molesta; pero tambien única, entonces se posó sobre mí y con otro bonbón en su boca me besó apasionadamente mientras el chocolate se derretía entre nuestras lenguas, metió otro bombón por mi culo, era doloroso pero mas por el frío que por otra cosa, cuando el reloj dió las 7:00 tuve que irme a toda mecha prometiendo volver la mañana siguiente.
pensando que sería muy arriesgado ir todos, me llevé a mi amigo mayor que yo y le expliqué la situación, el aceptó gustoso, tocamos y ellos nos abrieron, nos ofrecieron desyunar cereales de marcas y nos atiborramos, jugamos en la piscina y repetimos sesiones de fotografías dentro del lugar, allí mamé de verdad el pipi de mi amigo y su culito, el tambien a mi y se abrió un matiz de sensaciones inexplicable para nuestras mentecitas, le regalé mi primer beso (de lengua) a mi amigo; finalmente llegó lo que estaba esperando desde la noche anterior, llegaron los bombones y tras una fuerte estimulación lengua-ano llegamos a contener 6 bombones dentro del ano cada uno, y a traves de los besos nos comimos la misma cantidad, acercandose el mediodia nuestras mentes estaban al limite, tanto yo como mi compañero nos encontrabamos arrecostados con el culito en pompa a cada lado de la cama besandonos frente a frente con un bombón entre nuestras boquitas y los dos señores probaban los limites de nuestra flexibilidad anal penetrandonos con sus propias vergas de manera tan dulce como el bombón que nos comíamos entre los dos, pasados unos minutos la intensidad cobraba fuerza haciendonos gemir y sollozar porque la mera verdad dolía mas de lo que gustaba, entonces tras unos minutos de fuerte presión un charco de leche de hombre escurrió de nuestros culos reventados desparramandose sobre las sabanas, ambos señores se retiraron de nuestros culitos y mostrandonos unas vergas embarradas en semen, restos fecales y una gruesa pasta de bombones derreridos nos hicieron mamar sus miembros limpiandolas hasta dejarlas relucientes, me relamí de gusto y nos fuimos acordando repetirlo a diario si fuera posible.
¿Nos dolió? Muchisimo, ¿nos gustó? muchisimo mas, luego de semejante polvaso nos bañamos en la piscina como buenos amigos todos y nos marchamos, seguimos viendo a los señores mientras la temporada vacacional estuvo alta y tuviesemos vacaciones, ellos nos ponían los dias para ir (diariamente seria muy sospechoso), a veces uno solo de nosotros, y otras los ambos, cuando estuvimos bien acostumbrados a sus vergas pudieron fotografiar lo que quisieron, los señores se presentaron a nuestras familias y con su carisma (y billetes) se volvieron parte de ella, ellos traían regalos cada año, cada temporada vacacional, nos hablaban de su pais (mejoraron considerablemente en español), y mi amigo y yo seguimos siendo enculados por ellos, yo quemé mi etapa de desnudez como a los 9 años, al menos en público, en mi casa segui señoreandome en traje de adán, y mi amigo mucho antes, nuestros otros dos compañeritos se unieron al nuestros juegos en la casa de playa de los dos señores a mitad de temporada y se entregaron con mucho recelo pero luego de un soborno de la mejor divisa (el chocolate) terminaron jugando casi tanto como nosotros.
Cuando cuando cumplí los doce años le pedí a uno de ellos (el primero que conocí) que me llevara a su pais, yo hable con mis padres y estos a pesar de ser muy reacios ya tenian mas de media decada «conociendolos» aceptaron, «seria mejor para mi futuro» dejeron mis papás, le hicieron prometer a mi nuevo tutor que aceptarian solo si me obligaba a estudiar y a formar una carrera en el extranjero, él le aseguró que así sería, yo ya me imaginaba que mi Tutor y su amigo no serían los únicos adultos que me usarian para «vaciar» sus mentes y cuerpos ya que nadie entrena tanto a un animal de circo como para no cobrar la entrada; no obstante tras arreglar papeles y dar dolorosas despedidas me enrumbé a holanda con mi Tutor que me enseñaria entre otras cosas, a hablar el idioma, a forjar una carrera para mi y a… Comer Chocolates.
Esta persona me dijo que su historia era real; pero la verdad no me dio pruebas fehacientes (y francamente no voy a ponerme a buscar CP para comprobarlo, depende de cada quien si creerlo o no) de ello, aunque personalemente disfruté mucho escribirla y espero que ustedes hayan disfrutado leerla, debo aclarar tambien que, de ser cierto este relato (lo cual dudo) estoy contando aqui solo un caso entre mil de niños abusados sexualmente por adultos en que la vida del niño termina «bien»; pero el resto de las veces solo deja la victima con una sensación de vacío, de inutilidad, de poco valor y de falta de propósito, lo cual prefiero no mensionar aqui.
Este relato fue escrito por Shotaboy.
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