Historias de Cuarentena: Cuidando al chico rebelde en pandemia – Parte 1
Como en la casa de un amigo de la familia pudo haber contacto cercano con personas contagiadas de Covid-19, Luis, un chico de 13 años, queda al cuidado de mis padres.
Como la pandemia mundial por coronavirus ha llegado a todos lados, cercanos a la familia presentaron casos positivos. Un amigo de la familia celebró su cumpleaños 35 con algunos amigos y familiares, al cual no fuimos por resguardarnos, y justamente 2 invitados a la fiesta presentaron síntomas un par de días después. Luis, un pendejo rebelde de 13 años, fanático del futbol y el reggaetón, adicto a la consola Play y al juego PES, no compartió mucho. El cumpleañero era su padrastro, con el cual no se llevaba para nada bien, algo no muy diferente con su madre, Marcela, amiga de pequeña de mi mamá y pareja de ese hombre hace unos cuatro años con el que tiene una hija (media hermana de Luis, llamada Tania). Eso lo hizo ausentarse de la celebración, jugando PES con su primo Omar, de 16 años, en su cuarto durante toda la fiesta, así que no tuvo contacto con nadie mas que con su familiar. Cuando los síntomas aparecieron en una pareja joven invitada al cumpleaños, no sabían que hacer con Luis y con la pequeña Tania, pensando que podrían contagiarlos en caso de haberse contagiado. Marcela era del sur y su familia estaba lejos, así que pensó en mi mamá, por lo cerca de la casa y la confianza de años. La pequeña, una bebé aún, no tuvo contacto con nadie ya que estuvo en su cuarto todo momento y Luis tampoco, con la diferencia que Tania tuvo contacto cercano con sus padres a diferencia del adolescente. Así que acudieron a mis padres para pedir ayuda.
– Por favor, les pido que dejen a Luis unos días acá con ustedes, justo esta con vacaciones de invierno y no les dará problemas, lo prometo – decía Marcela a mi madre por celular.
– Déjame verlo con mi esposo y con Matías (yo, el mismo bisexual activo, varonil, alto, delgado, de una verga de 19 cm y bien cabezona de mis otros relatos) para ver como nos arreglamos en casa – respondió mi mamá algo complicada por traer a alguien a casa en plena pandemia.
Lo conversamos en la cena por varios minutos, hasta que decidimos ayudarlo. El problema era solo uno: la casa tiene dos dormitorios, uno de mis padres y el otro mío. El cuarto de visitas estaba siendo usado como bodega y no había espacio para colocar al pendejo en ningún lado. Solución de mis padres: pongamos un colchón de esos individuales en la sala y le armamos una cama ahí nomas. Como sería incomodo para nosotros (para el niño igual) propuse poner el colchón en mi cuarto, que desocupando unas pocas cosas habría espacio para una cama improvisada. Aceptaron sin dudar y yo ya maquineaba en mi mente todo lo que podría hacer con ese muchachito en mi cuarto a solas. Le comunicaron a Marcela y a su esposo la noticia, prepararían ropa y algunas cosas para Luis en un bolso y lo irían a dejar en la noche. Yo preparaba mi habitación para la visita y dejaba todo muy ordenado para que el pendejo no se opusiera a la idea de compartir cuarto y quisiera ir a otro lado.
Sonó el timbre y llegaba Luis con una mascarilla negra puesta, no lo veía hace años, estaba un poco mas bajo que yo, moreno, flaco pero con buena musculatura, con un jockey, una polera Nike blanca y una chaqueta encima por el frío del invierno, un buzo de la misma marca negro con líneas blancas a los bordes, una cadena gruesa en el cuello, una ceja con un corte, un piercing en la oreja y unas zapatillas blancas. Se despidieron de él desde el automóvil a lo lejos y entró saludando a todos. Cuando me vio se acordó de mí, cuando jugaba con el a la pelota cuando tenía unos 8 años o menos. Me dio la mano y me dijo muy contento «oh hermanito, tantos años sin verlo» y luego me dio un abrazo que me puso durísimo el pene. No pensaba que se acordaba de mi, aunque eso lo tome como una buena ventaja para mí. Empezaron la típica charla sobre los cuidados que tenemos en casa por lo del coronavirus unos 15 minutos, y mi mamá le informa que puede dejar las cosas en mi pieza. Subimos a mi cuarto y cuando ve el colchón en el suelo me dice «buena bro, me quedaré acá…la vamos a pasar malito»(como diciendo que nos divertiríamos mucho). Mas contento se puso al ver las cosas de futbol que tenía en las paredes (soy fanático del futbol y me gusta jugarlo también). Saco de su bolso la Play y el PES diciéndome «vamos a ver si eres tan bueno como antes que pasabai ganándome cuando era chico» me decía en ese tono maleante que me gustaba. Fuimos a cenar algo con mis padres y era la hora de dormir. Nos fuimos a lavar los dientes y subimos acostarnos. Se le ocurrió jugar un rato PES, lo que acepte para ganarme su confianza y nos entretuvimos un buen rato. Luego apagamos la consola y nos acostamos sobre las camas.
– Yo te aviso al tiro, duermo solo con los boxer y un polera – le dije por si me veía paseando así por el cuarto.
– Y que tiene? Si yo igual duermo así – me dijo mientras se quitaba el buzo deportivo dejando ver ese bóxer blanco que le quedaba tan pegado al cuerpo, que se notaba su buen bulto por delante y buenas pompas por detrás – ni ahí con cagarme de calor…además somos hombres, no voy a ver las tetas o el chocho (termino riéndose y yo igual).
– Ya buena, si era para que no te sorprendieras si me veías así en la noche o en la mañana nomas – complemente cambiándome la polera – además te aviso que soy paquetón (con buen bulto, gran verga) para que no te asustes.
– Ah compa, no tengo na que asustarme, si igual soy vergón – me dijo parándose sin polera, dejando ver su abdomen plano y con buena musculatura y señalando su bulto.
– Ya, ponte esa polera mejor y vamos a dormir para seguir jugando mañana – le dije sabiendo que con eso era un avance en mi plan de hacer algo con él.
– Oye bro y estas con esa novia todavía o estai solo ahora? – haciendo referencia a mi ex, Diego, el chico que parecía mujer y que conoció Luis muchos años atrás casualmente en un centro comercial.
– Ahora estoy soltero, llevo como 3 meses solo, termine en plena cuarentena – le dije sin decir que se trataba de un hombre, pensando que preguntaba porque tenía sospechas – así que nada pues, sin poder vernos preferimos terminar.
– Oh que mala onda compa…algo me acuerdo de ella – me decía como pensando en ese momento – pero es mejor estar solo que mal acompañado o no?
– Obvio, ella sabe lo que se pierde nomás – agarrándome el bulto, con el pendejo mirando y riéndose – y tu estas soltero o ya te amarraron?
– Si, estoy como pololeando, pero como una cosa así abierta, relajada – me dijo refregándose el pelo con una mano – nos vemos a veces por videollamada pero no es lo mismo, además no podemos ni follar, así que a puro sex cam nomas (contaba entre risas y yo siguiendo la corriente).
– Que suerte, yo ni sex cam tengo hace meses – respondí riendo – al menos tu tienes diversión igual.
– Si, además mi mina es caliente y le gusta hacer weas locas por cam – me contaba mientras se me paraba de solo pensar todo lo que podrían hacer – y mas encima le gustan las minas también pero no tengo problema con eso, me calienta más (decía riéndose mientras me mostraba fotos de ella, justo saliendo en pantalla unas más sexy con ropa interior que me dejo mirar sin problemas y aparecieron unas desnudas mostrando las tetas y el culo pasándolas rápido)
– Buena amigo mío, usted come filete – le dije por lo linda de la chica, llamada Valeria, de 15 años – esta riquísima.
– Si esta buenísima, te contaré las cosas que hacemos en la semana para que veas que no miento que le gusta hacer cosas locas – me dijo siguiendo mostrando fotos sexy de Valeria y otra chica, Josefa – esa mina es amiga de mi novia y quiere puro comersela (me dijo por las fantasías lésbicas que tenía Valeria).
– Hace un trío con las dos, ellas se comen y tu te follas a las dos pues – le dije dándole una idea morbosa.
– Buena idea, así papa se comería 4 tetas y 2 chochos bien ricos si o no – me responde mientras sigue pasando fotos y sale una selfie de él mismo desnudo con el pene bien agarrado y erecto a la cámara.
– Teni buena herramienta Luis, media verga igual – comenté mientras el pendejo cambiaba rápido las fotos porque justo venían solo de su verga y de él desnudo – pero tranquilo compa, no pasa nada si yo igual tengo pene.
– Si se, pero igual po me da vergüenza que me veai la verga – me dijo hasta que se acabaron las fotos desnudos de él.
– Calmado bro, si los dos tenemos penes, además para ver cosas grandes, mejor me veo la mía – le dije esperando su respuesta a ver que haría.
Se atreverá a algo más? Cortará en seco la conversación y parara de hablar el tema? Me pedirá que se la muestre? Pasara por alto mi comentario y seguirá la conversación como si nada? Averígualo en el siguiente relato. Comenta y evalúa mi historia para seguir mejorando y tomar todos sus tips. Gracias lectores.
Necesitamos saber como sigue 🖤🖤
Gracias por tu comentario…ya contaré la siguiente parte, que espero no defraudar con lo que pasó con ese chico.
Necesiiiiiito el siguienteeeeeeeee!
Gracias por tu comentario…ya vendrá la siguiente parte, espero que cuando la suba la puedas leer.
Oye cabron cuenta más aqui no hubo ni una paja haz el relato un poco más largo y con más énfasis
Obviamente es la introducción para la historia que me ocurrió con ese muchacho…es excitante ir conociendo como se fueron dando las cosas y esperar la siguiente escena no?
Uffffff, que morbo y que excitante, enserio esto de hablar así y ya casi juntos, seguro se arma el toqueteo de vergas, si que me pones caliente, ya quisiera estar en medio de los dos y mamar les la verga a ti y a tu inquilino, je je saludos, cuenta el siguiente relato…
Muchas gracias por tu comentario…estos días contare la continuación de lo que me sucedió con ese rebelde. Estate atento.