Historias de Grindr: Parte 2/2 – El Mulato Caribeño
El chico haitiano se animó a una nueva junta sexual…pero solo conmigo, sin mi novio..
Esta es la segunda y última parte del relato del mulato caribeño, y la primera parte puedes leer la en el siguiente link (https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/gays/historias-de-grindr-parte-1-2-el-mulato-caribeno/)
Después de que terminamos de lavarnos el pene una vez terminado el trío con mi novio, antes de despedirme de él le dije al oído que fue muy rico hacerlo con el y me contestó en voz baja que lo volvería hacer conmigo, pero a solas y en otro lado. Esa idea me quedo dando vueltas durante toda la semana, al punto de querer escribirle por Whatsapp, pero no me atrevía ya que en esa junta clandestina no estaría considerado mi novio. Fue entonces que un par de días pasaron y me llega un mensaje «hola, como estas» me aparecía como notificación en la aplicación de mensajería. Conteste al momento y me respondieron «ya pensaste en mi propuesta?» me replica y no sabiendo que responder. La calentura me ganaba y se apoderaba de todo mi cuerpo, por el morbo que me daba ese chico con ese tono color chocolate que me encendía por completo. Le conteste que si quería y fue que me invitó a su casa temprano por la mañana. Tuve que idear un plan para poder salir sin que mi novio se diera cuenta que iría a ver al mulato vergón. Dije que saldría por unos tramites al centro de la ciudad, que son desde temprano y me demoraría un tiempo en terminar todas las diligencias. El debía ir a su trabajo, así que estaría ocupado, mientras yo podría estar en tranquilidad juntándome a escondidas con el chico haitiano.
Llegue a la dirección que me envió, una casa grande con jardín amplio por delante y de dos niveles. Me salió abrir la puerta con una polera sin mangas blanca, un short azul y sandalias. Se veía riquísimo, presumiendo su musculatura y ese bulto que se marcaba entre sus piernas y ese culo redondeado que destacaba entre su pantaloncito. Miró hacia todos lados, me hizo entrar rápidamente y me indicó que tenía que entrar al cuarto que estaba al fondo de la casa. Había unas habitaciones en el piso de arriba desde donde se escuchaba música y personas conversando.
– Comparto casa con otros amigos haitianos, pero es mejor que no te vean para que no sospechen absolutamente nada – me dijo algo nervioso cerrando la puerta de forma sigilosa.
La verdad no me importaba eso, ya que me había dicho antes que el chico era hetero y apenas hace una semana se lo había metido por el culo a mi novio como su primera experiencia gay. Su pieza estaba desordenada, con mucha ropa en el suelo (que empezó a recoger y dejar en un sesto que tenía más ropa sucia sin lavar). Me acosté en la cama, me saque las zapatillas y me quede mirando en silencio como Steven ordenaba su cuarto. Tenía puesto el televisor en un programa matinal en volumen alto, para así poder charlar conmigo sin que los otros moradores se dieran cuenta de mi presencia. Fue entonces que quise romper el silencio con una pregunta que me dio vuelta en la semana:
– Y entonces quien más viene para que hagamos el trío? – le pregunte pensando que tanto él como yo éramos activos – o acaso jugaríamos a las espadas?
– Solo seremos los dos, tu y yo – me responde estando agachado recogiendo unos papeles desordenados cerca de su mesa de noche – por algo te quise invitar y estar a solas contigo.
– Por que no quisiste entonces hacer nuevamente un trio con mi novio? – le pregunté por las dudas – acaso no te gusto mi novio o te hizo algo que te incomodó?
– La verdad no tuve ningún problema con el, fue delicioso metérselo por el culo, pero te decidí invitar por otra razón – me dijo sentándose a mi lado en la cama – es que quiero probarte a ti.
Yo nervioso por la declaración del mulato guapo, que prácticamente pensé que querría meterlo en mi culo, cosa que no me gustaría y que obviamente no imaginaba meter esa vergota de 22 cm en mi ano virgen. Quise salir de la duda, siendo mas directo preguntando a que se refería con probarme a mi, y la respuesta me llevo al paraíso:
– Quiero que me hagas tu pasivo – me contestó mientras miraba esos labios carnosos y esos ojos que me miraban con deseo que no aguante y me lance a darle un beso (cosa que no hizo en el trio con mi novio). Estuvimos así por unos segundos, hasta que decidí quitarle esa polera para apreciar esos pectorales y abdominales marcadísimos y lamerlos al son de los gemidos que daba Steven. Luego me puse sobre él, tocando pecho con pecho, besando morbosamente sus brazos musculosos y duros, cosa que me volvía loco, y lamiéndole las axilas mientras chocábamos nuestras vergas erectas sobre la ropa. Me quite yo la polera (no soy para nada marcado, más bien soy flaco normal) y el mulato me comenzó a besar el cuello, lo que me calentó muchísimo, que me hizo bajar a sus pezones a lamerlos y chuparlos, lo que le gustó a Steven, sacando unos quejidos de placer a medida que me comía esas tetillas duras por el trabajo físico. Luego bajé hasta su abdomen durísimo, que empecé a lamer completo, por el medio y por los oblicuos, que ya me tenían el pene babeando. A mi no me gusta mamar verga, y según notaba la mano del jovencito en mi cabeza empujando hacía abajo me hacía pensar que tendría que chupar ese pene negro, que aunque para muchos sería un sueño, para mi no era nada excitante, ya que era bisexual activo 100%. Solo me atreví a darle unas mordidas en el tronco y glande por encima de su ropa interior, que era lo más lejos que había llegado con otro hombre activo.
Fue entonces que me dio la vuelta, colocándose él sobre mí. Empezó con un gran beso, que incluyo mucha lengua como a mi me gustan. Luego bajo por el cuello con su lengua, paso por mis pezones y llegó a mi vientre. Me daba unos mordiscos suaves por el costado del abdomen que me prendían, llegando a mi verga. Bajo mi pantalón, quedando solo en boxer, haciendo lo mismo que le hice yo: dándome unos mordiscos suave en el tronco y cabezón de mi verga muy erecta. Pero sorpresivamente me bajo la ropa interior y comenzó a hacer lo mismo que hacía sobre mi ropa, lo que obviamente me gustó y saco gemidos de placer. No imaginaba que haría eso, pero tenía la esperanza que lo haría ya que en el trío pude ver su mirada coqueta cuando miraba mi pene, así que sabiendo que le gustaba mi verga era obvio que querría probarlo y sin la presencia de mi novio, quizás por vergüenza por ser hetero o por no atreverse por haber alguien más viéndolo hacer eso. Procedió a lamerlo de arriba a abajo, hasta que se lo metió en la boca (en un principio solo el glande) pasándole la lengua dentro de la boca de forma algo torpe pero excitante. Luego siguió con una mamada inexperta, poco profunda y chocando permanentemente mi pene con sus dientes. Yo estaba mirando hacía abajo esa escena soñada: un hetero, negro, extranjero, vergón, estaba chupando mi pene, una escena porno que me faltaba cumplir.
Terminó de forma abrupta la mamada para decirme de forma acelerada «métemela». Yo ni lo pensé, levantándome de la cama y aprovechando que Steven estaba de perrito mamando anteriormente, me puse detrás de su culo para abrirlo para ver en su máximo esplendor ese ano oscuro entre las nalgas negras y firmes que tenía el haitiano. Fue entonces que me lance a morder los cachetes del culo, que estaban duros y suaves, sin ningún pelo, lo que lo hacía más excitante para mi. Luego lamí ese ano super estrecho, metiendo lengua intentando taladrar ese agujero, mientras iba besando sus alrededores y sentir ese olor característico entre culo, huevo y verga que eran el mas morboso estimulante. Comencé a usar mis dedos para ver si podía entrar, y de a poco fui intentando con mis dedos abrir el cerrojo que me llevaría a la gloria. «Métemelo ahora» me dijo con una voz decidida a recibir verga por el culo, mientras él se masturbaba aquel enorme chorizo que ya sacaba mucho líquido preseminal.
No habían condones ni lubricantes, así que escupí mucha saliva en mi mano para empapar a mi pene y ese ano moreno que esperaba recibir mis estocadas. Le pase el glande hacía arriba y hacía abajo sobre el ano por fuera, lo que sacaba quejumbrosos gemidos de Steven, así que me atreví a comenzar con el punteo suave con mi cabezón, entrando y saliendo de a poco para conseguir la máxima dilatación. Cuando ya metí lo suficiente, sentí que ya se había abierto lo necesario para meter algo más del tronco y empezar suavemente el mete y saca tomándolo por la cintura firmemente y también agarrándole duro las nalgas. Mi sueño interracial se estaba cumpliendo, estaba entrando a pelo (sin preservativo) a un culo negro metiendo mi verga blanca. Cambiamos de pose, poniéndose de misionero (quedo acostado boca abajo y yo encima de el metiendo profundamente mi verga), estaba a punto de acabar y justo en el mejor momento el muchacho me detuvo interrumpiéndome de golpe, haciéndome una seña con el dedo en la boca como si pidiera que me quedara en silencio, mientras yo me tapaba la boca de los gemidos porque estaba lanzándole los chorros de semen adentro, haciendo mi fantasía bruscamente cortada.
– Steven, estas despierto? Necesito ayudarte con algo – dijo una voz afuera de la puerta, un inquilino más en esa casa. Steven respondió que estaba recién despertando y quería saber que quería de ayuda, pero no recibió respuesta. Eso preocupó a Steven, pensando en que había sido descubierto conmigo y sospechado que estábamos follando. Decidió ir a ver de que se trataba, así que me dijo que esperara en silencio mientras el iba y venía. Cerro la puerta, quede solo así que atine a vestirme lo más rápido posible y tomar mis pertenencias por si pasaba algo más complicado. Luego abre la puerta de improviso otro muchacho haitiano y me dice:
– Haitiano: oh, no es lo que esperaba, un masisi (maricón) se estaba follando en la habitación – dijo pensando que Steven era quien estaba penetrándome a mi, a lo que no atine a responder nada – mejor sale de aquí pronto que llego Ebony.
– Y a donde voy? quien es Ebony? – pregunte en medio de lo acelerado del momento, ya inundado de los nervios.
– Ebony es la novia de Pierre, si te pilla acá follando en su cama te mata – me dijo tratando de sacarme rápidamente y llevándome al baño mientras la novia del muchacho entraba al cuarto de Steven (en realidad Pierre). Cuando fue momento, el muchachito inquilino me abrió la puerta del baño y me hizo la seña para salir por la puerta principal.
– Si quedaste con más ganas de un negro rico, contáctame – me dijo al despedirse de mi entregándome un papel con su nombre y número de celular.
Sali de la casa corriendo bastante para alejarme lo que más podía de esa posible celosa mujer. Yo por mi lado lo disfrute aunque hayan interrumpido mi eyaculación anal (lo alcance a hacer pero no como hubiese querido), me folle al negro que quería y había cumplido la fantasía interracial que esperaba hace tiempo. Aunque terminó de esa forma tan extraña y adrenalinica, era el problema de estar con chicos heteros. Aunque no me descubrieron a mi, igual se darían cuenta que algo ocurrió en esa cama: Steven, bueno Pierre, cuando saque el pene de su culo, mi semen empezó a escurrir desde su ano por sus nalgas, cayendo y manchando las sábanas. Tendrá que inventarse una buena excusa si no quiere ser cortado por Ebony y respecto al amigo, Leandre, guardare su número si nuevamente quiero degustar un chico de color, ya que debo admitir que este pendejito, que se veía mucho menor, estaba mejor que Pierre. En algún momento lo llamare o enviaré un mensaje en el futuro. Creen que debo comunicarme con el? Que debo hacer? Comenta que debo hacer y que te pareció el relato, y evalúa mi relato para seguir creciendo y contar mis historias de mejor forma.
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