Historias del amor prohibido; Grindr se llevó mi virginidad.
las lentas envestidas se volvieron rápida y mis pujidos se volvían gemidos ahogados, su pelvis chocaba con mi trasero, se oia ese rico sonido y mi ano daba la sensación de estar lleno, un cosquilleo recorría mis paredes anales hasta mis pies.
Pocas cosas son tan emocionantes como la primera vez que tendrás sexo, si alguien recuerda bien la pubertad recuerda que lo único en lo que pensaban cuando estaban a solas era en tocarse, me atrevería a adivinar diciendo que todos nos volvimos unos expertos en cuanto a darnos placer.
No obstante algo que ocupaba la mayor parte de nuestro tiempo era la pregunta del millón ¿Cuando perderé la virginidad? Cada día que pasa de tu vida parece una eternidad y es como si nunca fueras a perderla, o al menos así me parecía a mí.
Por suerte yo llegué a la pubertad en la era de la modernidad, recibí mi primer celular a los 8 y mi primer smart phone a los 10, desde niño conocía el porno y en mi primer smartphone pude ver una colección de porno gay inmensa que solo mi viejo celular podría saber, solo recuerdo que en mis primeras masturbaciones ni siquiera había semen.
En fin, ya se imaginaran el chavito cachondo que era y eso es algo que no perdí, a los 14 ya era un consumidor frecuente de porno al menos 6 veces al día frecuentaba alguna página (mis favoritas personales; tema gay, Fox gay, xnxx, y pornhub, claro que las dos primeras ya no existen) por ello y si saben algo de la publicidad en internet, las recomendaciones de páginas gay no tardaron en llegar, y tarde o temprano la bendita «Grindr»
Con solo 14 me hice un perfil y comencemos a chatear, al principio en plan de ver packs, pero mi joven cuerpo y las múltiples propuestas de algunos perfiles me desbordaron el deseó de perder mi flor, propuestas no faltaban, el hecho que en mi descripción pusiera «virgen» hacia que me llovieran mensajes y taps, todos querían mi trasero aún cuando no era tan atractivo (delgado, 1.80m y muy belludo).
Mi ocupado horario de trabajo y estudio hacía que no me fuera fácil coincidir, pero tarde o temprano los planetas se alinean, mis clases se cancelaron y tenía el día de trabajo libre, no estaban mis tíos así que podía salir sin permiso. Me clavé dos pajas para pensar en cabeza fría y la idea no desapareció, no había duda mi cuerpo pedía despertar.
Abrí la app y después de ver unos viejos prospectos llegó un chico, sin nombre de perfil sólo un emoji y su edad «26» su foto de perfil era el con chamarra de cuero.
Mensajeamos un rato, le expliqué mis deseos y el se ofreció a ser el primero, tenía ganas y no buscaba calienta huevos, le dije que si y me dio su dirección. Decidí meterme a bañar, quería estar listo, me metí un dedo para estar seguro, pero mi cuerpo quería un pene.
Salí de casa temblando, con mi corazón latiendo como nunca, la casa del chico quedaba cerca por lo que caminé.
Al llegar era una casa de Infonavit, toque la puerta temiendo equivocaron y se asomó un chico un poco diferente al de la foto (menos atractivo) y preguntó -eres el chavo de la app-
-si- respondí nervioso.
-pasa- dijo el abriendo más la puerta sin mostrar su cuerpo, entré a la casa y era un poco desastrosa, intuyó que no vivía sólo pues había cobijas tendidas en el suelo a modo de cama, lo volteé hacía el chico y noté que estaba en boxer, era de cuerpo delgado y algo belludo, tan alto como yo o un poco mas, me llevo al cuarto y era igual de desastroso que el resto de la casa, pero yo estaba muy cachondo y por alguna razón ése desorden más que asquearme o preocuparme me excitaba.
– ¿Seguro que tienes 18?- preguntó
– si, los cumplí hace poco- mentí
– es que te ves algo chico-
– si, ya me lo han dicho-
– ¿estás listo?-
-si- respondí y sin esperar se fue a besar mi cuello, rodeó mi cuerpo con sus brazos, me comenzó a tocar el trasero por debajo del pantalón y pegó su pelvis a la mía sintiendo el choque de nuestros penes, despertando el mío al instante, no se cómo pero yo ya no tenía camiseta y ya me estaba quitando el pantalón, yo algo nervioso y torpe estaba dando mi primer beso gay y mi primer faje.
Recorría su cuello y el el mío, metía mi lengua en su boca el pegaba más su pelvis y separaba mis nalgas sentía una excitación que me encantaría revivir, tan solo recordar su olor me excita y me pone a full. Toque su hasta entonces medio erecto pene, era el primer pene adulto aparte del mío que tocaba, con tan sólo palparlo se terminó de erectar, bajé mis boxer y acaricié mi pene.
-¿puedo chupartelo?- pregunté susurrando a su oído.
El hizo una seña y yo bajé poco a poco recorriendo su boca, después su cuello, lamí sus pezones, besé su dorso y abdomen, no quería desaprovechar nada, llegué a su bóxer y por encima de este lamí ése miembro quería anunciarle mi boca antes de verlo, mojé el boxer un poco con mi saliva y sin soportarlo más lo bajé, no podía ver muy bien los detalles debido a la pobre iluminación, pero era hermoso tenía frente a mi un rico pene de tamaño agradable para mí (16 cm) lo metí en mi boca y aunque no era mi primer oral pues de niño se lo hice a mis amigitos, ésto era diferente, el sabor era muy parecido; esa sensación como de lamer plástico, las notas saladas, sólo a diferencia del de mis amiguitos esté dejaba un leve tejo de acidez, tal vez por el líquido preseminal, pero la gran diferencia y lo delicioso era el tamaño, el sentirlo en mi boca, saber que ése macho estaba viéndome de rodillas mientras le daba placer, la malicia que probablemente estaba sintiendo, éso era lo diferente, el acariciaba mi cabeza y cara yo lamía ése pene, sus huevos saboreaba el delicioso olor de su Monte púbico mientras mi nariz se aproximaba a el, éso era de otro mundo.
De pronto paré de golpe, aunque éso era rico y podía hacerlo todo el día había algo en me hacía falta, tragué saliva y el líquido presenté que había dejado y con mi voz más sumisa le dije
– ¿ya me la puedes meter?-
-¿Estás listo?-
-si, por favor-
-okey ponte en cuatro, en la cama-
Sin demorarme nada me coloque en posición, y sentí el dedo de el en mi ano, resbalo mejor de lo que esperaba, tal ves era el lubricante, pero sentía su dedo entrar sin ningún problema, después dos y hacia ese movimiento de tijera que me encantó.
-¿ya la puedo meter?-
-si, métela-
En eso su cabeza entro sin problema, llego a la mitad y todo bien entonces me la dejó ir, aunque era la primera vez que la metían completa, no me dolió, el continuo, pero entonces comenzó a doler trate de aguantar, pero mi virginal culo no estaba listo.
– detente por favor, me duele-
– ¿quieres que lo dejemos?-
-no, solo me duele un poco, ve mas despacio-
-bien, espera un poco-
sacó un poco mas de lubricante con los dedos y me lo metió, después se unto en el pene y volvió a intentar, esta vez aunque me incomodaba, ya no dolía, las lentas envestidas se volvieron rápida y mis pujidos se volvían gemidos ahogados, su pelvis chocaba con mi trasero, se oía ese rico sonido y mi ano daba la sensación de estar lleno, un cosquilleo recorría mis paredes anales hasta mis pies, el me levanto y se sentó en la cama.
– dame unos sentones-
batallé un poco para coordinar pero lo logre, estar así no me gusto tanto pues mis inexpertos movimientos eran torpes, por lo que el decidió ponerme contra la pared, esa fue mi postura favorita, el sentir su pene entrar, mientas arqueaba la espalda y me hablaba al oído;
– ¿te gusta como te cojo?-
-si, si, cojeme así-
-¿quieres que te de mas?-
-si, mas papi, mas-
sentí que me jaló un poco hacia tras y mientras yo estaba de cuclillas sobre el comenzó a cogerme mas rápido y mas duro, aunque me cansaba la pose, me encantaba sentir su pene adentrarse lo mas profundo posible.
-¿me puedo venir?-
-si, dejamelos adentro-
-okey, mmmmjj mmm-
pronto alcanzo su velocidad maxima y me apretó un poco fuerte mientras yo me masturbaba logrando venirme mientras sentía, algo caliente en mi interior, me levante y le pedí agua, me bebí una botella de jugo entera, nunca me sentí tan cansado como aquella vez, finalmente me vestí y salí de ahí caminando con el semen en mi interior, y mi ano palpitante que me hacia sentir que mi esfinter estaba pegajoso, la caminata a casa fue placentera debido a ello, y también sentí que la gente que me vio salir de esa casa sabia lo que había hecho, pero eso me gustó.
actualmente me gustaría decir que tengo contacto con el chico, pero llegando a mi casa una parte de mi se sintió culpable y lo bloqueo, actualmente me arrepiento de ello, pues me gustaría que el me batiera el culo de nuevo, como aquella primera vez. ————————————————————————————————————————————–Gracias por leer, esta es una historia real de mi juventud y bueno, se puede decir que fue lo mejor que me paso en la pubertad ya que nunca pude tener mucho desahogo, lo único triste es que nunca pude repetir con el chico que se llevo mi virginidad, espero que estés bien en donde sea que estés. Les dejo mi TG: LunaG08 por si quieren dejar alguna opinión y les dejo mi wattpad:@GatoBlancoYNegro por si quieren leer esta y otras historias de mi autoría.
Bueno no eres el único que no ha podido repetir con su desvirgador, yo tampoco lo he podido hacer, eso que la follada que me dio Urbano el día que me desvirgó, fue descomunal, fue algo maravilloso que jamás podre olvidar, solo se que por perder los datos de Urbano el catalán que me desvirgó en zaragoza en el hotel Europa, cuando fui a Barcelona, no pude contactar con él, fue una persona que jamás podré olvidar, el se llevó mi virginidad dejandome su semilla dentro mía, el fue el primero en estrenar mi culito.