HOMBRE LOBO VII – ITALEC
Historia gay de ciencia ficción con criaturas y bestias de leyenda. Contenido explícito de sexo, acción, incesto, aventura y más….
HOMBRE LOBO VII – ITALEC
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Aquel hombre después de masturbarse mirando a la pareja de enamorados hacer el amor, huyó velozmente del lugar para no ser visto, galopó a caballo por unos cuantos minutos hasta llegar a las puertas del reino, donde inmediatamente le autorizaron la entrada.
Nada más entrar dejó a su caballo donde le correspondía y camino directo hasta su casa pasando incluso los tres palacios, ese lugar era destinado para los funcionarios del rey.
Al abrir la puerta llamó a su esposa, pero no le respondió, sin embargo, salió su hijo adolescente de catorce años a recibirlo.
Esperó un momento para recuperar el aliento y con una voz gruesa y fuerte preguntó:
_ Tom ¿Dónde está tu mamá?
_ Dijo que iba a ver a la princesa Catarina y se llevó a la criada.
_ Entonces ¿eso quiere decir que estamos completamente solos?
_ Si papá estamos solos los dos.
_ Esa es una buena noticia, ven acércate a tu papi para saludarlo.
El muchacho caminó hacia su padre con una ligera feminidad y le dio un abrazo muy caluroso.
_ Oh hijo mio cuanto me complace que seas cariñoso conmigo.
_ Como no serlo señor si usted me quiere a pesar todo, mi madre es muy fría.
_ No te preocupes, ya deberías estar acostumbrado.
_Sí señor, lo sé.
El padre iba bajando sus manos por la espalda hasta llegar al trasero de su hijo.
¿Quieres que papi te muestre el regalito que te traje? – le preguntó muy despacio en el oído.
Si papi, si quiero – dijo el muchacho jadeando y mordiéndose los labios.
El adulto llevó la mano del adolescente dentro de su pantalón y este expresó su agrado.
_ Cielo vamos a mi habitación.
_ Si papi, pero ¿No me vas a cargar como siempre?
_ Claro que te voy a cargar no desesperes.
El imponente, pero cariñoso padre levantó al muchacho y lo condujo directo hacia su habitación dejándolo cuidadosamente sobre su cama.
_ Quítate la ropa nene.
El robusto varón y de barba poblada también hizo lo mismo, dejando al descubierto su imponente anatomía así mismo como su portentoso pene venoso; el muchacho se acercó a la orilla de la cama y poniéndose en cuatro comenzó a chupar su juguete favorito.
_ Ah, que rico mi amor, sigue que a tu papi le gusta.
El muchacho solo se esmeraba mucho más cuando su padre le decía esas palabras, el hombre por su lado recogía la saliva que caía de la boca de su hijo para juguetear con su dedo en el pequeño ano que un par de años antes había desvirgado.
Con la cabeza bien pegada al pubis y con el dedo metido en el ano, el chico se retorcía de placer, gimiendo ahogadamente como una mujercita.
_Voltéate – le mandó
Tom o Tomy como le decía su padre cariñosamente, le dio la espalda y arqueó más la cintura mostrando su agujero bien rosado y sin ningún pelo.
El procreador del chico, se arrodillo y le empezó a chupar todo el culo, haciendo círculos con su lengua en el ano intentando penetrarlo.
_Papi métemelo ya.
_ Shh Aquí las ordenes las doy yo – dijo dándole un palmazo en las nalgas
Tom solo gimió más fuerte invitando al macho de su padre a penetrarlo.
El hombre se puso de pie y presiono con la cabeza de su verga el pequeño botón rozado del hijo que imploraba ser explorado otra vez; Tomy lanzó pequeños grititos de placer y de dolor, pero no le importaba, sabía que su papi en ese aspecto era el más cariñoso de los hombres.
Metiendo de a pocos, el pene de tamaño considerable entró en el ano, haciéndole doler levemente a su paso, se tomaron un pequeño descanso para no violentar demasiado el recto del chico y así acostumbrase al grosor y al tamaño, pero después de unos segundos, los huevos gordos comenzaron a chocar en el trasero del muchacho.
Con gritos fuertes que emanaban de la boca de su hijo, su padre aumentaba más la velocidad hasta ver lo rojas que le quedaban las nalgas.
_ Ay papi dame más fuerte – le decía a su padre entre gemidos casi femeninos.
La excitación le ordenaba seguir penetrando a su primogénito, no había nada que lo detuviese; a excepción del eminente pequeño lapso de cansancio que le obligó a parar.
_ Cabálgame – ordenó sacando el pene del ano.
El muchacho obedeció sin decir ni una sola palabra, solo esperó a que su papi se acostara y se sentó encima de él para brincar y moverle muy bien las nalgas mientras se besaban con desenfreno.
El papito no era desconsiderado, pues mientras el hijito hacía todo el movimiento de nalgas, él le masturbaba su pene que aún estaba poco desarrollado.
Volvieron a cambiar de posición para terminar la sesión de sexo, y esta vez se colocaron ambos de costado, mientras el mayor abrazaba con bastante fuerza a su hijo para dejarle su semilla en el interior, el muchacho se masturbaba ayudado por la mano robusta de su padre, ambos eyacularon juntos, el más joven en una pequeña cantidad mientras que el más grande aun no dejaba de lanzar bufidos de toro salvaje, demostrando que la cantidad de semen depositada era mayor, tanta era la cantidad que la leche se le escapaba del agujero.
_ Ay papi te quiero mucho– dijo besándolo.
_ yo también hijo mio, te quiero mucho – respondió el padre después del beso.
No descansaron ni un poco después de eso, cuando un llamado se escucha dentro de la casa.
_Corre ve a tu habitación tu madre ha regresado.
Tom con un rayo recogió su ropa y salió del lugar sin ser visto por su madre; quien tras subir las escaleras llego a la habitación encontrándose a su marido falsamente dormido y aprovechando esta, se desnudó y subió lentamente a la cama.
_ Cirlo, despierta.
_ Volviste con ganas de ser follada.
_ Si cariño hazme tuya.
Cirlo como buen macho que era volvió a tener una erección y cogió con su esposa por el resto de la tarde.
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Italec y Philip no podían dejar de mirarse y sonreírse, el amor los mantenía hipnotizados a tal punto de que tarde se dieron cuenta que ya era hora de regresar a palacio de lo contrario el príncipe se metería en problemas.
Se vistieron, y se pusieron en marcha.
Philip: _ ¿Cuándo podremos vernos nuevamente?
Roderick: _ Me gustaría de fueran todos los días, pero hay que seguir en la misma frecuencia de siempre.
Philip: _Lo que tú digas mi amor.
Roderick: _ Solo tenemos que ser pacientes, ya habrá oportunidad más adelante de estar juntos como se debe
Philip: _Eso espero Italec, pero creo que será un poco difícil, tú sabes que las relaciones de dos hombres no son bien vistas.
Roderick: _ Lo se Philip pero nos tenemos el uno al otro, el resto no importa.
El príncipe quedaba encantado con las palabras de su novio, cada minuto que pasaba se sentía más enamorado de él.
Llegaron al palacio al cabo de unos minutos a caballo, Italec se quedó en una zona boscosa vigilando que Philip entrara dentro de la muralla, por obvias razones no se les podía ver juntos.
Unos segundos después Roderick y Dariel salían de palacio con sus caballos encontrándose a su sobrino en el camino motivo por el cual decidieron ir juntos.
En el trayecto del palacio a la cabaña las preguntas incomodas no se hicieron esperar.
Dariel: _ Y cuéntanos galanaso ¿Cómo la pasaron?
Italec: _ Bien como siempre.
Roderick: _ ¿Eso es todo? ¿No hicieron nada?
Italec: _ Nadamos en el lago.
Dariel: _ ¿seguro?
Italec: _ ¿Qué insinúan?
Roderick: _ Bien, lo diré. ¿tuvieron relaciones o no?
Italec no pudo evitar ponerse rojo.
Métanse en sus asuntos – dijo Italec incómodo.
Espera, pero si tuvieron relaciones eso quieres decir que …- comentó Dariel.
Aun Italec no es adulto, presenta el “veneno” en mínimas cantidades, el príncipe no se convertirá, pero si tendra un poco de malestar similares a una gripe – se adelantó en contestar Roderick.
Es un alivio – dijo Dariel – ¿Pero tú sabias eso?
Italec: _Si lo sabía. Y ni me lo recuerden, aun me siento un poco mal por no poder contarle la verdad a Philip.
Roderick: _ Cuando llegue el momento podrás controlarlo, la próxima vez no vuelvas a tener relaciones con él sin antes dominar todo.
Italec: _ Creo que será lo mejor.
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El príncipe Philip no pudo dormir esa noche rememorando lo vivido con su amado, haber hecho el amor reafirmo y aumento todo lo que sentía por Italec, se quedó mirando al techo de su habitación.
Por otro lado, entrada la madrugada Italec fue atacado por un inmenso dolor que no lo dejaba estar tranquilo.
Roderick: _ Ven Italec levántate.
Italec: _ El dolor es insoportable.
Dariel: _ Si, pero acostado es peor, trata de movilizarte.
Roderick ayudó a ponerse de pie a su sobrino y se dio cuenta que una grieta le recorría toda la espalda, como si la piel estuviera abriéndose.
_ Falta casi nada para que la transformación ocurra.
_ Por fin, dejaré de sentir estos malditos dolores.
_ Dentro de poco te convertirás en un adulto.
_ Pero hasta que eso ocurra tendrás fiebre y dolores que nada podrá calmar, necesitas estar preparado.
_ Joder, o sea que para mañana no podré ir al castillo.
_ No, y así pudieras nadie te debe de ver en estas condiciones.
La mañana llegó y tal como los tíos le habían dicho a su sobrino, la fiebre y el dolor aumentaron imposibilitándolo para salir de la cabaña.
El príncipe Philip se acercó esa mañana al lugar de entrenamiento, pero no vio a Italec por ningún lado.
_ ¿Dónde está Italec?
_ Hoy está indispuesto señor.
_ ¿Le pasó algo?
_ No, no le pasó nada.
_ ¿Entonces?
_ Bueno señor, la verdad es que mi sobrino fue unos días a la ciudad – mintió Roderick.
_ Pero ayer que estuvimos juntos no me lo menciono.
_ Sus razones habrá tenido, pero no se asuste el estará de regreso en los próximos días.
_ Entiendo.
El príncipe al parecer quedó satisfecho con las explicaciones y ya no volvió a tocar el tema, tan solo esperaba que los días pasaran para volver a ver a Italec.
Cirlo por aquellos días viendo que Italec no se encontraba aprovechaba para hacerse más cercano al príncipe y así en cualquier momento poder realizar la orden encomendada por Catarina.
El príncipe no veía nada extraño en el actuar del general, y sin darse cuenta dejaba que el hombre lo escoltara a todos lados.
Pasaron los días y cierta tarde el rey mando a llamar a los lobos, despertando la curiosidad de Philip, pues siempre se había interesado en saber lo que se conversaba en esas cuatro paredes, ya que cada vez que lo hacían se encerraban bien con llave.
A lo lejos indeciso de acercarse, Philip se movía de un lado hacia otro, no era ningún chismoso para escuchar lo que conversaba su padre, un príncipe no debía hacer eso.
Pasaron unos minutos hasta que no aguanto resistirse y mirando para todos lados pego su oído a la puerta.
_ Entonces me dicen que Italec está en la cabaña.
_Si, su majestad.
_ Solo que al príncipe le tuvimos que mentir.
_ Entiendo, pero están seguros que en ese estado no es ningún peligro para nadie.
_ Eso se lo aseguramos su majestad, la crisis ya pasará.
_ De ser así me dejan mucho más tranquilo, ahora pueden irse.
_ Con permiso su majestad.
Philip rápidamente se fue del lugar para no ser visto, lo que había escuchado lo dejó muy confundido, tenía que descubrir que estaba pasando.
Pensó en salir fuera del castillo con dirección a la cabaña, pero no quería que se dieran cuenta en el castillo de su salida así que decidió esperar hasta la media noche.
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El dolor llegó en su momento cúspide, era tan insoportable que Italec a cada momento pensaba en la muerte.
Dariel: _ Debemos hacer algo.
Roderick: _ No hay nada que se pueda hacer, el dolor desaparecerá cuando él se haya transformado
_ Me duele verlo en ese estado.
_ Amor solo queda esperar.
_ Pero mientras tanto ¿qué?, nos quedamos aquí sin hacer nada.
_ Mientras tanto hay que llevarlo al bosque.
Roderick y Dariel lo tomaron por ambos brazos y lo sacaron fuera de la cabaña para adentrarse al bosque.
Cada minuto que pasaba las heridas en la piel de Italec se agrandaban y a su vez nuevas aparecían por todo su cuerpo y sangraban.
Al mismo tiempo que todo estaba sucediendo, Philip llegaba hasta la cabaña y nada más entrar vio todo de cabeza, pero sin señal de sus habitantes, se topó con los rastros de sangre y se percató que se perdían en el bosque, así que solo las siguió, pero esta vez a pie y con su espada desenvainada.
Tras unos minutos de caminata escuchó un grito que reconoció al instante.
Italec – exclamó.
Corrió en dirección de aquel alarido, pero al acercase cada vez más, distinguió que Roderick y Dariel estaban con él y desnudos, mientras Italec se retorcía de dolor; sin embargo, Philip se escondió detrás de un árbol.
Vigila muy bien alrededor – dijo Roderick a Dariel.
Si así lo hare – respondió Dariel.
Italec trata de expulsar al lobo en tu interior, siente toda su fuerza, y acelera el proceso, tu puedes – le dijo su tío dándole aliento.
Italec se arrodilló en el suelo y gritando con un dolor desgarrador, se comenzó a arrancar la piel del cuerpo, por todos lados tiraba trozos ensangrentados.
De pronto el cuerpo deformado de chico crecía desproporcionadamente, cayendo al suelo la piel sobrante que no se llegó a arrancar Italec. A medida que iba creciendo el grito se convirtió en un aullido.
Italec se había convertido en un hombre lobo con el pelaje entre pardo y dorado, de más de dos metros de altura.
La situación que había percibido Philip parecía irreal, como sacada de una leyenda de terror.
El lobo recién convertido, miró en dirección al príncipe, quien se asustó y retrocedió lentamente extendiendo la mano con su espada.
Italec dio un gran salto e interceptó en el aire a uno de los demonios de Zigor que en ese momento estaba listo para atacar a Philip.
Los demás lobos se trasformaron también y fueron a ayudar a Italec, logrando destruir a la criatura.
Los tres lobos volvieron a la normalidad.
Roderick: _ ¿Príncipe se encuentra bien?
Philip: _ Alto ahí, no se acerquen ni un paso más.
Dariel: _ Señor somos nosotros.
Philip tenía extendida la espada para protegerse.
Italec: _ Amor soy yo.
_ Por favor, no me hagas daño – dijo el príncipe asustado.
_ No amor, jamás te haría daño – le dijo Italec haciéndole bajar la espada.
Italec intentó abrazarlo, pero el príncipe lo rechazo.
_ ¿Qué eres?
_ Soy un hombre lobo
Lo que Philip acababa de escuchar parecía un cuento infantil.
_ ¿Un hombre lobo? Esto es una locura
_ Lo siento amor, quería contarte.
_ ¿Antes o después que te descubriera?
_ Desde siempre, mi amor, te lo juro.
_ No te me acerques – dijo Philip gritándole.
_ Príncipe, por favor, vamos a la cabaña y ahí podrá escuchar nuestra explicación – sugirió Roderick.
El príncipe Philip aceptó la propuesta; cuando regresaron a la cabaña, los tres hombres explicaron cada detalle incluso sobre la criatura que intentó atacarlo.
Ni bien el príncipe acabó de escuchar todo, salió y subió a su caballo. Italec salió en su tras.
Italec: _ Por favor Philip, dime algo.
El príncipe lo miró con decepción y se marchó.
Italec estaba listo para ir tras él.
Roderick: _ Espera Italec déjalo, estoy seguro que se le pasara.
Italec: _ Tengo que protegerlo, por si habrá otro de esos rondando.
Roderick: _ Déjamelo a mí, iré yo.
El líder de la manada salió tras él hasta verlo llegar sin contratiempos al palacio y se regresó a casa.
Philip estaba muy furioso, y fue directo a su padre, quien ya se encontraba en sus aposentos.
El rey se despertó muy preocupado y supo que algo no andaba bien, se encerraron a hablar en la oficina.
_ ¿Por qué no me dijiste nada? – le gritó el príncipe.
_ Primero soy el rey, y segundo, bájame el tono de tu voz – respondió Ulises. – Y te sugiero que hables claro.
_ Sobre los hombres que trajiste al castillo.
_ ¿Qué hay con ellos?
_ Todavía preguntas.
_ Te dije que me hablaras claro, Philip.
_ ¡Que son hombres lobo! – exclamó.
_ Baja la voz.
_ ¿Por qué no lo dijiste?
_ Porque no era necesario.
_ Para mi si lo era papá.
_ No Philip, es mejor que vayas olvidando todo eso.
_ Ya es demasiado tarde papá, si tan solo lo hubiese sabido, nada de esto estaría pasando.
_ ¿A qué te refieres Philip? Porque te afecta tanto.
_ Porque ….
_ Italec, no me digas que…
_ Si papá, me enamoré de Italec.
Los ojos del Rey parecieron salir de sus cuencas por el impacto de la noticia. El rey Ulises se acercó a su hijo y lo abrazó.
_ Hijo mio, porque no me dijiste antes que tenías esos sentimientos.
_ Padre, no sabes lo difícil que es aceptarlo y sobre todo cuando es mal visto y castigado en el reino.
_ Esto no lo tiene que saber nadie.
_ ¿No te molesta? No me vas a desheredar.
_ No hijo nunca haría eso, eres mi hijo más amado y el futuro rey, nunca me atrevería a hacer tal cosa.
_ ¿Y ahora qué hago?
_ Cuéntame ¿cómo te enteraste?
_ Salí del castillo a la media noche para ver a Italec, y cuando llegué a su casa no los encontré así que los fui a buscar al bosque, luego vi como Italec se transformaba.
_ Te hizo algo estando en ese estado.
_ No papá, Italec sería incapaz de lastimarse.
_ Tú y él, ¿son algo más que amigos?
_ Somos enamorados papá.
_ ¿Y qué piensas hacer después de lo que te enteraste?
_ No lo sé papá, por ahora no lo veré, quiero pensar.
_ Perfecto entonces.
_ No te molesta las relaciones de dos hombres.
_ Eso me tiene sin cuidado hijo, nadie elige de quien enamorarse.
_ En eso si tienes razón papá.
_ Bueno mañana seguiremos hablando, ve a tu habitación.
Padre e hijo se dieron un caluroso abrazo, apaciguando así los sentimientos encontrados que tenía el príncipe.
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Disculpen el retraso y gracias por seguir leyendome.
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