II – Casa: A oscuras
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era uno de los días de puente que habíamos tenido en la escuela, y yo sabía que significaba éso: Pijamada en casa de Angel.
La casa de Angel era regular: tan pronto entraba, habían dos habitaciones amplias a mi izquierda. La que estaba dando a la banqueta era la habitación de sus papás, la puerta del centro era el baño, y la última puerta era la del cuarto de Angel. Entrando, inmediatamente te topabas con una sala normal junto a un comedor, al final la cocina, y entre la cocina y el comedor, la puerta al patio.
Siempre era lo mismo en ésas pijamadas: me llevaban en carro hasta su casa hasta el otro lado de la ciudad. Luego era hablar con sus papás, cenar las hamburguesas que su mamá hacía (o cualquier otra cosa: tacos o algún otro guiso). Luego de cada cena, era irnos al cuarto de Angel y encerrarnos, jugando videojuegos y/o a hablar de cosas que nos pasaban. Y a veces, en la noche, masturbarnos. La ventaja de donde él dormía era que el cuarto era grande, ya que ahí vivía antes su hermano, y hace poco se había mudado a otra ciudad a estudiar la universidad. Por lo cual, me dormía en la cama de su hermano y él en la suya: sin ningún problema.
-Eit, despiértate. -me decía mientras jugábamos un videojuego juego de futbol.
Yo no era bueno con ése tipo de juegos, por lo que siempre terminaba perdiendo. Además de que eran cerca de la medianoche. Pero ésa noche su actitud cambiaría para hacer el juego más interesante. Y mejor aún: con un juego de carreras. Un tipo de juegos que me agradaba mucho y que jugaba muy bien.
-¿Y si cambiamos de juego, para que ya no pierdas?
-Si wey, lo que tú digas… –le dije, mientras me respondía con su típica sonrisa.
-Ok. Nomas que vamos a cambiarle tantito a las reglas.
-¿Pos qué reglas? –le pregunté, mientras que notaba que empezaba a mirar con ganas de algo.
-Con un castigo al perdedor de cada carrera. -dijo él.
-¿A sí? ¿Pos qué castigo?
-Pues…que se vaya encuerando.
Sabía por dónde iba la cosa, y sin pensarlo dos veces dije que sí.
Fue que comenzamos a jugar uno contra el otro, y comenzaron los castigos: Las primeras dos carreras me dejé ganar, comenzando a desvestirme y quitarme mi playera junto a mis tenis y calcetines. Pero en mi revancha, logré quitarle la camisa, tenis, calcetínes y pantalón: dejándolo solo en una camiseta interior sin mangas color negra y un calzón rojo. Me aguanté un poco la risa, ya que se veía algo chistoso, lo cual hacía que se apenara y comenzara a notársele una erección en su bultito: justo lo que quería.
Fue en la siguiente ronda cuando él me dejó sin pantalón y en una trusa blanca, haciendo que su mirada se pusiera más pícara y en un par de ocasiones me hiciera calzón chino.
Ambos seguíamos jugando muy emocionados, cuidando además de no hacer mucho ruido.
Pero fue exactamente eso, un ruido lo que nos asustó.
Se había escuchado un tronido fuerte viniendo de afuera de la casa, y las luces se apagaron.
La puerta del cuarto de Angel se abrió de golpe, mientras que solo veíamos la silueta del papá de Angel.
-¡¿Están bien?! –gritó fuerte y asustado, haciendo que nosotros nos espantáramos más.
La ventaja de ése preciso instante fue de que todo se había oscurecido en la casa, que no nos veíamos en nuestros calzones.
Poco después él se iba a salir para revisar los fusibles, pero fue detenido por la mamá cuando vimos tanto Angel como yo que su papá estaba por salir en calzón igualmente. Nos dio algo de risa, pero luego luego terminamos metiéndonos al cuarto una vez más y nos metíamos en las camas. Un rato después, su mamá abrió la puerta de la recámara para avisarnos que no habría luz y que estaríamos así por ésta noche.
Ya eran las 12:30 cuando escuché ruido viniendo de su cama. Fijándome, logré ver que él se había levantado y se acercaba conmigo.
-Oye…quiero algo… -dijo él, medio dormido.
-Después wey. Ya habrá chanse.
Pero él siguió insistiendo, y fue hasta que metió su mano en las colchas y comenzó a acariciarme el pecho y mi verga por encima de mis interiores. Acto seguido, se subió encima de mí y se sentó de frente, mientras que nuestros bultos se tocaban. Él comenzó a moverse poco a poco, mientras gemía en voz baja con una sonrisa.
Fue incrementando la fuerza de sus movidas, terminando con su verga siendo sobada contra mi panza, mientras que su culito tocaba mi glande.
-Wey…bájate. O no te va a gustar. –le dije.
-No.
-¿Ah, no?
-No.
-Pues te lo buscas…
Lentamente tomé su calzón por ambas aberturas de la entrepierna y le hice un calzón chino solo para revelarle las nalgas redonditas y blancas que tenía. Él solo ahogó un grito y siguió gimiendo a la par de dar estocadas. Sus estocadas no aparaban, mientras que sus nalgas tocaban mi ropa interior ya mojada. No lo dudé: me quité mi trusa y la dejé por un lado de la cama, mientras que mi pito comenzaba a encajársele entre las nalgas y le manchaba su calzón y su colita.
Sus gruñidos de gozo me prendían, mientras que le seguía picando el culito a mi amigo, hasta que él agarró mi trusa y comenzó a olerla y a sobarse con ella en su bulto jugoso y pegajoso. No sabía porqué, pero viendo éso me prendía MUCHO.
-Te voy a manchar. Ay, te las voy a manchar de lechita…AY…
No tardé mucho para correrme en su culito. Fue glorioso el poder sentir otro cuerpo reaccionando a mi eyaculación, mientras él seguía frotando su miembro en mi panza. Mientras él hacía éso, yo le quitaba su calzón manchado y lo usaba para limpiarme la verga.
-Me voy a…a….AH…
Él comenzaba a gemir más y más fuerte, hasta que finalmente noté que por su movimiento de cadera y su respiración, estaba corriéndose en mi calzón. Ah, que rico sentía verle la cara de gozo mientras que seguía jalando mi trusa y la manchaba con su leche…
Tan pronto acabamos, me dio un calzón morado de mientras (que de hecho era de su hermano), porque había ensuciado el mío, y él se cambiaba también de ropa interior, finalmente dándonos las buenas noches y cada quien a dormir a su cama.
Tristemente, ésa fue la última interacción fuerte que tuve con él: los demás días si era de masturbarnos o de darnos ideas, pero nada más allá. Poco después, me avisó que se tendría que ir a otra ciudad por el trabajo de su papá. Seguí en contacto con él, pero solo por msn. Fue algo feo para mi dejar de ver a mi mejor amigo y con quien aprendía de mi sexualidad, pero tuve que seguir adelante.
Y así, tuve que avanzar de primaria a secundaria. Y ahí mero, las cosas serían más interesantes…
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