Ingenuo y cogido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por puntoalfa15.
Contemplando la hoja de papel al frente mío aun no sabía si tenía el valor de entregarla. Había pasado toda la noche tratando de lograr que las palabras entraran en mi cabeza, todo pintaba que el último examen seria la muerte, y así fue.
¿Por qué tanto drama? Porque no podía reprobar a menos que quisiera repetir la materia, así que me levante y me apresure a dejar la hoja, apenas habían pasado 15 minutos de iniciada la prueba. ¿Qué porque importa esto?, sencillo, así comenzó todo…
Me llamo Ramiro Vázquez, tengo 18 años, moreno claro, 1.75 mts de altura y gracias a las horas interminables en la piscina un cuerpo de nadador que me ha servido para conquistar alguna que otra chica, ojos de color café claro y cabello negro que suele ser rebelde pero lacio, un chico normal, con una vida normal, a pesar del deporte me gusta tomar y fumar ocasionalmente.
Era viernes por la tarde y decidí salir con unos amigos, todo transcurría de manera normal, alcohol, cigarro, uno que otro faje, hasta que solo quedamos algunos chicos, comenzamos a platicar y a quejarse de la uni como suele suceder cada fiesta, llego mi turno y comencé a despotricar por mi examen, hasta que un chico de segundo año me comento que había asistido a clases con el Prof. Mejía, que él había pasado por lo mismo y que había bastado con un par de botellas de vino para aprobar el curso.
Regrese a casa a meditar todo, ¿Qué tan difícil seria llegar, pararme frente a él y decirle que si me aceptaba un par de botellas por pasar la materia? Bueno si era complicado, jamás había hecho algo por el estilo, pero debo admitir que de 4 materias del primer semestre de Biología 3 habían sido más que sencillas. Permanecí despierto hasta las 3 de la mañana cuando decidí que el siguiente Lunes le diría, ¿Qué más podía perder?
El lunes llegue normal, todo transcurrió normal, termino su clase, todos se retiraron y así decidí acercarme a él, tenía un nudo en la garganta y sentía que se me iba la voz, ¿Acaso esto debía ser tan complicado? No lo dude un segundo más y mis labios se abrieron.
– Profe – Se notaba el temblor de mi voz.
– ¿Qué desea joven Vázquez? – Mientras levantaba los ojos de su periódico
– Mire, quisiera hablar acerca de mi calificación del examen y mi calificación final – Lo había dicho a tal velocidad que no sabía si eran audibles mis palabras
– Permítame – Dijo mientras sacaba una hoja y comenzó a escribir sobre el papel, extendió la mano y se limitó a decir – Dos botellas de vino tinto, el sábado a mi casa, no quiero que me lleguen a ver con eso aquí, no se lo diga a nadie, lo espero antes de mediodía, si acepta y está dispuesto a lo que le pida, discutiremos el tema, ahora retírese.-
Salí del salón sin creer que hubiese sido tan sencillo, mire el papel y era una dirección y su teléfono celular. No alcanzaba a entender porque tanto rollo para solo entregarle un par de botellas. Como pidió no lo comente con nadie, la semana paso sin nada relevante, llego el sábado, me levante temprano, le dije a mi padre que saldría con mi novia, cosa que era completamente cierta, me arregle, tome las botellas y las coloque en la mochila, le marque a Zaira y le dije que pasaría por ella después de hacer unos encargos para la casa.
Llegue a la dirección antes del mediodía y marque a su celular, salió para abrir la puerta de su casa y fue ahí cuando después de un semestre por primera vez me fijaba con detenimiento en el profe Mejía, era un hombre de máximo 40 años, 1.80 mts, delgado, ojos de color miel, cabello corto despeinado, una barba de candado, y muy bien conservado, fuera de su traje del diario se le veía muy bien, llevaba una playera ajustada de cuello en V, ahora entendía porque las chicas de mi salón siempre decían que seguro estaba bien bueno. Se le marcaban buenos brazos, seguro de gimnasio, un abdomen si bien no marcado al menos plano y bien definido, mire más abajo y traía unos shorts en un color azul, ajustados a esas piernas que en lo personal se le veían muy bien, y solo para variar era más que imposible no mencionar lo más evidente, un paquete que no dejaba nada a la imaginación, muy bien marcado y definido en ese short, seguro no traía interiores, por un solo segundo me perdí en esa imagen nueva y diferente de alguien que veía casi todos los días.
– Pasa
– Claro – Fue ahí donde desperté y me di cuenta de que me le había quedado viendo como un idiota
– Que bueno que estas aquí Ramiro – No pude evitar la sorpresa al escuchar mi nombre con tanta informalidad de su parte
– Buenas tardes profe –
– ¿Por qué tanta formalidad Ramiro?, es sábado dime Sergio, con confianza –
– Esta bien, buenas tardes profe Sergio –
– Bueno, no esperaba que siguieras así de formal – Comenzó a reír un poco bajo
– Disculpe, es la costumbre –
– Ya sé que quieres mejorar tu nota final para no llevarte la materia, mis condiciones son las siguientes, nos bebemos una botella del vino, charlamos un rato acerca de mi materia y si me convences mejoro tu nota de acuerdo a lo que hablemos-
– Esta bien – Accedí, no entendía si era su versión de un examen oral, pero como dije que es lo que puedo perder.
Comenzamos a charlar y a beber una de las botellas, ya pasada una hora y una botella, decidió tomar y abrir la siguiente, continuamos con la charla, pero esta vez comenzó a preguntar sobre mi vida, mi novia y vida sexual. Debo admitir que siempre he sido un caliente insaciable, así que mientras charlábamos, quizá el vino tenía que ver, pero no me había dado cuenta de que se me marcaba una buena erección bajo el pantalón. Trate de disimular cuando capto mi atención.
– Tranquilo Ramiro, es normal más cuando uno está caliente y no hay quien te lo quite –
Fue en ese momento donde me di cuenta que no solo estaba yo en esas condiciones, era inverosímil lo que se marcaba en ese short, larga gruesa y aparte ya mojaba su entrepierna, no sé cuánto tiempo estuve mirando tal monstruo, hasta que se puso de pie y se acercó poco a poco, hasta que estuvo frente a mi ese paquete enorme.
– Vamos es más impresionante cuando esta fuera del short –
Se acercó a mi rostro y simplemente me beso, cayó sobre mí en el sillón y su lengua entraba en mi boca, comencé a corresponder sus besos, no sabía si era el alcohol o lo caliente que estaba, pero así fue, me tomo por detrás de la cabeza y me besaba con tal pasión, cuando de repente volví a abrir los ojos.
– Espere que yo tengo novia –
– Lo sé, pero como tú has dicho tienes novia, mas no has dicho que no te gustan los hombres, además aceptaste que harías lo que te pidiera –
Me quede pensando en sus palabras cuando de repente volví a sentir sus labios contra los míos, me besaba con tal desesperación, que me deje llevar por la calentura, respondí a sus besos y pronto comenzó a pasar su mano por encima de mi pantalón, yo tenía la verga a todo lo que daba, una verga que si no es un monumento es digna de mencionar, una verga que es gruesa de la mitad hacia la base, cabezona, circuncidada, que se dobla ligeramente hacia arriba y a la derecha, siempre he estado orgulloso de esos 17cm que han hecho gemir a muchas, el solo se limitaba a pasar suavemente sus dedos. Se acercó al cierre, lo bajo y abrió mis jeans, metió su mano. El rose de sus dedos a mi verga lograron que me retorciera del placer, se levantó de repente.
– Ramiro, si deseas discutir tu calificación puedes entrar a mi habitación, bajarte los pantalones y dejar que te la chupe –
¿Qué podía pasar si solo me la iba a chupar? Al final del día eso no te vuelve gay, camine detrás de él hacia su habitación, se acercó.
– Quítate el pantalón –
A lo que solo me apresure, me coloque recostado sobre la cama cuando el comenzaba a quitarse esa playera, que pronto me dejo ver su pecho, acaba de caer en cuenta que tenía pelo en pecho así como en esos brazos, se quitó el short y efectivamente no tenía ropa interior y además tenía razón, eso era una grosería para cualquier comparación, una verga gruesa completamente, con una cabeza mucho más gruesa que su cuerpo, pensaría que unos 20 cm duros como el concreto con la punta terminada hacia arriba, como si de un gancho se tratara, se aproximó sobre la cama hasta que sus labios llegaron a los míos, comenzó a besar mi cuello a la par que retiraba mi camiseta, cuando lo logro se concentró en mis pezones, su lengua pasaba una y otra vez, lo hacía tan bien que yo solo me concentraba en no venirme, comenzó a bajar sobre mi abdomen generando los mismos estragos en mi persona, en ese momento se detuvo, abrí los ojos y él estaba mirándome, cuando nuestros ojos se cruzaron solo se limitó a meter mi verga, me doble por no venirme, estaba en el paraíso.
– Profe Sergio – Alcance a decir
– Ya te dije, solo Sergio –
– Esta bien Sergio, ¿Solo me la vas a chupar y ya?-
– Tu solo relájate y como te dije tu solo harás lo que yo te pida y punto –
Siguió chupando, primero usaba la lengua y recorría toda la cabeza, bajaba y subía, de repente la metía toda completa, no se le escuchaba arquear, parecía que lo hacía seguido, yo solo sentía la rica humedad de esa boca, que me hacía sentir en el mismo cielo, así dejo mi verga y bajo a los huevos, lamia con calma y suavidad, comenzó a bajar poco a poco hacia el periné, yo solo tenía los ojos cerrados y pensaba en cuan bien la estaba pasando, fue ahí cuando sentí que levanto mis piernas y metió esa divina lengua entre mis nalgas, comenzó a lamer la entrada de mi culo con tal maestría.
– Para – Bajo mis piernas y me miro
– ¿Acaso no te gusta?
– Si pero es algo raro, y amas me habían hecho algo así
– Ponte bocabajo que te llevare al paraíso
Solo me limite a obedecer, me coloque bocabajo y el abrió mis nalgas metiendo su lengua entre ellas, comenzó primero en las nalgas y se fue aproximando hacia mi ojete, cuando sentí su lengua solo pude suspirar de lo bien que se sentía, comenzó a jugar y poco a poco metía su lengua, yo estaba en el séptimo cielo, cuando sentí algo que no era su lengua, ahora había sido sustituida por un dedo, un dedo grueso que jugaba en la entrada de mi culo, mi mente decía que no, pero mi cuerpo estaba entregado al momento, deje que siguiera y comenzó a meter un dedo, entraba y salía, lento, suave, pero rítmicamente, en un momento sentí un segundo dedo queriendo entrar y reaccione
– Sergio, yo no soy gay, jamás me han metido nada por el culo –
Se colocó sobre mi espalda, se acercó a mi oído y susurro
– Accediste a lo que yo quisiera y ahora me vas a cumplir –
Trate de levantarme pero aquel hombre aunque delgado pesaba lo suficiente, comenzó de nuevo a besar mi cuello, mientras jugaba con sus dedos en mi culo, de nuevo comenzó a meterlos, ya había dos dentro, cuando decidió proseguir al tercero, poco a poco y sin haberlo pensaba él me había dilatado para metérmela, cuando lo pensé fue cuando sentí que algo mucho más grueso trataba de abrirse camino por mi ano, sentía la presión que hacía, el movía su pelvis contra mis nalgas y poco a poco ese trozo tan duro como el cemento entro, solo sentí dolor, era demasiado grueso para algo tan cerrado.
– Lo más difícil ya paso – Se limitó a decirme al oído
De repente una punzada de dolor recorrió todo mi cuerpo, el muy cabron la había dejado ir toda de un solo golpe, se quedó quieto un rato y después comenzó a bombear, primero lento y suave, cuando comenzó mi cuerpo a tolerar ese trozo, simplemente se limitó a coger como un animal en celo, me empujaba con tal fuerza que no me podía concentrar, de repente me di cuenta de que ya no dolía, solo sentía que ese rico trozo ocupaba el lugar adecuado. Comencé a gemir y de repente su ritmo bajo.
– No pares, sigue – Palabras de las cuales al momento me arrepentí
Comenzó a cogerme sin piedad, entraba y salía de mi culo con una facilidad impresionante, de repente la saco, comencé a sentir un vacío en el culo, estaba tan abstraído hasta que sentí que me puso bocarriba, sin previo aviso ese hueco se llenó de nuevo su tan sabroso y grueso fierro, me tomo por la espalda y me acerco hasta que nos fundimos en un beso apasionado, el no paraba de cogerme con un salvaje, estuvimos así un muy buen rato, hasta que la saco.
– Chúpamela – Me tomo del cuello y me bajo hacia tan rica y jugosa verga
Solo deje de pensar y la metí completa en mi boca, no tenía la menor idea de cómo se hacía, pero parecía que lo disfrutaba bastante, me toco del cuello y la metió mas al fondo, se recostó bocarriba y yo seguí lamiendo semejante manjar, seguía con su mano en mi cuello, estaba prácticamente cogiéndome por la boca, solo en el momento que sentí que su mano se tensó y me retiro de su verga, se volteo y me coloco bocarriba, más tarde en pensar y reaccionar que en lo que metió de nuevo su verga en mi culo. Comenzó a masturbarme cuando de repente no pude más, mis piernas se tensaron y mi verga comenzó a tirar chorros y chorros de semen sobre mi abdomen, jamás me había venido de esa manera, a la par me di cuenta que en mi culo se sentía como Sergio se venía a chorros calientes dentro de mí.
Cayo sobre de mí y comenzó a besarme, me saco la verga y siguió besándome recostados en la cama, quede dormido sintiendo el culo mojado y vacío. Cuando desperté el seguía dormido, me levante me vestí y salí hacia mi casa pensando en lo que había pasado, marque mi celular.
– Hola ¿Que paso? – Pregunto Zaira algo preocupada
– Nada cariño, me lastime la pierna mientras iba por el encargo, así que iré a casa a descansar, besos, te amo –
– Voy para allá –
– No, no hace falta, te veo el lunes en la uni –
Llegue, avise a mi padre y le dije que me sentía mal, que había comido en la calle y me cayó mal, me recosté sin dejar de pensar en lo que había pasado, no podía permitir que eso me hiciera tanto mal, decidí suprimir lo que había pasado, la siguiente semana (La ultima del semestre) decidí no asistir a la clase de método, termino el semestre, se publicaron las calificaciones y ese día quede sorprendido al ver un 10 en la clase de método. Esa noche de las publicaciones recibí un mensaje al celular.
LAMENTO QUE NO ASISTIERAS A MI CLASE LA ULTIMA SEMANA, TU CALIFICACION LA HAS GANADO COMO LO PROMETI. ATTE: SERGIO
No sabía que pensar del mensaje, solo decidí borrarlo y seguir con mi vida. Pasaron las vacaciones y comenzaba un nuevo semestre, llegaron las inscripciones y el sistemas no me permitía ingresar, acudí a la escuela para resolverlo, cuando llegue mi grupo estaba lleno, así que le pedí a la secretaria que me ingresara al grupo que fuera, y así fue, comenzó el nuevo semestre, llegue tarde a mi clase de Método II. Entre, pedí disculpas por llegar tarde y quede paralizado frente a la puerta.
– Que bueno que decidió acompañarnos Sr. Vázquez – Me dedico una sonrisa y señalo la única silla vacía en el salón, la silla frente a el
Fue en ese momento cuando me di cuenta que en realidad no había terminado, saque mi libreta y me di cuenta que esto apenas comenzaba…
Este es mi primer relato, espero no haya sido tedioso y espero sea de su agrado, acepto comentarios al respecto.
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