inolvidable
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por toribioaca.
Yo estaba en la secundaria, y se nos ocurrió formar un equipo de volley bol. Con ese propósito, nos pusimos a conseguir lo necesario… el balón, la red y la autorización para usar un terreno que no se utilizaba. Aunque a mí no me llamaba la atención jugar, accedí a colaborar y me comprometí a conseguir el balón.
Después de visitar algunas personas, llegué una casa de modas, y me atendió el dueño. Era un hombre delgado, alto, andaría en los cuarenta y tantos años, bien parecido y muy elegante… su personalidad impactaba.
Le expliqué el motivo de mi visita, y sonriendo, dijo que con gusto colaboraría, donando el balón, cuyo precio me preguntó.
Al saber la cantidad, sacó el dinero de su bolsillo y extendió el brazo para entregármelo… al acercarme para recibirlo, me dijo, “eres un chico muy guapo”. Como no estaba acostumbrado a recibir piropos, y menos de hombres, me sentí ruborizado y confundido… él debió notarlo, y sonriendo, acarició mi mejilla. Yo estaba como petrificado: esa caricia era algo inesperado, pero muy agradable… entonces él, decir palabra alguna acercó su cara a la mía con lentitud y besó mi boca.
Nunca nadie me había besado antes, sus labios chupaban mi labio inferior, sin que yo acertara a hacer nada, de la sorpresa. Luego metió su lengua caliente, húmeda y esponjosa en mi boca, como explorando…
Yo estaba sorprendido… extasiado, recibiendo aquel beso que con tanta experiencia me daba aquel hombre… totalmente a su merced… podria él hacer lo que quisiera conmigo, sin embargo solo me sonrió dulcemente, se despidió con amabilidad y se perdió tras una cortina que cubría la entrada al interior de su negocio.
Yo me quedé ahí, en la sala de recibir durante unos minutos, anonadado… me sentía como si estuviera borracho, y así salí a la calle todo atarantado, envuelto en un mar de confusiones… no entendía nada: a mí, hasta ese momento me atraían las chicas, pero ese beso de un hombre, mi primer beso, había sido algo realmente maravilloso.
Por el trabajo de mi padre, poco tiempo después mi familia emigró a otra ciudad.
Unos quince o veinte años después, regresé a esa ciudad y por medio del periódico me enteré que aquel hombre había sido atacado y herido poco antes. Fui a visitarlo, me recibió la señora que limpiaba su casa y después de anunciarme, me condujo a la habitación. El estaba en su cama, con varias fracturas en diversas partes de su cuerpo. A pesar de los golpes en su rostro, del paso de los años, seguía siendo un hombre atractivo.
Cuando el ama de llaves nos dejó solos pues se fue a preparar un café que él ordenó para mí, me pregunto el motivo de mi visita… le platiqué del día en que lo conocí y de lo que había sucedido entonces; desde luego él no recordaba nada de aquello que yo siempre llevé en mi memoria, por lo cual se disculpó… me contó que había conocido a un chico en una fiesta y lo llevó a su casa para beber algo, y este, quiso robarlo… había objetos de arte valiosos, pero dinero en efectivo, que era lo que pretendía, no había mucho… al pensar que se lo estaba negando, lo golpeó salvajemente y dejándolo mal herido.
Después de un rato de charla me despedí, ya que continuaría mi viaje, pero prometiendo que a mi paso por aquella ciudad, una semana después, volvería a verlo, cosa que me agradeció.
A mi regreso, ocho días después, me enteré con tristeza que había muerto a causa de los golpes.
En la actualidad estoy casado y soy bisexual.
Aunque vi solo dos veces en mi vida a aquel hombre, nunca he podido olvidarlo, asi como tampoco aquel, mi primer beso.
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