Inolvidables momentos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Jordan era un vecino de la casa de al lado, vivía con sus padres y con Joselo su primo de más edad que la nuestra, los tres jugábamos animadamente en un barrio pobre de clima caluroso por eso Jordan y yo sólo teníamos puesta nuestras trusas por ser pequeños, Joselo vestía de remera y sandalias, por lo general jugábamos en el cerrado traspatio de nuestras casas o también en los solares abandonados a donde nos llevaba Joselo junto con otros chicos mayores del barrio, cuando hacía mucho calor saltábamos sobre el agua que salía de la manguera del jardín, me gustaba brincar sobre el charco, una tarde calurosa luego de almorzar Jordan me invitó a bañarnos en el traspatio de su casa, fui con el permiso de mi mamá, los dos primos saltaban me ubiqué entre ellos abrazándonos, el que más lo hacía era Joselo no me soltaba fue en ese momento que por primera vez sentí su pene grueso sobre mi espalda me inclinó un poco de espalda tomándome de la cintura haciéndome para adelante y para atrás de ahí me soltó lo mismo hizo con Jordan, me daba cuenta que les gustaba hacer eso.
Pasaba el tiempo, los primos eran mucho más amables conmigo, en muchas ocasiones Jordan se sentaba sobre una silla y me montaba sobre él haciéndome caballitos, me gustaba la forma en que me abrazaba con el roce de sus manos por mis piernas al levantarme me quedaba quieto ahí él aprovechaba para meterme la mano por la trusa rozando los dedos por mis algas al principio lo sentí algo nuevo extraño pero con el transcurrir de ocasiones me iba gustando más, es que sus dedos eran suaves y me lo hacía con delicadeza experimentaba nuevas sensaciones deliciosas, poco a poco iba descubriendo algo nuevo, en los baños que nos dábamos en el traspatio de su casa lo hacíamos por lo general cuando no habían adultos en casa, nos bajábamos las trusas como juego en nuestros brincos ya que reíamos mucho comparándonos el tamaño de nuestros penes el mío era el más pequeño en comparación con el más grande de Joselo me di cuenta que los primos ya tenían vellos en las pelvis, yo continuaba bañándome con la manguera, todas las veces los primos decían que ya regresaban porque iban por alguna cosa, el tiempo siempre pasaba y no aparecían, muchas veces la idea de comer me hizo que fuera a la cocina, siempre no estaban allí, escuchaba gemidos leves que siempre venían del cuarto de Joselo, la puerta siempre estaba cerrada, los gemidos que escuchaba eran mayormente de la voz de Jordan, a veces les llamaba se quedaban en silencio por ratos, después salía a continuar bañándome, mucho rato después Joselo me daba un sándwich o fruta u otra cosa como siempre, Jordan se sobaba las nalgas de eso siempre tengo recuerdos presentes.
Recuerdo que una tarde estaba chupando naranja sentado en el portal de mi casa Joselo se asoma de la ventana de su casa haciéndome señas para que entrara lo hice y me di cuenta que estaba solo supe que todos habían salido a visitar al padrino de Jordan que estaba enfermo, jugamos a las cartas sentados en la sala abiertos de piernas las plantas de los pies las teníamos unidas, Joselo me miraba con detenimiento de su trusa corta ajustada salía parte del pene que se le veía, no hacía nada por metérselo por el contrario trataba de sacarlo más me hacía gestos para que yo lo observara, después jugamos carta alta con penitencia de cosquillas de esa forma lograba acostarme sobre el piso se montaba encima de mi cubriéndome con su cuerpo sentí su grueso pene sobre mi pene vestido permití que deslizara mi trusa hasta la rodilla miré mi pene y las manos de Joselo que lo sobaba sentí rico aquella nueva sensación para mi, me admiré cuando deslizó su trusa, su pene lo hacía frotar con mi pene, unimos los cuerpos y me hacía mover la cintura yo no salía de aquella admiración nos levantamos subiéndonos las trusas, me acuerdo claramente que fuimos a su cama nos metimos desnudos en las sabanas me acariciaba dulcemente mis brazos y piernas acostándose sobre mi haciendo que la cama se moviera, hizo un alto trayendo una crema, me acosté de cara al colchón me hizo abrir las piernas pasó la fría crema por mis nalgas después sentí incomodidad cuando hacía meter el dedo en mi ano siguiendo con besarme la espalda en repetidas ocasiones, me sentía extraño al permitirle que besara y lamiera mis nalgas blancas después lo hacía con mi pelo castaño los dedos recorrían mis costillas haciéndome un cosquilleo que aún lo tengo presente, llegó a besarme delicadamente, en ese momento sentí algo raro dentro de mi pues ningún chico me había besado, la piel de Joselo estaba caliente, momentos después me masajeaba la espalda me decía que era un lindo chiquillo y otras palabras que no recuerdo, se sentó desnudo en el filo de la cama con su pene largo bien grueso me hizo acercar mi nalga llena de crema sujetándome de la cintura hasta que su pene sobe mi ano después estuve a filo de cama con mis nalgas expuestas hacia arriba, me penetraba despacito, no soportaba el dolor se dio cuenta que estaba por llorar y se retiró de mi.
Antes de salir de su casa me pidió que no dijera nada de lo que hicimos y que me daba un obsequio en los próximos días, cosa que cumplió y a cambio de eso en los días siguientes perdí mi virginidad anal, pese a tanto dolor lo recuerdo todo cariño ya que gracias a Joselo y después con Jordan descubrí placeres inolvidables de aquellos momentos vividos hace muchos años y que comparto con ustedes.
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