INSTALADORES DE INTERNET
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ProfeRicardo.
Les cuento que yo soy natural de Chiclayo, una pequeña provincia al norte del Perú; desde que tengo uso de razón sé que mis padres se divorciaron, incluso mucho más antes de que yo entrara al kínder o jardín como le llamamos a los centros educativos iniciales, aquí; por lo tanto, me acostumbré rápidamente a pasar fines de semanas completos, alternadamente entre la casa de mi abuela, donde vivía con ella, mi abuelo, mi mamá y un hermano de ella, o sea mi tío; y otras veces en casa de mi papá, quien vivía solo, más bien no era una casa muy grande, eran apenas 2 piezas que hacían de estar y dormitorio, un pequeño kitchenette y un baño.
Si bien es cierto la casa de mi abuela era grande y tenía hasta un bio-huerto, más me interesaba la compañía de mi padre, quien siempre hacía bromas e inventaba los juegos más divertidos.
Supongo que no hay tantos niños que tienen más preferencia por la compañía del papá antes que la de mamá, pero yo era uno de ellos.
Todo transcurría normalmente, entre la escuela, mi familia, mis muchos amiguitos, los juegos, hasta que un día, exactamente un sábado por la mañana, mi vida cambió por completo, y aprendí de golpe a ver a mi padre de una manera mucho más especial.
Yo recién había cumplido 5 años.
Habían tocado a la puerta 2 instaladores de internet y teléfono, venían con su uniforme de la empresa claro, que parecía de mecánico; en ese instante mi papá salía del baño con la toalla en la cintura y me ordenó que vaya al cuarto a jugar o ver televisión mientras hacían la instalación.
En efecto, desde adentro pude escuchar el taladro, pero fue muy breve.
Al cabo de unos 10 minutos me percaté que estaba muy silencioso allá afuera.
Por un momento pensé que ya habían terminado, y cuando me aproximé a la puerta aún escuché sus voces, hablando de códigos, de contraseñas y otras cosas que hablaban muy bajito.
Mi curiosidad pudo más así que me dispuse a salir, pero extrañamente mi papá le había echado llave a la habitación, aun así rápidamente recordé donde estaban los duplicados (en la zapatera del closet) y como quien hace una travesura, traté de hacer el menos ruido posible para abrir la puerta, pero finalmente lo logré.
Lo primero que uno se encuentra al salir de la habitación es un pequeño pasillo donde se ubica el kitchenette, me topé con unas cajitas y unos pedazos de cables, y al girar a la derecha donde estaba la salita estar vi primero a un instalador de pie con la boca abierta y los ojos entre abiertos, mirando al techo y por ratos bajando la mirada y mordiéndose los labios, pero que raro estaba con una camiseta blanca (Ese señor se veía de 40 años, corpulento, moreno) me aproximé un poquito más y pude notar que su uniforme lo tenía todo debajo de los muslos, al notar eso pude ver la cara de mi papá que estaba chupando el pene gordo de ese instalador, como si fuera un biberón.
Fue una imagen que no pude entender, apenas me preguntaba a mí mismo “¿a qué estarían jugando?” Me hice un poco a la izquierda y más adelantito, para ver con más claridad, ahí lo tenía a mi papa totalmente de perfil hacia mí; él estaba totalmente desnudo con la toalla en el piso a un costado, y mientras mamaba el pene de uno, estaba recibiendo el pene del otro señor por su trasero, ese señor también estaba totalmente desnudo excepto por su bóxer que le cubría las nalgas pero le bastaba sacar su pene por adelante para penetrar a mi papá, también pensé; “¿estarán jugando a las mascotas, o algo así?” (Ese señor era más blanco, trigueño mestizo, más chato, pero más gordo, y sudaba mucho, tanto que las gotas de sudor le mojaban la espalda a mi papá).
A él, alcancé a escucharle mientras culeaba a mi papi: “ASU PUTAMARE QUE RICO RABO TIO” (Mi papá en esa época tenía ya 40 años, no era ni muy alto ni muy chato, lampiño, bonito cuerpo, iba mucho al gym, y hacia mucho deporte, después ya más adolescente yo solía decirle que tenía unas piernas de futbolista, un culo de campeonato, jajaja).
Pasaron como 2 minutos de ver ese vaivén y escuchar ese chapoteo feroz que lograban con la boca y culo de mi papá.
Entonces el instalador que lo estaba culeando me vio, se sorprendió, yo estaba paradito con mis manos juntos como si me cubriera mis partes, es que en verdad, no sé por qué razón a un niño de solo 5 años se le puede parar el pitito al ver un acto sexual tan fuerte en donde estaba involucrado su propio padre, su héroe, su guía, pero a mí me pasó.
Se puso tan durito que estiraba mi short, por eso me cubría, tal vez por vergüenza.
Entonces ese señor le hizo unos gestos al que estaba de pie, y el giró un poco de tal manera que mi papa movió sus rodillas y manos, como mirando hacia la puerta principal, dándome más la espalda que el perfil.
Inmediatamente se sonrieron entre ellos.
El que lo follaba con firmeza le sacó la verga y le amasaba las nalgas a mi papá, mostrándome el tremendo hoyo que le había dejado en su trasero.
“¿QUIERES MAS VERGA O YA?” Le preguntaba como si fuera su dueño, y mi papá le respondía pero en voz más bajita –Ay si, por favor, métemela de nuevo, no seas malo – y el moreno se la volvía a meter en la boca, y su amigo por el culo.
Mi papá gemía como nunca antes lo había escuchado.
Al rato me pidieron con señas que me baje el short que llevaba puesto, y así lo hice, mostrando mi pito bien paradito que debía medir mucho menos que el dedo meñique de esos señores, sobretodo del moreno que estaba de pie y le jalaba los pelos a mi papá.
Escuche ruidos extraños de ambos y luego unas palabras más – “Se me viene la leche puto, abre bien la boca” – y mi papá bien obediente lo hacía, pero se adelantó el que estaba atrás de él, haciendo como el sonido de un toro, y terminó echado encima de la espalda de mi papá.
Cuando se desmontó de él, vi como un plástico que parecía un chicle, un elástico, le salía del pene y del culo de mi papa, fue algo chistoso, pero después cuando finalmente salió, vi que estaba lleno de un líquido que parecía como avena o leche o algo así.
Claro que era el semen en el condón con el que había penetrado a mi puto viejo.
Inmediatamente el moreno se vació también, haciendo ruidos y mi papá abriendo la boca, y mirándolo hacia arriba, buscando su cara, para probar los últimos chorros que salían de ese pene enorme y gordo.
Ese mismo moreno después lo hizo mamar un poquito más, y con señas me ordenó que me vaya, que me regrese a mi cuarto y así lo hice.
Cerré con cuidado, me encerré con llave y me eché en la cama, pensando en todos esos 20 ó 25 minutos de juegos nuevos para mí que había hecho mi papá con esos dos señores.
Al rato escuché que cerraron la puerta, y mi papá entró a mi habitación, diciéndome: – BEBE, ME VOY A DAR OTRO DUCHAZO, ¿OK? HACE MUCHO CALOR – A lo que yo respondí: – Está bien papá pero ¿puedo bañarme contigo?
Continuará
Atte DON PATO
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