Jacinto N., amante
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
"Conocí a Jacinto N. en un bar de la Zona Rosa de la CD. de México.
Acababa de llegar de un pueblito en Jalisco, según el para estudiar en la Universidad, aunque nunca mas volvió a mencionar los estudios y yo jamás volví a preguntarle del asunto.
Desde el momento en que lo vi por primera vez me pareció la cosa más curiosa del mundo.
Llevaba ropa barata, eso si, perfectamente combinado, era muy alto, con la barriga abultada y las extremidades huesudas, moreno, de voz y ademanes afeminados.
Era un tipo rarísimo.
Al principio me quede del otro lado del bar esperando a unos amigos, pero después de un rato se me acercó, me invito una copa y empezamos a hablar.
Jacinto era feito, pero muy carismático y nos hicimos amigos fácilmente.
Así era el, bueno para conocer gente.
"
Cuando Jacinto N. conoció a Carlos L.
llevaba poco mas de medio mes viviendo en la capital.
En el pueblo todos creían que estudiaba alguna carrera de nombre impronunciable, amparado por una beca del estado.
Sin embargo, empezó a trabajar de conserje en un restaurante y de vez en cuando le mandaba dinero a su familia y les contaba algún cuento para mantenerlos tranquilos.
Frecuento bares a penas hubo llegado y después, a raíz de su amistad con Carlos L.
consiguió alojarse en un apartamento pequeño ubicado en la delegación Álvaro Obregón.
"Se llevaba muy bien con la casera, por eso le aguanto que trajera a tantos tipos al edificio.
Jacinto no paraba en toda la semana.
Salia a las cinco de trabajar y se iba derechito a algún bar o antro, ligaba con algún mayate y después nunca lo volvía a ver.
"
A los dieciséis años Jacinto N. tuvo su primer encuentro sexual con un vecino local.
"Un señor cuarentón, borracho y "machito", como el decía.
Empezaron a hablar porque Jacinto pasaba seguido por la cantina del pueblo donde el tipo prácticamente vivía.
Una noche se detuvo a saludar al viejo y ahí empezó todo.
"Me destruyo, el pinche" decía.
Se saco la verga y se puso a jugar con ella.
Jacinto quedo impactado, era la primera vez que le veía la polla a un hombre.
El viejo se la ofreció y terminaron por irse a la parte trasera de la cantina, ahí se enseño a mamar el pobre.
Después de eso empezaron a verse a escondidas, muy tarde en la noche, en un rinconsito detrás del bar o en alguna calle oscura.
Jacinto se hizo un experto chupándola, el viejo se lo decía, se lo repetía mientras duraba el sexo y cuando acababa se iba como si nada.
Mucho tiempo después, cuando ya estaban hartos de lo mismo, empezaron a follar.
La primera vez fue un show, ninguno sabia que hacer.
Jacinto acabo muy lastimado.
y asustado, pero paso el tiempo, repitieron la experiencia y agarraron confianza.
Se metían entre la maleza y ahí se ponían como conejos.
Duraron años así, pero algo paso, no se que, porque cuando Jacinto se vino a la ciudad, el viejo ya tenia tiempo que se había salido del pueblo.
De hecho, Jacinto decía que se vino para acá porque extrañaba que se lo cogieran.
"
Dos años despues, formalmente instalado en la capital, Jacinto conoció a Pedro M.
de 65 años de edad, abogado de profesión ya retirado.
"Yo presente a "Chinto" y a Pedro, el mayor, en una fiesta de Año Nuevo" -cuenta José M.
amigo de Jacinto y Carlos L.
"Los presente porque yo veia a don Pedro muy solo, y Chinto era el alma de la fiesta.
Todo mundo estaba pendiente de lo que hacia y decía y pensé que a lo mejor don Pedro se divertía un poquito con el, como todos.
No pensé que se fuera a encariñar tanto.
A los cuatro meses ya vivían juntos y Jacinto hasta dejo de trabajar, por lo menos por un tiempo.
Los dos se iban de viaje a Oaxaca o a Guadalajara, o a la playa, se compraban cosas carísimas: ropa, relojes, muebles, etc.
Y después, don Pedro le puso una florería a Chinto porque, según el, siempre quiso tener una.
Ahí fue donde conoció al otro Pedro, el menor.
Creo que un día llego a comprarle flores para el entierro de un compañero de trabajo y empezaron a coquetear.
"
"Yo le dije que tuviera cuidado, que no estaba bien lo que estaba haciendo y que don Pedro no se merecía que le pusieran los cuernos.
" Se lamenta Carlos L.
"Aquello no podía acabar bien para Jacinto, tarde o temprano se iban a dar cuenta sus "novios", pero el estaba de terco con los dos.
"
"El tenia un tipo de hombre ideal: los dos Pedro.
" Cuenta José.
"Chaparros, gorditos y velludos.
¡Así le gustaban! Y así se los consiguió.
Por eso se encapricho tanto.
"
"Con don Pedro las cosas se habían enfriado, pero el lo mantenía y era el dueño de la florería, no podía dejarlo.
" Continua Carlos L.
"Pedrito era masomenos de su edad, tenia mas energía y, francamente, se veían mejor juntos.
Jacinto me contaba que cuando lo veía llegar en su camioneta empezaba a cerrar el negocio, se iban a la bodega y quedaban en pelotas.
Follaban media hora.
Hacían muchas cosas esos dos.
Jacinto acabo por comprarse varios juguetes para probar: un consolador de espuma, de esos grandes, pinzas para los pezones, que le crecieron muchísimo, y muchas otras cosas.
Hasta empezaron a practicar el "fisting".
Parecían adolescentes.
Con el viejo, en cambio, follaba poco.
Se le subía a Jacinto en la noche, y a penas le metia la vega, se corría.
Aunque presumía mucho de las comidas de culo que le daba, decía que era un experto.
Pero nada es para siempre, y dicho y hecho, don Pedro acabo por descubrir que le ponían el cuerno.
"
"Chinto no tenia cuidado.
Un día quedo en salir con Pedrito y se agarro a besos con el a una cuadra de la casa.
Don Pedro armo un escándalo, tiro las cosas de Chinto por toda la casa y casi le da un ataque.
Las cosas se calmaron con el tiempo, pero nunca se arreglaron bien.
Tuvieron que cerrar la florería y vendieron muchas cosas para tratar de solucionar sus problemas.
Casi al final, Chinto tuvo que irse a un hotel porque ya no soportaba al viejo.
Pedrito, que sabia que Jacinto vivía con un hombre, al principio le rogó para que se fuera con el, pero como Jacinto todavía tenía esperanzas con don Pedro, no acepto y Pedrito acabo por desaparecer.
"
La noche del 23 de marzo, Jacinto N. abandono su habitación de hotel y se dirigió a la residencia de Pedro M. en la delegación Álvaro Obregón.
Su intención era hablar con su ex pareja sobre la posibilidad de una reconciliación.
Eran las 8:30 de la noche cuando Jacinto toco a la puerta.
Fue recibido de mala gana y a regañadientes logro entrar en el domicilio.
Ambos hombres entablaron conversacion pacíficamente y al poco tiempo comenzaron a beber.
A las diez de la noche, cuando ambos se encontraban bajo los efectos del alcohol, iniciaron relaciones sexuales.
Jacinto N. le practico sexo oral a su ex pareja y este respondió haciendo lo mismo en el ano del joven.
A las 10:10 subieron a la habitación principal ubicada en el segundo piso de la residencia.
Pedro M. utilizo medicamentos controlados para mantener su erección.
A las 10:50 ambos hombres terminaron el encuentro y se quedaron dormidos.
A las 3:00 de la madrugada, vecinos del domicilio oyeron ruidos provenientes de la residencia y alertaron a la policía, que debido a varias complicaciones llego a las 10:00 de la mañana del día 24 de marzo.
En la sala de estar se encontró una botella de tequila vacía, así como dos copas usadas y algunos objetos personales.
En los respaldos de los sillones descansaba un abrigo que después se comprobaria era propiedad de Jacinto N.
Un grito ahogado proveniente de la planta superior llamo la atención de los oficiales de policía que acudieron a revisar el domicilio.
Ahí encontraron una masa ensangrentada que resultó ser el propietario de la casa, Pedro M. Había recibido 22 puñaladas en el torso, espalda, muslos, cuello y presentaba varias heridas defensivas en las manos que acabaron por provocarle la muerte unos minutos después del hallazgo De inmediato pidieron apoyo.
Jacinto N. fue arrestado al día siguiente luego de que un amigo del ahora occiso lo señalara como presunto responsable y un testigo identificara su rostro.
Los peritos demostraron que el ADN obtenido de las copas y la habitación donde había ocurrido el incidente, provenía de Jacinto N.
Sus abogados alegaron demencia temporal, resultado de la presión psicológica y emocional que había recibido de su víctima.
Finalmente, se le encontró culpable de homicidio en primer grado, agravado por la saña y ventaja.
Fue sentenciado, irónicamente, a 22 años de prisión el 10 de octubre.
"Pobrecito.
No pensé que fuera a acabar así.
Pensé que se iba a encontrar otro novio y se iba a olvidar del viejo.
Todos los que lo conocimos nos quedamos sorprendidos cuando nos enteramos que lo había matado.
Durante un tiempo lo ayudamos como pudimos y lo visitamos mientras estuvo recluido esperando el juicio.
Su familia le dejo de hablar.
También nosotros, después de unos meses.
Lleva casi dos años en la cárcel y los que le esperan, pero creo que esta bien, tranquilo.
Adentro empezó a ir a reuniones de la Biblia.
Yo verdaderamente espero que este bien.
" cierra Carlos L.
Todas las noches, desde su celda, Jacinto N. reza por el bienestar de su familia, la felicidad de sus amigos y el descanso eterno de Pedro M.
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