Javi, el veterinario
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Veréis, en la misma calle donde está mi casa, hay una clínica veterinaria donde solía llevar a mi perro, en esta clínica, la veterinaria es una chica pero hace unos meses, se dió de baja y en sustitución llegó un chico (Javi), él me gustó desde el principio ya que es tremendamente simpático, amable, educado, prudente y atento tanto como con los animales como con sus dueños, además de ser muy atractivo.
Físicamente, somos más o menos igual de altos (yo mido 1’80 m), ambos tenemos el pelo oscuro, corto pero no rapado y ojos también oscuros, él tiene la cara redondeada y a veces se pone gafas (le sientan genial), de piel somos bastante blancos aunque él es un poco mas moreno, yo soy de cara un poco más alargada, él es de cuerpo bastante atlético, me encanta como se le marcan los biceps cada vez que flexiona los brazos y sus pectorales bajo la camiseta; es de espalda ancha, yo soy delgado, y en cuanto a la edad, él tiene 29 años y yo 24.
En definitiva, reúne las características de personalidad y físico que me gustan de una persona.
Nos caímos bien mutuamente y terminamos haciéndonos amigos, incluso había veces que ni siquiera me cobraba las consultas, por supuesto todo esto hizo que yo empezara a sentir por él, más que sólo amistad ya que es un amigo de verdad que haría cualquier cosa por mí (cosa que quedó más que demostrada con lo que pasó entre nosotros y que aquí relato).
Hace unos días mi perro enfermó gravemente, fui rápidamente a ver a Javi y aunque hizo todo lo posible para salvarlo, no fue posible y mi perrito murió.
Él me había acompañado en mi vida durante 15 años y si sois también amantes de los animales, os podréis imaginar cómo me sentía.
Cuando Javi me dijo que no había podido salvarlo, reaccioné dándole un fuerte abrazo, él también me abrazó y me dijo que sentía no haber podido salvarlo, me pareció tan encantador que me pidiera disculpas cuando realmente no tenía porqué hacerlo que le dije “Tú has hecho todo lo posible por salvarlo y te lo agradezco, así que no te sientas mal” y acto seguido, casi sin casi darme cuenta, lo besé en la boca al dejarme llevar por mis sentimientos.
Yo tengo que reconocer que soy una persona poco afectiva en público y tímido, así que este beso fue una reacción fuera de lo común para mí.
Cuando me di cuenta de lo que había hecho, rápidamente me separé de él, me dió mucha vergüenza.
Yo le pedí disculpas pero él me dijo que no pasaba nada aunque se quedó un poco sorprendido.
Al día siguiente, nos volvimos a ver, fui a la clínica solo para regalar la comida que me había sobrado de mi perro, pero lo que terminé haciendo fue mucho más que eso.
Cuando llegué, ya estaba cerca la hora de cierre de la clínica, Javi estaba atendiendo a otro cliente y cuando este se fue, cerramos las puertas pero nosotros nos quedamos dentro solos para hablar un rato.
Él me preguntó que tal me encontraba, yo le dije que más o menos bien, luego le hablé de mi beso que, aunque realmente Javi no le había dado mucha importancia, para mi si había sido importante puesto que se puede decir que me había enamorado de él y este beso era una pequeña muestra de ello.
Javi entonces me sorprendió y me dijo “Tranquilo, ya me había dado cuenta antes de que te gusto”, me quedé de piedra pensando cómo se había podido dar cuenta ya que yo pensaba que había sido suficientemente discreto (menos con lo del beso).
La curiosidad me hizo preguntarle cómo se había dado cuenta, él sonrió y me dijo que mi forma de mirarlo me delataba, sentí mucha vergüenza al enterarme de que lo sabía y pensé “Tierra trágame”.
Luego añadió “Yo, lo siento pero a mi me gustan las chicas, no puedo corresponderte”, yo agaché la cabeza y suspiré, aceptando lo que en el fondo ya sabía.
Posteriormente él para intentar animarme me dijo “Seguro que tarde o temprano encontrarás a un chico que te guste incluso más que yo y que te pueda corresponder”, yo asentí levemente con la cabeza y lo miré con una media sonrisa, él hizo lo mismo.
Javi me dijo “De todas formas, si puedo hacer algo por ti dímelo”, yo lo miré y le dije “Ahora mismo no, pero gracias”, aunque sí que había algo pero que yo creía imposible aún.
Entonces Javi dijo “Seguro que hay algo”, yo le contesté “Bueno, sí, pero tú no vas a querer”.
Ambos estábamos hablando sin especificar nada pero nos estábamos entendiendo perfectamente y sabíamos lo que queríamos.
Javi entonces me dijo “Prueba a ver”, yo no me terminaba de creer lo que escuchaba así que le pregunté “¿Cómo?”, él se rió y dijo “Qué me puedes besar si quieres”, me quedé muy sorprendido, antes me había dicho que era hetero y luego me dice que lo bese, me resultó un poco confuso pero al final lo que pensé fue que aunque fuese hetero, también era curioso.
Por supuesto, cuando me dijo que lo besara no lo dudé ni un momento, entonces me empecé a poner caliente, me levanté rápidamente de la silla y fui a su lado para besarlo, lo hice muy suavemente y sin lengua, luego lo volví a besar y él me puso las manos en la cintura, eso me dió seguridad para después atreverme a meter mis manos por debajo de su camiseta y acariciar su pecho.
Yo no sabía hasta dónde había pensado llegar pero como se dejaba yo iba avanzando aunque con prudencia, dejándolo a él llevar el control.
Estamos en invierno, pero Javi tenía puesto el uniforme de verano que le favorece más ya que se puede intuir mejor la forma de su cuerpo, al ser la camiseta más fina y de manga corta.
Yo estaba helado de frío pero su cuerpo estaba muy calentito.
Un poco después se quitó la camiseta y por fin pude ver su cuerpo en detalle, lo había visto sin camiseta anteriormente en una foto de Facebook en la que estaba en la playa, pero no era lo mismo que verlo en persona.
Pude ver que tenía algo de vello sobre el pecho aunque muy poco pero desde el ombligo hacia abajo tenía un poco más, formando una línea.
Luego me quité yo el jersey, ya no me importaba el frío.
Luego empecé a besarlo bajando por su cuerpo hasta llegar al elástico del pantalón, él suspiraba de vez en cuando, debía estar nervioso lógicamente; después se levantó del sillón y se bajó los pantalones quedándose en calzoncillos, llevaba unos tipo boxer de color blanco, estaba yendo más lejos de lo que yo pensaba que querría llegar para suerte mía.
Yo también me baje los pantalones que ya me molestaban por la erección que tenía.
Bajo los boxers se le marcaba bien la polla que, de largo tendrá un tamaño de unos 17 cm, ya que es más o menos como la mía pero, la tiene mas gorda que yo.
Como siempre, esperé a que él me diera una señal para seguir.
Javi me miró y miró hacia abajo, esa fue la señal que estaba esperando, así que enseguida le bajé los calzoncillos y me agaché tenía un poco de vello púbico muy bien cuidado, cortito, con los bordes bien delimitados formando un pequeño triángulo.
Después se la empecé a chupar con ansias, me propuse hacerle la mejor mamada de su vida para que, ya que me estaba haciendo ese enorme favor, no se fuera a arrepentir.
Me dijo que lo hiciera despacio, le hice caso y seguí mucho más lentamente.
Lo hice usando todas las formas que conozco, empezando por lamer desde la base hasta la punta para después metérmela entera en la boca, usando mucha saliva que chorreaba por sus huevos, mordisqueandosela suavemente.
Un poco después, se la agarré por la base con una mano y con la otra agarré sus huevos tirando suavemente de ellos hacia abajo para luego succionarlos y acariciarlos con la lengua y una de las cosas que más creo que le gustó fue que, cuando ya tenía la polla bien dura y mojadita, le puse la palma de mi mano en la punta y empecé a hacer movimientos circulares como si exprimiera una naranja, eso hizo que diera un gemido y le temblaran las piernas.
Con todo esto, creo que conseguí mi propósito de hacerle un trabajo que jamás olvidará.
Ya llevábamos un buen rato cuando me dijo que parara, me ayudó a ponerme de pie y me preguntó si me había gustado, le dije que mucho, yo a él no le pregunté porque su cara lo decía todo, estaba, enrojecido, acalorado y jadeante.
Javi me miró a los ojos y se quedó sin decir nada unos segundos, yo también lo miraba con una leve sonrisa esperando a ver qué pasaba a continuación, él volvió a suspirar de nuevo y sin decir nada, fue a buscar su maletín y sacó un preservativo, luego, empezó a apartar cosas del escritorio haciendo un hueco, me sorprendió una vez más porque ni siquiera yo había pensado llegar hasta el final, así que creo que se le había ido un poco de las manos pero lógicamente yo estaba encantado, le pregunté que hacía porque quería escucharlo de su boca, Javi se rió un poco y me respondió “Ya lo sabes”, yo me reí también y le dije “Sí.
Pero quiero que me lo digas”, él paró un momento y me dijo “Voy a hacerte disfrutar”, yo me mordí los labios y prácticamente me abalancé sobre él para besarlo.
A continuación, me quité lo que me quedaba de ropa y Javi hizo que me recostara en el escritorio.
Yo no podía haber imaginado jamás que pasara esto realmente entre nosotros alguna vez, aunque sí que había fantaseado muchas veces con la posibilidad de que ocurriera.
Después, él también se quitó lo que le quedaba de ropa, se puso rápidamente el condón y buscó algo que nos sirviera de lubricante, en un principio no encontró nada de modo que probamos con saliva pero cuando intentó penetrarme me di cuenta de que no funcionaba todo lo bien que debería porque me dolió, así que volvimos a buscar algo y encontramos una crema que resultó ser vaselina, dudó en usarla, ya que sabíamos que con esto, el condón se podía romper, pero como no encontrábamos nada mejor, la usamos y esperamos que el condón aguantara.
Me extendió por el culo una buena cantidad de vaselina y me tumbé boca arriba de nuevo y Javi me levantó las piernas y las apoyó en sus hombros, luego me preguntó “¿Estás cómodo?”, yo asentí con la cabeza, no me salían las palabras por los nervios.
Un momento después, noté cómo su polla me presionaba lentamente para poco a poco, ir entrando, cada vez me sentía más repleto, fue maravilloso, siguió hasta que sus huevos rozaron mi culo, momento en el que yo con una mano, se los empecé a acariciar suavemente, mientras con la otra acariciaba mi pecho.
Esta vez no me dolió mucho teniendo en cuenta que nos habíamos saltado los preliminares y el grosor de su polla.
Luego empezó a moverse suavemente, su movimiento de vaivén me relajó mucho y enseguida empecé a sentir un delicioso placer.
Ni siquiera con el que ahora es mi expareja, había llegado a disfrutar tanto.
El placer que sentía, claramente era por varios motivos sobre todo por estar haciéndolo con el chico que amo con locura y por ver cumplida mi fantasía pero, también me producía placer y morbo el ver a un hetero disfrutar con otro chico e incluso el lugar ya que nunca lo había hecho en otro sitio que no fuera una casa.
Luego lo abracé con las piernas mientras gemía de placer, a él también se le escapaba algún pequeño gemido de vez en cuando.
Cuando tengo sexo, suelo ser bastante silencioso aunque ese día no lo fui demasiado por todo lo que ya he explicado antes.
Yo no dejaba de mirarlo a los ojos, él a veces también me miraba, me sonreía y me preguntaba cómo iba.
Lo hicimos muy suavemente durante un rato, hasta que Javi se dió cuenta de que, como era de esperar, el condón se había roto, rápidamente buscó otro en su maletín pero no encontró ninguno.
A mi no me hubiera importado seguir haciéndolo a pelo ya que somos chicos de costumbres sanas, pero no quise decirle nada.
No nos dio tiempo a hacerlo durante todo el rato que me hubiera gustado pero de todas formas disfrutamos mucho y fue suficiente para quedarse con la satisfacción de haber convertido una fantasía que yo creía imposible, en realidad.
Finalmente, después de buscar por todos lados, Javi me dijo “Siento dejarte a medias tío pero no tengo mas gomas”, yo me levanté y le dije “Esta mañana no pensaba que nada de esto fuera a pasar, así que, esto ha sido suficiente, no te preocupes y muchas gracias”, luego me puse de pié frente a él, puse mis manos en su pecho, lentamente fui bajando hasta que llegué a su polla y se la agarré firmemente, lo empecé a pajear suavemente con una mano mientras lo besaba, quizá me estaba aprovechando demasiado de sus besos, porque imagino que para besar a otro chico estaría haciendo un esfuerzo ya que realmente es hetero, pero ya que podía y él se dejaba.
, cogí una mano suya y la llevé a mi polla para que hiciera lo mismo, su otra mano me la puso en un hombro y yo con la mano que tenía libre, le empecé a acariciar la espalda, noté como se le erizaba la piel, luego probé a acariciarle el culo pero no se sintió cómodo y enseguida la aparté.
Un poco después se corrió echando varios chorros fuertes de leche calentita sobre mi polla, luego yo también me corrí sobre mi pecho.
Para terminar nos abrazamos.
Javi me dijo “Espero que hayas disfrutado”, le contesté “Ha sido fantástico” y le dí las gracias de nuevo.
Después cogió un rollo de papel absorbente, me dió un trozo y nos limpiamos antes de vestirnos y despedirnos.
Y esta es la historia de cómo tuve el mejor sexo hasta el momento, quizá pueda parecer que no fue tan bueno por el problema que tuvimos con el condón pero es que no fue solo el sexo, lo que me hizo disfrutar más que nunca.
Esto no creo que se repita por desgracia pero al menos seguiremos siendo amigos y ya le he asegurado que cuando vuelva la chica veterinaria de su baja y él se vaya, yo, que pienso volver a adoptar otro perro, lo llevaré a él porque no pienso perderlo de vista.
FIN.
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