Johan, mi primo heterosexual.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi primo es un hombre que siempre ha destacado por ser la clase de hombre con una personalidad incisiva, a tal punto de llegar a tornarse un poco intenso especialmente con las bromas discriminatorias en cualquier nivel y contra cualquier persona.
Por esta razón, siempre se burló de mí, me hacía maldades y se aprovechaba de su rol de primo mayo – este me lleva seis años-.
Pesé a esto, desde muy tierna edad lo consideré un hombre muy atractivo, y su masculinidad me hacía verlo, de cierta forma, un cuerpo más que sexualizado.
Sin embargo, esto sólo pasaba en lo más profundo e inocente de mis fantasías, porque con tan sólo 11 años y el 17, era un niño para muchas de las cosas y personas con las que él se relacionaba.
Supongo que, para él simplemente era el primo menor del cual podía abusar y hacer maldades para divertirse un rato y que jugaba con sus hermanas, con las cuales compartíamos la misma edad.
A la edad de 17 años, Johan ya graduado del colegio, tenía que optar por un proyecto de vida.
Lo que más llamaba su atención siempre fue las fuerzas militares, quizás un gusto heredado de su padre, quien lo era, y quien desde muy temprano se había comprometido con la incursión de Johan en este mundo masculinizado y hostil.
Pese al gusto de mi primo por comenzar un carrera militar como proyecto de vida, y contar con todos los pronósticos para comenzarla, había un único y muy agravante problema.
Johan tenía mujer y un hijo desde aproximadamente un año.
Esto significaba un impedimento para el inicio de su carrera, pues según lo que entiendo para entrar a la vida militar uno de los requisitos es que quienes estén interesados sean solteros y no tengan hijos.
Pese a esto, su familia- es decir mis tios- se dieron a la tarea de hacer un cambio en los papeles legales de su "nieto" para hacerlo pasar por su "hijo", es decir, como hermano de Johan, para que él iniciará su proyecto de vida.
De esta forma, meses después mi primo pudo viajar a la capital del país para iniciar su carrera, y sólo podíamos verlo cada seis meses, para este entonces, los celulares y la tecnología de redes sociales no era algo tan emergente y globalizada como lo es actualmente, por lo tanto pasaban meses en los cuales no podíamos verlos, y sólo nos comunicábamos a través de teléfonos.
Por esta razón, pasaban largas temporadas en las que no veía a mi primo.
Hasta cuatro años después, cuando este estaba terminando su carrera y le dieron permiso durante tres meses para venir a la ciudad.
En este entonces yo con quince años, e incursionando en la juventud, salía mucho especialmente con mis primas, es decir con las hermanas de Johan.
Así que una tarde de mayo decidí ir a buscarlas a su casa.
Al llegar y tocar la puerta, y esperar por unos minutos, me percaté que no había nadie, en ese momento recordé que estas junto con mis tíos habían viajado a una ciudad aledaña para la verificación de unas tierras y unos negocios que tenían allí.
Así que decidí irme, unos metros más adelante sentí que pronunciaban mi nombre, al voltear a mirar era él, mi primo quien desde la ventana del segundo piso se asomaba para decirme que ya me abría.
La verdad en ese momento pensé en irme y no volver, la imagen de mi primo como una tipo incisivo y harto aún estaba presente en mi memoria.
Sin embargo, desde la puerta me llamaba y me invitaba a pasar a la casa.
Al regresar y entrar a la casa, me di cuenta que su imagen física había cambiado, y pronto también toda la imagen que tenía de él.
Al entrar a la casa, Johan me recibe de muy buena manera.
J: Primito, ¿qué más?, tiempo sin vernos.
Y: Hola, Johan.
Bien y ¿usted? Sí ha pasado mucho tiempo.
J:¡Si! Mire como está de grande.
Y: Sí.
J: ¿Ya cuánto años tiene?
Y: 15.
J: ¡Uy, parce! ya es todo un man.
Yo simplemente reí, y no respondí más.
Unos segundos de silencio invadieron la sala de la casa.
Y mientras tanto tuve la oportunidad de ver la nueva imagen de mi primo.
Mi primo, ahora con 21 años, era un hombre mucho más maduro, el entrenamiento militar no sólo le había aportado un cuerpo marcado, ejercitado y muy sexi, sino también, lo había hecho un hombre más prudente y culto con sus palabras.
Por otra parte, su 1.
80 de estatura, junto con sus corte militar lo hacía ver como un hombre de calle, perverso, lo cual lo hacía ver muy apetitosos, y su pantaloneta de futbolista, le marcaba una nalgas y un bulto que gritaba mi nombre.
Todo esto lo pensé en cuestión de minutos, y quizás él se dio cuenta de qué lo estaba mirando de forma diferente a lo cual retoma, diciendo.
J: ¿Y qué parce que hace por acá?
Y: Venía a buscar a Juana y Liliana.
(Sus hermanas).
J: Ellas están con mis cuchos (padres) en xxx ciudad.
Y: Sí, apenas lo recuerdo estando afuera.
J: Eh.
Pero, espere ahora se va.
¿Quiere juguito?
Y: Bueno.
Una vez pronunciadas estas palabras nos dirigimos a la cocina, y mientras él servia algo de jugo para los dos dice.
J: Casi no le abro porque estaba viendo una película.
Y: No se preocupe.
J: ¿Y que va a hacer ahora?
Y: No nada, venía a verme con sus hermanas, no más.
J: Yo creo que ellas vienen en la noche o mañana.
Mis cuchos me invitaron con ellos, pero me quede a esperar a Yulieth (su novia) y al niño (su hijo) para verlos, porque hace meses no los veo.
Y: ¿Y a que horas viene?
J: No, nada.
No va a llegar.
Me llamó para decirme que debía hacer unas cosas con la mamá que mañana venía y me traía al bebé para que se quedará conmigo.
Y: Ah, ¡qué cagada!
J: Sí, may.
Después de unos sorbidos de jugo, continúa.
J: Parce, camine que ya a seguir la película y quiero seguir viéndola.
Y: Bueno.
Al llegar a la habitación en el segundo piso, él se sube a la cama tapándose con las cobijas y diciendo "qué frío man".
Yo sólo asentí y me senté en el borde de la cama.
Iniciando nuevamente la película, me dice Johan.
Cucho ¿no está incomodo ahí?
Y: ¡No!
J: No sea penoso, parce.
Somos familia.
Más bien quítese los zapatos y viene y se acuesta acá.
Alzando las cobijas y señalándome un lado de la cama junto a él.
Y: Eh, bueno.
Me quito los zapatos y me subo gateando a la cama.
Comenzamos a ver la película.
Y pasa una hora aproximadamente, lo cierto es que la película me aburría un poco, así que decidí cerrar los ojos, poco a poco y comencé a quedarme dormido.
Al igual que mi primo quien desde hacía varios minutos había cerrado los ojos, y comenzaba a ronquear.
Minutos después, en medio del sueño siento que mi primo me abraza, yo para este entonces le estaba dando la espalda.
Y sube una pierna sobre mi.
La verdad no le preste mucho cuidado a esto, sin embargo, algo en mi comenzó a emerger.
Quizás la respiración de mi primo cerca a mi cuello, y el calor que expedía su cuerpo hicieron que en mí iniciará con un deseo profundo de acercarme más a este cuerpo.
De esta forma, tratando de parecer dormido, inicié a desplazar mi cuerpo y sobre todo mi culo en dirección a mi primo, acercando cada vez más nuestros cuerpos.
Esto lo hice una tres veces, despacio y con un intervalo de tiempo, para hacerle creer sí el estaba despierto que eran reflejo de mi sueño.
Así, que minutos después tuve mi cuerpo totalmente pegado al suyo, y mis nalgas completamente cerca a lo que podía sentir era su bulto, el cual estaba flácido.
Una vez allí, había algo en mí que decía que quería más.
Así que comencé a hacer pequeños círculos casi imperceptibles con mis nalgas junto a su bulto, y pegándome cada vez más.
Después de un par de estos movimientos, empecé a sentir que algo se tornaba duro en medio de mis nalgas.
Lo cual hizo que mi calentura se encendiera aún más.
Y seguí con el juego.
Después de unos cuantos segundos, siento aún más duro el bulto de mi primo, y o sorpresa, tal parecía por unos pequeños movimiento casi tan imperceptible como los míos que Johan comenzaba a simular una penetración, es decir, siento como mi primo también empieza con el juego de acercarme su verga cada vez más.
Este juego duro por ahí un minuto, hasta que Johan decide cambiar de posición, estaba vez boca arriba.
Al sentir que se movía pensé que seguiría la acción, pero no fue así, los dos quedamos estáticos y en completo silencio.
Tras un minuto, me volteó para mirarlo, y me di cuenta que seguía con los ojos cerrados.
A este momento yo seguía muy caliente, y no podría dejar pasar esta oportunidad de por lo menos tener entre mis manos y boca la verga de mi primo macho heterosexual.
Así que viéndolo, y con las manos bajo las cobijas, dirijo mis manos lentamente, y con cierto nerviosismo, a la verga de Johan.
Al colocar mi mano sobre el bulto de mi primo, me doy cuenta de que este seguía duro.
Una vez allí, comienzo a mover mi mano de arriba a bajo como simulando masturbarlo por encima de la tela de su pantaloneta.
Así, sigo unos segundos, hasta que siento que Johan coloca su mano sobre la mía, y empieza a dirigir mis movimientos.
Una vez así, lo volteó a ver a la cara pero me doy cuenta que sigue con los ojos completamente cerrados, sin movimiento alguno en su rostro, como si debajo de las cobijas no pasará nada.
Sin embargo, debajo de estas pasaba de todo, Johan seguía dirigiendo mis movimientos sobre su verga, mientras iniciaba un brusco movimiento con la pelvis.
Sus ojos seguían cerrados, pero su respiración se tornaba más fuerte.
Tras unos minutos en este juego de mano contra verga.
Johan baja su pantaloneta, y sigue dirigiendo mi mano en la masturbación que le daba.
Mi primo, apretaba mi mano con la suya para asegurarse de que abordara con fuerza el tronco de su pene, y cada vez sus movimientos pélvicos y su respiración se hacían más ligeros y fuertes.
Johan procede a sacar una mano y escupirla y la pasa por su verga lubricándola con su saliva.
Lo que más me calentaba de esta situación era que pese a todo los ademanes que sabíamos que estaban pasando, él seguía con los ojos completamente cerrados, simulando seguir dormido.
Johan, suelta mi mano, y saca fuera de las cobijas su brazo derecho, sin ni siquiera voltear a verme, rodea con su brazo mi cabeza, y haciendo presión contra mi cabeza me hace entender cuales eran sus deseos.
Al recibir el mensaje me incorporo tapando mi cabeza con la cobija mientras el termina de quitarse su pantalonta y boxer.
Una vez debajo de las cobijas y en medio de sus piernas, engullo su verga y comienzo a mamarla.
Este cubierto por las cubijas hasta el cuello, dirige sus brazos sobre mi cabeza y las sostiene para penetrarme la boca.
Cada vez más rápido y fuerte, mientras esto sucede él sólo decía.
J: ¡Uf que chimba! mamemelo así.
¡qué rico!
Yo seguí mamando cada vez más, y tras unos minutos.
Me toma de los brazos y me tira a su lado, el se levanta, y con brusquedad me quita los pantalones.
Yo estaba completamente tendido en la cama con los pantalones en la rodilla, mientras el se incorpora sobre mí me escupe el culo y me lo hunde de una.
El dolor fue indescriptible, sin embargo lo único que pude hacer fue morder la sabana.
El empieza con el mete y saca de una forma animal, con el único deseo de venirse.
Mientras tanto sólo decía.
J: ¡Uff, qué rico mami!, qué culo tan rico.
Está mojadito una chimba.
Esta embestida duro unos dos minutos, después cambiamos de posición y con toda su fuerza me coloco sobre él, yo aún con los pantalones en la rodilla, lograba sentarme con toda la fuerza sobre esa verga.
Cada vez más fuerte.
J:¡Eso mami siéntese en su hombre!
Yo seguía en mi sube y baja, sentándome en esa verga de 18 centímetros, con unas guevas que por los duras que estaban, sabía que no había sido vaciadas en varios días.
Y: Eso primito, metamelo, metamelo como a su mujer.
¡Duro!
Al escuchar esto, Johan alzó mis piernas y comenzó debajo de mi a darme unas embestías que me partirían.
J: Mamí, chimbo es lo que hay.
Me decía.
Mientras seguía con su mete y saca.
Y: Eso primito, vengaseme adentro.
J: Eso mami, sí.
Yo sentía que no podía más, este macho que aparte era mi primo, me estaba abriendo el culo de una forma que jamás pensé lo haría.
El me seguía penetrando por aproximadamente un minuto más, hasta que me dice.
J: Mami, me vengo, me vengo.
Y: Vengase a dentro, papi.
Adentro.
Al decir estas palabras siento algo dentro de mi, lo cual era cósmico, era mi primer orgasmo anal.
Varias gotas de semen cayeron en mi estómago.
Mientras sentía que mi ano palpitaba, fue cuando la verga Johan más se estrecho, y cuando gritando dice:
J: Me vine, gonorrea.
¡Qué rico!
Mientras dice esto, siento como unos cuantos chorros de semen entran en mi ano, y de la cantidad salen entre mi ano y la verga de Johan.
El siguió con el jadeo un par de veces más, y me retiro de encima de él de una forma brusca, casi empujándome.
Saliendo de la cama y de la habitación, dirigiéndose al baño.
Sabía que él había tenido lo que quería que era sacar hasta la última gota de semen de su verga, y que no regresaría a la habitación ni a decirme que me fuera.
Así, que tome mi ropa y me la coloque, mientras salía de la casa sentí como bajaba el semen de mi primo por mi ano y se quedaba en mi bóxer.
Mi primo y yo no hablamos del tema durante un tiempo, incluso nos evitábamos en reuniones familiares o cuando iba a visitar a mi prima, sin embargo, tiempo después termino su relación con su mujer, y decidió volver a mi para satisfacerse, después les contaré otras experiencias con él y con un amigo suyo de carrera, otro militar hetero.
Espero les haya gustado, espero sus comentarios.
Soy de Manizales, Colombia y quisiera conocer amigos, así que pueden escribirme o dejarme sus correos en los comentarios.
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