Jose Humberto, mi primer amor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, espero les guste el relato a continuación, procuraré hacerlo de la manera más breve posible; hoy día tengo 23 años, venezolano y bisexual, aunque en estos momentos tengo una relación seria con un hombre donde ya llevamos más de año y medio, la historia que les contaré fue hace como 5 años, mi primer encuentro con un hombre
Estando en la universidad conocí unos amigos, realmente eran buenos estudiantes con la salvedad que eran gays, la situación no me importo y sin darme cuenta me fui adentrando en este mundo, en su vida y le fui dando cabida en la mía. Fue entonces cuando me decidí a probar una experiencia homosexual, mi primera experiencia en aquel entonces, hablando con mis amigos, resultó que teníamos a alguien en común, José Humberto es su nombre, él es mi amigo y yo no sabía que era gay, que tenía su pareja 17 años mayor que él y que vivían juntos desde hacía un tiempo
Por alguna razón que no recuerdo pero sin ninguna intención, un día estaba enviándome mensajes de texto con José Humberto hablando de temas normales y corrientes, saludándonos pues llevaba algún tiempo sin verlo, hasta que no aguanté y le dije que ya sabía de su vida, de su pareja, y de más cosas, después de una larga conversa por textos acordamos hablar en persona del tema en la plaza del pueblo, yo fui a la plaza, el llego puntual, los temas de la conversación eran básicamente yo diciéndole que quería experimentar con alguien y saber si era realmente lo que me gustaba, debo admitir que mis relatos, preguntas temas dejaban ver que le estaba proponiendo a JH que fuese mi primer amor hombre, a lo que atajó a recordarme que él no podía, que tenía su pareja, que la amaba y bla, bla bla; aparentemente el tema termino ahí hasta que nuevamente estábamos escribiéndonos por textos y donde él me confesaba que yo siempre le había gustado, que ese día me rechazó por nervios, por no quedar como un regalado y por tonto
Resolvimos vernos nuevamente, ahora en su casa, sin intenciones de tener sexo, solo hablar, conversar, conocer el lado que para mí era desconocido y así sucedió varios días, el me hablaba de su pareja y los problemas, yo le hacía preguntas y lo aconsejaba hasta que de momento a otro estábamos besándonos en la cocina de su casa sin importarnos que su mamá, sus hermanos y hasta el perro estuviesen en la sala, varios fueron los días donde yo lo visitaba solo para besarnos, era una experiencia que me empezaba a gustar; cierto día en las visitas ya casi acostumbradas resulto que no había nadie en su casa, pudimos besarnos sin pena ni gloria, sin preocupaciones, los besos eran intensos, yo le metía la lengua por las orejas, bajando por el cuello, besándole el pecho, el por su parte se retorcía de gusto y se sentaba encima de mi estando aun vestidos, creo que ninguno se atrevía a dar el siguiente paso pero mi erección fue demasiado como para resistirme y empecé a desnudarlo en la cocina, le pasaba la lengua por sus tetillas, bajaba a su abdomen, apretaba sus nalgas y las abría, tocaba su agujero y frotaba con movimientos circulares que lo hacían estremecer hasta que el tampoco aguanto más y me dijo que fuésemos al cuarto de su mamá, entrados en el cuarto ya ninguno tenía ropa, el me hacia el mejor primer sexo oral, habíamos acordado el rol de cada uno, en un 69 le metía la lengua en su culito rosado, lampiño, agradable y que posiblemente seria el detonante en el reto de mi vida
La situación y el placer era insostenible, había llegado el momento, me tumbe acostado en la cama y él se acomodo encima de mí, románticamente fue empalándose con mi pene que estaba muy cabezón de las ganas pero justamente después de unas pocas cabalgadas cuando la situación se ponía mucho mejor sonó la puerta de entrada, corrí a esconderme en el baño que quedaba en el pasillo con la poca ropa que pude recoger, el hacia malabares para vestirse pues sabía que era su mama quien había llegado
Estuve un rato en el baño nervioso tratando de escuchar alguna de las voces pero no oí nada, mi erección aun con todo el susto no bajaba y empezaba a darme lo que aquí llamamos “cojonera” por quedar a medias, por lo que resolví masturbarme en aquel baño, me imaginaba a José Humberto nuevamente encima de mí, como entraba por su cuerpo, como había experimentado con otro hombre el mayor placer mi vida, el que producía ese culito hermoso y redondo cuando de repente abrieron la puerta del baño, era su mamá. Como pude cerré la puerta, me vestí, se me bajo la erección y salí prácticamente corriendo de aquella casa con la intención de jamás regresar por la pena, pues seguro estaba que me vieron.
Efectivamente a esa casa no volví a regresar pero debía terminar lo que inicié junto a José, así que un día cuando mis papas se fueron a visitar unos familiares el fin de semana, yo me quedé estudiando, pero un texto de José Humberto llegó y se me ocurrió que él podía venir a dormir conmigo, total estaba solo, resolvimos que el llegaría pasadas las 11:00pm pues estaba en casa de su pareja, yo no le tome importancia por lo que seguí haciendo mis cosas hasta que llego.
El salvajismo se hizo presente en cuanto entró y cerré la puerta de mi casa, empecé a besarlo, lo desnude en la sala, me imaginaba que era mi novio y que venía de serme infiel cuando realmente la situación era al contrario por lo que todos mis movimientos eran pasionales pero fuertes, bruscos, decididos, yo quería acabar dentro de él y darle la mayor cantidad de leche posible por lo que después de un jugo de besos yo estaba preparándome para penetrarlo, para hacerlo mío, para comerme ese culo que me había dejado a medias hacia semanas atrás. Por fin me lo estaba cogiendo como yo quería, le daba duro, el gemía cosa que me hacía pensar que le gustaba y a su vez me hacia querer darle mas y mas duro, se lo sacaba y lo metía de golpe, estaba realmente excitado, me excitaba ver su culito todo dilatado, parecía una boca abierta hambrienta de mi pedazo de carne, después de 20minutos tenía que acabar así que le pregunte donde quería mi leche a lo que me respondía que afuera, sin pensarlo se lo saque y lo puse frente a mi pene, litros de leche salieron de mi directo a su boca, la escena era pornográfica, mas aun cuando él empezó a mamármelo mientras acababa, por mi mente pasaba que estaría algo sucio, que mi pene acababa de salir de su culo y que él se lo estaba metiendo en la boca, me pareció de cierta manera asqueroso pero me gano el morbo y eso terminó siendo razón para muchos más encuentros durante la noche, lo puse a 4 patas, encima de mi, debajo de mi, parados, acostados de perfil, sin exagerar lo hicimos esa noche como 6 veces y cada vez me gustaba más.
Al amanecer él se despidió, nos dimos unos besos, se fue y seguimos cuadrando encuentros sexuales, hasta que creo empecé a enamorarme de él, le hice saber que empezaba a gustarme más de lo que debería, que empezaba a darme celos de su pareja por lo que resolvimos dejar todo hasta ahí pues el no pensaba terminar aquella relación. Sin embargo tiempo después me lo encontré por la calle, intercambiamos números e hicimos cosas nuevamente que tendré que describir en otro post
Espero les haya gustado mi historia, es absolutamente real y disculpen si me extendí describiendo las situaciones
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