Juan mi vecino y otros (parte 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando llegué a mi casa entré al baño, al sentarme en la peseta, mi culo estaba lleno de gases y mucha leche, creo que estuve sentado más de cuarenta minutos, sentía ardor, una sensación de llenado, al descargar todo aquello pensaba que ese chico no se pajeaba o no cogía a nadie desde hacía mucho tiempo, porque lo que drenó dentro de mi eran como cuatro litros de leche. Al levantarme y ver lo que había votado, pude ver hilos de sangre que me indicaban el porqué del ardor ese chico había roto mi culo, también habían pequeños restos de eses, creo que mi intestino quedó muy limpio. Al acostarme no dejaba de pensar en aquel monstro de carne que se gastaba Pascual, pasé parte de la noche recordando todo el evento, mientras mi pene se ponía duro de vez en cuando, hasta que tuve que hacerme una buena paja para poder dormir.
El día siguiente llego normal. Domingo algunas veces de paseos, otras veces de tv, otras veces de visitas a otras familias, etc. Este domingo en especial, llegaron a mi puerta Juan y Pascual, para invitarme a jugar en el campo de futbol que está cerca de nuestro edificio. Pascual y yo nos miramos como si nada, bajamos y fuimos al encuentro del terreno, en el camino Pascual me roza con su mano mi culo sin que Juan se diera cuenta y yo le miro a la cara y sonrío.
Llegamos al campo y comenzamos a jugar, después de unas horas allí, Pascual nos sugirió que fuéramos al rio ya que hacía mucho calor y habíamos sudado mucho. Juan y yo aceptamos la invitación y fuimos al rio. En el rio nos dirigimos a la misma posa donde el día anterior habíamos estado junto con Martha, quien esta vez no se encontraba. Al llegar nos encontramos con muchos chicos y chicas. Yo al ver aquellas personas, le digo a Juan y a Pascual que porque no explorábamos la ribera del río cuesta arriba. Los dos contestaron al unísono, está bien. Y comenzamos a caminar, llegó un momento donde desapareció el camino y comenzamos a hacernos paso por los matorrales. Al salir a un claro Juan nos dice que está cansado y nos dejamos caer sobre el pasto. Juan se levanta y nos dice que va a orinar y Pascual dice lo mismo, entonces los tres nos sacamos nuestros miembros y comenzamos a orinar, Juan de manera indiscreta veía a su primo y yo lo hacía de reojos.
Cuando Pascual se percató de la mirada de Juan, le dijo, quieres tocarlo de nuevo y yo comprendí que aquí ya había pasado algo. Juan se puso algo colorado y Pascual se acercó a él con su gigante agarrado y lo ofreció a Juan, quien por pena conmigo no lo quiso tocar. Sin embargo Pascual lo abrazó por la espalda e hizo que lo cogía, Juan se dejó caer nuevamente al suelo y Pascual encima de él. Yo solo observaba el panorama, en eso Pascual se voltea a verme y me pide que me monte sobre él para aplastar a Juan, yo lo hago y de inmediato mi pene se pone a mil. Juan logra zafarse de Pascual y queda tendido boca arriba, Pascual se voltea y yo caigo al lado de ambos. Juan se inclina y dice a Pascual, me da pena y yo lo interrumpo y le digo, no te preocupes por mí que yo ya se lo he visto a tu primo, Pascual toma mi mano y la lleva a su garrote, que aun para mi es desconocido, porque lo que vi en la noche no es lo mismo que ahora puedo palpar mejor. Juan al ver aquello, comenta, que hacían anoche en la azotea, a lo que Pascual respondió sin titubeos, estábamos conociéndonos. Pero no te preocupes te preocupes primo que tu amigo no me ha penetrado, yo estaba mudo al ver con que confidencialidad hablaban aquellos primos.
De repente Juan dice, juguemos a las luchas, pero sin ropa para no ensuciarla, a lo que Pascual respondió quitándose todo de una vez. Ahora si lo puedo describir mejor. Pascual para su edad medía unos 165 cm, de piel clara no tan delgado, pocos bellos corporales, en su pubis tenía muy pocos, era algo lampiño, ahora si vi, con claridad aquel miembro de unos 23 cm de largo, 5 cm de ancho más o menos, una cabeza marrón clara que brillaba y venas a su alrededor, unos huevos grandes en un escroto marrón claro casi rojizo. Juan me pregunta que si me voy a quitar la ropa, salgo del letargo que me causó aquella imagen. Cuando ya casi me quitaba el interior, Pascual se me lanza encima y me toma por la espalda para ponerme dos llaves, una de lucha libre y otra en la puerta de mi culo, al sentir aquello otra vez en mi raja me tembló hasta el piso, Juan por su parte se lanzó encima de su primo y quedaron los dos sobre mí. Juan se cae a un lado y Pascual se repliega al otro, nos levantamos y corrimos al rio, jugamos a tocarnos pero Juan por ser el mas pequeño siempre era la víctima, cuando Pascual lo agarraba por la espalda yo aprovechaba y agarraba a Pascual.
Al rato nos salimos del agua y nos tendimos en la grama. Juan de repente se sienta y voltea hacia mí y me soba los huevos y me jala el pene, yo cierro los ojos y siento cuando me besan, era Pascual que se apoderaba de mis labios, mientras tanto Juan ya tenía mi verga en su boca y me daba una mamada descomunal, yo de manera automática bajé mi mano hacia el pene de Pascual y lo pajeaba mientras este me besaba. Cambiamos de posición pues ya estábamos entregados al sexo, Pascual se acostó y Juan y yo nos hicimos de aquella bestia, la chupábamos, la lamíamos, le lamiamos los huevos y recordé lo de la noche anterior y comencé a lamer mas allá de aquellos huevos y fui bajando a la gruta de Pascual quien no dejaba de gemir, mientras Juan le mamaba la verga. De repente Juan se pone encima de Pascual y pone su culo en su boca y me facilita a mí la mamada del culo de Pascual al sujetarle las piernas, no sé cuanto estuvimos así pero era otro mundo, Juan se baja y Pascual se pone en cuatro patas y pide a Juan que sea el primero, Juan se coloca detrás de él, abre sus nalgas con las manos y coloca su miembro, que es más grande que el mío a pesar de su edad, en aquel ojete y comienza a hacer presión y yo de lado puedo ver cómo se va metiendo aquella vara dentro de Pascual, yo no aguanto y me coloco detrás de Juan y comienzo a hacer lo mismo, la gloria estaba al alcance de nuestras manos, mientras Juan hacía fuerza hacia dentro dejaba a mi amiguito fuera y al salir de Pascual dejaba entrar a mi amiguito en su gruta, ese mete y saca estaba muy bien llevado, de repente siento que Juan aprieta su culo y dice que va a llegar, la misma presión me hizo llegar a mi también y caímos abatidos.
Pascual se acercó al rio y dejó salir la leche de Juan y se acerca a nosotros y nos indica que nos coloquemos uno encima del otro acostados para dejar expuesto nuestro culo a su disposición, yo tomo piso y Juan se coloca encima de mí, siento el pene de Juan casi en mis caderas y Pascual nos dice que nos levantemos un poquito, al hacerlo ciento como coloca su cabezota en mi gruta y comienza hacer fuerzas para entrar, el dolor me invadió nuevamente y Juan besaba mi cuello mi espalda y de vez en cuando mi boca para que me relajara, después de intentar varias veces, Pascual entra en mi, dejo escapar un gemido de dolor y placer al mismo tiempo y comienza su mete y saca. Al rato siento el vacio en mi hueco y siento cuando Juan aprieta con fuerza mis hombros, era que Pascual se hacía de él, al rato siento el movimiento del mete y saca de Pascual en Juan y luego vuelvo a sentir aquella tranca en mi culo, ese demonio nos estaba cogiendo a los dos al mismo tiempo, Juan volvía a apretar y volvía a sentir el vacío, así estuvimos mucho rato, cuando siento que Pascual toma a Juan fuerte por la cintura y dice que va a llegar, deja dentro de Juan unos cuantos chorros de semen y de repente me embiste y siento el resto del líquido entrar en mis entrañas.
El semental nos había cogido a ambos al mismo tiempo y hasta creo que nos hubiera dejado preñados si fuera el caso. Quedamos recostados nuevamente en nuestra cama natural, creo que nos dormimos porque después de un buen reto nos despertamos por el ruido de las aves que duermen en la zona. Nos levantamos, nos bañamos, nos vestimos y salimos nuevamente al camino, a mí me dolía mucho el culo y a Juan también por la forma de caminar, al llegar al edificio nos quedamos sentados un rato en la entrada y luego de unos minutos nos fuimos cada quien a su apartamento.
En la noche nos vimos un rato en la azotea y comentamos el hecho a lo que Juan comentó que aun le dolía el culo y su primo le pasó la mano y le dijo que luego le daría más para que no le doliera mas, reímos y todos a dormir. El día siguiente, Lunes día de trabajo de mis padres y de los padres de Juan.
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