JUANCITO, MI NIETO. (8).
Cuando vienen malas, vienen malas, pero hay que poner el pecho a las balas. Raquel necesita mimos y no dudo en dárselos..
- Ya sabés que yo nunca me metí en tu matrimonio, mi siquiera para opinar nimiedades.
- Sí, lo tengo claro, pero ¿qué tiene que ver eso con que mamá ande con pendejos y vos lo tengas grabado?
- Me es difícil, hoy es un día de mierda.
- Ya me di cuenta cuando entraste, estabas como en otro mundo, ¿era por esto?
- Ayudó bastante, digamos que fue la gota que rebalsó el vaso, pero lo de tu madre me lo tengo que bancar solo, aunque para eso deba masticar adoquines, ella eligió y que ahora se atenga a las consecuencias, pero no temas no la voy a dejar con una mano atrás y otra adelante, así se lo merezca por tirar a la basura toda la confianza que yo le tenía y las promesas que juró que respetaría.
- Si vamos al caso, vos no sos santo…
- No, pero ella lo sabía, lo había aceptado y no me puede “apuntar” en nada, siempre estuve en casa al final del día, no la privé de tener lo que quisiera, de la cama no creo que pueda quejarse, entregué mucho en el matrimonio y ella lo disfrutó, a menos que siempre me haya mentido.
- No, siempre exaltó todo lo tuyo, pero, insisto, ¿qué tiene que ver mi matrimonio?
- Vamos cronológicamente, yo encontré un problema grave en las cuentas de la Estancia, hay facturaciones de insumos demasiado ilógicas y elevadas, tu suegra pareció hacerse siempre la idiota con los pagos firmando los cheques sin controlar o poner “peros”, yo decidí cortar con esto y cambiar al proveedor, para eso lo llamé temprano por teléfono a tu marido, quería avisarle para evitar problemas a posteriori, me atendió medio dormido, pero no estaba solo porque alguien le gritó desde el baño pidiéndole una toalla, enseguida tapó el micrófono y me dijo que regresaba el miércoles y lo hablábamos.
- ¡¡¡¿Cómo que no estaba solo en la habitación?!!! No me jodas, sos mala persona, tenés problemas con mamá y metés en el medio mi relación inventando historias.
- ¡Callate y escuchá!, no reacciones como una pendeja, esto me gusta menos que a vos y después vas a entender porque tengo videos de tu madre metiéndome los cuernos. Yo aprendí todo lo de computación con un Hacker de lo mejor que trabaja para el Gobierno, bueno, como la voz que escuché no me sonó precisamente de mujer, le pedí una investigación de los celulares.
- ¡¡¡¿Lo espiaste a mi marido?!!! No te puedo creer que hicieras algo así.
- En realidad, estaba a punto de arrepentirme porque había gastado un montón de dinero en eso y comenzaron a llegarme fotos, videos y la seguridad de que tu suegra conocía y consentía esta relación. De hecho, fui a la casa y lo aceptó, claro que luego de tener una fuerte discusión, es más, le dije que buscaría de destruirla cuando trató de refregarme en la cara e interponer nuestro trío, algo que sabe que no puede hacer porque hablar por hablar no le sirve de nada.
- Bueno, pero no me decís nada de lo que me interesa, ¿qué hay con mi matrimonio?
- Primero que se fueron millones en esos insumos sobrevalorados y segundo… mejor mirá vos todo lo que me mandaron, yo le caliento la comida a Juancito y luego regreso.
Le calenté la comida a mi nieto y le pedí que se fuera a cenar a su habitación porque había problemas que resolver de la Estancia con la madre y necesitábamos estar solos para conversar bien del tema, “está bien abu, pero me llevo dos gaseosas”, se las alcancé y se fue a su habitación, sabía que no nos jodería y vino justo que se fuera porque Cynthia comenzó a llorar a lágrima tendida y a gritar mirando al cielo, yo salí rápido para abrazarla, tratar de contenerla y para contestar sus posibles preguntas.
- ¿Por qué, por qué, me hizo esto?, ¿cómo es que mi suegra sabía y nunca hizo nada? Me engañaron como a una criatura, siempre fue una farsa, -expresó con las lágrimas cayendo por sus mejillas-.
- Tu suegra me dijo que era por el temor que le tenían al proceder de tu suegro y que lo de tu marido viene desde su adolescencia, que tu relación y casamiento le vino como anillo al dedo, mucho más el nacimiento de un hijo, pero sus “gustos” están muy definidos, lo que sucede es que en este pueblo sería como meterse en un ataúd y clavarse los clavos, es más, me dijo que se demostraba muy hombre trabajando a la par de los peones, pero que está encaprichado con el tipo que sale en las fotos, el cual, a la vez, es el dueño de la empresa que le sobre factura los insumos, el tipo lo vive y él es un pobre infeliz apañado por la madre, -dije mirándola a Cynthia que estaba destruida y seguramente pensaba cualquier burrada-.
- ¡¡¡Es un hijo de mil putas!!!, mejor que no se aparezca porque lo voy a cortar en trozos, ¡Puto, mierda, maricón!, ni siquiera tuvo nunca los huevos para salir del placard y me jodió la vida a mí y a mi hijo. Voy a ir a hablar con mi suegra, tengo ganas de agarrarla de los pelos, ella es la culpable de todo.
- No hables ni hagas idioteces, en estos casos hay que usar la cabeza, si hacés idioteces, además de perder todo lo que te corresponde, te pueden joder por tus reacciones para sacarte a tu hijo.
- Eso no, los mato, no los quiero cerca de mi hijo.
- Bueno, está bien, ya lloraste, pataleaste, puteaste, ahora hay que buscar el modo de salir bien librado de esto.
- No sé qué hacer papá, estoy bloqueada, me siento tan humillada que me encerraría en mi dormitorio y no saldría de allí.
- Yo sé que no es lo mismo, pero yo siento algo similar, somos padre e hija en desgracia, pero ahora lo principal es no permitir que vos pierdas, yo ya me fui de boca con tu suegra y le dije lo que pasaría, pero esas son decisiones que tenés que tomar vos.
- ¿Qué le dijiste?
- Que no regrese a la Estancia y que le deje la mitad al hijo y la mitad a vos, lo que implica que desde ahora tendrás que “manejar” todo, no, no te asustes, yo te voy a ayudar, creo que voy a tener mucho tiempo libre y solo. Otra cosa que le dije a tu suegra es que vendiera la casa, la empresa y se mudaran de este pueblo, creo que lo harán porque ninguno de los dos soportará la vergüenza de un juicio en que se expongan las fotos y su condición de gay, la hipocresía de la gente de este pueblo los dejará de lado.
- Sin dudas, la mayoría tiene el culo sucio, pero guay que se descubran las “trapos sucios” de otro, te saltan a la yugular.
- Le avisé que la destruiría económicamente si no me hacía caso, de hecho, mañana voy a hablar por teléfono con el dueño de la empresa que tiene la mayoría de los contratos de provisión, un par de contratos “caídos” y se dará cuenta que no estoy jodiendo y que tengo muchos contactos que me deben favores.
- Está bien, lo dejo todo a tu criterio, yo sé que sos muy jodido cuando querés, pero, a todo esto, ¿por qué surgió lo de mamá?
- Creo que se alinearon los planetas para abrirnos los ojos, ya viste que cuando llegué a la casa me quedé dentro del auto, fue porque me llamó por teléfono tu prima preguntando por la madre.
- ¿No es que habían ido todos a la Costa?
- No, me contó que la madre hizo un bolso y se había ido no sabía adónde, le dije que estaba con tu madre y me contestó que cuando se juntaban las dos, salían a tomar copas y a pasarla bien. Eso me hizo pensar en las llegadas tardes de tu madre y en las salidas por la depresión de la hermana y, en un arranque, lo volví a llamar al Hacker y le pedí los datos de los dos celulares, eso derivó en fotos, videos y unos cuernos enormes, pero lo peor es que lo venían haciendo desde hace rato, me usó para eso, me mintió descaradamente y se aprovechó de mis sentimientos y del buen pasar que yo le di siempre.
- ¿Cómo pensás encarar todo?
- Seguirá siendo tu madre, vos podés tener con ella la relación que quieras, pero, para mí, se murió y está enterrada. Le haré firmar los papeles del divorcio, que se quede con la casa de la Costa, con el auto y con una mensualidad que le pasaré, no le va a quedar más remedio que aceptar, de lo contrario, la dejaré en pelotas y sabés que no juego con eso, quien me las hace, me las paga y que agradezca que no es con sangre.
- ¡Qué día y que noche papá!, ¿cómo es posible que, de un momento para el otro, se te caiga el mundo?, estoy pensando en que le diré a Juancito.
- Nada, en cuanto te pregunte le decís que se van a separar porque no se llevan bien, es más maduro de lo que crees y no le tiene mucho cariño al padre. Despelotes o no, yo voy a comer, tengo hambre y entrar en dramatismos no ayuda en nada.
- Yo me llevo algo a mi cuarto, no tengo muchas ganas de comer, tengo una bronca inmensa encima y seguramente lloraré toda la noche.
- Está bien, descárgate bien, seguramente mañana comienza el baile, yo todavía tengo un par de cosas por hacer.
Cynthia me saludó con un piquito y se fue a su habitación, lógicamente no la molestaría con el tema de dormir juntos. Lo que era cierto es que se daría un cambio tremendo en los dos y la mejor manera era encararlo juntos, pero, como yo todavía tenía cuerda y la bronca me mantenía despierto y lúcido, tomé el celular y lo llamé al empresario amigo, en su momento le había hecho un favor enorme que, según decía él, no me podría pagar nunca, así que era tiempo de “cambiar figuritas”.
- ¡Roberto, amigo!, qué raro vos a esta hora, ¿qué te anda pasando?
- Hola Pedro, necesitaría que me hagas un favor.
- Lo que quieras hombre, pedí lo que quieras…
- Tuve un encontronazo muy fuerte con mi suegra y la pienso dejar en pelotas, decime, ¿tu empresa tiene contratos de provisión con la de mi suegra?
- Sí, tenemos varios y me interesa esa empresa, no la toco porque es de tu suegra, pero tenemos ganas de comprarla, ¿qué querés hacer?
- Voltea los contratos y hacele una oferta, creo que anda con ganas de vender y yo no me meteré en nada.
- Fenomenal, entonces voy a proceder a “cara de perro”, ya sabés cómo es esto.
- A tu voluntad Pedro, a tu voluntad.
Corté la comunicación con mi amigo sabiendo como procederían con la empresa de Graciela, le echarían por tierra todos sus ingresos, le pondrían trabas y le harían una oferta que no podría rechazar pues, de lo contrario, se quedaría sin nada. La crueldad en el mundo de los negocios, la manera en que se aplicaría y lo que se pudiera hacer para doblarle el brazo a mi consuegra era algo que, a esa altura me importaba bien poco. De seguido entré on line en los Bancos que habían expedido las tarjetas de crédito suplementarias a nombre de mi mujer y las di de baja, lo mismo hice con las tarjetas de débito, ergo: no le quedaba dinero para bancar a taxi boy, para completarla le mandé los dos videos en que se la veía cogiendo y le anexé un mensaje, “Listo, ya está, kaput, jugaste y perdiste, quedate allí, yo te mando a los Abogados”, después me fui a tomar otro whisky al sereno, pero antes apagué el celular.
Tuve que tranquilizarme, crease o no, el momento de bronca y desazón que estaba pasando se canalizó a mi entrepierna, tenía una erección de caballo y muchas ganas de ponerla. A mi hija no la molestaría, no creía que estuviera muy receptiva, me quedaba mi nieto y, seguramente, me respondería bien si le ponía la verga en la boca, pero me contuve a tiempo, cabía la posibilidad de que la madre la llamara por teléfono al recibir los videos y no poder comunicarse conmigo, de ser así, yo debería estar solo si se le ocurría venir a buscarme.
Me fui a dormir y lo hice bien toda la noche, nadie me molestó, aun cuando mi hija me dijo en la mañana que había hablado con la madre y que estaba desesperada buscando el modo de comunicarse conmigo. “¿Qué le contestaste?”, -le pregunté-. “Lo esperable, le dije que ella ya te conocía y que sabía muy bien cómo actuabas, igual le corté la comunicación porque no estoy para aguantar dramas que ella se buscó, por eso no te avisé nada”. El caso es que desayunamos y me fui para la oficina. En el auto encendí el celular y me entraron varios mensajes de voz y llamadas perdidas provenientes de mi ahora ex mujer, los fui borrando sin escucharlos.
Cuando, luego de saludar a las chicas, entré en la oficina me llegó un llamado de mi consuegra y la atendí, me rogaba llorando para que nos juntáramos y solucionáramos el problema. “No hay nada que solucionar, te la jugaste por tu hijo, pero te olvidaste que no me gusta que me jueguen sucio, engañaste al tipo equivocado y a su familia, háganse cargo de sus problemas, ya te lo dije, que pase todo a la mujer y al hijo y desaparezcan de este pueblo, de lo contrario juicio y ya sabés que no tengo problemas en ventilar todo en los medios, además estoy seguro que a tu empresa se le comenzarán a caer los contratos, ya te darás cuenta que conmigo no se juega”, -le dije empleando un tono neutro que denotaba determinación para destruir y era el que más lastimaba al que escuchaba-.
Después de eso hablé con el dueño del Estudio Jurídico que llevaba todos mis bienes, estuve un rato largo explicándole los problemas, los míos y los de mi hija y me pidió que le mandara los videos, que él en persona se encargaría de confeccionar los acuerdos de disolución de bienes y del divorcio en sí, me pidió los números de teléfono de mi yerno, mi hija y mi ex y dijo que me despreocupara. Yo lo hice, le tenía una confianza ciega, además como Abogado litigante era como un pitbull, una vez que te mordía, se le trababa la mandíbula y no había forma de sacárselo de encima hasta que él decidiera que era lo más conveniente.
Corté la comunicación y me estiré en el sillón del escritorio, me sentía como el malo de la película, pero el malo que gozaba con lo que hacía, no podía mirarme en ningún espejo, pero creo que se asomaba una sonrisa cínica de satisfacción que ya había experimentado otras veces cuando me tocaba actuar de malo. Luego de golpear tenuemente a la puerta entró Mercedes a la oficina privada y me preguntó si estaba bien, la miré luciendo una minifalda que mostraba sus largas piernas y sus muslos bien formados y le contesté que no, que andaba con los pájaros volados.
- ¿Es para que nosotras nos preocupemos?, ayer vimos que te ibas bastante enojado, -preguntó indecisa-.
- No, aún continúo enojado, pero, a como dé lugar, voy a mantener el trabajo de ustedes.
- Es bueno saberlo, con Natalia pensamos que te había enojado con nosotras por los pagos al proveedor.
- No, nada que ver, tengo claros los blancos, los negros y los grises, pero no me gusta que gente en la que confiaba me haya traicionado del modo más vil y eso amerita hacerles sentir el rigor y, cuando logran eso de mí, no suelo ser muy piadoso.
- Creo que Natalia y yo ya nos dimos cuenta la clase de tipo que sos, ninguna te va a fallar y cuando quieras, estamos a disposición, sin preguntas incómodas.
- Yo también creo que comienzo a confiar en ustedes y no, no son necesarias las preguntas, ya se enterarán de algunas cosas, -iba a hablarle de las piernas y de cómo me gustaría verlas y sonó mi celular-
Lo miré de forma displicente esperando otro llamado de mi mujer y me saltó el nombre de Raquel en la pantalla, en un primer momento me pregunté ¿quién carajos era Raquel? y atendí esperando averiguarlo y mirando como Mercedes movía el culito al salir de la oficina…
- Buenos días señor, soy Raquel, yo recibí el video y quería saber si podemos vernos, dispongo de tres horas a partir del mediodía, -allí recordé quién era Raquel-.
- Ah sí, muy bien Raquel, ¿dónde quiere que nos encontremos?
- Yo estoy sola en mi casa, le parece bien allí, -no, no me parecía bien, no iba a meter la cabeza en la boca del lobo, primero tenía que tantearla y ver cuál era su juego-.
- Le diré algo señora, lo mío son las malas intenciones y no me presto a entrar en una posible jaula, además no me excita el sexo “robado”, quiero conocerla y conversar con usted, hay un Restó muy agradable a la salida del siguiente pueblo, la espero allí para invitarla a almorzar, luego veremos que resulta, usted decide.
- Bueno, está bien, conozco el lugar, estaré allí a las 12,30 horas, ¿cómo haré para ubicarlo?, -dijo después de dudar un poco-.
- Despreocúpese de eso, yo la conozco y apenas vea que es usted me acercaré.
Ya vería que pasaba, iba a tratar de que se diera la posibilidad de acostarme con ella, sin meter la pata en el intento. Veinte minutos después del mediodía estaba sentado en una mesa del restaurant que me dejaba ver todo el sitio, tenía la puerta de frente y todo el estacionamiento a mi costado, a esa altura se me hacía difícil confiar en las personas. Pronto ingresó quien esperaba, el cabello castaño en ondas, el cuerpo embutido en un hermoso vestido de verano con la falda plisada que resaltaba sus formas y las sandalias de taco medio que la hacían ver más alta, mostraban a una excitante mujer de mediana edad y, por lo visto, venía sola.
Parecía muy segura escondida detrás de lentes oscuros, pero cuando le hice una seña y la llamé por su nombre se le desmoronó la seguridad y se acercó con cierta timidez a la mesa, “encantado Raquel, mi nombre es Roberto y déjeme decirle que teniéndola de frente es una muy hermosa mujer”, -le dije tratando de ser amable-. “Le agradezco, pero mi situación no da para recibir lisonjas, estoy aquí contra mi voluntad y dispuesta a pagar su chantaje”, -dijo mostrando más seguridad-… “Me gustaría dejar de lado esas “suciedades”, si se quiere, mejor vamos a almorzar y veremos lo que se da luego, me interesa conocer su historia”, -le repliqué señalándole la silla- y en cierto modo, con eso que le decía la desarmé completamente.
- Creo que tendré que sincerarme con usted, no tenemos un “conocido” en común, en realidad yo actué a pedido de una amiga conocida de mi hija.
- ¿También le había pasado lo mismo?
- Así es, fueron varias, el caso es que vino a verme una noche y me contó por lo que pasaba, al contrario de otras, ella sí le contó al novio y el idiota, en lugar de creerle, optó por romper el noviazgo, la chica estaba mal y me contó su “desgracia”, ya no tenía nada que perder y lo fui a buscar para, digamos, “darle una lección”.
- ¿Se la dio?
- Creo que sí, aunque nadie se enteró de nada, pasó diez días en el hospital y luego se marchó del pueblo, de hecho, es seguro que usted no ha tenido más llamadas de él desde hace más o menos un mes.
- Es verdad, tampoco me volvió a pedir dinero que, aunque no fue mucho, no podría seguir dándoselo.
- En realidad, me había olvidado de esos videos, ya había borrado los de la amiga de mi hija, pero, a fuer de ser sincero, tuve que verlos a todos y en detalle, luego, verla los otros días en el restaurant me hizo recordarlos porque soy muy fisonomista y recuerdo bien los rostros, pero debo agregar que no me pareció usted muy presionada.
- ¡Dios!, me muero de vergüenza y me doy cuenta que he sido una completa estúpida.
- ¿Qué fue lo que pasó?, ¿se terminó enganchando?
- Al principio no supe que pasaba, después me di cuenta que me había drogado en una confitería y me había llevado a la casa donde hizo lo que quiso con mi cuerpo, me dejó ir, pero me chantajeó con las fotos y lo que había filmado. La segunda vez que estuve con él me comenzó a gustar, no se lo dije, pero me daba todas las posibilidades que mi marido me negaba por sus “reuniones políticas” que yo sabía que eran con putas incluidas.
- ¿Seguro que después hubo otras veces con consentimiento?
- Así es, me llamaba e iba sabiendo cual era mi lugar, lo que no sabía es que había otras, tampoco que no había borrado los videos como me había prometido. Ahora me encuentro en el mismo problema o peor.
- No es así, yo imaginé que sería por algo similar a lo que me contó y a mí no me interesa el chantaje, pero es usted una hermosa mujer y si me gustaría pasarla bien en una cama, en ocasiones y sin compromisos posteriores, es más, para que vea que mi proceder es tal cual lo digo, aquí tiene los archivos con las fotos y videos, bórrelos usando el “eliminar” y si no accede a lo que planteo, pues bien, habrá valido la pena el intento, si no se intenta, nunca se pueden saber los resultados.
- ¿Me lo dice en serio?, -preguntó poniendo cara de sorpresa-.
- Más en serio imposible, allí tiene el teléfono y le aseguro que no queda nada guardado, -le di el celular y se quedó pensando-.
- No, téngalos usted guardados y podemos probar si el tema cuadra, aún me queda tiempo que no quiero desaprovechar, -me dijo decidida-.
No hacía falta hablar más, pagué la cuenta y nos fuimos en mi auto porque ella había venido en un Uber, manejé hasta el motel que quedaba a la salida de ese pueblo-ciudad, pues era especial porque los autos no se veían y las habitaciones estaban muy privadamente ubicadas. Estacioné en una después de abonar y no bien entramos Raquel perdió toda su estampa de mujer seria. Se arrojó en mis brazos pidiendo que la hiciera gozar y se sacó el vestido a las atropelladas mientras me besaba abandonando su cuerpo contra el mío, luego se tiró hacia atrás para mostrarse y su cuerpo trabajado de gimnasio y sólo tapado por una mínima tanga, era efectivamente para admirar y se lo hice saber abrazándola, depositándola sobre la cama y haciéndome dueño de su entrepierna con mi boca. No pudo contener sus gemidos cuando le saqué la tanga y toda mi boca atrapó su vagina, mi lengua se puso a trabajar a destajo acaparando todas sus humedades, mis labios atraparon su botoncito erguido y la esposa del Secretario de Gobierno pareció enloquecer.
“Quiero chupártela, por favor, por favor”, -pidió temblando por la excitación y por el orgasmo que se manifestaba pleno-. Me desnudé rapidísimo y me volví a colocar en “69”, sus aromas íntimos estaban exquisitos, que hiciera ella lo que quisiera con mi verga. “¡¡Oh, Dios mío!!, esto no me lo esperaba, me va a costar, pero la quiero toda para mí”, -afirmó sorprendida- y se puso a la tarea que no podía ver y que me dediqué a sentir. Su mamada no era gran cosa, además de no saber manejar mi verga por el tamaño, no tenía mucha experiencia y no me pareció correcto forzarla, pero me esmeré más en su intimidad, jugando a la vez con mis dedos en su asterisco.
“¡Roberto, Roberto, esto es increíble!”, -expresó olvidándose de mamar cuando otro orgasmo la asaltó, luego de recuperarse y dejar de temblar se movió para salir de esa posición y me pidió que la penetrara. Ella sola se puso en cuatro y me arrodillé detrás, sabía por lo inferido con la lengua, le iba a costar y me tomé mi tiempo, fue tal como lo pensé, Raquel daba pequeños grititos al sentir como las carnes de su conducto estrecho se abrían, pero su lubricación abundante ayudaba mucho en la maniobra. “No te pares, no te pares”, -pidió cuando entré todo y comencé mi vaivén.
Estuve un rato entrando y saliendo y comenzó con una serie encadenada de orgasmos corto, a la vez, en ese interín mis pulgares jugaban con su asterisco, hurgaba en él e iba dilatándolo. No podría entrar allí sólo usando saliva y tomé uno de los sobrecitos con lubricante, más de la mitad lo dejé en su culo y lubriqué también mi tronco, “hacelo despacio Roberto, hace mucho que no lo uso”, -pidió, pero en ningún momento amagó con negarse-. Despacio o no, gritó con ganas ahogando un poco el sonido contra las almohadas, pero sólo me detuve cuando las pieles se juntaron, me sentía más que apretado y esperé.
“No, no, no, ahora no pares, seguí moviéndote, rompeme toda”, -pidió desaforada-, mi intención no era romper, pero, si pedía rudeza, tendría rudeza y me saqué las ganas de entrar y salir con fuerza de ese culo bien armado. Raquel tardó un poco más, pero su orgasmo fue apoteótico y quedó planchada mientras continuaba temblando y sintiendo como le llenaba las tripas, luego sólo quedó esperar a que el tronco se desinflara para sacarla sin ocasionarle dolor, así lo hice, aunque a ella no le quedaron fuerza para tratar de contraer sus músculos a fin de cerrar el agujero dilatado.
- Creo que tendremos que ir a bañarnos, pero me vas a tener que ayudar, nunca pude disfrutar tanto aun teniendo el culito roto, jajaja.
- Me alegro de haber cumplido tus expectativas, yo también lo disfruté muchísimo y ahora, haceme un favor, apretar este botón y borra el archivo de tus fotos y videos, -le dije dándole el celular-, vos no sos mujer para supeditarse a un chantaje estúpido.
- Está bien y te agradezco, pero, ¿no habrá otra vez?
- Sí, seguro que habrá otra vez, pero manejá tus tiempos con prudencia, yo también tengo mis obligaciones.
- En eso quedate tranquilo, no soy de exigir más de lo que me pueden dar.
Salimos del motel luego de bañarnos y de que Raquel se cuidara de mojarse el cabello y la llevé hasta la puerta de una confitería, desde allí pediría un Uber para regresar a la casa y yo emprendí el regreso solo, estaba más que satisfecho, había sido una buena tarde y daba gusto estar en la cama con la esposa del Político. A mitad de camino me llamó Débora, quería saber si podía pasar por la casa porque estaba sola, Luisito estaba jugando en lo de su amiguito, le dije que no podía que estaba saturado de problema y en tren de buscarle soluciones.
La realidad era que no tenía resto para atenderla a Débora, si me esforzaba quedaría hecho una piltrafa. “También te llamaba por otra cosa, Luisito me jode con que quiere ir a la pileta de Juancito, pero si estás con problemas…” “Eso no es tan dramático, se queda con mi nieto, anda a buscarlo a lo del amiguito y en un rato lo paso a buscar”. El culito de Luisito era otra cosa, ya no me importó tanto el cansancio que tenía, una mamada de Luisito o que se sentara un rato en mi verga ameritaba el cansancio posterior. Cuando llegué a la casa de Débora ya me esperaban los dos y me brotaron los colmillos cuando la vi a Débora vestida con esa remera que no le tapaba el ombligo y el jeans recortado que parecía un slip.
- No podés ser tan maldita, te cogería delante de tu hijo, -le dije al oído al saludarla-.
- Tan buena no debo estar porque no quisiste atenderme, jajaja”, -respondió coqueta-.
- De verdad que no puedo, pero pasado mañana estaré más liberado de todo.
- Listo, yo te llamo… Luisito, hacele caso en todo al abu Roberto y no te metas a la pileta sin salvavidas.
El hijo le dijo que sí, pero sin darle mucha bola, él también tenía la cabeza puesta en lograr tener su culito lleno de carne y me lo demostró apenas arranqué el auto. “Hola abu, te extrañé mucho, tengo ganas de que me metas tu pitote, ¿no querés que te vaya chupando mientras vos manejás?”. No le contesté, le sonreí incentivándolo a darme una mamada pues no creí que me hiciera terminar, pero sentir como se atoraba de verga me daba una cierta satisfacción. Eché un poco hacia atrás el asiento, me bajé el cierre del pantalón a la vez que aflojaba el cinturón y Luisito no perdió tiempo.
Lamió por un pequeño rato el glande y después se introdujo en la boca lo más que podía, mi mano lo forzó un poco y tosió dando arcadas cuando despegó la boca. “Debe haber crecido o mi boquita se achicó porque no entra toda”, -me dijo sonriendo pícaramente-. Le contesté que era porque no lo hacía seguido, pero que ahora no importaba porque estábamos llegando, que a la noche le iba a “hacer la cola” y que se fuera preparando, a la vez pensaba en cómo iba a hacer porque no quería mezclarlo con Juancito, para eso lo mejor sería usar las gotas para dormir que también solía usar mi ex mujer y que no se había llevado con ella.
Cynthia recibió bien a Luisito y lo mandó a que se cambiara y se fuera a jugar con Juancito, se mostró bien con el nene, pero me di cuenta que estaba muy tensa. “¿Qué es lo que pasa cariño?”, -le pregunté acariciando sus mejillas-. “Tuve un día de mierda, me llamó mi suegra a la que terminé puteando porque quiere que interceda con vos, llamó tu yerno para tratar de pedirme disculpas y explicarme su problema, también lo mandé a la mierda y le dije que cuando viniera a sacar las cosas de la casa me avisara para no verle la cara”. Le comenté que, sin dudas, había tenido un día movido.
- Otra que llamó a cada rato hasta que le dije de todo y le pedí que no me molestara más fue mamá.
- ¿Le contaste que habías visto los videos?
- Sí y le dije de todo por haberse mostrado tan puta, pero fue peor el remedio que la enfermedad.
- ¿Por qué, qué pasó?
- Se puso como loca, comenzó a llorar como desencajada, me pidió disculpas, dijo que no sabía porque le había hecho caso a la tía, que estaba muy arrepentida y que quería hablar con vos para disculparse, aun cuando tuviera que convertirse en una esclava y no sé qué cosas más, está destruida.
- Son todas excusas, conmigo no tiene nada que hablar, de hecho, ni le contesté los mensajes ni le atendí el teléfono, ella sabía muy bien a lo que se exponía y sabía muy bien cual podía ser mi reacción ante lo que hizo.
- Todo lo que quieras decirme, pero no deja de ser mi mamá y me duele escucharla así.
- Yo no te lo prohíbo, si quiere venir a verte dependerá de vos, eso sí, me avisás para que yo me vuelva a la casa o me vaya a un hotel, no me interesa verla ni hablar con ella, ¿me ves cara de Medium a mí?, yo no hablo con muertos y tu madre decidió esa condición para conmigo.
- No sé, pienso que me podría haber pasado a mí…
- Pero no te pasó porque se lo comentaste a tu padre y éste actuó en consecuencia, además ya te dije, no quedara desamparada, se queda con la casa de la Costa, el auto, su ropa y sus joyas, además de una mensualidad que le permita vivir bien, más no me pidas porque no pienso transigir en nada más, si no acepta o se pone en idiota la dejó en pelotas y a los gritos y ella sabe bien que se lo hago.
- Claro que lo sabe, por eso está desesperada, a nadie le gusta perder así, por una idiotez, ¿qué pensás hacer con la tía?
- Eso es un tema del marido, anoche le mandé los videos en que aparece ella y le dije que hiciera lo que creyera conveniente, pero que yo no la quería ver más cerca de mi familia, aunque no creo que le pase nada, a pesar de que se cree un “vivo” porque anda con putas, mi concuñado es un pelotudo dominado.
- Yo estoy bastante alterada, la cabeza me camina a mil, me siento humillada como mujer, ¿cómo pudo ser tan canalla?
- La hipocresía parece dominar a madre e hijo y no les importa joder a quien sea para tapar sus bajezas, puede que alguna vez se den cuenta que les hubiera resultado más fácil salir del placard de entrada y no lastimar a sus afectos, ahora es tarde. ¿Llamó el Abogado?
- Ah, sí, me llamó, dijo que preparó un escrito para el divorcio no contencioso, sólo podrá llevarse de acá sus cosas personales y me deja todo a mí y al hijo, espero que se vaya de nuestras vidas y que se pudra. ¿Cómo vamos a hacer con la Estancia, yo no sé nada de su manejo en sí?, no te podés ir de acá.
- Primero que firme todos los papeles, luego hablaré con el personal, hay que poner un Capataz para el tema de la hacienda y otro para el tema de los cultivos, yo me encargo de eso, respecto a mí, te voy a ayudar en todo lo que pueda, incluso tengo pensado en vender mi casa e invertir ese dinero acá, pero… yo soy el que manda, es el único modo.
- Ni punto de discusión, yo estoy entregada a vos en cuerpo y alma. Creo que tendré que preparar la cena, tengo la cabeza en otro lado y no preparé nada.
- No hagas nada, pedimos algo al restaurant del pueblo y tratamos de pasarla bien.
Después de que trajeron la cena dije que me encargaría de todo, me venía al pelo que me esperaran en el comedor mientras la gaseosa de Juancito y el jugo natural de naranja de Cynthia fueron “adobados” por medio gotero del líquido somnífero, el prospecto decía veinte a treinta gotas para adultos y diez a quince para niños, no era el caso de ponerme a contar y entendí que con lo que le puse bastaría. Luego de cenar mi hija me dijo que se sentía con sueño y me dijo delante de los chicos, “me voy a la habitación, te espero para que me contés lo que harás con los silos de granos”. Le contesté que estaba bien, que apenas los chicos se durmieran le explicaba todo y la dejé que se fuera.
Juancito se moría de ganas de pedirme que me fuera con él a la habitación, pero la presencia de Luisito lo inhibía y se aguantó de decir nada, de todos modos, el sueño lo vencía y no bien se encontró con la cama se entregó a las sábanas. Luisito me miró y le pedí que se preparara que enseguida regresaba, desde allí, con una erección de caballo encima porque me imaginaba entrando en ese culito poco usado, pero dispuesto, pasé por la habitación de Cynthia, ésta estaba desnuda, dormida boca abajo y no la despertaban ni a cañonazos, en mi botiquín tenía el gel dilatador con Xilocaína y regresé al cuarto de los chicos con el morbo a mil. El muy putito hijo de Débora me esperaba desnudo y sentado en la cama, me saqué la ropa mirando su cara de deseo al mirar mi verga y le indiqué que me la chupara, se prendió como ternero a la teta antes de que me acomodara y después lo coloqué de manera que siguiera mamando, pero haciendo que me dejara el culito a disposición de mis dedos embadurnados de gel.
Se estremeció con la pomada fría, aunque fue apenas un movimiento reflejo y comenzó a mover las caderas por mis dedos inquietos que jugaban en su asterisco. Me llenaba la entrepierna de babas porque trataba de tragar todo el tronco y sus arcadas no le permitían llegar al interior de su garganta, de todos modos, no lo forzaría, mi leche estaba destinada al fondo de sus tripas y lo coloqué de espaldas para, luego de ponerme gel en el glande y parte del tronco, levantarle las piernas y dejar su hueco diminuto y palpitante expuesto al glande que se apoyó. Entré despacio viendo la desesperación de Luisito al sentir que sus esfínteres eran vencidos, abría y cerraba su boca mientras las lágrimas caían a los costados de su cara, pero se aguantaba de gritar para no despertar a Juancito, sin saber que éste estaba en su quinto sueño y no despertaría.
- Qué rico culito que tenés, me encanta entrar y que me apretés toda la verga, -le dije tirándome sobre su cuerpito y hablándole al oído-.
- A mí me gusta que me la metas, pero me duele mucho abu, tu verga está muy grandota, iba a gritar y me aguanté para no despertar a Juancito, ayyy, esperá un poquito, no te muevas mucho, ya me llegó hasta la panza, -decía con voz temblorosa-.
- ¿No dijiste acaso que extrañabas mi verga?
- Sí, abu, claro que la extraño y me gusta que me cojas, pero igual me duele, movete un poquito porque ahora se está durmiendo todo adentro.
- Ah, es una delicia cogerte, -le decía sacando toda mi verga y penetrándolo nuevamente hasta el final, pero sin rudezas-.
- Dale abu, movete un poco más, el pitito me va a reventar y me están por dar las cosquillas, -pedía a punto de tener su orgasmo seco-.
- Eso mi vida, eso es, me gusta mucho verte gozar con la cogida que te estoy dando, -le dije al sentirlo temblar con su orgasmo-.
Sin dudas que gozaba con la cogida al sentir que mi verga lo penetraba y le abría las carnes jóvenes que parecían cerrarse rápido al salir y abrirse como una boca devoradora cuando se lo metía hasta que mis bolas quedaban pegadas a sus nalgas. Era sencillamente delicioso, su culito más delgado que el de mi nieto hacía que el tronco de mi verga sintiera mucho más su conducto estrecho. “poneme boca abajo abu, así, con las piernas levantadas, me siento muy incómodo”, -dijo y se la saqué para que se pusiera como quería-. En esa posición parecía sentirla más y se quejó cuando entré, pero siempre era sólo al principio, al rato estaba gimiendo y recibiendo verga como el mejor.
Volvió a temblar con otro orgasmo que lo dejó medio derrengado y aproveché para llenarle las tripas, mi leche actuó como un enema y se levantó rápido para ir al baño tapándose el culito, yo todavía seguí duro y me pasé a la cama de mi nieto. Estaba totalmente dormido y le acaricié las nalgas todavía tapada con un slip que no tardé en bajar, su culito era perfecto y la verga se reanimó cuando mi dedo medio ensalivado entró en su culito y lo perdí en su interior. “¿Te lo vas a coger a Juancito?”, -me preguntó Luisito al salir del baño-. Le contesté que no, que sólo lo tocaba aprovechando que estaba dormido. “Sí, pero si le metés tu vergotota se va a despertar, no creo que la aguante”, -afirmó el recién cogido sin saber que el culito de Juancito se la “comía” mejor que él.
No tardó en entregarse al sueño y me fui a la habitación de mi hija, el culito de mi nieto me había despertado las ganas y las nalgas paradas de Cynthia no me ayudaron para nada. Andaba con el tubo del gel de un lado para el otro y, tal como había pasado un par de veces con la madre, la iba a coger dormida, abrí sus nalgas y le puse suficiente gel, también me lo puse en el glande y parte del tronco y enfilé el ariete. No empujé, lo fui metiendo como ganando lugares al moverlo y el resto lo hizo el gel lubricante, mi hija gemía sin despertar, hasta su esfínter se encontraba relajado por el sueño profundo y comencé a bombear cuando la terminé de meter toda.
Aun moviéndome la tomé de las caderas y levanté su cuerpo, quedó como en “V” con el cuerpo muerto y, soportando su peso con mis manos, seguí bombeando por un rato, me encantaba ver como mi ariete penetraba su agujerito abierto al máximo hasta que no aguanté y le llené las tripas de leche. Había sido un “polvo” totalmente de descarga, pero más que satisfactorio que ella no esperaba porque saqué mi verga sucia, aunque eso era lo que menos importaba, me sirvió porque me obligó a ir a lavarme y de allí me fui a mi habitación, creo que me dormí apenas apoyé la cabeza en la almohada,
- Chancho, ¿qué me hiciste anoche?, -preguntó abrazándome desde atrás y hablándome al oído cuando estaba sentado ante la mesa del desayuno-.
- Nada que no quisieras, el problema es que te quedaste dormida, así y todo, tu culito estaba muy tentador.
- Disculpá, todos lo que pasó logró dejarme destruida, pero en la próxima, es decir, esta noche, vos te hacés el dormido y yo me ocupo de darte una buena cabalgada, jajaja.
- Listo, espero que no te vuelvas a dormir, -le dije sonriendo al ver que se tocaba las nalgas-.
- Lo prometo, ¿te vas a ir a la oficina?
- No, le voy a avisar a Mercedes que se haga cargo de todo, yo pienso en ponerme a elegir al personal que acabarán por ser los Encargados.
- ¿Se lo vas a decir ahora?
- No, esperaré a ver que nos dice el Abogado respecto a que si tu marido firma el acuerdo.
- Bueno, yo creo que me voy a poner a separar sus cosas, las tendré listas para que no pierda tiempo cuando venga a buscarlas. Papá, ¿te vas a quedar acá conmigo?, ¿no será mejor vender todo esto e irnos a vivir a la casa grande?
- Es tu decisión, pero creo que es tu negocio y el futuro de tu hijo, si vendés y no generás ingresos, el capital disminuye día a día y cuando sea mayor de edad no tendrá nada porque pelear. Si estás dispuesta a pelearlas yo me quedo con vos y te hago la segunda, ya te lo dije, no voy a ganar económicamente en esto e invertiré parte de lo que tengo, pero ver que vos y mi nieto progresan será suficiente recompensa.
- No te podré pagar nunca todo esto.
- ¿Cómo qué no?, con que te quedés dormida un par de veces a la semana y no discutas mis decisiones será genial.
- Las decisiones no las voy a discutir y eso de quedarse dormida “antes” no volverá a repetirse, eso te lo puedo asegurar, jajaja.
GUILLEOS1 – Continuará… Se agradecen comentarios y valoraciones.
Me encanta la muy excitante combinación gay, heterosexual, y sexo en familia con personajes que se inician en el mundo del muy tempranamente. Muy buen balance entre los diálogos y el texto. Un saludo a Guilleos1, espero que sigas escribiendo
Me encanta la muy excitante combinación gay, heterosexual, y sexo en familia con personajes que se inician en el mundo del sexo muy tempranamente. Muy buen balance entre los diálogos y el texto. Un saludo a Guilleos1, espero que sigas escribiendo